Partida Rol por web

Abandonando el hangar, te diriges hacia la cantina. Está medio llena de soldados de permiso que juegan a las cartas o se toman unas copas. Todos te saludan al entrar.

-¡Ey Spartan! -te dice uno-. He oído que Starbuck se ha vuelto a cargar el muelle de aterrizaje ¿qué ha pasado? -pregunta riendo.

Le ha explotado uno de los motores, es lo que tiene volar en piezas de museo y apenas tener personal. Pero podeis imaginaros el humor que tiene Starbuck...yo de vosotros tendria cuidado cuando aparezca.

De hecho cuando vi la explosion me ofreci a ayudarla por si no tenia vision o tenia mal los sistemas y ni se molesto en contestar. Ya sabeis, la simpatia en persona.

Que tal vosotros?, alguna novedad?.

-Nada, un día tranquilo sin ninguna fraking tostadora ¿Qué más se puede pedir?

Desde la mesa de las cartas te hicieron señas.

-Vamos Lynch, tenemos un sitio de sobra. Trae tus kubits aquí.

Spartan se dirige a la mesa donde le han desafiado a una partida. No saben lo que hacen...

Por supuesto...cartas y alcohol, que mejor manera de relajarse despues de esta mision tan accidentada.

Mientras le dan cartas piensa en que aprender de mecanica puede salvarle la vida de darse algo similar en su viper y ademas podra ayudar a los escasos mecanicos que llevan a bordo.

Mira las cartas QQ, no pinta nada mal....

-¿Y qué tal es volar con Starbuck, Lynch? -te pregunta uno de los pilotos, un tal "Hot Dog, mientras estudia sus cartas-. He oído que no hay piloto más loco en la flota que ella.

Su nivel de pilotaje y locura están parejos, creo que con eso te digo todo. Es muy hábil a los mandos del viper, y mortífera. Son embargo, si me das a elegir compañero creo que elegiría cualquier otro. Si afán de matar Zylons a veces pone en peligro a todos sus compañeros. Sin embargo si dices algo de esto, negare haberlo dicho. No quiero problemas. Se dice que es el ojito derecho de Adama, lo que no se de quien de los dos. Y tampoco suelo hacer caso de habladurías.

-Pues yo he oído que es el ojito derecho de los dos Adama -dice Hot Dog dándole un codazo cómplice al compañero de su izquierda que se limitó a reir-. Juego, 40 kubits.

En ese momento resuena la voz de Dualla en los altavoces de comunicaciones de la cantina.

-Lynch acuda al hangar. Brice Lynch al hangar para salida al exterior...
 

Joder, ya...esto no suena nada bien. Una salida tan pronto...esto no huele bien.

Lynch se levanta rapidamente.

Te libras de una buena Hot Dog, llevaba pareja de damas.

Si es un ataque Zylon, que es lo mas probable no tiene tiempo que perder, asi que sale corriendo como alma que lleva el diablo.

Vagabundeando por los pasillos de la nave te topas con marines de guardia u oficiales que caminan hacia sus asignaciones. Muchos te lanzan miradas de curiosidad o hablan entre ellos mientras te señalan. Es obvio que te conocen de la televisión, ya que muchos de los oficiales de Galáctica son de Caprica. Logras localizar la cantina, una estancia amplia con mesas redondas y sillas metálicas donde media docena de soldados de permiso juegan a las cartas o se toman unas copas.

Gaius se sentiría como un bicho raro caminando entre militares si no fuera porque siempre se había sentido así. Ya entre civiles, él era único, especial. Así que no le incomodaron las miradas que algunos le dirigían en su camino hacia la cantina.

Al final la encontró, habían algunos militares descansando o jugando al triad. Él tenía cosas que hacer, aunque no sabía como hacerlas. Supuso que no le importaría a los demás que se tomara un descanso entre cálculos. Siempre podía poner la excusa de que estaba familiarizándose con la nave y los soldados. Los militares le daban una especial importancia a la integración.

-Supongo que no tendrá Ambrosía- le dijo al barman- póngame una cerveza.

-No, no tenemos doctor -dice el encargado de la cantina poniéndote sobre la barra una jarra metálica llena de espumosa cerveza.

Gaius coge la jarra que le tiende el barman. por supuesto que no había Ambrosía. Los militares tenían suministros, pero no lujos. No le extrañó que no tuvieran aquel néctar verde en la nave. Y tampoco le importó.

Se acercó a los que estaban jugando al triad. SU tono en la voz era chulesca, carácterística en él cuando habían mujeres cerca.

-¿Os importa que me una a la partida? Si no os importa que os gane, claro.

-No nos importa si tiene kubits o algo más sustancioso para apostar, doctor -dijo el piloto riéndose y señalando una de las sillas- ¿Cómo va todo por el laboratorio? ¿Está todo a su gusto?

Sin dudarlo, el científico se acercó al asiento que señalaba el joven militar.

-Tranquilo, no pienso perder- dijo, aunque su tono no era pretencioso, si no más bien jocoso- El laboratorio es amplio, aunque quizá necesite en un futuro de más material o maquinaria- si es que sabía qué podría necesitar él mismo. Quizá debía hacer caso a su cabeza y pedir un ayudante le fuera bien. O pude que lo que necesitara era un poco de alcohol y juego para despejar su mente.- pero de momento me puede valer.

Miró a quien tuviera la baraja.

-Reparte. hoy me siento afortunado.

Al menos, en lo que respectaba a las cartas. Pues estaría pronto con el agua hasta el cuello si no avanzaba con sus progresos.

Pronto tienes una buena cantidad de fichas en tu lado más un encendedor ganado a uno de los pilotos. Siempre se te dieron bien los juegos de cartas.

-Bueno doctor, es usted tan hábil como Starbuck -comentó el que llamaban "Hot Dog" entre una mezcla de diversión y fastidio.