Partida Rol por web

Me mantengo apartado en el claro. Esta conversacion no va conmigo. Proteger a una sanguijuela para matar a un demonio....que mas da. Despues de eso le arrancare su cuello con mis propias mandibulas. Kerim dice que su piel es mas dura que la roca...me gustaria comprobarlo.

Una sonrisa se dibuja en mi cara, mientras futuras batallas cobran vida en mi cabeza.

La brisa del tumulo mecia las hojas de los arboles, haciendo crepitar las ramas. El silencio del bosque...este no es lugar para un hijo de Fenris.

Suelto un suspiro impaciente.

   Su gruñido resulto sereno, sin considerar a Kerim una amenaza para su liderazgo, como la vieja matrona que escucha a un cachorro quejarse o dar una idea, y aunque lo tome en cuenta tenga más información, haya pensado mucho más tiempo sobre ello, y nada que pueda decirle consiga que cambie su opinión, pues cree la anciana que tiene todo bajo su control.

   Su cabello no estaba mojado a pesar de la lluvia, ahora detenida, como las nubes sobre el túmulo, en el ojo de la tormenta, ni el viento se atrevía a silbar cerca de ellos, con temor de romper la tensión que, a pesar de su tranquilidad, se vivía entre todos los allí presentes.

   Tu...cachorro....te pareces a él...te pareces....mucho a él.

 Los ojos redondos de Venganza aguantaron la mirada de Kerim, un colmillo plateado vigoroso y puede que no sólo astuto, pues mostraba un ápice de sabiduría, vanal...eso si.

 Hasta que no pronunció todas sus palabras, la lupus no contestó al hominido. Asintió.

- La sanguijuela sigue libre. Pero los humanos creen que lo han capturado. - Ilusos...torpes criaturas...

- Así no se interpondrán cuando caigamos sobre él. - Venganza tenía todo bastante bien atado, almenos lo básico, puede que a kerim le pareciese una mala forma de plantear sus estrategias, y era seguro que muchos pensaban que sólo hacía aquello por prejuicios contra los humanos. Ella estaba acostumbrada, pero ni aquello era capaz de poner en duda su credibilidad, almenos cuando tu rango es bajo comparado con el suyo, tan cercano a Gaia...

  Era obvio que era parte del plan de actuación del enemigo o de uno de los enemigos, del mismo lacroix incluso, o de alguien peor, si esque existía, que pensasen que LaCroix había sido capturado y podían protegerlo, puede...que incluso eso confundiese a Necros y lo llevase directo contra los humanos. ¿Era eso? ¿Quería venganza la lupus? Su nombre no ayudaba a encontrar una conclusión...

 - Nos reuniremos después del juicio al humano, allí nos coordinaremos y daremos fin a las disputas. Reflexiona sobre lo que vistes con cautela, hijo. Cuando lo hayas hecho, y comprendas la verdadera esencia y los motivos que te llevaron hasta el campo de batalla, entonces...escucharemos tus palabras...y serán las únicas.

   Venganza se dispuso a retirarse hacia el interior del túmulo, sin darles la espalda pero, aún así, recorriendo cada rostro hominido o lupus a su alrededor.

No había nada más que decir, la líder del túmulo había hablado claro, como era de esperar en una Garras Rojas, nadie osaría contravenir sus palabras, ni siquiera yo lo considero apropiado. Los humanos creen haber capturado a LaCroix, y Venganza a pesar de conocer la verdad, les ha condenado de antemano.

Sólo cabía esperar que la inteligencia de un ser tan superior como Necros pudiera distinguir al verdadero LaCroix de la copia, si no caería sobre Silmar como una tempestad imparable, y no dejaría allí más que cenizas. Aún faltaban dos lunas para el juicio a Arael, había tiempo más que de sobra para intentar torcer a nuestro favor el rumbo de las cosas.

-¿Que opinas, Estigia?

Me acerco a ella y también a Vidar, aunque ya sabía de sobra lo que pensaba el Fenris, nunca me había hecho faltaba entablar palabra con él para conocer sus pensamientos, era un compañero fiel, imprescindible en la batalla, amaba la guerra sobre todas las cosas, en la batalla pondría mi vida en sus manos sin pensarlo ni un segundo.

Las palabras de Venganza no dejaban de repetirse en mi mente: Reflexiona sobre lo que viste, entonces comprenderás los motivos que te llevaron hasta el campo de batalla. Había hecho eso a cada instante desde que salí de allí, pensando en las palabras que me dijo Necros, quería destrozar todo cuanto conocíamos para que de la destrucción surgiera un nuevo orden, con él como ser supremo y creador. Parecerían las palabras de un loco, de un ser orgulloso y arrogante, pero con tal nivel de poder sería un error no tomarlas en serio.

Había muchas cabos sueltos que nos podían llevar a derrotar a Necros, el principal era LaCroix, pero también estaban los humanos, y su lugarteniente Ragnar, que llegado el momento es posible que se ponga en su contra. ¿Como atar todos esos cabos para que formen una cuerda lo suficientemente resistente como para ahorcar a Necros?....

-Voy a ir a Silmar, voy a matar al falso LaCroix.

Hablo con la seguridad de estar lejos de todos los oidos que no fueran los de Vidar y Estigia, no se si Venganza sólo se mueve por su odio irracional hacia los humanos, pero no pienso quedarme a averiguarlo. No voy a dejar que Silmar sea el cebo. Había visto las lágrimas en los ojos de la Madre y no se como, pero lo sabía, si queríamos salir adelante esta no era la forma, de ninguna manera.

Quizá Estigia no lo comprendiera, eran tan sólo humanos, despreciaban la naturaleza, la habían destrozado y contaminado para construir ciudades y puertos, pero ser humano era tan parte de mi como ser un lobo, no puedo abandonarles sin más, también son mi familia.

Por fin...

Lo leo en los ojos del Colmillo Plateado incluso antes de que se dirija a Estigia. Me levanto tras el y espero. Paciencia...ya llegara el momento.

Me relamo en mis pensamientos. Una sonrisa torcida aparece en mi cara.

Quizas algunos pensaran que actuase por amor a los humanos, otros por compasion. Todos se equivocaban. Era un hijo de Fenris, y como tal mi lugar estaba en el fulgor de la batalla. Era un guerrero de la Madre, y por ello debia proteger a sus hijos mas debiles....aunque no se lo merecieran. Simple obligacion era lo que ataba su ser a cada derramamiento de sangre en los que habia estado, o estaria. Si disfrutaba con ello, si la emocion que nacia en su interior era incapaz de conseguirse de cualquier otra manera, persiguiendo cada batalla como un monje persigue la iluminacion divina...eso era cosa suya.

  (repetirla si se acaba mientras leéis, que es corta : / )

Las orejas y la cabeza de Estigia fueron bajando de altura conforme la charla avanzaba, y cuando Kerim se acercó a ella su hocico casi tocaba el suelo ya.

Una ráfaga de aire frío impregnado aun con alguna que otra de las gotas de lluvia de la tormenta que al parecer estaba concediendo una momentánea tregua pasó revolviéndole el pelaje, se había hecho un silencio sepulcral y ella en un principio no respondió, finalmente levantó un poco la cara y sus pupilas doradas viajaron a la parte superior de sus ojos para mirar a Kerim.

—¿Que qué opino?—su voz carecía de calor, como si viniese de ultratumba—¿Desde cuándo importa mi opinión?.

No pudo evitar arrugar el hocico ligeramente lo cual la hizo estornudar emitiendo un sonido raspado, muy lobuno.
Levantó por completo la cara para mirar al homínido, una vez más debía mirar hacia arriba pues él era más alto pero aquello le daba igual, siempre le había dado igual. Cada vez que lo hacía su cabeza permanecía alta y sin titubear.

—Me dices que te vas a Silmar después de haber escuchado al Abuelo Trueno, lo que yo te conté, y ahora a Venganza—dijo—¿Y me pides mi opinión?, no me tomes el pelo, hermano.

Permaneció callada un instante, su tono de voz parecía incapaz de cobrar vida.

—¿Qué estás pensando, que me dan igual los humanos? ¿que arda Silmar porque soy un lobo? ¿es eso?—la frase salió sin reencor alguno pero los ojos de la Hija de Gaia se entornaron como si el decir aquello le doliera o le costase—¡no tenéis idea de lo que pienso de los humanos!. ¡En una ocasión yo...!

La frase quedó a medio hacer, la boca de la lupus seguía entreabierta como si dudase si terminarla o no y sus ojos permanecían clavados en los de su hermano de manada como si buscasen algún atisbo de comprensión en ellos, mantuvo la indecisa lucha un instante y finalmente cerró la boca apretando los dientes.

—D-da igual, olvídalo.

Miró hacia un lado con un deje mezcla de amargura, rabia y frustración, parecía tensa, como si tratara de retener algo y ese algo se le estuviese escapando de las manos... o las patas.

—Siempre pasa lo mismo... no me he pateado medio continente reuniendo razas, afrontando, y limando la discordia que nuestro pueblo había creado entre ellas para que cada uno termine ahora por su maldito lado. ¿Te has parado a pensar por un minuto en qué vas a hacer en Silmar?, "matarás al falso LaCroix", vale... ¿y qué?, ¿quién te dice que atacará ahora y no en tres meses? ¿quién te dice que no será él quien te mate a ti? ¿quién te dice que está ahí y no se ha escapado como el falso Corvinius? ¿o qué te garantiza que Necros no arrasará la ciudad hasta los cimientos igualmente?.

Se calló tal cual estaba, finalmente cuando el silencio comenzaba a ser incómdo volvió a abrir la boca, esta vez en un murmullo y dirigió nuevamente la vista hacia Kerim.

—Si aun así deseas saber mi opinión... quiero esperar a que la reina de Silmar venga, quiero verla... sobre todo quiero verla, y quiero escucharla, escuchar lo que la representante de la raza Humana tiene que decirnos a nosotros, los Garou, que también nacemos entre ellos—declaró. De no estar lo suficientemente cerca, era difícil oírla—Quiero que mis ojos puedan ver el acuerdo que tanto persigo, y que no sea uno, ni dos, si no todos sin escepción quienes repelamos a Necros, quienes defendamos Silmar, éste bosque, y a la propia Madre como hijos suyos que somos. ¡Y sólo debemos esperar dos condenadas lunas, MALDITA SEA!.

Apostilló la frase poniéndose en pié de golpe y dándole un zarpazo al suelo que hizo saltar un trozo de tierra. Se quedó mirando la marca un momento y luego miró al lupino.

—Dos lunas—repitió—aguardar sólo dos lunas... sólo eso pido. Pero piénsalo bien y con calma, porque dependiendo de ello puede que no vuelva a dar mi opinión nunca más, Kerim de los Colmillos Plateados.

Generalmente Estigia nunca ponía un tono espeífico cuando hablaba, pero aquella vez, sus palabras sonaron tristes, amargas y frustradas... Sin esperar la respuesta del Garou, agachó la cabeza en una altura paralela al suelo y comenzó a caminar sóla, como un perro apaleado que buscase algo en el sendero que conducía a la parte trasera del Túmulo...

Tu opinión importa mucho más de lo piensas... importa para mi.

Todos estos años alejado de la manada me habían acercado más que nunca a mi auspicio, como Ahroun mis impulsos me dictaban actuar antes de pensar, pero a la vez era un Colmillo Plateado, del linaje de aquellos que un dia fueron líderes orgullosos de la sociedad garou, y eso también implicaba sabiduría y templanza.

El tiempo juega en nuestra contra, ¿por que deberíamos simplemente quedarnos de brazos cruzados y esperar?... Dos lunas... Muchas guerras acabaron en menos de dos lunas...

Estigia :

Bajo la mirada, del mismo modo en que un lobo agacharía las orejas. ¿De verdad cree que pensaría eso?... Ella era una Hija de Gaia, no habia lugar para el odio en su corazón. Los lupus tienen una concepción distinta del mundo, están más cercanos a Gaia, a su lado más salvaje y hermoso, quizá no entiendan ciertas cosas de los humanos pero eso no significa que los odien. Todos somos de Gaia...

Me cuerpo convulsiona violentamente para adoptar la forma de un lobo de pelaje plateado, corro tras Estigia, no sin antes determe a mostrárle los colmillos a Vidar, él lo entendería, no debía seguirnos, la Hija de Gaia me había dejado con la plabra en la boca y yo no soy de los que se esconden.

Kerim encontró que Estigia había dirigido hacia un lugar que le resultó familiar en la parte trasera del túmulo, reconoció la piedra que allí se encontraba... marcaba el lugar en el que tanto él como la Hija de Gaia habían dejado impresas su huella. No obstante se percató de que había una marca nueva en la piedra, tres profundos arañazos.

Cuando la loba alcanzó el lugar, se tumbó cuan larga era con la cabeza apoyada sobre las patas delanteras mientras miraba las dos marcas del suelo. No dijo nada hasta que el lupino se hubo acercado lo suficiente aunque algo le decía que lo había detectado de antes.

—Si vas a decir algo como que no te importa morir por ello o que en dos lunas Silmar puede dejar de existir, no quiero oírlo, ya lo sé—soltó a desgana—si la ataca lo hará con o sin LaCroix en ella, sólo que te habrás inmolado para nada.

No le miró para hablar, mantenía los ojos fijos en la piedra y sin levantar la cabeza, luego guardó un silencio... que terminó con un suspiro como si se hubiese arrepentido de decir aquello, adelantó las patas y se empujó hasta quedarse entada sobre sus cuertos traseros aunque continuaba mirando las huellas.

—¿Por qué es tan dificil, Kerim?...—murmuró al final con las orejas gachas—¿Por qué es tan dificil confiar en algo para algunos?. Me aferro a las palabras de Gamman pero nadie más parece darse cuenta de ellas, siempre está el muro de "son Humanos" o "son Garous" en medio, es... ¡es tan frustrante!.. Eso poco importará si en lugar de plantarle cara a Necros nos dedicamos a actuar por separado porque acabaremos todos igual.

Entornó los ojos mirando la huella humana, luego los giró para hacer lo propio con la animal.

—Sé que esa humana,Silenia, puede hacer algo... sé que puede derribar ese muro, no me preguntes por qué—confesó—si ha logrado ganarse un mínimo de respeto por parte de Venganza, sé que puede. Pero ella no vendrá hasta dentro de dos lunas... sólo me queda rezarle ala diosa para que en ese tiempo consiga la fuerza necesaria como para que el "juicio" tenga éxito y Necros tenga que vérselas con todos los hijos de Madre si pretende destruirla.

Al final giró la cabeza y miró a los ojos del Colmillo Plateado, su mirada era algo sombría.

—Por favor confía en mi, Kerim—dijo—sé que podemos hacerlo. En dos lunas saldremos de este bosque con la reina y lo haremos no como Humanos o como Garous, lo haremos como esos hijos de Madre, pero te necesito aquí, necesito que me ayudes a que eso se consiga. Nos enfrentaremos a él, y echaremos a ese parásito de este mundo.

La sombra que apagaba aquellos ojos pareció arder de pronto consumida por algo.

—Juro que si algo ocurre antes de eso... pase lo que pase, yo misma iré delante contigo, ¡yo te acompañaré a Silmar!.

Sonrio amargamente cuando Kerim sale corriendo como un lobito faldero detras de Estigia. Era un guerrero feroz y su tribu habia dado grandes lideres....pero eso era antes. Creia que el Colmillo Plateado estaba por encima de la decadencia de los suyos....quizas me equivocaba.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar en direccion contraria. Me paso una mano por el cabello y cierro los ojos. Como hijo de Fenris y siervo de la Madre me veia obligado a evitar la aniquilacion de los humanos, y al mismo tiempo podria medirse con ese falso LaCroix.

Siento como la brisa bate las hojas de los arboles, y como arremolina las que estan en el suelo. El crepitar de las rapas, la suave humedad del rocio de la mañana flotando en el aire. Abro los ojos un segundo antes de saltar a la Umbra, camino a Silmar.

Miro como Vidar se aleja, lo conozco bien, sin duda se siente decepcionado, después de todo es de la Camada de Fenris, si hay alguien impulsivo y que odia la pasividad, ese es él. No hagas nada demasiado estúpido, hermano. Después de todo no podía culparle por seguir su propio camino, pero él no tenía ni misma experiencia ni mi fuerza, aunque a veces pueda parecer que hago las cosas de forma impulsiva, lo cierto es que las pienso bastante, no me gusta dejar nada al azar. Ten cuidado Vidar, solo hazlo si crees que puedes lograrlo.

Me acerco a Estigia, observándo las marcas que habíamos dejado en la piedra, no había pasado tanto tiempo, pero si que había llovido mucho desde entonces, incluso había una nueva marca junto a mi mano y la huella de Estigia... ¿un arañazo en la piedra?... 

-No tenía la intención de inmolarme, Estigia. Ya te dije que no te dejaría sola.

Paso junto a ella, rozándo mi cabeza y mi lomo con el suyo, en una suave caricia. Los espíritus a veces hablan de forma confusa, incluso el viejo Gamman a veces nos castiga con rayos y truenos para después apartar sus nubes y mostrárnos un cielo precioso. No podemos dejar nuestras vidas en manos de los Dioses... Miro a Estigia directamente a los ojos, preguntándome que la llevaba a confiar ciegamente en esa Silenia, apenas la conocía después de todo.

-Tienes razón, no tengo ni idea de lo que piensas de los humanos. Por eso quiero que me lo digas.

Después de todo quizá Estigia tenga razón, es inútil intentar evitar la llegada del invierno, lo que tenga que pasar pasará, pero si que podemos prepararnos, aún quedan muchas cosas que se pueden hacer, no voy a quedarme a esperar sin más.

Estigia parpadeó rápidamente y miró a Kerim con los ojos muy abiertos y las orejas hacia atrás, su expresión se había congelado como si hubiese visto un fantasma. Era laprimera vez que mostraba una expresión así.

—¿Qué? yo...

Tragó saliva con incomodidad, por alguna razón aquella pregunta había sido como una sólida piedra que hubiese golpeado directamente los cimientos de su omnipresente calma.
Desvió la vista hacia un lado y guardó unos instantes de silencio, como si debatiera algo en su interior, todo su cuerpo se había quedado tenso y tras unos instantes finalmente cerró los ojos con mucha fuerza.

—Yo... hace...—musitó como si le costase un auténtico sacrificio decir aquello—hace tiempo...

Volvió a tragar saliva, abrió los ojos y empezó otra vez.

—Hace tiempo... unos humanos me arrebataron todo cuanto tenía, fue como si me hubiesen robado la propia vida, yo sólo era una cachorra... creí que iba a morir. Con aquello me mostraron que eran capaces de cometer las atrocidades más horribles de todas—confesó agachando la cabeza incapaz de mirar a Kerim a los ojos—pero entonces...

Su voz se tornó de pronto ligeramente más triste.

—Entonces otro de ellos... me sacó de aquél infierno, me demostró que los humanos son capaces también de las acciones más nobles y valientes de todas. Eso... eso es lo que creo desde entonces: Creo que los humanos son capaces de lo peor y de lo mejor. En otro momento te lo contaré con más detalle hermano, ahora no... ahora no puedo, perdóname.

Tras unos instantes de silencio en los que pareció recuperar la compostura, finalmente logró levantar la mirada para observar al Colmillo Plateado.

—Hace mucho que no veía un humano bueno... pero eso no significa que no los haya—dijo—esa mujer, Silenia, es uno de ellos... los humanos son frágiles por sí solos, pero su fuerza no se mide por su físico, si no por el tamaño de sus ideales, pueden lograr lo imposible, yo lo he visto, y quiero que Venganza también lo vea con sus propios ojos y se de cuenta de que no son tan pequeños y torpes como cree. Además, esa mujer...

Se detuvo pensativa y sacudió la cabeza.

"No... no, puedo decirle eso, me tomará por loca"

—Pero entonces... —prosiguió tras el leve lapso y al parecer,cambiando un poco de tema—¿Qué es lo que harás?.

Sus ojos dorados miraron curiosos a Kerim, buscando su opinión.

¿Que hacer? Termino de escuchar el relato de Estigia, y me acerco a la roca para poner la pata sobre la huella que había plasmado mi mano, poco a poco voy adoptándo mi forma homínida, hasta que mi mano llena por completo el hueco. Comienzo a hablar despacio, con la cabeza agachada, con cierto aire de melancolía.

-Pues claro que hay humanos buenos, Estigia, de la misma forma que hay lobos malos. El problema es que ya casi ninguno respeta a la Madre, toman lo que quieren de ella sin dar nada a cambio, sin cuidarla con el mimo que se merece. Destruyen el precioso mundo que fue creado para todos nosotros y sin embargo... ¿habría mundo sin ellos?.

No lo creo. Me levanto, pasándo suavemente mi mano por el arañazo que había en la roca, hundiendo uno de mis dedos en cada marca de garra en una en una caricia.

-Silenia no es simplemente una humana, tiene dentro al Fénix, un espíritu que nos enseña que las cosas más hermosas de este mundo no pueden ser destruidas, por más daño que se les hagan, renacerán de nuevo una y otra vez.

Los humanos son fuertes por sus ideales... Y yo ya casi había olvidado los mios, Estigia tiene razón, no puedo luchar siempre sólo... hubo un tiempo en que no lo hacia, en que creía en la unidad del pueblo garou, en la coexistencia pacífica de todas las razas, con la nuestra como orgullosos y sabios líderes y guías.

-Voy a consultar a los espíritus, ahora más que nunca necesito que me muestren el camino. Después quizá debería ir a buscar a Vidar, es... mi único amigo... no quiero que le pase nada malo.

Me levanto y miro a Estigia desde arriba, apartándo el pálido pelo de mi rostro para recogermelo en una coleta.

-¿Que vas a hacer tú?

Permanezco serio, con los ojos clavados en los de la loba, ojalá me acompañara, quizá ella sea la guía que tanto he anhelado encontrar, ni siquiera el Oráculo de Orfeom pudo darme respuestas claras acerca de mi destino, tampoco los espirítus más sabios. Quizá no había un destino para mi... Quizá la grandeza de mi linaje estaba condenada a terminar con mi caida.

Estigia abrió mucho los dorados ojos cuando escuchó a Kerim hablar del Fénix.

—Ella... ¿U-un Fénix...?

La cara de la loba pareció perder la amargura tonándose poco a poco en sorpresa, miró al suelo, a sus patas, incrédula y temblando ligeramente, pero no por miedo, era algo distinto lo que se agitaba dentro de ella, algo parecido a la emocion que puee sentir alguien que había dado algo por perdido.

"Aquello era la presencia que sentía... ¿Un símbolo de reencarnación? Gaia... Gaia bendita, te lo ruego... ¿podría ser?..."

Apretó mucho los dientes

"¡¿Podría ser...?!"

Tuvo que hacer un esfuerzo por contener los temblores cuando cayó en la cuenta de que Kerim había seguido hablando. Volvió a alzar la cabeza recuperando la compostura y le miró.

Cita :

"Único amigo... te entiendo hermano, no sabes hasta que punto..."

Su cara se giró mirando a un lado con un gesto ligeramente más afable ante la sincera preocupación del lupino, movió la cola suavemente de un lado a otro como si estuviese pensando antes de contestar... pero el Colmillo Plateado no había acabado.

Cita :

La cola de la loba se detuvo y alzó la cabeza para mirar al homínido.

—¿Sabes?, los Hijos de Gaia somos muy buenos encontrando espíritus...—respondió con aire distraído.

Se puso en pié y se acercó un poco más a la piedra para volverse a sentar frente a ella, mirando ambas huellas. Se mantuvo un rato en silenci o y finalmente soltó una lenta bocanada de aire.

—Deja que te pregunte algo antes de responder, Kerim... ¿En verdad crees que son tan distintos?, es decir... ¿los lobos y los humanos?.

Su voz parecía de pronto extrañamente calmada.

Acaricio con suavidad la cabeza de Estigia, y sonrío de forma fraternal ante su inocente pregunta, que había sido formulada en pocas palabras, pero que podía tener una respuesta tan extensa como la propia historia del mundo, de la creación de los lobos y los humanos, de sus disputas, de la visión que ambos tenían del mundo y de los espíritus.

-¿Somos distintos tú y yo?

No era apropiado responder una pregunta con otra, pero a pesar de eso mantuve la sonrisa, sabiendo que podría desatar la ira de la loba en cualquier momento y llevarme algún mordisco, aunque sin duda esa era su forma de expresar afecto hacia la gente que le importaba.

-A los ojos de Gaia no hay distinción alguna, es por que ella nos mira desde arriba, como una Madre a sus hijos, amándolos a todos por igual, viendo la perfección en todos ellos, no sólo hombres, y lobos, sino también plantas y árboles.

De nuevo paso la mano por la roca donde había quedado grabado aquel arañazo, sobre nuestras huellas. ¿Somos muy distintos?... Ambos sangramos, sufrimos... morimos. Ambos buscamos la felicidad, de una forma o de otra.

-No somos tan distintos, pero a la vez somos muy diferentes. Al final, solo importa lo que pienses tú.

Me giré para caminar hacia uno de los claros del bosque, uno donde a energía espiritual confluía con mayor fuerza que en el resto del túmulo. Puede que mi respuesta no hubiera aclarado demasiado a Estigia, sino más bien todo lo contrario, pero después de todo yo no era un Galiard, jamás me había preocupado de tales asuntos, de adonde vamos o de donde venimos, tan sólo me había preocupado del presente, de lo que somos, los guerreros definitivos de Gaia, y lo que debemos hacer está bien claro.

Camino despacio, por si Estigia quiere acompañarme a pedir consejo a los espíritus, si no yo mismo aullaré hasta romperme la garganta, llamando a Halcón, y a Tornado, hasta que Gamman en persona ilumine con un relámpago la oscura noche y me muestre el camino a seguir.

Estigia escuchó a Kerim y cuando éste termino su respuesta cerró los ojos y soltó un suspiro, estaba muy seria... sin emabrgo cuando los abrió un extraño gesto apareció en su cara, era tranquilo... pero parecía querer decir algo más.
 

Cita :

—¿Eso piensas, hermano?—dijo—creo... que yo podría matizar algo en esa frase...

Con una lentitud extrema, puso su pata de lobo sobre la huella humana que el Colmillo Plateado había dejado en el suelo, eran totalmente diferentes, los largos dedos homínidos sobresalían sobre la zarpa redonda y más pequeña en tamaño de la loba, con las retraidas y afiladas garras asomando ligeramente.

Sus orejas se echaron hacia atrás como si se hubiera asustado, miró a Kerim de reojo y guardó un instante de silencio como si estuviera tratando de decidir algo.

—Que sepas que te odio por esto, maldito... terco cabezota.

No había rabia en su voz, si no más bien un ligero ribete de inseguridad, volvió a mirar su propia pata en el suelo y cogió aire...
El cuerpo de lobo comenzó a cambiar, transformándose lentamente primero y luego más deprisa en algo bastante distinto a un Crinos, algo no tan grande como un Crinos, de hecho era mucho más pequeño... El pelaje comenzó a desaparecer, la peluda cola de animal hizo lo propio, los dedos de las patas se alargaron hasta volverse finos y esbeltos, sin garras, los colmillos afilados disminuyeron de tamaño hasta que casi no se veían, las orejas encogieron hasta volverse redondeadas y pequeñas a ambos lados de la cabeza... y el hocico se acható hasta formar parte del un rostro ovalado... el rostro de un humano.

Ahí ya no había un lobo.

La Hija de Gaia continuaba arrodillada en la misma postura, pero ahora su mano encajaba perfectamente en la forma de la huella, sólo que era algo más pequeña y fina que la manaza del humano, pero en forma totalmente idéntica. Otro largo silencio pasó y entonces se levantó despacio, un poco tambaleante como si le costara acostumbrarse al mero hecho de estar de pie sobre dos piernas.
Las ropas que vestía eran realmente sencillas, Kerim no podría saber de dónde las había sacado si era la primera vez que utilizaba aquella forma pero tan solo llevaba una sencilla camisa de lino de color verdoso, unos pantlaones de loneta oscuros y unas botas algo desgastadas, como cualquier campesina normal y corriente...
Levantó ambas manos y las miró como si estuviera asegurándose de que eran suyas... y finalmente se atrevió a girar la cabeza para mirar a Kerim. El Colmillo Plateado se encontró con los mismos ojos dorados de siempre que no habían cambiado, sólo que esta vez estaban en el rostro de un humano.
La cara de Estigia conservaba el gesto sereno de siempre, el único vestigio que delataba que era ella era la melena rojiza, corta y crespa cuyo detalle más curioso quizá fuera el mechón de pelo blanco en el que se había convertido la mancha de su oreja de lupus... y el emblema con el colmillo de los Rokea que colgaba de su cuello.

—¿Qué ves, hermano...?—dijo con una voz que era también la misma de siempre—¿un humano o un lobo?.

Antes de darle tiempo a contestar, estiró uno de los brazos señalando directamente a la cara del Colmillo Plateado, tan cerca que quedó a pocos centímetros de la punta de su nariz. Levantó mucho una ceja frunciendo ligeramente el ceño para exagerar a propósito un gesto escéptico.

—Te acompañaré a Silmar... PERO, nos quiero de vuelta antes de dos lunas...—se mantuvo en la misma postura para ver si tenía el "visto bueno" de una humana de verdad—¿entendido?. Y ahora deja que una Hija de Gaia te enseñe cómo se busca un espíritu...

Post incoming...

Terco cabezota... Y me lo dice ella, precisamente. Niego con la cabeza, observándo a la pequeña Estigia con atención, admirando la habilidad con la que nos había premiado la Madre, del mismo modo que si observara la belleza en un lago, un bosque, o el cielo estrellado.

Cita:

Veo a Gaia, Estigia... Extiendo mi mano con la palma extendida hacia la suya, como repitiendo el mismo gesto que ella había hecho poco antes sobre la roca, hasta que cada uno de mis dedos quedan sobre los suyos, y mis ojos, perdidos en su mirada dorada, como si albergaran parte del calor de Helios, y en cierto modo quizá fuera así.

La suave brisa que se colaba entre los árboles mecía tenuamente mis cabellos blanquecinos, y poco a poco voy retirando mi mano, como si tratáse del rocío escurriéndose suavemente sobre las hojas, después doy un par de pasos hacia atrás, y me giro para permanecer en silencio, observando un horizonte ahora oculto por la espesura del bosque.

-Dos lunas. Entonces debemos darnos prisa, si piensas que yo soy terco es que no sabes hasta donde es capaz de llegar Vidar.

Comienzo a caminar despacio, dando tiempo a Estigia para seguirme, debíamos consultar a los espíritus antes de partir, cualquier cabo suelto podía suponer el fracaso más absoluto. Venganza, LaCroix, Silenia... ¿Donde estará la clave para vencer esta batalla? Era mi deber descubrirlo, para eso había vuelto de entre los muertos, no fallaría a esta segunda oportunidad, debía luchar por toda la gente que me importaba, debía ganarme el derecho a quedarme en este mundo, juntos a ellos, el derecho a tener que estar solo nunca más...

El claro del bosque donde las energías espirituáles del túmulo eran más fuertes no estaba lejos, allí Estigia podría llamar a los espíritus,  solo espero que esta vez sean lo suficientemente claros, lo último que necesito ahora son más acertijos...

Estigia bajó el brazo y sonrió de medio lado.

"Heh... supongo que eso es que 'doy el pego' como humana"

Empezó a caminar tras Kerim pero se había olvidado de que los humanos... doblaban "al revés" las rodillas conr especto a un Crinos así que dió un pequeño tropezón en el primer paso y se quedó mirando sus propias botas. Primero parpadeó cong esto interrogante, luego frunció el ceño como si se hubiese enfadado con ellas

—Dioses... no sé cómo demonios podéis caminar así.

El siguiente paso ya fue correcto, caminó primero algo despacio habituándose a la mecánica pero enseguida la pilló y pudo andar junto al Colmillo Plateado.

La brisa era suave y fresca tras el chaparrón y Gamman parecía haber desaparecido misteriosamente... aunque su breve visita había aportado mucho al espíritu de la Hija de Gaia. A los pocos minutos terminaron llegando al claro, la "loba" podía sentir perfectamente la presencia de los espíritus en aquel lugar, cristalina, etérea, casi onírica. Presencia que lo inundaba todo inundándolo de una paz silenciosa y misteriosa.

Kerim:

La Garou entornó los ojos mientras miraba arriba, a las copas de los árboles, con aire pensativo, aunque cuando habló parecía que hablase más con ellas que con Kerim pero la respuesta ciertamente era para él.

—Si piensas que Vidar es terco, es que no sabes hasta dónde soy capaz de llegar yo...

Bajó la vista a altura normal, cerró los ojos y se llevó una mano a la cara, apoyando sólo las yemas de los dedos... y centrándose en sintonizar con aquellas entidades místicas.

- ¿Es una especie de juego? - La voz preguntó, invisible, incluso para Kerim cuyos sentidos estaban habituados a la lucha más fiera y habían renacido como las armas perfectas de Gaia, no había dudas de que la Madre había concedido dones que escapaban incluso a la comprensión de sus protectores, dones que habían sido forjados para ayudarlos y ...sin embargo, se habían convertido en todo lo contrario. ¿O no?

 La voz era aguda, melosa, con un deje de soberbia y misticismo.

 - Por la balanza de oro, es raro que hablando de terquedad no haya aparecido el nombre de Ojo Testigo o de Venganza.

 De repente, la voz provino de otro lado, primero se encontraba en el flanco derecho, al instante, al izquierdo. ¿Era un espíritu con ganas de divertirse?

 - Deberias mejorar tu vestuario, bonita. No es por nada pero...por todos los secretos que guardo, creía que estabais al borde de una catástrofe, ahora veo que es mucho peor.

 Se jactaba de buen gusto y su voz volvía a cambiar de posición, ahora provenía de los alto de las copas de los árboles.

 - Una noche preciosa. ¿Qué pasa dentro de dos lunas?

 Preguntó la voz con curiosidad...