Partida Rol por web

Hanako penso porque su maestro se mostraba tan hostil, sinceramente no lo sabia, pero tampoco creia que su curiosidad y su busqueda de conocimiento por el bien del clan fuesen contra su maestro, y asi se lo expreso -Maestro, usted me ha enseñado mucho, pero siempre he estado protegida, siempre he sabido que hay alguien detras por si fallo, ahora empiezo a enfrentarme a un mundo real, lleno de posibilidades que no puedo preveer y que no puedo anticipar, por ello mi deber para mi, para con usted y para con el clan es prepararme lo mejor que pueda para esas eventualidades, y por ello decidi aumentar mi repertorio de herramientas, no se lo que me hara falta en el futuro, porque no se contra lo que me enfrentare-miro a su maestro, con una mezcla de sentimientos, una pizca de orgullo, dos pizcas de sensatez y una adicional de miedo ante la reaccion de Hainchi.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Hainchi asiente ante tus palabras medidas. Sin duda, parece que has conseguido contener el enfado previo de tu maestro, pero parece no estar muy convencido, a pesar de estar más calmado.

Con tranquilidad, pero con insistencia en su voz, te dice:

-¿Qué crees que necesitas para llevar adelante tu trabajo? Sé concreta, por favor.

Mirando a Hainchi a los ojos y poniendo esa mirada que habia aprendido, una mirada que hacia que los hombres cediesen ante sus caprichos, era una mezcla sutil y perfecta de seduccion, inocencia, astucia y picardia, lo suficientemente recatada para una noble como ella y lo suficientemente salvaje como para despertar algo atavico en los hombres.

-Necesito aprender mas magia, las formas en las que me comunico con los espiritus son limitadas, pero se que hay toda una variedad de conjuros desconocidos para mi, creo que este es el punto de mi muralla que mas necesito reforzar ahora mismo-

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

El brillo en los ojos de Hainchi se intensifica con tus gestos seductores; tu forma de arrastrar las palabras; como te muerdes el labio, mientras le miras, acariciando tu pelo; al final, parece que termina cediendo a sus instintos y acepta tus condiciones.

-Está bien. Supongo que tienes razón. Pero sólo podrás aprender uno y tendré la última palabra al respecto. ¿Qué deseas mejorar?

Hanako agacho la cabeza, haciendo que su pelo le cayese sobre la cara, en un gesto que desde fuera pareceria de humildad ante el maestro, una reverencia delicada, pero que servia para ocultar la picara sonrisa que empezaba a brotar en el restro de la muchacha, una vez mas se salia con la suya, todos los hombres eran iguales, una mirada inocente y unos labios seductores y se morian por complacerla, respetaba a su maestro, era de las personas mas inmunes y poderosas que conocia, pero aun asi no era invencible.

-Señor, siempre he sido muy afin al elemento aire, y me gustan estos espiritus caprichosos, y al parecer yo tambien les gusto a ellos, me gustaria intensificar mis estudios en este campo-

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Hainchi se lleva la mano a la barbilla, como hace siempre que piensa en algo, mientras da vueltas a su cabeza.

Los segundos pasan silenciosos y para ti se hacen eternos. ¡Vamos, maestro! Te comienzas a impacientar, pero sabes que no debes demostrar ninguna emoción. Quizás tu maestro te esté poniendo a prueba.

Finalmente, Hainchi te mira a los ojos y puedes ver en los suyos un brillo especial.

-Ya lo sé. Te enseñaré un conjuro que me fue muy útil en el pasado. Tengo especial cariño a este truquito de los kamis del aire y creo que eres la persona adecuada para que yo se lo enseñe. Aunque tendrás que practicarlo bastante antes de que te salga.

El conjuro se llama Capa de la Noche y es ideal para esconder pequeños objetos que quieres que nadie pueda ver. Las utilidades del mismo son casi infinitas, sólo tu imaginación puede ponerle límite.

Tras ello se pone detrás tuyo, a tu espalda y te coge de las manos mientras te las mueve, enseñándote los movimientos que debes hacer, mientras susurra en tu oído las palabras que hacen que los kamis del aire te obedezcan. Sientes su cuerpo junto al tuyo y su ardiente aliento en tu cabeza. Vuestros cuerpos están realmente juntos, casi puedes notar cada músculo de tu maestro.

Tras la clase y el nada sutil intento de seduccion de su Maestro, Hanako se dio un baño tranquila, se sentia sucia, sabia que lo que habia hecho no estaba bien, pero tambien se sentia satisfecha, habia aprendido un nuevo conjuro y habia comenzado una senda de aprendizaje que le llevaria muy lejos, no solo habia aprendido a camelar a los Kamis para que hiciesen su voluntad, tambien habia aprendido ha hacer lo mismo con los hombres.

Hanako se relajo y sumergio el pelo bajo el agua tibia, era agradable sentir la paz de no escuchar mas que el arrullo del agua en sus oidos, saco la cabeza de nuevo a la superficie y tomo la pequeña pastilla de Jabon, con un suave pase magico y recitando unas pocas palabras de sabiduria, los Kamis del aire circundantes se arremolinaron en torno al pequeño objeto que al momento dejo de verse, era maravilloso, un increible poder, sus aplicaciones era muchas y estaba muy agradecida a su maestro.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Togashi.

La pequeña tina, que hace las veces de bañera, enseguida hace que el agua quede fría y casi tiritando sales de la misma al frío aire que entra en la tienda. Gracias a tu posición como alumna de Hainchi, se te ha otorgado una tienda personal, si bien es pequeña. Al menos no tengo que compartirla. Piensas.

Te pones las ropas de dormir y enseguida coges postura en tu futón. Los Kamis del sueño no tardan en hacerse con el control de tu cuerpo.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora del Sol.

Como viene siendo habitual, con los primeros rayos del sol, tu cuerpo se despierta y tus ojos se abren de par en par. No te sorprende el oir sonidos ya. El campamento vuelve a bullir de vida. Recoges tus cosas y te preparas a salir de la tienda, cuando los primeros sirvientes, tras pedir permiso, comienzan a recoger tu bolsa de pertenencias y a desmontar la tienda.

El día será tenso. Lo sabes. Si bien la distancia no es muy grande, se espera que llegués únicamente a la noche al Castillo del Cruce de Caminos, destino final de vuestro viaje. Pero para ello, deberéis atravesar el territorio de las Matsu.

Las tensiones con los Leones se han mantenido más o menos paradas en los últimos días aunque, si bien se ha declarado una tregua, no dudas de que pueda existir cierto peligro. Vuestras caravana es muy grande y es poco probable que podáis moveros con gran velocidad, por mucho que lo deseéis.

Te diriges a tu caballo y montas.

El regreso al camino sienta bien, y a pesar de la clara tension entre los miembros de la comitiva, Hanako intenta distraerse con lo que le rodea, su mente vaga libre, y mientras cabalga lentamente sus ojos se abren mucho, con un susurro apenas audible pronuncia el nombre de algunos Kamis del viento, y observa con ojos acuosos como estos bailotean a su alrededor, juguetones y alegres, siempre se siente rodeada por ellos, se siente tranquila y divertida, y no puede evitar sonreir debajo de su velo.

Su mascara de hoy se compone de un velo rojo que cubre la mitad de su cara y el cuello, que se sujeta mediante dos largas horquillas de madera oscura en su moño, el dibujo intrincado en la seda es muy bonito y fue una compra muy agradable echa hacia ya algun tiempo, los Kamis revoloteaban por debajo del velo y volvian a salir al exterior, era una sensacion divertida.

Frontera con el Clan del León. Hora de la Luna.

Al de una hora tras haber atravesado gran parte del Paso de Beiden, la comitiva llega a la frontera con el Clan del León. Poco antes ya habías notado las conversaciones nerviosas, la tensión en el ambiente. Cualquiera diría que hasta los pájaros habían enmudecido.

Con frialdad, pero de forma correcta, el destacamento León que cuida la frontera invita a las personalidades a entrar en territorio León. Tras él, un destacamente de hombres se ha unido al que defiende la frontera. Según las palabras que oyes de boca en boca, la comitiva será escoltada mientras permanezca en tierras del León. Confías en que el viaje por sus tierras no dure mucho, pero sabes que no será así. Hasta que el sol no caiga no volveréis a cambiar de territorio, así que mentalmente te despides de ñas tierras de tu Clan, a las cuales esperar poder volver. A partir de este punto, estáis en territorio hostil.

La muchacha miro con extrañeza los destacamentos, uno era decoroso, formal y honroso, pero dos era un asunto muy distinto, significaba basicamente que si necesitaban proteccion a traves de las tierras Leon, que estaba pasando, se pregunto mientras su caballo giraba la cabeza a un lado y a otro, notando la intranquilidad de su dueña.

Tras un rato de cavilaciones, se decidio por una teoria, entre los Leon habia varias facciones, una apoyaba la guerra y la otra no, los que los protegian eran de esta ultima, y por lo visto esperaban algun tipo de hostilidad por parte de los otros, pero no es una buena posicion la de defender enemigos combatiendo contra aliados, aquellos hombres se veian malhumorados y Hanako creia entender el porque.

Recordaba la ultima emboscada, y no queria volver a caer en otra, con mucho cuidado se coloco tras los guereros escorpion, ellos estaban armados y eran expertos en la batalla, ella no era mas que una molestia, sus armas eran de otra clase y si moria en un sucio camino por una flecha mal disparada nunca tendria oportunidad de servir al clan como demandaba el honor.

Frontera con el Clan del León. Hora de la Luna.

Tu mente divaga, pero tus ojos te revelan la verdad. Al parecer muchas de tus teorías no son más que eso, teorías. Al de pocos metros de haber penetrado en territorio León, ves como uno de los destacamentos vuelve a tomar posiciones en la frontera. Enfrente, otro destacamento, esta vez Escorpión, guarda vuestras tierras.

La mejor preparación de los Leones es un hecho y temes por la vida de los hombre que hasta hace poco habías visto defendiendo con orgullo vuestra frontera. Sus miradas, llenas de recelo, mostraban la desconfianza ante un enemigo que, hasta hace pocos días, se dedicaba a matar a tu gente. Sin embargo, el Escorpión cuando gana, no suele hacerlo por la fuerza, y lo sabes. Tu Clan es mejor en la guerra de guerrillas y en acosar al enemigo. Los Leones son mejores en campo abierto, pero en las tierras del Escorpión, los bosques y las desigualdades del terreno no les son favorables.

Muchas horas, ni sabes cuántas, después comenzáis a ver al fondo un enorme castillo. Te preguntas si será el de Cruce de Caminos.

Con una mueca se da cuenta del enorme fallo, si hubiese sido una situacion que hubiese dependido de ella, hubiese sido un error imperdonable, una falta a la hora de evaluar las intenciones de un grupo de gente era una de los peores defectos que un buen cortesano podia tener, esta noche realizaria una serie extra de ejercicio como autocastigo para aprender la leccion.

Se sentia cansada de la tension que se respiraba en el grupo, y cansada de estar alerta a los peligros del camino, queria encontrarse en un campo de batalla muy diferente, cumpliendo la mision que los señores le habian encomendado, al ver el castillo en la lejania, sintio una punzada de alegria creyendo que habia llegado a su destino final.

Castillo Matsu. Hora de Doji.

El castillo se alza por fin, poderoso, delante vuestro. Comenzaís a entrar en él, pero el color que predomina no es el azul, sino el dorado y el marrón. No hemos abandonado tierras León. Así te lo decía una pequeña voz en tu interior desde hacía un rato, pero conservabas la esperanza de que no fuese así. Al fin y al cabo, la escolta de Leones no se había separado de vosotros ni un segundo y, desde luego, no habían hecho amago de ello en ningún momento.

Tras atravesar las primeras puertas de la imponente fortaleza, un León de cuyo nombre no te acuerdas, os recibe y os da la bienvenida con palabras gélidas. Vuestra presencia no es apreciada, pero las apariencias lo son todo. Gracias a sus palabras te enteras de vuestra situación: El Castillo Matsu. Eso explica la cantidad de samurai-ko que has estado viendo desde que habéis entrado.

Ves a Hainchi, bastante cercano a vuestro Daimyo. Tal vez debiera ir junto a él cuando esté sólo.

Intranquila la muchacha mira de un lugar a otro, intentando aparentar nerviosismo, para sus adentros se dice una y otra vez, "no soy mas que una chica bonita enviada para aparentar, esta situacion me tiene muerta de miedo" si ella conseguia creerselo, el enemigo tambien, y si era asi llegado el momento la subestimarian, y ese error quizas fuese el ultimo.

Con movimientos fluidos fue acercandose discretamente a su maestro, estaba muy cerca del Daimyo y le habia dado la excusa perfecta para acercarse a las proximidades del mismo, un honor por el que muchos pelearian.

Castillo Matsu. Hora de Doji.

Tus movimientos sutiles no pasan desapercibidos para Hainchi, que tras hacerte una seña para que esperes un poco, termina de hablar con los altos cargos del Clan y se acerca a ti.

-¿Qué quieres, mi bella Hanako-kun?

Su voz sigue siendo dulce, pero en cierto modo sientes que la interrupción no le ha agradado.

El Castillo Matsu es tan grande como aterrador. Sabes que tienes que interpretar un papel, pero eso no quita que seas consciente del peligro que corréis ahí dentro. Confías en que sigáis vuestro camino cuanto antes.

La muchacha mira a su maestro, y observa con cierta pena como ha sido apartada de la conversacion con los lideres del clan, rapidamente se recompone  y contesta a su maestro -Estoy preparada para cumplir con mi cometido, toda mi mente esta volcada en la tarea, ¿necesitas que realize alguna mision en especial?- la muchacha fue directa al grano, sin rodeos ni parsimonias, no era momento de dudar ni de decorar las frases, estaban en terreno hostil.

Castillo Matsu. Hora de Doji.

La respuesta de Hainchi tarda en salir por su boca, pero finalmente dice:

-No. Este no es el lugar adecuado. Con suerte nos marcharemos ahora mismo y...

Hainchi no termina su frase cuando el daimyo del Clan, Bayushi Shoju se adelanta junto con su esposa hacia el interior del castillo. Muchos de los cortesanos de más alto rango y otros señores les acompañan.

Te sientes confusa, e igualmente lo está tu maestro. Con dos pasos rápidos, Hainchi se planta frente a un cortesano que se había rezagado y le hace una pregunta que no logras oir. Se vuelve hacia ti y con un gesto te hace seguirle.

-Ven. Al parecer comeremos con Matsu Tsuko y sus señores.

Sin más palabras sigue en dirección a la puerta. Esto no te da buena espina.

La muchacha asintio con la cabeza y se encamino tras su maestro en el comedor, sabia que la situacion era peligrosa, y que podia ser un campo de batalla mas sangriento que cualquier otro, pero tambien era para lo que estaba entrenada y preparada, asi que sin dudarlo avanzo, algo atemorizada por la situacion, pero con ganas de demostrar su valia.

Castillo Matsu. Hora de Doji.

Te adentras en las profundidades del castillo, siguiendo a la comitiva invitada. Como has podido ver, no todos los vuestros han sido invitados, lo cual no te gusta.

Observas el interior del castillo. Aunque hermoso, el ornamento del mismo es muy acorde al espíritu de las Matsu, orgulloso pero sencillo, sin grandes adornos. Por todos lados, los colores marrones y algo de dorado son los colores principales. A menudo, el mon tanto del León, como sobre todo de la familia Matsu puede verse por cada rincón.

Por fin llegáis a un gran salón, donde multitud de leones ya están sentados. Cuando llegáis, apenas los más cercanos a la dama Matsu Tsuko, con quien comerán el Daimyo y su esposa y algún otro Escorpión importante, se levantan al llegar vosotros. No llevamos ni una hora aquí y ya recibimos el primer insulto.

Os manténeis de pie, esperando que os muestren dónde sentaros. Vuestro lugar es el fondo de la sala. Lejísimos de vuestros señores, en la zona de menor importancia. Al menos ningún León está cerca vuestro, pero la posición que os han otorgado no es buena. Segundo insulto.

Por fin, la comida comienza a llegar. Grandes tazones de sopa se os entrega, acompañada de bandejas con verduras, pollo y ¡escorpiones fritos! No es la primera vez que comes insectos, de hecho, los encuentras bastante sabrosos, pero que os pongan para comer al animal de vuestro Clan... ¡Tercer insulto!

Sabes que la comida será tensa y así lo notas en el ánimo de tus compañeros. Por desgracia, Hainchi no está cerca de ti.