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- Humanos.

Son una de las razas predominantes en el valle, aunque se dividen en tres tipos. Los habitantes del pueblo de Aralía, conformados por una mezcla de bribones, artesanos, campesinos, mineros, cazadores, pescaderos, tenderos y demás, aquellos que prefieren vivir por su cuenta, en las granjas y casas dispersas alrededor del valle y las tribus bárbaras, quiénes tienen su hogar en las montañas y se encuentran en una guerra permanente contra los clanes de orcos, goblins y ogros.

Los habitantes del poblado hicieron un trato hace ya mucho tiempo con los gigantes, gracias a lo cual no suelen ser molestados o atacados tan a menudo como podría esperarse, ya que la mayoría de los seres que deseen acercarse a la aldea, tienen que evadir primero a los grupos de gigantes que patrullan los alrededores, llevando sus rebaños de animales o trabajando en algún proyecto de los del poblado. 

- Elfos y semielfos.

Existen pocos elfos en el valle de Aralía. Los que no viven en el pueblo, son llamados Silvanos o "salvajes" por la gente de la aldea y tienen su hogar en el Bosque Viejo, formando pequeños grupos individuales, que no responden ante nadie. 

Los silvanos generalmente evitan a los del pueblo y estos a su vez, no les molestan, viviendo cada quién por su lado. Aún así, de vez en cuando algún humano o humana es cautivado por los encantos de un elfo o elfa y el resultado de tales uniones son los mestizos semielfos, los cuales no son tan menospreciados en el valle como en otras regiones de Solsten. 

- Enanos.

Antaño una de las razas más poderosas del mundo, poseedores de una avanzada civilización, esta especie llego a su ocaso debido a circunstancias que no han querido especificar. Quizá fuera su guerra permanente contra los engendros del inframundo, su baja tasa de natalidad o alguna enfermedad o maldición que los privo de descendencia, pero el hecho es que apenas hay enanos hoy en día en Aralía. 

Son contados los miembros de esta raza barbuda y tenaz los que han decidido quedarse en el valle. Son respetados como mineros y herreros de gran habilidad, pero ellos se mantienen reservados y orgullosos, apenas hablan con nadie que no sea otro enano y en general, se les tiene por solitarios amargados, debido a la pérdida de sus conocimientos y al declive general de su especie.

- Goblins.

Para algunos, sobre todo en las casas y granjas más solitarias y apartadas, una peste o un terror. Para otros, más numerosos y mejor armados, un mero fastidio, los goblins se encuentran dispersos por el valle, formando docenas de tribus guerreras que se matan entre sí cuando no están luchando contra cualquier otra cosa. 

Voraces, rapaces, crueles pero cobardes ante quiénes los enfrentan, los goblins rara vez tienen el atrevimiento de bajar de las montañas hacia el pueblo, ya que son machacados rápidamente por la fuerza de los gigantes y las flechas y espadas de la guarnición local.  

Aún así, estas pequeñas y verdes criaturas se afanan en robar gallinas, puercos, cabras y cosechas, atacando ocasionalmente a los viajeros o a algún aldeano solitario, metiéndose también en las viejas ruinas y en cuevas abandonadas, buscando comida, comodidades y riquezas fáciles. 

- Orcos y semiorcos.

Los fieros clanes de orcos de Aralía nunca han terminado de aceptar la presencia en el valle de los humanos, elfos, enanos y otras razas y hace tiempo que habrían acabado por declarar una guerra de no ser porque la presencia de los gigantes los desalienta de ello. En lugar de eso, sus partidas de guerra se limitan a recorrer las montañas, cazando lo mismo animales y monstruos que bandidos o bárbaros. 

Los fuertes de los orcos están repartidos en toda la cordillera y es casi imposible recorrer las montañas sin toparse con algún grupo de ellos. No se sabe entonces como terminara todo. A veces los orcos aceptan dejar con vida a los viajeros, a cambio de un "tributo" y en otras, las espadas y las hachas se manchan de rojo, hasta que solo queda un bando vencedor. 

Con todo, algunos orcos han decidido tratar de vivir entre los del pueblo, como cazadores, rastreadores y guerreros mercenarios, si bien estos generalmente son los exiliados o rechazados por su propia gente. Y no faltan algunos mestizos también, producto de la violación de alguna campesina o de una simple revolcada casual que dio como resultado un hijo inesperado.  

- Gnomos y medianos.

Estas menudas razas llegaron al valle cuando este ya había sido un poco más colonizado, arribando en una caravana que buscaba nuevas tierras donde establecerse. Fueron bien recibidos por los locales y pronto se integraron al pueblo de Aralía, al grado de que a día de hoy no es raro ver a un gnomo viviendo al lado de un humano o a un mediano labrando su campo junto a su vecino.

Los gnomos se han dedicado más al comercio y al desarrollo de extrañas maquinas e inventos, mientras que los medianos han optado por la vida campestre, viviendo en granjas o como cazadores, leñadores y pescadores.  

- Gigantes.

Una de las razas más antiguas del mundo, también fueron de los primeros en habitar el valle, mucho antes que todos los demás, salvo quizá por los dragones. Los gigantes de Aralía son en general, una raza amable y tranquila de criaturas que alcanzan una estatura de 6 a 12 metros y cuya fuerza los ha hecho temibles para todas las demás especies de la región.

Los gigantes viven en grupos familiares nómadas, andando de aquí para allá a donde gusten, paseando sus rebaños por las llanuras del valle y defendiendo este de las incursiones de monstruos o animales salvajes. 

Su pacto con la gente del pueblo fue sin duda lo que permitió que este no fuera completamente arrasado, sino que creciera y prosperara. A cambio de su protección y del trabajo que de vez en cuando realizan en favor de los aldeanos, como construir una cabaña, alzar un nuevo muro, ayudar a arar un campo y cosas por el estilo, los gigantes solo piden a cambio una herramienta, un arma o una vestimenta acorde a sus dimensiones, una carreta llena de comida o de barricas de vino.   

- Dremora.

El mundo donde viven todas las razas anteriormente mencionadas y muchas más que aún no han sido presentadas es solo uno de muchos dentro de lo que los sabios y eruditos llaman "El plano mortal" o "El plano material". Pero existen otros planos, de donde ocasionalmente llegan al plano mortal criaturas ajenas a este, provenientes de alguna otra dimensión. 

Dentro de estos se cuentan los daedra, criaturas del plano llamado Oblivion, los cuales pueden ser convocados por hechiceros, brujas y magos para que les sirvan por algún tiempo. Los más inteligentes y poderosos dentro de los daedra susceptibles de ser invocados son los Dremora, una raza de criaturas humanoides y perversas, para quiénes la inmortalidad solo es tolerable infligiendo dolor a otros bajo las órdenes de sus maestros, los poderosos Príncipes Daédricos. 

- Brujas cuervo.

Unas de las criaturas más miserables, asquerosas y odiadas que puedan existir sobre el mundo, las brujas cuervo son seres de pura maldad, que se dedican a infligir tormentos sobre los demás. Causar daño, sembrar el caos, atormentar inocentes y matar todo lo que se cruce en su camino parecen ser sus únicas motivaciones. 

Las brujas cuervo habitan en las montañas y en el Bosque Viejo, aunque se sabe que su guarida es un pico negro y pelado llamado "Colina de las brujas", donde se reúnen para realizar sacrificios y ritos para los dioses siniestros a los que sirven, raptando para ello infantes o arrancando el corazón de viajeros y otros seres a quiénes hayan logrado capturar con vida.