Partida Rol por web

Groan también se preparó para lo peor, pero… nada, silencio. Bueno, todo el silencio que puede haber en un bosque.

No había que explorar mucho para daros cuenta de que los cadáveres permanecían tirados en el mismo lugar en el que habían caído, pero en aquella explanada nada daba señales de vida.

Aunque aún estaban aquellos edificios, a la izquierda el de piedra que soportaba el peso de parte de las raíces de un árbol, los otros dos de madera construidos más recientemente, aunque claro, que edificio de madera soporta el paso de décadas, tal vez siglos…

Eadar observa a todos lados por cada paso que da. Le parece muy extraña la soledad del campamento y la quietud. Quizá incluso más sobrecogedora si cabe.

Mira a sus compañeros para confirmar que estaban dispuestos a adentrarse en el lugar y con cautela avanza hacia una de las cabañas de madera arco y flecha en alto.

Me sorprende la quietud del lugar, tanto más por haber tenido ayer una refriega importante. Mi vista escruta el lugar y a poco de dar unos pasos en dirección hacia las construcciones, me percato de los cuerpos de los cazadores en el lugar. "Qué clase de persona dejaría aquí a su compañero de batalla, tirado como si no le importase su descanso", pienso al verles.

Veo a Eadar caminar hacia una de las chozas y le sigo, aunque inmediatamente me separo pues la casa de piedra con el árbol llama mi atención de inmediato. Cauteloso, doy un paso tras otro y me acerco para ver si aún hay gentes allí, con el escudo al frente y la maza preparada en caso que nos esperen.

Me muevo sigilosamente hacia la hoguera para tener perspectiva de todo el claro, luego miro al edificio de piedra. Veo que Angainor se mueve hacia el y le sigo cubriendo su avance. Eadar en cambio se mueve hacia las de madera.

- Angainor voy detrás tuya...será mejor que no nos quedemos solos...este lugar me produce escalofríos...

Me muevo tres o cuatro pasos detrás de Angainor aunque tendido hacia la izquierda para no estar detrás de él, en caso de peligro podría disparar sin que él fuera un obstáculo y ofrecerle cobertura si tiene que salir corriendo.

Mut y Angainor van hacia el edificio de piedra, y Eadar hacia una de las cabañas. Sigo a éste, pues las cabañas son dos, y nunca se sabe de dónde puede venir el peligro.

-Mut dice bien, mejor no quedarnos solos.. Groan, ven también, así podremos revisar las cabañas los tres.

La quietud del bosque era estremecedora, e invitaba a estar alerta.

Eadar, Lorgan y Groan que se decide a reforzar vuestro grupo, os dirigís a la cabaña de la derecha. Lo más llamativo de la estancia es un manantial que nace en el centro de la misma. Hay un pequeño estanque y varias frutas y hortalizas flotando en ella, seguramente para que se mantengan frescas. 

Junto a varias paredes, hay unas cestas con extrañas piezas talladas en madera, deben de ser totems o amuletos. Junto al estanque hay un vasija de barro que contiene un líquido espeso de color marrón, pero no lográis identificar de que se trata el contenido.

Entre las cosas que flotan en el agua Eadar cree identificar un par de cosas que no son comestibles al uso. Un ramillete de hojas que juraría que son capaces de des-aturdir, y un par de nueces que tienen la propiedad de cortar hemorragias. Ambas cosas pueden ser usadas o vendidas ya que se suelen pagar bastante bien.

De los humanos ni rastro en esta cabaña.

Groan marcha con el otro grupo en dirección a las cabañas. Mientras Mut y Angainor se dirigen al edificio que está construido enteramente de piedra, de roca sólida que ha resistido muy bien el paso de los años. Está junto a una colina y abrazado por las raíces de un gran árbol.

La puerta no tiene con que cerrarse, está siempre abierta y en su interior huele a humedad y su interior es un poco oscuro. El suelo se va elevando en dirección al fondo, creando un entrepiso. El techo y las paredes están adornados, dibujos tallados en la misma roca, con forma de espiral.

Al poco os dais cuenta que en el techo está representadas las estrellas del cielo. Y en el fondo hay un altar, con un precioso disco de plata incrustado en la roca. Lo demás es bastante diáfano y no hay rastro de ningún humano.

Al entrar en aquella primera cabaña, Eadar entra con el arco en alto, dispuesto a tarvesar a lo primero que se mueva. Sin embargo, nadie hay en su interior. En su lugar numerosa comida, hierbas y demás cosas.

-Parece ser un almacén. Dijo relajndo el brazo. Bajó el arco y se acercó a la fuente, y pudo identificar algunas hierbas.

-Esto puede sernos útil. Dijo recogiendo las nueces y las hierbas. Siguió avanzando y observó el contenido de la vasija, pero sin saber que era lo que contenía. Preguntó a sus compañeros por si alguno supiese:

-¿Sabéis que puede ser esto?

Tras lo cual recorrió el perímetro de la cabaña y buscó si hubiese alguna trampilla. Si era un almacén, seguramente tuviesen alguna trampilla dónde ocultar lo más importante. Había que asegurarse que estaba completamente vacía aquella cabaña antes de investigar la siguiente.

Doy unos pasos para terminar adentrándome en el edificio, deteniendo mi vista en el árbol pues bastante ha llamado mi atención. Un leve manto de oscuridad cubre el recinto pero mis ojos van acostumbrándose rápido y se relajan. Otrora estos mismos ojos debieron ver a compañeros bajo la tierra, entre los pasillos y los pabellones cubiertos de roca de las grandes opulentas casas enanas.

Comienzo a camina y a observar las paredes, los dibujos, hasta detenerme en el metálico disco al fondo. Miro hacia Mut.

"- Un santuario sagrado... eso es lo que la voz dijo ayer. Esta debe ser su capilla, su lugar de rezo y meditación. Es extraño que no se hayan llevado eso- el digo señalando el disco- pues debe tener su importancia dada la austeridad de la habitación".

Doy unos pasos más y continúo mirando el lugar, intentando ver algo que llame mi atención, tratando de descartar cualquier cosa.

Observo con detenimiento la estancia en busca de trampas como las que nos hemos encontrado en el bosque, al fin y al cabo es posible que hayan colocado alguna en este lugar sobretodo si es importante para ellos.

- Angainor cuidado con lo que tocas o mueves...puede haber trampas... - le indico a mi compañero para que tenga cuidado.

Observo el "cielo" que se muestra en el techo y le digo a mi compañero:

- Parece que las estrellas son importantes para ellos...

Avanzo con sumo cuidado comprobando no pisar ninguna baldosa falsa o activar algún resorte ya que no quisiera encontrarme en peligro inminente por entrar en un altar.

Ya que Eadar había recogido las nueces y las hojas, eché también un vistazo a la vasija. Su contenido era marrón, y no recordaba haberlo visto antes, ni nada que se le pareciese.

-No sabría decir qué es, ni si nos puede ser útil. Quizás Groan sepa de qué se trata..Sino, mejor lo dejamos donde está. Miraré bajo las cestas y los bastidores, a lo mejor hay algo escondido..

Busco a ver si algo extraño aparece, y si eso no ocurre, la siguiente cabaña será nuestro destino.

Me detengo y me quedo en el lugar ante las palabras de mi compañero. Tiene razón, mi curiosidad e interés podría jugarme una mala pasada. Escucho lo que dice respecto del techo y miro hacia arriba, prestando ahora atención a ello.

"- Es verdad, pareciera como si algo en las estrellas llamara su atención... tal vez pidan información o consejo a ellas o al señor de los cielos, tal vez solamente las veneren y ya- contesto a Mut".

Eadar se toma las hojas y las nueces y las guarda de momento entre sus pertenencias, en realidad ha sido un gran hallazgo. Groan se acerca y huele el interior de la vasija, ligeramente ácido – Ummm Creo que puede ser... - Mete un dedo en el interior y lame el líquido – Es el jugo de Coraco, una baya que tiene propiedades curativas, sería un engorro llevarlo así en la jarra, pero se podría meter en una cantimplora. Tened, vosotros sufristeis las heridas es justo que lo guardéis por si os sirve de utilidad - Os tiende la vasija de barro

Al margen de estos objetos no encontráis nada más de interés en esta cabaña.

El disco tiene unas extrañas formas gravadas, y os dais cuenta de que representa las marcas que se le ven a la luna. Haciendo palanca con una arma de fijo quizás se podría desencajar el objeto de la roca.

Aquí dentro hace fresco, son curiosas las tallas en la parez, debe de ser una curiosa raza apartada de la civilización. A parte del musgo y de las cosas ya citadas, no parecen haber trampas ni ninguna otra cosa de interés. 

- No parece haber trampas - le comento a Angainor - pero de todas formas ten cuidado donde pisas. 

Me relajo un poco aunque la verdad es que no puedo hacerlo demasiado, es el sitio lo que me mantiene intranquilo. Me mantengo cerca de la salida para poder observar el exterior cada pocos segundos ya que no quiero que nos sorprendan y quedar encerrados en este templo.

Desde la distancia observo el disco y digo:

- El disco parece representar las manchas de Ithil, es posible que adoren a Tilion por ello. Échale un vistazo a ver qué está hecho...los enanos sois mejores tasadores que un granjero hobbit...

Sigo observando y protegiendo la espalda de mi compañero ya que me temo que esta calma precederá a una gran tormenta.

"- Bien, eso es bueno. Si no hay trampas hay algo menos de qué preocuparse. Aunque es verdad, caminaré con cuidado- contesto a Mut con una sonrisa".

Me giro y observo a mi compañero cerca de la salida, actuando con cautela. Aprovechando la cobertura que él me brinda, me detengo en las figuras y grabados de las paredes y el techo, luego mi vista se ocupa del disco de metal, en el que ahora puedo ver ciertas marcas. La voz del hobbit llama mi atención.

"- Ese nombre... tanto tiempo en contacto con los humanos que varias palabras se han perdido en mi mente. Es interesante lo que dices y tal vez tengas razón respecto a su adoración. Incluso la noche estrellada en el techo junto a las marcas de las paredes tal vez se refieran al ciclo, el camino que Ithil y Anar recorren en el cielo- le expreso ante sus palabras y doy unos cautos pasos hacia el disco-. A simple vista pareciera ser plata aunque no creo poder precisar qué tan refinado es el metal... podría intentar quitar el disco si quieres, pero me sentiría más cómodo dejándolo donde está. Prefiero no molestar ni caer en mala gracia frente a Tilion o cualquiera sea el dios al que adoran. Por otra parte, tal vez Lorgan o Eadar puedan darse idea de estos grabados- agrego".

- Pues si crees que quitar el disco no traerá buenos presagios mejor que permanezca en la pared, no me gustaría que el brujo que está con ellos me hechizara... - digo rápidamente - ...salgamos y hablemos con Lorgan y Eadar, puede que conozcan algún símbolo de los que aparecen grabados, puede que Groan los haya visto alguna vez...al fin y al cabo conoce mejor estas tierras que nosotros...

Escucho las palabras de Groan, y me parece útil lo del jugo de Coraco. No lo conocía, tal vez fuese una especialidad local, pero decidí llevarme un poco.

-Menos mal que tú sabes lo que es, Groan. Me parece que haré caso de tu sugerencia, y llevaré de ese jugo en mi cantimplora.

La rellené con cuidado, y comenté mientras la cerraba:

-Aquí parece no haber nada. Vayamos a la otra cabaña sin perder tiempo. Tampoco se oye nada respecto a nuestros amigos, espero que no hayan tenido encuentros desagradables.. Iré saliendo hacia la otra construcción -me pongo en pie y me encamino hacia la salida de la cabaña.

Asintiendo a las palabras de su compañero y siguiendo sus pasos, rellenó su cantimplora y siguió a su compañero fuera del lugar, con el arco tenso y una flecha lista para ser disparada. La tensión era palpable y ante cualquier contrariedad la flecha surcaría el aire. De eso estaba seguro.