Partida Rol por web

No puedo evitar sonreir al darme cuenta de que no soy el único que se ha mantenido atento a la conversación que se daba en el interior de la habitación donde había entrado el príncipe con la rubia cainita que acababa de llegar. Miro al rubio, que a juzgar con el desprecio con el que habla del príncipe, es un veterano de la ciudad y me acerco al grupo. No puedo evitar mirar al rasta, sorprendido por la perfecta actuación calmando al príncipe, al cual, empiezo a considerar bastante maleable y fuera lugar.
Como dije al principio, si este elemento sigue de príncipe es porque a nadie le importa nada esta ciudad como para venir a reclamarla.
-Parece que te gusta demasiado llevar las cosas al límite. ¿Las reuniones con éste príncipe son siempre así?
Termino de acercarme a la posición del resto.
-No me gusta que la rubia de ahí dentro programe la vida de nadie y menos jugando con el príncipe de la forma que está jugando. ¿Sabéis quién es?

James miró a través de su ceja arqueada a Thomas, el nuevo compañero de conversación.

La verdad es que es la primera vez que vengo a una fiesta de este tipo, tengo poco tiempo de... "no-vida". No sé cómo se las gastan en este tipo de reuniones. En cuanto a ella, es Annabelle, primogénita del clan toreador en Chicago. No sé, es... importante allí. Con una media sonrisa siguió hablándole. Es unapena que no te hubieses demorado un día más en venir y presentarte. Ahora seguro que cargas el muerto con nosotros.

Sebastian escuchó a Resse con expresión muda, mirandolo de hito en hito superado por los acontecimientos

Anabelle entra otra vez en el salón deslumbrando con su belleza. Siento no poder quedarme más tiempo en esta agradable velada. Sus palabras son melodiosas con un marcado acento francés. Tras la disculpa y sin esperar a las contestaciones por parte de los asistentes a la fiesta, la primogénita del clan Toreador de Chicago deja la sala.

Cuando la antigua vampiresa ha abandonado la sala, Mordius entra en el salo, en su mano sujeta una carta. El sobre es de papel de gran calidad de color crema. Con paso decidido se acerca al grupo que forman los cuatro “nuevos” vampiros de la ciudad. Mis queridos neonatos. Dice con voz melosa y tranquila, el tono del príncipe no augura nada bueno. Tengo una misión para vosotros. Quiero que mañana a primera hora de la noche os acerquéis hasta Chicago para entregarle este mensaje en mano al príncipe Lodin. Tiende el sobre ante vosotros cuatro. Me agradaría que los cinco fuerais los emisarios. ¿Cinco? Pero si ahora solo hay cuatro vampiros. ¿El príncipe también estará incluyendo dentro de la misión a Marcus?

Es unapena que no te hubieses demorado un día más en venir y presentarte. Ahora seguro que cargas el muerto con nosotros.

Con un poco de suerte librás, aunque aquí los marrones vuelan. si no es este sera otro

Sebastian escuchó a Resse con expresión muda, mirandolo de hito en hito superado por los acontecimientos

Lo siento, es que el príncipe grita mucho- se disculpa pensando que su mirada es un reproche a su indiscreción.

Cuando el monarca elegido por nadie se les acerca, le pregunta directamente, para dejar las cosas claras.

-¿Su alteza se refiere con “cinco” a nuestro compañero Markus?

-¿Su alteza se refiere con “cinco” a nuestro compañero Markus?- Pregunto Resee disimulando lo mejor que podía que… pensar en su compañero le recordaba que, por culpa de su negativa a dejarle abandonar la fiesta, ahora mismo Markus y Andre estaban lidiando solos con una veintena de vampiros en la antorcha.

Volvió a mirar al grupo y al comprobar que solo había cuatro, rectifico. Si, sería necesario que el también fuera. Pero si contactar con el supone un retraso…. es preferible que no vaya. Esto es urgente. Digo agitando el sobre, esperando a que uno de los cuatro vampiros presentes lo cogiera.

Sebastian miro el sobre del Príncipe como lo que era..un simple papel en blanco incapaz de seguir con esa farsa miró a sus compañeros y se adelantó

-Mordius....hemos escuchado la conversación que a tenido con la primogenita toreador....los cuatro creemos que debe dejar el cargo a la sangre nueva y dedicarse por entero a "la senda de Iluminación" ya que según tengo entendido el Principado y la senda son completamente incompatibles...

Miró a Resse y a James en busca de apoyo y continuó

Me gustaría que me considerara como su sucesor en el cargo ya que poseo conocimientos, intelecto, astucia, contactos y recursos...también agradecería que me "prestara su apoyo" en esta empresa-Sebastian fue muy suave con esa frase-que me tomara como pupilo sería un gran honor.

A Resse no se le cae la copa porque no lleva ninguna en la mano, solo por eso. Su mandíbula inferior sí que se lanza en caída libre, todo lo que da de si su carne no-viva.  

-Se… Sebastian sería el mejor pupilo del mundo, tiene talento y astucia. Guiado por un maestro como usted, seria sin lugar dudas el mejor heredero del mundo. Y una persona responsable en la que confiar trivialidades como la persecución del FBI a los vampiros, las conspiraciones palaciegas y las injerencias de chicago, mientras se dedica por completo a la senda de iluminación.– Hay días que es mejor no salir de la cama. Hoy es un día jodidamente malo para salir de la cama. ¿Donde quedó la sutileza de Sebastian? ¿En el año pasado?

Al escuchar a sus dos compañeros James sacó la parte más macarra que llevaba dentro. No podía creer loque estaban diciendo pero no iba a permitir que eso le costara el cuello:

¡La puta! ¿Pero qué gilipolleces decís? A mí no me metáis en estos "frega'os". Girándose hacia el príncipe Mordius, estos dos hablan por ellos mismos,están desvariando o haciendo una broma que ni siquiera yo haría. Otra vez volviéndose a Sebastian. ¿Recuerdas lo que te dije, cabrón? Que si me ponías en peligro te rajaría el cuello. Como sigas así, Mordius no podrá castigarte como te mereces James parecía más enfadado que nunca y estaba con los músculos en tensión, preparado para cualquier cosa.

Lo esperable era que Mordius se pusiera a dar gritos, pero eso no ocurrió, fijo sus ojos azules en Sebastián. Esto no era una broma, ni un ataque a su poder, este era un ataque directo contra su honra. ¡Un miserable neonato le estaba pidiendo que le cediera el puesto! ¡ALGO INADMISIBLE! La cara del príncipe empezó a ponerse roja, mientras todos los músculos de su cuerpo se ponían tensos, pero espero pacientemente a que los neonatos pararan de hablar. Entonces, el silencio se hizo tenso, las miradas de la pequeña corte de Mordius se centraron en la espalda de Sebastián.  Algunos de ellos miraban al psicólogo con lastima, otras como Allicia con odio visceral. Había hecho algo muy grave, había tratado de inepto al príncipe.

Sebastian miró con reproche a James como a un libro que acaba de leer y entender y luego a Mordius, con toda la calma que pudo reunir

-Todavía soy un neonato, pero bajo su cuidado podría convertirme en un respetable ancilla-Sebastian tomo la carta de las manos del príncipe y continuo hablando con una pasión ardiente-anteriormente e demostrado ser digno de confianza, alguien competente, que sabe tomar decisiones de alto riesgo con bajas repercusiones y grandes beneficios...quiero que en el futuro me tenga tanta confianza como me tienen "mis compañeros"-obviamente esto ultimo descartaba a James-Me faltan siglos de experiencia pero a su lado espero suplirlos en un par de décadas-El vastago no pediría perdón por sus palabras, pero había puntualizado sus puntos buenos y suavizado la cosa-Le demostrare que no soy un fanfarrón, y me ganare ese puesto por méritos propios, dicho esto sera un placer presentarnos ante el príncipe Lodin.

Mordius mira a Sebastián con curiosidad y deja que coja la carta, aunque la actitud del príncipe sigue siendo dura y tensa. Bien, espero que así sea. Es el único comentario que hace antes de darse la vuelta. El joven neonato había apuntado muy alto y se merecía un castigo por ello, pero no hubo castigo ni riña, ¿en que estaría pensando el Mordius?, con actos como este estaba minando su autoridad.

El murmullo comenzó poco a poco a apoderarse del ambiente del salón, los pocos vampiros de la fiesta comenzaron a charlar de nuevo, todos no, la chiquilla del príncipe se limitaba a escribir en su libreta.

No pretendas llegar y triunfar, las cosas se hacen poco a poco. La voz grave e inconfundible de Lucian hacia acto de presencia, su actitud es la de aquel que sin dar un solo tiro ha ganado una pequeña batalla, aunque esta batalla haya sido solo moral.

El arrogante vampiro se acerco al grupillo. Menudo papel os ha caído. Permitirme un pequeño consejo, en caso de problemas en Chicago, ir al Succubus Club y preguntar por Sir Henry Johnson. Lucian hace una pequeña descripción de la situación de local y del vampiro, la descripción de este último es la personificación del verdadero gentleman ingles. Pero la mas importante era ¿Por qué les estaba ayudando Lucian?

Sebastian hizo el amago de suspirar cuando el Príncipe se fue....le había faltado poco....a pesar de su ilimitada longevidad su esperanza de vida se había acortado severamente...

cuando llegó Lucius no olvido su papel sumiso

-soy joven y me falta experiencia...experiencia que a vuestra tutela podre ganar...Señor Lucian, si necesita algún subalterno cuente conmigo...pero después de haber ajustado cuentas...sin embargo me gustaría tener su Nº para charlar en otra ocasión, si lo que me a dicho es cierto un vastago como usted tiene mucho que enseñarme-dijo en referencia al "favor" que le debían y mas tarde cuando hubo aconsejado-gracias...lo tendremos en cuenta.

Si esa es la única explicación posible para lo que acabas de hacer. Aunque ahora solo sea decadencia, no hace mucho Mordius era un ser tremendamente poderoso. Recuérdalo. También recuerda que un montón de cenizas no puede devolver favores. Dice mientras saca una tarjeta de presentación, donde escribe en el dorso un número. La tarjeta de presentación corresponde al Mallestic Star, el casino de Gary y el único sitio con algo de clase. Suerte, creo que la necesitareis. Agrega antes de alejarse.

Entre charlas y sobresalto la noche prácticamente a pasado, los invitados comienzan a realizar el clásico paseíllo de despedida, acercándose al anfitrión para agradecerle la animada velada antes de marchar. El primero en acercarse es Lucian.

Tras hablar con Lucian y guardarse su Número Sebastian se llevó la carta a los labios pensativo, tal y como había dicho Lucian el poder de Mordius había fluctuado, esa era una lección a recordar como que si quería gobernar aquella ciudad, necesitaría aumentar su poder personal y social y guardarse unas cuantas cartas sobre la manga.

Aprovechare la visita a Chicago para verla...

Sebastian se giró hacía Resse y sonrió mientras se guardaba la tarjeta con el Nº de Lucian en la americana

-ultima llamada para la superfiesta en el M.S ¡suban todos al tren!-se giró hacia el negrito-te recomiendo que no nos acompañes...si no quieres deverle una a Lucian.-y el vastago echó a andar hacía la puerta con la misma seguridad de siempre, en su cabeza no había nadie mejor que el...o eso hacía ver.

James seguía furioso con Sebastian, pero sabía que no era buen momento para "armarla".

Finalmente se conformó con espetarle un insulto a Sebastian y a pasar del grupo en el que estaba para dirigirse donde estaba Allicia.