Partida Rol por web

Al mirar con detenimiento las hojas acorazonadas trilobuladas, verticiladas atrapaste que era de la familia de las bignoniáceas, nativo de regiones templadas de Norteamérica, las Indias Occidentales, y el Asia oriental. 

Cuando la miraste mejor, te diste cuenta de que se trataba de la catalpa bignonioides, oriundo del sudeste de EE. UU. en Alabama, Florida,Georgia, Luisiana, y Misisipi.

...También es llamada árbol Indio.

Esta parte llamó tu atención, es un leve narcótico, sedante, asmático. Se ha usado como sucedáneo de la quinina para las fiebres de los pantanos y como colirio para el tracoma y las conjuntivitis. Las raíces son sumamente venenosas. 

El idioma era una mezcla de latín vulgar y lo que pareciera un argot pagano. Te acordaste de las palabras, más no podías ahora mismo traducir el mensaje. Aunque si consultar con alguien más de la capilla.

1 éxito:

Te suena a algo que provendría del mago Merlín o de Gandalf el blanco.

- ... Y -algo seco salió de su garganta, un lastimero sonido seco y ahogado que finalmente pudo concretarse en palabras- Yo... yo, no quería... -se detuvo- ... no quiero- tembló cerca de Leon- ...es que -se asustó al mirar al antiguo del clan Brujah- por favor, por favor, no me lleven con el puño de hierro... por favor, se los ruego, tengan piedad, los llevaré a donde me pidan, pero dejen que me marche -balbuceó esta vez, soltando lágrimas de sangre, rojas y profundas que se deslizaron por sus mejillas. 

Me acerco tranquilamente a Lucian. Me quedo mirando la hoja. Parece un objeto interesante. Recuerdo haber visto algo parecido antes... ¿me lo dejas un segundo? Le digo mientras estiro la mano para echarle un vistazo.

Miro hacia el pelirrojo por unos segundos – Es todo tuyo pero es preferible no tocarlo, en mi caso no lo hice – advirtió en aquellas palabras de lo que podía ocurrir pero ciertas habilidades de la sangre llevaban a tener que tocar y sentir lo que allí había. Lucian volvió a erguirse mientras comino unos pasos fuera del grupo solo un par de metros mientras cavilaba ciertas cosas y otras parecía estar totalmente perdido.

Me encontraba un tanto confuso por la situación. No logre comprender lo que se estaba tramando Monique ni como hubiera sido un tremendo error avanzar. Al parecer habia de por medio una especie de brujeria gitana o algo por el estilo.

No terminaba de digerir al tal Leon Lowe, pero era mejor tragarme esa actitud arrogante y no tirarle mi puño a la cara. Si no fuera por Senka...

- ¿Como donde la vamos a trasladar? Lo dices como si fueramos a tomar un té de las cinco y como si nada! -le metí un manotazo al borde de la puerta- Aparentemente nos hemos ganado una audiencia con el mismísimo Puño de Hierro, como si fuera para poco... mierda... -dejé escapar al ventrue- Pero seguro tu eso ya lo sabes porque eres la misma familia ¿no? -metio de zopetón el clan entre los ojos.

El ambiente era tenso, en el grupo habia algunas miradas desconcertadas y otras como las de Lucian y Diógenes más enfocadas en averiguar los secretos de aquella hoja extraña y las palabras que Monique habia proferido antes. 

¿Quién era ella realmente?

La figura del Primogen Brujah, ya había desaparecido en el interior del edificio. Sorin parecia desquitar su enojo contra Leon. La mente de Lucian le daba terribles jugarretas y desconfiaba de aquellos extraños vastagos a los que hasta hace un par de horas no conocía. 

El silencio abordaba a Senka de una manera espeluznante. Parecía perdido tratando de comprender que rayos era lo que habia pasado. Y una vez mas esa mirada asesina se habia posado sobre la endeble forma de Monique que ahora se aferraba con urgencia al brazo de Leon Lowe.

No obstante, adentro... les aguardaba otro destino a cada uno de ustedes.

La severidad máxima del alguien que había dominado Berlín durante siglos.

Con un éxito y las reacciones de dos de tus compañeros (Lucian y Diogenes). Logras hilar que la sangre y la hoja son el centro de lo que parece algun tipo de embrujo que usa sangre, aunque no sabes de que tipo ni que hubiera causado si alguien hubiera decidido avanzar.

Ademas te das cuenta quienes tienen los conocimientos necesarios en el grupo para entender este tipo de sucesos.

Afianzando la postura adoptada con su acompañante, recogió un pañuelo de su bolsillo para empaparlo con la sangre sus ojos, en un acto atento que sólo pretendía ensalzar una ficticia confianza. Por favor, compórtese, aún es pronto para tanto dramatismo, pese a la reacción del apuesto Sorin, no hay nada de lo que preocuparse, se lo aseguro. Una mirada de incredulidad se dirigió hacia el nombrado camarada y continuó dedicándole serenas palabras en pos de una colaboración por su parte. Desafortunadamente la decisión ya está tomada, no me queda otra opción que rogarle acuda voluntariamente a esa audiencia en mi compañía, confíe entonces además que velaré a favor de un justo trato. Una comedida pausa quedó para que procesara su petición se interrumpió con la otra cara de la moneda marcada en un profundo tono. Supongo que no será necesario explicar las consecuencias de lo contrario. Bruscamente recuperó su encantadora voz para tomar la iniciativa. Bien, será mejor no retrasarnos más, no debemos faltar al respeto a nuestro Príncipe, mi pariente… y a mucha honra. Concluyó dedicándole el desdén de su comentario al provocador Brujah, pues no entendía los motivos que le llevaban a ese comportamiento, sopesando que se tratara de orgullo o mundanos celos, en cualquier caso, innecesarios en aquella situación.

Asintiendo con gesto agradecido me agacho para observar mas de cerca el extraño instrumento que en el suelo se encuentra. La hoja parecía desprender un brillo verde mostrando su peligrosidad como si de una avispa se tratase, pero no siempre el león es tan fiero como lo pintan.

Nos están alentando para proceder a entrar, asi que tras echar un vistazo, si no le encuentro un peligro inmediato, lo cogeré con mi pañuelo y lo estudiaré en otro momento.

Fíjate en la tirada que hiciste. ¿Sacaste 45? xD ten cuidado. 

No hay nada que temer, la puedes coger con el pañuelo sin problemas.

Lancé una mirada fastidiada hacia Leon

- ¿No te cansas de hablar? Vamos de una vez, estamos perdiendo más el tiempo -miré a Monique pero esta parecía preferir los brazos del sangre azul. Entorné los ojos y camino siguiendo el rastro de Stefan.

Avanzaron a través del largo Hall, esta vez los vástagos que se encontraban charlando amenamente en el medio se hicieron a un lado ante su avance firme. Muchos se fijaban en ustedes, otros cuchicheaban entre sí.

Stefan los aguardó frente a una gran puerta de madera con grabados finos sobre el marco. Parecía un tanto fastidiado seguro era por haber tenido que esperarlos más de la cuenta.

- Adentro -instó con un movimiento de la cabeza, mientras dos ghouls abrían las enormes puertas.

En el interior, las paredes eran de madera lustrosa, a cada lado había dos hileras de asientos y delante de las mismas un pequeño cerco circular de madera. Tal y como si fuera una habitación donde discutía un consejo... y de hecho lo era.

En el medio había un enorme sillón de fino tallado y cuidadosos bordados. Dos leones tallados miraban en cada brazo de apoyo, rugiendo con sus enormes fauces hambrientas. El sitio estaba vacío, en cambio algunos lugares laterales, se encontraban ocupados por algunos rostros que conformaran la primogenitura.

Desde el fondo, una puerta lateral se abrió y una figura de porte aristocrático entró cortando el mismo aire con una seguridad abrumadora. Era alto y robusto, posiblemente entrado en la treintena aunque por algunos momentos su rostro hubiera parecido más joven de lo que se veía. Su cabello es oscuro con tiznes plata y sus ojos son del color del acero, con la misma dureza alarmante al mirar. A pesar de sus agradables o bien parecidas facciones sus rasgos se ven brutales, como el mismo mármol hermoso, pero también frío y duro.

No había un ápice de gesto suave u amistoso sobre su faz.

En el acto, las figuras de los laterales (algunos miembros de la primogenitura) se levantaron de sus asientos e inclinaron la cabeza. Stefan se hincó sobre una de sus rodillas y no miró directamente al Príncipe, quien era un riguroso amante de las tradiciones de la Camarilla y también de las viejas costumbres de presentación.

Su mirada sedienta pasó por cada uno de ustedes hasta detenerse en Senka y luego en Monique, a quien observó con especial desdén.

Finalmente, se sentó sobre su gran sillón hasta apoyarse firmemente contra el respaldar, reposó sus brazos sobre la silla y elevó una pierna contra la otra. 

- Explíquense -expetó ante ustedes el Puño de Hierro de Berlín.  

Un nuevo intento de provocación llegó a oídos del vástago, pero con esa pregunta el Ventrue confirmó gran parte de la duda que le asaltaba, por lo que su respuesta fue una sonrisa llena de satisfacción. Avanzó con buen porte hasta la entrada del salón en el que les esperaba el director de este dramático bailes de máscaras.

Una vez alcanzado el consejo, mantuvo firme a Monique a su lado, sin realizar gesto alguno, temiendo abusar de un permiso que aún no había obtenido. Sólo cuando Gustav imperó su explicación, cedió el esfuerzo por complacer su presencia.

Mi Príncipe, comenzó acompañado de una anticuada reverencia dirigida con su brazo. Al parecer se desconoce el paradero de nuestro hermano James. Sus ojos se cerraron un instante en solemne señal. Desconozco los detalles, nos disponíamos pues a acompañar a la señorita Monique, para desvelarlos. Su mano invitó con entonces con sutileza a la dama para que avanzara unos pasos, de esta forma su presentación y atención estaban aseguradas. Conocedor de la autoridad que representaba, fue en esta ocasión prudente de optar por la precisión en lugar de la divagación. 

La escena me habia dejado absorto en mis pensamientos. La ira crecia en mi, mas no la podia dejar libre ya que lo que menos queria era armar un espectaculo para los demas vastagos curiosos. Esa puta ya se las veria conmigo cuando aquel Ventrue desviara la mirada... una que me gustaria hacerlo de un puñetazo.

Por lo pronto debiamos presentarnos ante el Principe. Menuda molestia, mientras mas tardemos los rastros se van perdiendo. Mas aun con todo este jaleo de Oriente y Occidente. La habitacion era imponente, junto con la disposicion de los muebles y la intimidacion que portaban los detalles de los mismo. Finalmente se dio a conocer, para que luego el bocaza de Leon comenzara a lamer sus botas... Malditos vastagos.

El aire de aquel hombre parecia lugubre. Al parecer, hacia honor a su fama y seguramente no perdonaria una impertinencia. Debia medir mis palabras si es que no queria enfrentar la muerte definitiva.

- Viendolo como un ciego, Leon tiene la palabra. - Mire de soslayo al Ventrue. - El verdadero problema no es la desaparicion de James, el Toreador. El problema es que sucedio en Grunewald, todo el mundo sabe que no se puede ingresar al mismo. Noches atras, elimine una rata que se inmiscuyo, y otra, una mujer... escapo volando, por mas absurdo que parezca. No quiero pensar que esten intenando enviar espias de Occidente. Daryl y la manada de Fritz no estaran contento con eso. -

Esperaba llamar la atencion del Principe con semejantes acusaciones, despues de todo, era un tema bastante delicado.

- Asi que, adelante... sigan perdiendo el tiempo con estos formalismos mientras me mantienen aqui sin poder hacer nada en el bosque. -

Frunci mi seño, mi lado bestial se dejaba ver a flor de piel.

No me gusta sentirme perdido. Pero tampoco me gusta que se sepa que lo estoy. A fin de cuentas es normal sertirse así si no he recibido información de lo que acontece. Pero el no conocer los datos de una situación es solo cuestión de tiempo. Tarde o temprano me harán participe de ésto, ya que aunque nos odien es porque nos temen, y si nos temen es porque saben de nuestras capacidades. Y las capacidades, a fin de cuentas, están para usarlas.

Acompaño al grupo hasta estar en presencia del Príncipe, el cual se muestra hosco como la ultima vez, aunque no es algo que me disguste. Ese respeto por lo antiguo es algo que comparto. Mientras la jauría ladra, prefiero esperar mi turno en silencio para presentarme. Mientras la conversación continúa, sin perder ojo de lo que acontece intento acordarme de algo parecido a ésta hoja que haya visto antes...

int+ocultismo dif 8

El viejo ventrue escuchó las palabras del Ancillae de su clan. Frunció el ceño y miró con dureza al Sheriff de la ciudad ante las revelaciones del gangrel. El pobre diablo desvió la mirada para colocarla en Senka con cierto recelo.

- Senka, puedes decirle a tu Sire, que los transgresores no provienen de Oriente. -puso la mejor de todas sus sonrisas, cautivadora, contagiosa y que invitaba a la cordialidad.- Todo el mundo sabe que si pone un pie en Grunewald bien puede despedirse de su no-vida. Yo no permito transgresiones, de ningún tipo. Ignoro los manejos de -puso especial énfasis en la última frase, mirando al gangrel fijamente. Se levantó abruptamente de su trono y zarandeó su índice como un furioso rayo acusador. Sus ojos  acerados refulgieron en ira-  Estos formalismos mantuvieron por mas de mil años estas tierras en perfecto orden y pretendo mantenerlo así-expetó con dureza, aunado a una potente marea mística que les hubiera cortado el oxígeno si aún respiraran. Sin embargo, una sensación profunda se alojó en sus vientres. El nacimiento de la inquietud, del nerviosismo y del miedo. Gustav llevó las manos hacia atrás y con una mano tomó la muñeca de otra, mientras que esta última quedó cerrada en un poderoso puño.

Monique se echó a llorar y querer soltarse de los brazos de Leon.

- Si he entendido bien, se ha perdido un miembro del clan toreador, se habla de un asesinato en donde la última persona en haberlo visto, es esa mujer. A la cual no vi, sino hasta esta noche. Se infiere una infiltración en el territorio de Grunewald, el cual hemos acordado no transgredir. Esto no es más que la consecuencia de la inexperiencia. – ¿Se referiría a ustedes o a su chiquillo Wilhem? Su rostro sin embargo, se mostró de pronto satisfecho-  Nada me agradaría más que aclarar esta situación y demostrar que oriente no está involucrado en ninguna transgresión al acuerdo establecido con Daryl Lutz y sus lobos. –extrajo una hoja y escribió algo sobre ella mientras con un ademán llamó a Himmler. Quien se acercó hasta Monique y con un corte, introdujo un chorro de la sangre de la cainita en una pipeta de vidrio. Tras ello dobló la hoja y la metió en un sobre sellado a la antigua usanza, con cera roja y el sello de Gustav. Se le entregó a Leon, pero le hablo a Senka. – Guíalos a todos hasta tu Sire, ellos formaran una cuadrilla de investigación. Leon, el líder, le entregará la carta a tu Sire y él les dirá por donde empezar si está de acuerdo por supuesto. Retírense y esperen fuera, en breve les entregaré a la mujer.­-terminó de ordenar, tras lo cual se sentó en el ya conocido sillón con la misma frialdad que siempre.