Partida Rol por web

Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

Aventuras

Un día cualquiera

Cargando editor
29/03/2018, 22:42
Frederika Ud Zarik
Sólo para el director

Frederika maldijo por lo bajo al ver que su respuesta no había sido la correcta. Era difícil, teniendo en cuenta que era una cuestión de perspectiva, cuya respuesta no podía ser verdadera para otros así como la del resto no lo sería para ella. No obstante, aquello había demostrado que había algo de interés en aquel lugar y que había un misterio que descubrir al respecto, en especial tras oír aquello respecto a que no era digna. Eso significaba que había otros que sí lo eran... tal vez Layla sabría algo de ello. Tendría que preguntárselo cuando volviera a verla, si es que no terminaba muerta por robar tumbas. Estaba claro que había cosas que ella ocultaba, y podía haber una posibilidad de esa puerta estuviera relacionada con la mujer pálida que la nigromante buscaba.

Sin embargo, por el momento estaba claro que tendría que regresar, en primer lugar para descansar un poco ya que había estado casi toda la noche con aquella investigación y era tiempo de que descansara en la comodidad de su hogar. Si bien tendría que pensar en algo para mejorar la entrada de oro a sus bolsillos, al menos hasta que Layla decidiera aceptar su propuesta, si es que ésta aceptaba y no se había burlado de la elfa. Estaba claro que mientras que la sacerdotisa no se retirara por siempre de su maldita muestra de caridad a los campesinos, la nigromante no podría obtener ciertas ganancias por sanar a dichos campesinos. Bien podría ofrecer sus servicios a aventureros, como había dicho la chica en su momento, si bien no sabía si aquello era una buena idea.

No obstante, era tiempo de regresar, y no tardó demasiado en comenzar el camino de regreso al poblado para poder dormir un poco en su hermosa cama. Luego tendría que pasar por la posada para ver si podía convencer a alguien de que la invitara a algo de comer mientras pensaba una manera de obtener oro, sin tener que recurrir a matar a la sacerdotisa por su cuenta.

Cargando editor
31/03/2018, 03:28
Kir Kanos

 - Voy detrás de ti, maestro... - Respondí, mientras seguía a Darvin. A continuación me dirigí a mi propio aprendiz y le sugerí. - Busca un buen lugar donde esconderte y espéranos ahí hasta que volvamos, no vayan a aparecer más orcos por aquí mientras estamos fuera.

Cargando editor
01/04/2018, 01:07
Pitah Mintel

Las palabras de Darvin y luego la confirmación de Kir fueron como un golpe de realidad en Pitah, la verdad es que realmente el muchacho no sabía pelear y sería más un estorbo que otra cosa, por un lado fue un alivio para el rollizo muchacho, pero por el otro se sintió altamente desdichado.

Asintió con la cabeza mientras veía a su maestro y al maestro de éste marchar a la batalla... Mejor sería si preparase las cosas por si alguno salía herido...

Cogió ramas para hacer posibles tablillas y plantas que podían funcionar como cuerdas, mientras buscaba la mejor forma de ocultarse para no causar problemas, miró los árboles pero su peso y su contextura física no le permitirían subirse a ellos, por lo que decidió esconderse en unos matorrales cercanos.

Cargando editor
03/04/2018, 00:14
Tibor Navin

Varias semanas llevaba en Aralia y lo único que había hecho era trabajar y trabajar, no le pagaban mucho pero por lo menos tenía un lugar donde pasar la noche, y los caballos siempre le habían gustado.

Junto a la torre de la milicia del pueblo se encontraban las caballerizas, y por limpiarlas y cuidar de los animales Tibor consiguió unas monedas de oro y un rincón donde dormir, junto a un montón de trastos y viejas herramientas. Tal vez más adelante cuando tuviese más confianza con los milicianos les pediría que le instruyesen en las artes militares. 

Hoy ha madrugado más de lo normal, faltan todavía unas horas para el amanecer y un rayo de luz de Luna se cuela por la ventana de las cuadras, cuando de pronto se oye un aullido penetrante que le paraliza y rompe el silencio de la noche y todo son relinchos, bufidos y golpes de coces contra el suelo y las paredes de madera ¿no serán ciertos los rumores que dicen que hay un hombre lobo en el pueblo? Se quita rápidamente esos pensamientos de la cabeza pues además de tranquilizar a los animales tiene que terminar de limpiar las cuadras para poder escaparse un rato porque hoy es día de mercado.

En poco tiempo toda la plaza bullirá de gente de aquí para allá montando los puestos del mercado y vendrá gente de todos sitios y tal vez con suerte vea a algún elfo y pueda charlar con él acerca de temas de arquería. O podría acercarse a la taberna y charlar con alguien y preguntar por Irsvig y sus habitantes, o mejor aún, si logra reunir el valor suficiente se acercaría a hablar con Frederika Ud Zarik, la nueva sanadora que ha llegado al pueblo, dicen que es elfa, y quizás venga de allí mismo. 

Cargando editor
04/04/2018, 04:35
Kader Peth

Kader se había levantado con el canto del primer gallo esa mañana, hacía casi quince días que estaba en ese pueblo pero aún no se acostumbraba al sonido de los animales que allí había. La gran ciudad en la que había vivido toda su vida no se parecía en nada a ese precario lugar, de hecho durante los últimos años había pasado sus días en compañía de libros y sabios dentro de las paredes de la academia. Sus noches, en cambio, siempre resultaban una aventura, encuentros de lo mas variados nacían cada noche, desde bailes hasta aburridas conversaciones, desde cerveza en tabernas hasta refinados licores en mansiones nobles, un pescador o una doncella, un guerrero o una hechicera, la vida se renovaba en esas noches, en contraste con los densos libros que ocupaban su día. 

Había lamentado profundamente el día en que su superior lo envío a ese valle perdido, del cual apenas había unas reseñas en la biblioteca. Llevaba consigo la misión de registrar la historia de ese inhóspito pueblo, era su primer trabajo de campo y pese a que hubiese preferido ir a un lugar más interesante, se había tomado la tarea con responsabilidad. Tenía ya una idea de quién era quien dentro de esa aldea, así que iba siendo hora de explorar un poco mas los misterios del valle.

Esa mañana fue a la taberna a desayunar, mientras ordenaba sus notas y repasaba los rumores que había escuchado en esos días. El pan caliente de ese lugar despertaba en él su apetito, no solo de comida, también de conocimiento y aventuras. Será un gran día, se dijo, mientras su mirada se perdía en el ventanal.