Partida Rol por web

Era una noche fría en la ciudad de Gary, pero no era una noche cualquiera para James, era la noche de su liberación, Carmilla le había dicho que era hora de abandonar el nido. Hacía tres años que conocía a Carmilla, la elegante promotora musical que había cambiado su vida, tres años durante los que había aprendido todo lo necesario sobre la estirpe y sus tradiciones; sobre la mascarada y como había que evitar sucumbir a la bestia.

Pero aun recordaba su primer encuentro con la promotora cuando pintaba la puerta de un garaje en chicago. Se había hecho de noche y hacia un frío de mil demonios, pero se había comprometido a acabar el trabajo y no marcharía hasta que hubiera terminado, además le encantaba como estaba quedando el grafiti, una esplendida representación de un paisaje nevado. La trajeada mujer se quedo en la acera contemplando durante horas como evolucionaba su trabajo, y cuando este acabo desaparecio. La misma situación se repetía siempre que trabajaba por la noche, la mujer contemplaba su trabajo durante horas con expresión de asombro, varias veces trato de hablar con ella pero nunca le respondía, y finalmente una noche llego a amenazarla si no le decía porque venía. La única respuesta que obtuvo fue una mirada fría. Después de ese desacuerdo la mujer no volvió a aparecer, Jame noto la pérdida de su silenciosa admiradora, se maldijo por haberla increpado, con los días la sensación de malestar y de pérdida fue en aumento, la desesperación se reflejo en sus obras que se volvieron lúgubres y oscuras.

Pero una noche de invierno, alguien llamo a la puerta de su pequeño apartamento, al otro lado de la puerta se encontraba la mujer trajeada, no llevaba abrigo a pesar de que aquella noche había nevado y su piel estaba pálida como la nieve. Esa noche la mujer hablo, hablo todo la noche sobre arte y el espíritu creativo, sobre las musas; términos que James desconocía pero escucho a la mujer en su voz había algo que le atraía y tenía miedo de perderla de nuevo, ese día firmo una alianza con ella, bebió de su sangre y dio un paso hacia la condena. Fueron dos años como ghouls de Carmilla hasta que por medio de favores consiguió que Mordius, el príncipe de Gary y miembro del mismo clan permitiera el abrazo en su dominio. El recibir el abrazo en Chicago como le expreso Carmilla era algo imposible Lordi, el príncipe de Chicago, se había negado a permitir el abrazo a nuevos vampiros desde hacía más de 15 años. Luego paso otro año como chiquillo de Carmilla aprendiendo los rudimentos de ser un vastago.

Pero ahora está frente a la destartalada mansión de Mordius, una antigua casa que había visto tiempos mejores, seguramente habría pertenecido a uno de los magnates del acero. Actualmente el ala oeste de la casa casi se había caído del todo y parte del techo de la estructura amenazaba con caerse, la valla del patio estaba caida en varios sitios y el jardín llevaba descuidado desde hacía varias décadas. Carmilla fue la primera en bajar del coche, un coche negro de gama alta. Venga James, esto solo es otro paso mas.

James, con la mirada cansada, contempló la casa en ruinas. Salió de manera torpe del vehículo y respiró profundamente.

¿Y de qué se trata este paso? ¿A dónde me va a llevar, Carmilla?

Antes de que respondiera avanzó de manera altiva hacia la entrada, en verdad no quería saber con claridad la respuesta.

Recuérdame: ¿Cómo me tengo que comportar? ¿Hay alguna etiqueta concreta?

Carmilla sonríe ante la primera pregunta, ese paso te separara de mí, pero te acercara a la liberta, dejaras de ser mi chiquillo para convertirte en un vampiro de pleno derecho, un miembro de la estirpe. Al terminar la frase Carmilla parece estar un poco triste, añade en susurros: Es algo necesario, no puedo tenerte solo para mi… tu arte debe deleitar a todo el mundo.

La vampiresa pareció recobrar la compostura con la aparentemente inocente pregunta de cómo comportase. Ante Mordius, no necesitas ser excesivamente formal, se tu mismo y habla con sinceridad.

Al llamar a la puerta un negro fornido de más de dos metros abre la puerta, va enfundado en el clásico mono azul de las siderúrgicas. A pesar de lo rudo de su aspecto en hombretón hace una ligera reverencia y con una mano indica que podéis pasar. Un espacio hall espera tras la puerta, las paredes están cubiertas por laminas de madera noble, lujosos cuadros decorar las paredes junto con opulentos sillones de cuero y alfombras. Sería la decoración de la mejor habitación de un palacio Europeo, si no fuera por el balde de hojalata que recoge el agua de una gotera; la madera abombada del suelo; o el cuero gastado, apolillado y roto de los sillones.

Mordius aparece desde detrás de una cortina apolillada de terciopelo verde, el príncipe de Gary es un hombre bajo pero de complexión fuerte, lleva un taje ligeramente desfasado que evoca los mejores tiempos de la ciudad. Bienvenida, lady Carmilla, dice haciendo una ligera reverencia para tomar la pálida mano de Carmilla entre las suyas y llevarla a sus labios para hacer el gesto de besarle la mano, Carmilla consiente el gesto de anticuada caballerosidad con una sonrisa. Bienvenido James, hoy creo que el protagonista eres tú.

James miró de arriba abajo a Mordius: su traje le resultaba extravagante. Después de unos momentos de duda imitó su manera de comportarse y le hizo una leve reverencia.

Un placer Príncipe Mordius. La verdad es que no creo ser el protaginista hoy, más bien un expectador curioso que no comprende muy bien todavía lo que supone todo esto.

Acto seguido, permaneció en silencio, expectante ante lo que debiera hacer a continuación.

Cuando Jean está acabando su escueta presentación una preciosa mujer de pelo castaño entro en la sala, su vestuario al igual que el de Mordius está un tanto desfasado, la mujer hizo una ligera reverencia ante Mordius y luego otra a Carmilla. Finalmente poso sus inmensos ojos marrones en el grafitero negro, pero evito en todo momento una mirada directa a los ojos. Alzo la cabeza en gesto de superioridad y abandono la sala con paso rápido.

Pido que la disculpes, ella es mi chiquilla a Allicia, seguro que la acabaras conociendo es uno de los pocos vampiros con residencia fija en Gary. Es muy reservada.

Después de la disculpa el príncipe volvió a figar la mirada en James. La modestia es un gran don, pero ahora estas aquí para convertirte en un miembro de pleno derecho de la estirpe. No eres un simple espectador eres el protagonista de esta obra. Dejaras de estar ligado a Carmilla para poder actuar libremente. Con tono nostálgico comienza a relatar. Hace un año permití a Carmilla, que te abrazara en mis dominios. ¿Porque crees que permití eso? Se calla unos segundos, pare que quiere que alguien tome la palabra, pero cuando uno de los presentes abre la boca comienza a hablar de nuevo. Para darle en las narices a es desagradecido de Lordi que lleva años sin permitir nuevos abrazo, no fue por algo más, Carmilla me aseguro que eras útil para la estirpe. ¿Qué es lo que nos ofreces James?.

James miró durante un eterno instante a Carmilla, buscando alguna mirada complice de ánimo. Después alzó su mirada al techo y empezó a hablar pausada y profundamente:

Mi vida es el graffiti, eso es lo que puedo ofrecer. Pero no os equivoquéis, detrás del graffiti tengo mucho más: he aprendido a lamerme las heridas solo, a buscar sustento e información de manera rápida y precisa, a defenderme del contrario, no tendréis que recogerme y ampararme como a un pobre cachorro abandonado, yo sé sobrevivir. Además, la calle es mi hogar, mi universidad y mi vida, si queréis contactos en los bajos fondos yo los tengo.

Después, volvió a guardar silencio con una ligera sonrisa: le encantaba alardear sobre sus cualidades y creía haberlo hecho fenomenal.

La vampiresa devuelve la mirada a su chiquillo, y le indica que comience. Parece satisfecha de las palabras y asiente en todo momento.

El príncipe asiente ante tus palabras, ¿así que contactos en los bajos fondos?, parece que es la parte que más le ha impresionado de la presentación, el grafiti y el resto han quedado en un segundo plano. Los contactos en los bajos fondos es algo muy útil. ¿Sabes? El único vampiro que se mueve por eso ambiente es Juggler, pero no es un vampiro ejemplar, supongo que lo conocerás en la fiesta de fin de año, todos los vastagos residentes en la ciudad acuden a ella.

Bien, tienes mi permiso para residir en Gary. Dice con tono autoritario. Ese es parte del trato que tenía con tu sire, mira hacia Carmilla y esta asiente con humildad. ¿Dónde tienes pensado hospedarte?

Al oir la respuesta a esta pregunta añade ¿tienes alguna duda o algo que quieras saber?.

De manera pausada, James comenzó a decir:

Bueno, me gustaría que me hablara más de esa fiesta de fin de año. ¿Cómo va eso? ¿Tengo que ir de etiqueta? No sé, me resulta extraño lo de la fiesta de fin de año entre vampiros, parecerá "Pesadilla antes de Navidad"...

Entonces, James parpadeó rápidamente. No estaba acostumbrado a tratar con gente tan elegante y no sabía si había metido la pata. Carraspeó y continuó diciendo:

Bueno, usted ya me entiende, todavía me resultan bastantes cosas extrañas de esta sociedad, aunque he tenido a una gran maestra.

Terminó diciendo, mostrando una agradable sonrisa a Carmilla.

¿Pesadilla antes de Navidad? no sé a qué te refiere con eso. Quedaba claro que Mordius nunca había oído hablar de la película, su rostro se había tensado, pude que pensara que el título de la película era un tipo de insulto.

En ese momento Carmilla salió en ayuda de su chiquillo, Se refiere a una película…. Es una sátira de la navidad con un carácter oscuro y lúgubre, Seguro que le gustaría vera. Tras la explicación de la vampiresa Mordius se relajó un poco.

La fiesta…. Los ojos de Mordius se iluminaron al hablar del tema, al parecer era algo que lo llenaba de orgullo. Es una reunión formal entre los vastagos de la estirpe, aunque el paso del tiempo ha hecho que las reglas de etiqueta se relajen. Un suspiro de añoranza sale de la boca del príncipe, antes los hombre acudían de esmoquin y las mujeres con vestidos de noche. Pero ahora se puede acudir con pantalones vaqueros o incluso con el mono de trabajo. Antes también se seguían las estrictas reglas del protocolo…  entonces describe una serie de reglas anticuadas y poco útiles. Pero ahora, muchos ni siquiera cumplen con la puntualidad. Pero lo importante sigue manteniéndose, el espíritu de unidad y concordia. Los vástagos de Gary se reúnan para afrontar el nuevo año unidos.

Suena bien... Dijo James pensativo.

Bueno, no querría hacerle perder más el tiempo con preguntas de un pobre vástago estúpido. Le agradezco de veras toda su hospitalidad. Si no tiene más que añadir, me retiraré para no serle de más molestia.

Todo había sonado demasiado afectado, como si estuviera actuando. Pero James no tenía ni la más mínima intención de ofender ni burlarse, simplemente no estaba acostumbrado a tanta etiqueta.

Mordius se despidió según las costumbres de épocas pasadas, deseando a ambos vampiros una buena noche, y sin hacer ningún comentario más. Parece que el príncipe no está descontento con su nuevo "súbdito".

Al salir del destartalado palacete el frio aire de la noche os golpea. Carmilla se gira y sonríe, no lo has hecho del todo mal, aunque podría haber sido mejor. Esa broma de Pesadilla antes de Navidad podría haber acabado mal. Pero algo te dice que el desafortunado comentaría le ha gustado.

Carmilla se adelanta hacia el coche, Tienes alguna pregunta, quieres que te acerque a algún sitio.

Ya sé que no ha ido muy bien, pero ya sabías cómo era. No me gustan estas reuniones tan elitistas, me siento fuera de lugar y entonces es cuando me pongo nervioso y no sé lo que digo.

Miró al cielo estrellado y suspiró.

No sé, creo que no tengo ninguna pregunta que hacer. Sólo quiero irme a casa, tengo algunas ideas que me gustaría plasmar en algunos bocetos.

Carmilla acede a acércate a casa en su coche, durante todo el viaje permanece callada. Sabes que le duele tener que separarse de ti, pero que no dirá nada, Carmilla siempre ha sido una mujer de pocas palabras.

Al bajar del coche te dedica una sonrisa. Suerte, permaneceremos en contacto.

Mientras Carmilla se iba, James se quedó mirando su coche, hasta que sus faros traseros desaparecieron en la neblina de la noche. Suspiró profundamente: los sentimientos hacia ella le aterraban, eran algo encerrado en lo más profundo de su ser que no conseguía comprender. Unas veces la odiaba con toda su alma, otras, se quedaba embobado mirando su rostro, su manera de hablar, admirado por su inteligencia.

Agitó la cabeza y sacó su móvil para llamar a Billy, su amigo de la infancia con el que no había perdido el contacto desde entonces.

-¿Billy? Soy yo, James. Necesito verte otra vez.

-...

-¿Qué? Sí. Otra vez necesito hacer experimentos con pintura. Esta vez creo que estoy a punto de conseguir el color perfecto...

-...

-Vale, te espero aquí,en mi casa.

Esa era la pobre mentira que James le decía a su gran amigo Billy: que necesitaba su sangre para crear el tono depintura perfecto para un grafitti que tenía en mente. El problema es que Billy no se lo creía en absoluto, pero extrañamente le seguía el juego. ¿Qué creería que haría con esa sangre? ¿Qué se le pasaría por la cabeza? ¿Sabría que era un vampiro? Sin duda alguna algo se podría temer desde aquel día. Sus amigos habían organizado una jornada de senderismo a la que James, obviamente, no podía ir por el Sol. Billy le insistió tanto que James mntó en cólera, nunca lo había visto tan enfadado. Al día siguiente Billy le preguntó: ¿Por qué nunca sales cuando es de día? Sin esperar respuesta alguna, se dió media vuelta y se fue, dejando a James con la boca abierta.

No tardó ni media hora en llegar y salió del coche con una amplia sonrisa, tildada por sus dos chispeantes ojos negros. Entablaron una rápida conversación banal (¿qué tal el día? Tirando, ¿y tú? menudo desastre de clima...).

Subieron al piso de James y Billy preguntó: ¿Cuánto necesitas? ¿Un vaso, como siempre?

Sí, sí. Oye, voy a ordenar un poco por aquí, cuando acabes avísame.

Siempre se iba James cuando billy se cortaba para derramar la sangre. Desde que una vez estuvo a punto de avalanzarse sobre el para chuparle hasta la última gota de sangre siempre hacía eso. Al terminar se despidieron amigablemente y Billy se fue sin hacer más preguntas.

James contemplo el vaso vacio, preguntados si ese era el precio de la inmortalidad, lo había apurado hasta la última gota, antes de oír el portazo de la puerta indicativo de que Billy había marchado. Sabia por experiencia que si esperaba demasiado la sangre se estropeaba y no le producía ninguna satisfacción.

Pero lo peor de todo era que ahora esteba solo, Carmilla ya no estaba a su lado para guiarle en cada paso.