Partida Rol por web

Mirando al señor directamente, y creiendo que el peligro habia pasado, respiro airosa, sintiendose bien por el trabajo desempeñado -Mi señor, conozco muy poco de los problemas en la frontera, solo retazos de informacion que he podido capturar, creo haber entendido que algun pequeño problema fronterizo desencadeno un problema mas grande, y esto ha seguido este camino hasta encontrarnos en la situacion de barajar un conflicto abierto entre el clan Leon y el clan Escorpion- haciendo una pausa para respirar -El clan Leon es de naturaleza belica y pese a la fuerza de nuestro propio clan en este arte, un conflicto abierto pienso que no nos interesaria, nos desgastaria en demasia para lo que tenemos que ganar a cambio, nuestro campo de batalla ha da ser elegido por nosotros, y ha de ser uno mucho mas sutil- realizo una pausa dramatica para exhibir una sonrisa picara y espero a la reaccion del señor Daimyo.

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

Bayushi Shoju se mantiene en silencio, asintiendo ante tus conclusiones.

Por primera vez en el tiempo en el que estás en el salón, la dama Kachiko toma la palabra.

Su hermosura es legendaria y su voz dulce como la más azucarada golosina, pero algo en su voz muestra también lo peligrosa que puede ser esa mujer.

-Nos has sorprendido muy gratamente, Hanako-san. Mañana partiremos a las negociaciones. Estarás en la sala de las negociaciones como apoyo. Fuera de ella deberás reunir información que nos pueda servir en nuestros propósitos.

Henchida de orgullo por el inmenso honor recibido, no pudo hacer menos que poner todo el esfuerzo que pudo en la reverencia, tocando con la frente el sueño sintio felicidad por haber superado con semejante grado de exito la prueba, y por haber recibido semejante honor -Si señora, asi lo hare, me siento muy honrada de que se me permita servir al clan de esta manera.- Deseaba seguirles agradeciendo la oportunidad, pero sabia que esa gente estaba muy ocupada y harta de lisonjas, asi que se reprimio y dio las gracias de una forma mas impersonal, aunque respetuosa -Gracias, no fallare-

Kyuden Bayushi. Hora de Hantei.

El tiempo ha pasado a gran velocidad, antes de lo que, sin duda, esperabas. El sol ha subido un poco más por el cielo. La mañana avanza.

El chambelán se acerca a ti y te acompaña hasta la puerta. Allí, tu maestro Hainchi te espera, con cara de satisfacción. Sin duda ha oído lo ocurrido. Te felicita con calidez.

El Palacio Bayushi es un lugar increible y pasas el resto del día ocupada investigándolo.

A la noche caes rendida en tu futón. Kyuden Bayushi es un hermoso palacio, lleno de secretos y belleza a partes iguales. Sin duda te gustaría volver. Con una sonrisa en la cara, te sumerges en los reinos de los sueños.

Kyuden Bayushi. Hora del Sol.

Un nuevo día amanece y debes prepararte para el viaje.

Con el canto de pajaros en el alba, empieza un nuevo dia, uno muy importante, necesitaba un poco de tiempo para agradecer a los ancestros su buena fortuna, asi que se preparo rapidamente y se dirijio al templo del palacio.

Mientras atravesaba los jardines iba pensando en el honor que le habian concedido, y en como iba a desempeñarlo, tenia que servir bien a su clan y no iba a fallar, mientras avanzaba ensimismada en sus pensamientos acabo por llegar al templo de las fortunas, un sitio para entrar en comunion con el pasado, con todos los ancestros que habian servido al clan antes que ella, alli se arrodillo frente a las multiples estatuas e idolos que representaban a los espiritus y fortunas del lugar.

Con un canturreo fue agradeciendo su buena fortuna y pidio que todo saliese bien y que su tarea fuese llevada a cabo perfectamente.

Calmada y en paz con los dioses, y contenta de haber estado en comunion con los espiritus, se dirijio con el resto de la comitiva, lista y preparada para un dia de intensa politica y trabajo duro.

Kyuden Bayushi. Hora del Sol.

Cuando llegas hasta donde la comitiva, todas tus cosas ya han sido empaquetadas de nuevo. No has tenido que hacer nada y, por una vez, el haberte librado de tus obligaciones, aunque haya sido por un rato, ha sido realmente liberador.

Mucho más tranquila, habiendo ya olvidado todos los contratiempos del camino, piensas ya en el futuro y en tu papel en las conversaciones. Tus responsabilidades serán mínimas, al fin y al cabo no eres una representante del Clan, pero deberás dar lo mejor de ti si quieres llegar a ser algo dentro del mismo.

La mañana ha amanecido de nuevo soleada, si bien algunas montañas se han quedado en las montañas que deberéis de sortear. Se espera que para la tarde del segundo día lleguéis al Castillo del Cruce de Caminos, ya en tierras de la Grulla.

En cuanto el daimyo del Clan aparece y sube a su palanquín, junto a su esposa, la comitiva comienza su camino.

La muchacha manteniendo un aspecto digno, camina al lado del resto de cortesanos, intentando pasar desapercibida y prestando atencion a todas las conversaciones que le es posible, manteniendo un estricto control sobre si misma, cada vez que escucha algo interesante se fuerza a mantenerse mirando al frente, como sino escuchase nada y con una sonrisa picara, disfrutando del dia, y como si no se dirijiesen a unas negociaciones con uno de los clanes mas belicosos de todo Rokugan.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Si bien has estado atenta no has recabado gran cosa. Algunos chismes, la mayoría para nada relacionados con tu misión. Si bien has intentado ser lo más discreta posible, no siempre lo has logrado, llevándote alguna reprimenda o alguna burla por el camino.

La jornada ha trascurrido de lo más tranquila. La comitiva es muchísimo más grande lo que había sido la que salió del Castillo Shosuro, por lo que no tienes que mantenerte tan atenta al camino. Multitud de soldados patrullan de forma continua que nadie intercepte la caravana del daimyo.

Cuando la noche cae, llegáis a una aldea que será vuestra parada para la noche. Al día siguiente a la tarde llegaréis al Castillo del Cruce de Caminos, ya en tierras de la Grulla, aunque antes tendréis que atravesar, aunque brevemente las del León. Confías en que nada ocurra.

El dia habia sido bastante infructuoso, y ademas habia cometido alguna torpeza politica, pero bueno, no importaba mucho, no tenia un gran estatus que mantener, asi que se podia permitir errar y aprender de sus errores.

Sus habilidades no estaban desarrolladas del todo, y sentia que necesitaba aprender mas, se estaba embarcando en temas muy grandes, y su carencia de poder podia perjudicarla a ella y al clan, necesitaba nuevas formas de comunicarse con los espiritus, y aquel grupo tan numeroso contaba con alguna de las figuras mas ilustres de su clan.

Se preparo y se propuso encontrar a alguien dispuesto a enseñarla conjuros nuevos, necesitaba ampliar capacidades si tenia que sobrevivir en aquel mundo, y las pocas habilidades que habia adquirido en el Dojo le empezaban a ser insuficientes, con paso firme empezo a buscar a los shugenja del clan, suponia que se agruparian en el templo, o en alguna capilla que el pueblo pudiese tener, seguramente tendria que pagar un alto precio por el privilegio de copiar los textos sagrados de otro shugenja, pero el comercio de favores era algo habitual dentro del clan, y ella necesitaba esas nuevas capacidades para poder empezar a ganarse los suyos propios.

Al fin localizo un pequeño templete dedicado a la fortuna Benten, era muy apropiado, ella personalmente siempre se habia sentido favorecida por esta, su gracia natural y su delicado aspecto empezaban a ser la perdicion de muchos hombres, que mejor sitio que este para buscar su propia fortuna.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

La noche se hace más y más oscura a cada segundo. El templete que has encontrado está en pésimas condiciones, lo cual te apena sobremanera. El templete, sin duda, fue bello en el pasado, pero el paso de los años lo ha ido ajando y el descuido no ha ayudado.

La aldea es pequeña, pero sin duda por su cercanía a la ciudad de Beiden, algo de riqueza le ha llegado, aún cuando la frontera León y sus frecuentes incursiones a lo largo de la historia no le han permitido prosperar en demasía. Aún con todo, ya es mucho el poder permitirse un templete para un fortuna, incluso si es uno pequeño.

Cuando te acercas al altar, puedes observar una pequeña talla de la Fortuna de la Belleza y el Amor Pasional. Su cara refleja felicidad y su sonrisa cierta picardía. Es radiante, a pesar de que, al igual que el templete, sus formas se han ido desgastando con el tiempo y su pintura descascarillándose. Te preguntas donde estará el hombre santo (o quizás más de uno) que debiera estar ocupándose de su conservación.

Por mucho que buscas no encuentras a nadie.

Abatida, te diriges de vuelta al campamento, para descansar, pues ya es tarde. Cuando te encuentras con un hombre achacoso y, sin duda, muy viejo que se dirige, escoba en mano, hacia el templete que queda poco más atrás de tu posición.

Con una reverencia, el hombre te saluda y continúa se camino.

Deteniendose curiosa ante el hombre, y depues de haberle devuelto la reverencia con la cabeza, Hanako hablo -Disculpe señor, soy una persona devota y me he acercado a la capilla de la fortuna Benten para dirigir suplicas a los espiritus, me ha llamado la atencion encontrar el sitio vacio- no formulo ninguna pregunta, pero dejo la conversacion abierta para que el viejo se extendiese si queria hacerlo.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

El anciano detiene su lento andar. Se gira, y llevándose la mano a la espalda dolorida por los achaques típicos de la edad, responde.

-La verdad es que sí. Mi señora, yo ya estoy muy mayor y no puedo moverme como antes. Ya nadie queda conmigo para cuidar del templo y su estado ha empeorado mucho. Los pueblerinos no pueden ayudarme pues el pasado invierno fue duro y nadie tiene dinero para arreglar el templo en condiciones. Esperemos que la diosa Benten entienda nuestra situación y no nos castigue.

Mirando al anciano con una sonrisa, y colocandose a su lado para caminar junto a el -Me gustaria contribuir a su causa, yo soy joven y hoy deseaba rezar y pedir el favor de las fortunas, que mejor forma de hacerlo que ayudar a uno de sus discipulos, no dispongo de mucho tiempo en el pueblo, pues he de cumplir con mis deberes, pero el tiempo del que disponga me gustaria dedicarselo al templo- Dice la muchacha sonriendo, mientras ayuda al anciano en lo que puede.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

El anciano vuelve a detener su andar, para volver a contestar. Sus andares son encorbados y no deja de sujetar la escoba con la que aparta las hojas y otras suciedades que puedan aparecer en el templete.

-Señorita, no se ofenda si le parezco atrevido, pero más que ayuda lo que necesita el templete es una donación. Necesitamos algo de dinero para renovar la pintura y quizás reemplazar alguna madera.

Mirando al anciano de arriba abajo, y pensando en si era un estafador de algun tipo, llego a la conclusion de que no, que posiblemente no era mas que un pobre hombre que realmente necesitaba el dinero -Mi nombre es Shoshuro Hanako y entiendo tu necesidad, te voy a dar una gran suma de dinero, y quiero que la uses bien, que las fortunas se sientan complacidas- sacando medio Koku de la bolsa, lo deposito con gracia en la mano extendida del anciano, medio Koku era una fortuna para un campesino, con eso una familia podria comer durante medio año, la cara del anciano se ilumino al sentir el contacto del metal contra la palma de su mano.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Efectivamente, la cara del anciano se ilumina al ver la ingente cantidad de dinero que le das en monedas. ¡Medio koku! Las manos del anciano comienzan a temblar al contacto con tantísimo dinero. Con gran esfuerzo, el anciano se pone de rodillas, y con las manos cerradas, atesorando el dinero entre ellas, juntando palma con palma el anciano dice:

-Gracias, mi señora. ¡Muchísimas gracias! Rezaré en vuestro nombre pidiéndole a la diosa durante un año y su nombre será inscrito en el de las personalidades que contribuyeron a este templete. Le prometo que si vuelve a pasar por aquí el templete estará impecable.

 -Me alegro de escuchar esas palabras, los hombres no deberian nunca olvidar el respeto a los espiritus- diciendo esto Hanako se giro y comenzo a alejarse, satisfecha consigo misma -Que las fortunas te sean propicias, nos volveremos a ver algun dia- dijo mientras sonreia y se despedia con la mano mientras se marchaba.

Mientras se alejaba, pensaba, no habia conseguido los poderosos conjuros que esperaba copiar, pero habia ayudado a un anciano, y de paso habia conseguido el favor de las fortunas y los espiritus, en resumen habia sido un buen momento, y de todas formas ella no necesitaba la riqueza, pronto su maestro le encontraria un marido y este cuidaria de ella el resto de sus dias, y tendria que hacer el papel de sumisa esposa por siempre, pero con el favor de los espiritus, las cosas podian cambiarse, quizas su leon hiciese algo al respecto, se dejo llevar en sus pensamientos mientras avanzaba.

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Tus pasos te llevan de nuevo al campamento principal. Grandes faroles alumbran el mismo, sobre todo en el perímetro, donde multitud de guardias, separados apenas unos pasos, montan guardia por si acaso.

Mientras avanzas entre las tiendas montadas, puedes oir a numerosos samuráis jugando a Fortunas y Vientos, haciendo el amor (lo cual te abruma) o simplemente escuchando la música suave y rítmica del samisen o la flauta.

El gran pabellón montado para las comidas aún está abierto y entras en él con el objetivo de cenar algo antes de meterte en la cama. Éste aún tiene gente que como tú hay llegado tarde o a alargado la velada, si bien comienza a estar vacío. Te acercas a los cocineros, que te ofrecen una sopa. La noche ha empezado algo fresca y el calor que sale del tazón te reconforta.

Tras la cena, sin haber visto a nadie conocido te diriges a la tienda que te han asignado junto a otros compañeros.

Todos parecen dormir, a excepción de Hainchi, que al verte levanta la mirada de unos documentos que parecía leer con interés.

-Buenas noches, Hanako-kun. ¿Has encontrado lo que buscabas?

Recolocandose el kimono a su alrededor, de forma que a la hora de hablar mostrase un aspecto imponente -No maestro, por desgracia mi busqueda de sabiduria ha sido infructuosa, pero a cambio he obtenido el favor de las fortunas y la gratitud de un hombre sabio- Sonriendo y apreciando la expresion de Hainchi continuo -He ido a pedir fortuna y buenaventura para la empresa que viene, pero el templo de este pueblo esta en un aspecto lamentable, parcialmente abandonado, he dado algo de limosna para arreglarlo, lo cual se me ha agradecido mucho y profusamentea- 

Avanzando hasta estar a su lado, doblo las piernas y se sento a su lado tranquilamente, como otras tantas veces habia hecho, susurrandole de forma que nadie mas se enterase -Maestro, encuentro que mis capacidades magicas estan por debajo de las tareas que se esperan de mi, necesito incrementar mis habilidades-

Aldea al norte de Beiden, cerca de la frontera con el Clan del León. Hora de Hida.

Hainchi te observa en silencio unos segundos, como intentando ver a través de tus ojos la profundidad de tu alma. Sus indagaciones te resultan a menudo molestas, a pesar de la confianza que tienes depositada en él.

-¿En qué estabas pensando? ¿Qué necesitas que no te haya enseñado ya? ¿Acaso ha sido insuficiente?

Un leve tono de enfado se cuela entre sus palabras, por lo demás amables y tranquilas.