Partida Rol por web

Os encontráis más allá del espejo, en ese paisaje fantástico que visteis… el suelo es roca negra y oro, sembrada con arenas amarillas. Estáis rodeadas de una foresta de hongos y árboles fantásticos de hojas amarillas y mil colores más, como en un mal viaje. El aire suena como aullidos y música, como viento descontrolado y de fiesta.

A cierta distancia percibís esa figura que os habló… Se parece mucho a un elfo, pero más delgado, más… extraño… Su rostro exagerado, como una caricatura, de rasgos estilizados hasta el límite, sus orejas extremadamente largas y su piel tan blanca que casi parece transparente con un leve tono amarillo bajo ella… Sus ojos amarillos, brillantes, deslumbrantes… Su nariz afilada como sus cabellos dorados que casi parecen pinchos metálicos… Su cuerpo cubierto con una capa ocre y dorada que lo cubre de cuello hasta el suelo… Tan solo una mano huesuda con largas uñas se percibe, la misma que chasqueó antes de que aparecierais aquí.

Os mira de arriba abajo… sonríe… mientras se frota la barbilla con sus huesudos dedos… sus ojos especialmente interesados en Don Diego…

Estamos aquí, porqué yo llamé al noble señor de las Hadas. El compromiso es mio y solo mio. Mi oppción era sacaros de donde estábamos antes de perder a mas gente.

Os gustará o no, ni os he pedido permiso ni lo pienso hacer, buscabais con ahínco un lider y habeis fracasado a la hora de buscarlo, pero sobre todo hemos demostrado que como equipo no valemos un ápice.

Ni se os ocurra atacar a nada ni nadie, ni siquiera a una flor o planta!!!. Todo el Reino esta bajo protección de los nobles señores elfos. Hablad cuando se os pregunte directamente. Somos de rango inferior. Y esto son sus dominios. Ni penseis en enfrentaros. 

Eva, siento decirte que quizas ya no podré llevarte nunca a mi lado, aunque espero que puedas llegar allí, de todas formas estas mas cerca de el de lo que te crees...

Me giro al Noble Señor Elfo. Bajo la cabeza a modo de saludo y no la levanto hasta que me de permiso. No lemiro directamente a los ojos hasta que me de permiso. Y solo me dirijo a él para ...

Os agradezco de corazón el favor que nos habéis brindado. Mi gente desconoce tanto vuestras costumbres y métodos como casi yo mismo. Solo queríamos salir del lugar donde el "polvo Amarillo" atenazaba las mentes de casi todos nosotros. Al desaparecer nuestro supervisor, me erigí como responsable de sacar al grupo de allí. Yo soy quien a de saldar la deuda con vos, Noble Señor. Ordenadme y cumpliré, o pereceré en el intento, pues mi trato fué, en deuda eternamente, a cambio de que mi gente pudiera llegar al lugar al que pertenecen. 

Pruebo si mentalmente puedo pasar la información que tenemos o conocemos o creemos saber del reino faerico.

Aturdida por el cambio de escenario, suelto una risita nerviosa al encontrar que llevo todo mi equipo, un alivio dentro de la incerteza, del caos, que emana del señor elfo.
Diego había logrado ayuda externa para salir, pero ahora debía un favor a la escalofriante criatura.
Incluyeme en tu trato, Diego. Ayudaré en la tarea que el elfo te encomiende..pero ese 'en deuda eternamente'.. bórralo, renegocialo..no me gusta como suena.
Le abrazo desde detrás, poniendo mi mejilla sobre su rostro con dulzura
Estoy en tu equipo, Don Diego -digo suavemente Gracias por sacarnos

Abro los ojos al escuchar que Don Diego toma el mando, permanezco atenta a todo lo que hace y dice; sigo pensando que es el único que conoce las claves para salir de aquí.

 La transición al otro lado me sorprendió por lo que tardé en entender donde me encontraba. Aunque pertenezco a la Orden de San Jorge mi experiencia es mínima,y lo que sabía de esta dimensión se limitaba a la teoría de un libro. Así que presto toda la atención posible para no cagarla, miro al suelo ya que no quiero pisar ninguna plata, flor o lo que sea que crezca en estas tierras tan extrañas. 

Agacho la cabeza con respeto, esperando que el ser supremo de esta dimensión hable con nuestro líder y me posiciono cerca de él al igual que hice en la sala de detención.

Qimaera inclinó ligeramente la cabeza en la forma de un saludo respetuoso al Señor Feérico, y se quedó atenta, esperando a ver cómo se desenvolvía este escape del plano de la Locura vía el plano de Arcadia. 

Aquel lugar era algo totalmente extraño para mí, pero había oído hablar de Arcadia, las pocas gotas de información sobre ello que conocía era algo que yo poco podía haber imaginado ahora que me encontraba en aquel lugar, los tonos degro, dorado y amarillo predominaban allá donde miraba y sobre todo ello aquella figura que ponía los pelos de punta. Desde luego estaba mucho más interesado en Diego, el que al final había conseguido sacarnos de aquel lugar infernal lleno de rusos, llevándonos a éste nuevo paisaje, pero ¿a qué precio?.

-Diego te doy toda la razón, el trabajo en equipo ha sido nefasto y tu...sacrificio no caerá en saco roto, tenemos que estar unidos, todos...-miré a los demás con tono de respeto y casi de súplica, si ahora caía Diego por nuestra estupidez ¿quién sería el siguiente?-Nunca te estaremos agradecidos lo suficiente-miré al hombre con una cara de gratitud, se había entregado a aquella acción sin esperar nada a cambio, salvo desear que todos saliésemos de alli sanos y salvos. Eva estaba notablemente afectaba, pero yo más allá de mi gesto solo me mantuve en mi lugar y agaché la cabeza como él, en señal de respetuoso saludo.

Espero pacientemente a que se desarrollen los acontecimientos.

Bueno, supongo que en estos momento puedo descansar un rato.

Me quedo también a la espera. No es momento de tonterías y, en general, la gente ha gritado mucho y pensado poco.

El ser os observa, serio, evaluándoos y por fin, habla

- Bien... Don Diego vuestro trato fue aceptado... Sin posibilidad de negociarlo ahora. La joven roja es admitida en él bajo sus propias palabras, que ya no podrá retirar... La mujer morada y el otro negro pidieron entrar en mi reino y serán incluidos en el trato si no consiguen satisfacer el peaje. El resto,¿rendís pleitesía y vasallaje a Don Diego como vuestro Señor? Ya que veo que es vuestro líder... 

Cada vez que menciona a uno de los miembros del grupo, un aura del color que menciona ilumina a dicha persona. Estas auras se quedan marcandoos con vuestros colores.

Os mira uno a uno y espera respuesta. 

No es que haya requerido que me mandaran a Arcadia, pero supongo que tengo que ver cómo lo arreglo.

¿Y cuál es el peaje?

Si querer salir de aquel agujero ruso tocando un espejo había significado pedir acceso a su reino, no era lo que yo habría querido, pero al parecer aquel ser lo aceptaba de esa manera y desde luego discutir con él no era una opción, así que miré a Marta y asentí de acuerdo a sus palabras-Eso es ¿cómo lograremos satisfacer ese..peaje?- pregunté confuso y a la vez intrigado.

Imaginé que lo de roja iba por mí. Enya había utilizado ese término conmigo anteriormente.
Señor-exclamo cuando sus ojos brillantes miran en mi dirección Tal y como comenté telepáticamente y en privado a Diego, mis condiciones incluyen el renegociado de la deuda adquirida por nuestro líder. No tiene que ser ahora.. podría muy bien ser tras acaban aquello que le sea encomendado. Pero debe existir esa voluntad de negociación

Me cuesta encontrar palabras adecuadas para hablar con el Elfo. No recuerdo ni una vez en mi vida haber usado el verbo encomendar.

Mira fijamente a Eva

- Un trato es un trato, las condiciones están selladas... dos veces... Una roja negociando... Dónde se ha visto... (suelta una pequeña risa chillona) Y, a propósito, en Mi Reino nadie habla a mis espaldas... Porque no se puede. Tu destino está unido al de Don Diego. Su palabra, Tu palabra, Mi palabra. Cuando vuestros compañeros decidan su propio destino seréis llevados al destino que Don Diego solicitó en su trato. 

Vuelve la mirada hacia Marya y Ferro

- ¿Y tu eres una morada? Respecto al peaje... ¿Qué me ofrecéis? Os lo advierto... Me aburro fácilmente... Si no me satisfacéis pronto, os añadiré al trato de Don Diego y así lo facilitaremos todo. 

Qué remedio, con el tuyo dejaba de tener sentido. Mañana veré que escribo, Ya no son horas.