Partida Rol por web

Tras separaros de vuestros compañeros caminais de nuevo hacia el sur, alejandoos de la cabaña que os ha servido de hogar durante tanto tiempo y del frio que ha templado vuestro espíritu y ha endurecido vuestros cuerpos.

Jorandash, una vez en el camino, atravesando pueblos y ciudades, ha recuperado su antiguo porte serio de líder inflexible y severo, como si el regreso a la civilización le obligara a adoptar un papel predeterminado.

Cuando llegais a la capital de Spol, una pequeña ciudad fortificada, Jorandash os tiene que dejar solos; Dice tener que hablar con alguien importante y determina un lugar y una hora para reuniros: Dentro de dos horas en la gran fuente del barrio de los comerciantes.

Durante todo el camino hasta la capital de Spol he estado callada, cuando Jorandash nos deja solos lo miro alejarse con recelo.

-Donde crees que va?- miro a Kilder algo preocupada- Espero que no nos la juegue, si trata de vendernos como esclavos o algo parecido, lo matare.  Tengo planes y no sera el quien los eche a perder. Desde luego se ha comportado desde que nos dejaron a su cargo, pero no se yo...Nunca me he fiado completamente de el...

Dejo la frase en el aire y observo a Kilder tratando de adivinar que piensa.   ​​ ​ ​ 

Le quito importancia a lo que dice Loranda, aunque algo preocupado si que estoy...

-No te preocupes Loranda, si nos quisiese traicionar ya lo habría hecho, ten en cuenta, que el solo podría deshacerse de nosotros en un asalto. Espero que no le gusten mis posesiones -me aferro al bastón, y cierro el puño del anillo- Por cierto -me golpeo los bolsillos- no tengo dinero, ya nos podría haber dejado algo, como mínimo un adelanto de la paga... demos una vuelta por aquí, a ver si encontramos algo interesante... igual encontramos algún espectáculo.

Como si las palabras de Kilder hubiesen tenido algún poder de convocación, una música animada llega rapidamente a vuestros oídos y las gentes del lugar hacen un corrillo alrededor de la calle principal donde varias carretas avanzan, seguidas por una pequeña orquesta d eviento y percusión. A la cabeza de la caravana, un hombre alto con una voz más que potente anuncia el espectáculo que acaba de llegar.

-¡Desde las áridas tierras de Prax, vean las exóticas bestias de monta de los salvajes nómadas!- Mientras señala un carro-jaula lleno de caballos a ratas blancas y negras y enormes ciervos. -¡Desde las llanuras de Sartar, los poderosos uros!- Dice señalando la segunda carreta, donde llevan un enorme toro peludo. Después pasan varias jaulas menos impresionantes llenas de pequeños mamíferos, reptiles enormes y otras rarezas, hasta que llega la última. -Y desde las lejanas junglas palmaltelanas... ¡Vean a los inmensos hombres de la jungla, capaces de aplastar a un ejército entero con sus poderosos brazos!.

Un operario aparta una cortina frente a la jaula y podeis ver dos figuras enormes, parecidas a monos pero mucho más grandes, negras y feroces. Los hombres de la jungla miran entre asustados y enfurecidos a la multitud, que no dejan de gritar asustados y admirados.

Entre cierro los ojos, ya hay alguien azuzando un fuego, y el humo no me deja ver.

Me rasco los ojos mientras sigo escuchando al hombre, y le comento a Loranda:

-No veo nada Loranda, ¿qué son esos bichos?

La musica y la multitud llaman mi atencion, desvio la mirada hacia alli y me fijo en las bestias que estan dentro de las jaulas.

-Parecen caballos y ciervos, hay algunas bestias mas pero no sabria decirte, Kilder. Podriamos acercarnos mas a ver, en aquella jaula de alli hay seres parecidos a monos, da la impresion de que estan asustados. 

Sopesando la situación y aun frotándome los ojos, le respondo:

-Esperemos aquí a que pasen, no me gustaría estar cerca de los monstruos que ha nombrado, ya he tenido suficientes en la torre.

Kilder parecia haber recuperado el sentido comun y le sonrei a la vez que asentia. 

-Tienes razon, sera mejor que esperemos aqui. 

Contemplais el desfile de jaulas con animales exóticos con curiosidad hasta que de pronto, uno de los simios gigantes parece ponerse muy nervioso; Da vueltas sobre si mismo, grita, sacude los brazos y de pronto, en un ataque de bestialidad desenfrenada, se agarra a los barrotes que le mantienen preso y los arranca de cuajo.

La multitud sale en desbandada, chillando y pisoteandose unos a otros para escapar del animal, que se golpea en al pecho con ambos puños. Un grupo de guardias de la ciudad se acercan a él para tratar de reducirle pero el monstruo los aparta a un lado de un manotazo, dejandolos en el suelo en un amasijo de armas, escudos y piezas de armadura sueltas.

La gente está aterrorizada y el domador parece no ser capaz de controlar su furia.

Asustada, reacciono rapidamente y trato de controlar a la fiera para evitar una tragedia. 

-Tenemos que hacer algo, Kilder. No quiero que muera nadie incluido ese gran mono- conjuro confusion sobre el mono para intentar tranquilizarlo. 

Agarro un brazo de Loranda, y estiro de el.

-Todos mis hechizos son dañinos.. si no quieres que salga nadie herido, vámonos de aquí corriendo...

-No, Kilder, espera! Si esos hombres de la jungla deciden matar a la gente, moriran muchas personas, tengo que intentarlo, deja que lo intente de nuevo, por favor!- hago un movimiento y me libero de Kilder que me agarra el brazo. Se que corremos peligro, si la bestia no es controlada acabaremos como el grupo de guardias que intento tranquilizarlo, pero no puedo irme asi, aun no. Me acuero de Swen y del regalo que me hizo antes de separarnos y pienso que ha llegado el momento de usarlo, puede que sirva para algo. Me concentro e intento comunicarme con el mono gigante en todos los idiomas en los que soy capaz de expresarme. El mensaje que trato de hacerle llegar es tranquilizador, le pido al mono que se calme y no haga daño a nadie y si es capaz de comunicarse conmigo que lo haga y me diga que lo asusta.  

Escucho la terquedad de mi compañera, y veo como se libera de mi mano de un golpe seco. Acto seguido comienzo un cántico, apenas audible como un susurro, mientras apoyando el bastón en mi hombro, con las dos manos voy trazando una esfera imaginaria, y mis ojos comienzan a enrojecerse.

Prepararé incinerar 5 veces mas fuerte de lo normal...

Cuando la gente comienza a apartarse, veo el tamaño del animal, mi ojos se clavan en el como dos puñales, y subo la concentración de mi hechizo a 20 veces mas fuerte de lo normal.

Mis ojos enrojecen mas, y de mis dedos comienzan a chisporrotear algunas llamas...

El enorme simio salta entre la multitud que corre despavorida en todas direcciónes y agarra por la cabeza a un anciano que no había sido capaz de salir de su alcance, lanzandole con uina fuerza sobrehumana contra un muro. El viejo se estrella con un ruido seco y queda tendido en el suelo en una postura imposible para un ser vivo.

La gente llama a la guardia, que llega con cuentagotas y buscan la forma de unirse para luchar con la bestia.

Aterrorizada al ver que el simio empieza a matar gente hago un ultimo intento por confundirlo y conjuro rapidamente sobre el. 

Escucho de fondo a Loranda recitar un conjuro, desconocido para mi, y espero a ver el resultado.

Mis puntos de magia son demasiado valiosos para quemarlos con un mono, esperaré al último momento a ver que pasa...

Mi cabello comienza a elevarse por el calor que están soportando mis manos, y mis ojos parece que vana  estallar. mantener un conjuro tan potenciado no es tarea fácil.