Partida Rol por web

Vuestro adiestramiento no concluyo entonces, ambas maestras os hicieron estar un mes perfeccionando lo aprendido. Dellanie aprendió a moverse mas rápido en modo sigilo, ya no tenia que ir con tanto cuidado sus pasos eran silenciosos y sus movimientos letales, ademas de que aprendió a utilizar su bolsa de hierbas de forma rápido y eficaz, en contra parte Cassandra obtuvo mas fuerza mental al resistirse a su invocación la cual obedecía ciegamente sus ordenes, ya no se cansaba con tanta facilidad y el flujo de mana era constante, había conseguido reprimirse lo suficiente. Cuando ambas estuvisteis listas, fuisteis llamadas al gremio, al salón principal, no había una gran ceremonia ni mucho menos, aquello no era una academia, pero era un momento especial. Habíais estado medio año trabajando en vuestras habilidades entre una cosa y otra, así que teníais que estar orgullosas de lo que habíais obtenido, de las dos maestras solo Sayna, la elfa, estuvo allí en ese momento ya que Umbra no podía salir de la biblioteca, aunque Cassandra notaba la sensación de unos ojos violáceos puestos en su nuca constantemente.

Vincent se encontraba en el salón, donde os entrego a cada una de vosotras un medallon de plata con un símbolo de espada y arco, símbolo del gremio de cazadores. -Os doy la bienvenida al gremio, muchos de vosotros habéis intentado entrar, pero solo vosotras habéis logrado sobrevivir al entrenamiento. Vuestras maestras consideran que sois capaces de sobrevivir por vuestra cuenta, ya no tenéis una niñera encima, el peso de lo que hagáis recaerá sobre vuestros hombros. No os diremos que hacer pero tened siempre mucho cuidado cuando esteis en el exterior, no abarquéis mas de lo que podáis y mucha suerte en vuestros futuros encargos. Os hemos habilitado unas habitaciones para vosotras, son simples pero podréis decorarlas a vuestro gusto, dicho esto os deseo toda la suerte del mundo.- No fue un gran discurso, pero tampoco era necesario muchas florituras, ahora teníais acceso a las misiones del gremio que podíais hacer en cualquier momento, teníais una habitación y cobraríais por cada cosa que hicierais, pero también sabíais que el riesgo empezaba ahora, que ahora el peligro de ir al exterior era real.

En ese momento habían tres carteles puestos en el gremio, uno de ellos pedía un transporte de materiales a la ciudad elfica de Silvermirra, pagaban un total de 300 monedas de plata, seguidamente había un cartel sobre eliminar unas bestias molestias en un poblado cercano, las criaturas eran nocturnas y solían llevarse alguna cabra o oveja, pagaban 100 monedas, finalmente había una caza de una criatura que parecía ser una especie de araña, pero ponía en la parte de arriba “muy peligrosa”, pagaban un total de 600 monedas de plata. Cada uno de estos carteles tenia una daga clavada, si queríais cogerla solo teniais que desclavar la daga, coger el papel y ofrecérselo a uno de los gnomos de la recepción para que os dieran mas detalles.

En todo el tiempo en el que no se habían visto, el aspecto de Cassandra había cambiado un poco: Mostraba una pose más segura, su sonrisa, habia dejado de ser tan dulce a ser una un poco extraña, dificilmente definible, sus ojos estaban más hundidos y su color más apagado, además de mostrar debajo de estos un leve color negruzco, como si de maquillaje se tratase aunque era de su propia piel; y lo más destacable de todo, su rubio pelo había clareado, volviéndose de un ubio pálido, excepto las puntas, que eran de un color negro intenso, además de alguna que otra mecha entera negra.

Su actitud también era diferente, parecía más segura de si misma, no se había enrojecido ni una sola vez desde que se habían vuelto a ver, e incluso parecía un poco más impulsiva. Esperó que Vincent acabase de hablar, para poder hablar con su amiga por fin.

-Bueno Dede, hace mucho que no nos vemos ¿Cómo te ha tratado la elfa? Espero que bien, y que de verdad estés lista, ahora empieza el juego. Empezó a examinar más de cerca las misiones, ignorando todo lo demás, cuando hizo un gesto con la cabeza, como si se acabase de dar cuenta de algo, se giro y le dijo con una expresión de duda: -Ah, pero bueno, ¿te apetece hacer algo antes?- 

Dellanie no parecía haber variado demasiado en su actitud, si bien ahora era mucho más silenciosa al andar, incluso cuando no se lo proponía voluntariamente. Se podía percibir que estaba mucho más en forma, no era para nada musculosa ni estaba tonificada, pero su figura perfilada delataba que había abandonado el modo de vida pseudosedentario del que había gozado en la Tierra. De su cintura pendía un zurrón, que si bien no era exageradamente grande tenía diversos compartimentos bien separados entre sí. Solía apoyar una mano en el mismo inconscientemente, como si quisiera evitar que se lo sustrajeran.

Escuchó las palabras de Vincent con curiosidad y sonrió un poco. Aquello de sobrevivir al entrenamiento se le antojaba una exageración... ¡o por lo menos esperaba que sólo hubieran abandonado las lecciones! De un modo u otro aquello elevó su moral, ya había llegado muy lejos como para que su camino acabara ahí. Estaba segura de que grandes aventuras la esperarían de ahora en adelante.

Y entonces se dirigió al tablón. Y se paró al ver a Cassandra. Al principio dudó, quizás era alguien muy parecido a ella... pero cuando la escuchó hablar abandonó cualquier duda que pudiera retener.

—¡Vaya! Estás muy cambiada. ¿Cómo lo llevas, Cassandra? —dijo alegremente a medida que acortaba la distancia con su compañera, dándole un fugaz abrazo si no lo evitaba— Sayna ha sido muy agradable, decidió que era una buena idea que me probara como socia del gremio ahora que no acabo cada entrenamiento llena de moratones —rió por lo bajo y luego se percató del gesto de Cassandra. Negó ligeramente con la cabeza— Estoy completamente lista, ¿algún encargo llamó tu atención? —preguntó aquello mientras se ponía de puntillas para mirar los anuncios dispuestos en lo más alto del tablón. Por el momento tres de ellos parecían apropiados.

—Uh... ver Silverrmirra sería curioso, pero no sé si estará muy lejos teniendo en cuenta el pago —llevó el índice a la mejilla— Y siendo que detesto las arañas, la otra opción es echar una mano a los ganaderos —miró de soslayo a su amiga para ver qué se le antojaba más agradable de resolver. Por su parte parecía capaz de adaptarse a cualquiera de las tres tareas.

-Me alegro que te haya tratado bien- En su tono de voz se notaba siempre un atisbo de calma, cómo si estuviese en un estado más relajado continuamente- Lo de la ciudad élfica suena bien, pero creo que es mejor empezar con lo más fácil, por si acaso. ¿Te parece?

Ahora más de cerca, Dellanie pudo ver como su única pertenencia era un libro que guardaba en una funda en su cadera, pero no portaba absolutamente ningún arma ni protección. Mientras esperaba la contestación, empezó a mirar por encima de su hombro, buscando la ventanilla a donde deberían de entregar el papel, así como las demás personas que estaban por la sala, intentando compararse y escuchar que tipo de misiones habían escogido.

—Me parece bien. Así vemos como nos compenetramos —le guiñó el ojo, divertida. Se preguntó si en el pasado aquello habría sido suficiente para sonrojarla... pero estaba claro que ahora tendría que buscar maneras más elaboradas de atacar su timidez. Por su parte tenía un par de vainas en la cintura, cada una colgando de un lado opuesto. Por la empuñadura que sobresalía debían ser espadas cortas o dagas de manufactura bastante estilizada.

Tomó entonces el anuncio de las bestias molestas que atacaban al ganado. Sopesó un tanto la daga cuando la desclavó del tablón de anuncios para tender el pergamino a Cassandra. Luego lanzó la susodicha de vuelta al cartel para que quedara aferrado al mismo.

—A fin de cuentas será nuestro primer trabajo de verdad... y son cincuenta monedas por cabeza, suficiente para más que triplicar nuestros fondos —comentó en un tono no demasiado elevado. Lo cierto es que la vida del aventurero parecía bien pagada. Faltaba por ver cuan cerca de la muerte terminarían el día...

Cogió el pergamino que le tendió su amiga, y le indicó a donde dirigirse, a la ventanilla que había supuesto que era donde le atenderían. Revisó el papel, por sí traía información adicional, y sino preguntaría en ventanilla los datos necesarios: Nombre del contratante, cómo llegar a la granja, etc. Pensó en ir a ver a su maestra, para despedirse, pero conociéndola diría que es algo trivial y débil, y que viniera cuando cumpliese la misión de verdad.

Mientras iban, le preguntó: ¿Necesitas hacer algo o ir a comprar antes de que marchemos? Yo voy a ver si consigo algo parecido a un botiquín. No soy médico, pero para lo que pueda pasar creo que vendría bien.

Tal y cómo había sospechado Dellanie, nada de lo que había hecho hasta ahora había podido sonrojarla; definitivamente su timidez había reducido drásticamente, e incluso había algo en ella, quizás su postura, quizás su forma de hablar, que la hacía notar diferente, que hasta podría hacerla sentir incómoda, aunque sin saber exactamente por qué.

Siguió los pasos de Cassandra por tal de tomar nota mental de todos aquellos detalles que preguntaría. A fin de cuentas toda información era útil a esas alturas, y convenía estar más que preparada antes de pasar a la acción. En todo caso no interrumpió la charla con el encargado de la ventanilla pues su compañera parecía ya haberlo tenido todo en cuenta: o por lo menos, a Dellanie no se le ocurrió en aquel momento qué más preguntar.

—Pueeees, no. Lo tengo todo aquí —se palmeó al principio al zurrón, después a las vainas que pendían de su cinturón— No te diré que no a eso de ir a por un botiquín si lo consideras necesario, pero yo ya voy pertrechada. Sayna me enseñó a tratar algunas hierbas medicinales y llevo un par de viales que deberían sacarnos de problemas a unas malas. No es que sean la panacea, claro —gesticuló con ambas manos restándole importancia.

Por su parte estaba tan charlatana como siempre, pero podía percibirse alguna que otra pausa mientras hablaba, como si evaluara qué era lo que estaba fuera de lugar y no supiera como seguir.

—Así que te acompaño, zanjamos la compra y nos ponemos en marcha, ¿mm? Siempre conviene aprovechar las horas de sol —alzó el índice al decir eso— Quizás quede algún rastro de la noche anterior y podamos sorprender a esos seres de día, imagino que estarán más débiles o por lo menos cansados.

-Ahora que lo pienso, quizás tengamos que acampar, podríamos comprar una tienda de campaña:; y un par de raciones no nos vendrían mal, por si acaso.

Empezó a dirigirse hacia fuera del gremio, pensando si conocía algún sitio donde comprar todo eso, aunque supuso que una vuelta por el mercado valdría. Mientras tanto, empezó a charlar distraídamente con Dell abierto. 

-Ese hombre, Vicente,  me enteré que ha sido el único otro alumno de mi maestra hasta que llegué yo, y me parece extraño, teniendo en cuenta lo grande que es la biblioteca... Pero bueno, que, cuéntame ¿Qué te ha enseñado hacer? Deberíamos ir viendo que estrategias vamos a seguir

-Ahora que lo pienso, quizás tengamos que acampar, podríamos comprar una tienda de campaña:; y un par de raciones no nos vendrían mal, por si acaso.

Empezó a dirigirse hacia fuera del gremio, pensando si conocía algún sitio donde comprar todo eso, aunque supuso que una vuelta por el mercado valdría. Mientras tanto, empezó a charlar distraídamente con Dell abierto. 

-Ese hombre, Vicente,  me enteré que ha sido el único otro alumno de mi maestra hasta que llegué yo, y me parece extraño, teniendo en cuenta lo grande que es la biblioteca... Pero bueno, que, cuéntame ¿Qué te ha enseñado hacer? Deberíamos ir viendo que estrategias vamos a seguir

-Esta es la que queréis?- Pregunto una gnoma mirando el cartel antes de sacar de una de las estanterías llenas de pergaminos uno en especial sellado con un poco de cera de vela y el típico sello. Lo rompió mientras os lo ofrecía a vosotras. -Tenéis que ir al pueblo de al lado, no es muy grande solo unas cuantas casas de granjeros, se llega si vais hacia el noreste durante unas tres horas caminando, si fuerais a caballo seria menos claro pero el cliente no os va a dar esa facilidad. -Fue explicando la gnoma con toda calma, como si lo hubiera hecho decenas de veces.

-Llevad el pergamino al granjero, sabrá que venís de parte del gremio, al parecer hay unas criaturas, creemos que son lobos pero son demasiado listos, quizás sea otra cosa pero en todo caso tendréis que lidiar con ello, no hay informes que en las proximidades haya ninguna bestia peligrosa así que deberíais estar relativamente seguras. Tenéis alguna pregunta? -Quiso saber mientras esperaba pacientemente.

-Sí, me gustaría saber si el contratante nos ofrecería cobijo en caso de necesitar más de un día para la misión, o tendremos que costearlo nosotras. También sí hay algún mapa disponible de la zona, o donde podríamos conseguir uno. Y...

Estuvo unos momentos pensando, observando de paso el habitáculo donde estaba la gnoma, por si había algo interesante detrás, pero nada llamó en el primer vistazo su atención. Hizo entonces un gesto, indicando que se le había ocurrido algo,. y volvió a preguntar:

-Ah claro, y dinos por favor el nombre del contratante, para no ser descortés, y si sabes algo que tengamos que tener en cuenta del camino, no estaría más.- Miró entonces a Dellanie, con una expresión de duda y le preguntó: ¿Se te ocurre algo más? A fin de cuentas tu has estado fuera y yo todavía no, sabes más de como es estar al otro lado de la barrera- No lo dijo con un tono de temor, sino más bien de simple pragmatismo, cómo si fuese lo más lógico que hacer.

—Así que se sospecha de lobos pero son demasiado listos —se frotó la mejilla pensando en aquellos datos— ¿Hay algún tipo de criatura parecida que cumpla con esa descripción? ¿Debemos buscar rastros similares a los de un lobo, aunque no se trate de uno? —preguntó aquello algo dudosa. No es que supiera demasiado de rastrear pero algo improvisaría por el camino. O eso quería creer. 

—No he estado en esa aldea pero creo que no tendremos problemas en llegar —dijo luego hacia Cassandra, a fin de cuentas el viaje no era especialmente largo según lo que había dicho la gnoma— Bastará con que evitemos llamar atenciones indeseadas —palpó por encima una de sus dagas, pensativa. La verdad es que le daba algo de respeto entablar combate cuerpo a cuerpo con cualquier tipo de bestia... esperaba que pudieran enmendar aquella situación de una manera más imaginativa y menos peligrosa. Aún así no era momento de echarse atrás.

—¿Cuánto ganado se ha extraviado exactamente? —se decidió a interrogar, quizás buscando estrechar el cerco entorno a unas posibilidades más claras.

-Veamos….que te lo mire…- Miro unos papeles relacionados con el pedido, rascándose un poco la cabeza mientras lo leía detenidamente. -No ofrece alojamiento pero no creo que te diga que no a dormir en sus cuadras, después de todo vais a tener que vigilar de noche y de día esa zona debería ser relativamente segura. El nombre del contratante es...aquí...si Elric debería ser, con lo referente al mapa podríamos darle uno, pero no sera necesario es un pueblo muy cercano.

La gnoma se fue un momento dando pequeños pasos hacia una de las estanterías llenas de papeles y volvió con un mapa un poco basto de la zona, era difícil orientarse con el ya que vosotras no sabíais leer mapas. -Aqui lo tenéis, podéis quedároslo, no es muy útil ya que solo sale la zona colindante de Elsmera.

Entonces se dirigió a Dellanie encogiéndose de hombros. -Puede ser cualquier cosa, no nos han dicho cuanto han perdido, no lo puso en su solicitud, suponemos que puede ser algún oso, unos lobos, perros salvajes...nada muy fuerte ni peligroso pero no lo sabemos con certeza, la fauna esta loca.

Dellanie tomó nota mental de aquello. Cuando la gnoma sacó el mapa lo observó con decisión, lo cierto es que no se hacía demasiado bien a la simbología empleada para marcar algunos de los rasgos geográficos que debían estar señalados allí.

—Esto es Elsmera y el pueblo debe estar en... —movió el índice azarosamente buscando algún punto que se correspondiera en la dirección señalada, al noroeste. Finalmente se encogió de hombros y asintió una vez más.

—¡Muchas gracias por la información! ¿Y se sabe por qué los animales están así, últimamente? ¿O siempre ha sido de esta manera? —preguntó aquello con genuina curiosidad, más que movida por intereses profesionales. A fin de cuentas era una manera de entender aquel mundo en el que se hallaban.

Después inclinaría la cabeza en señal de agradecimiento y ojearía a Cassandra, para ver si ella sí guardaba más preguntas consigo.

Tomó nota mental de lo que había dicho, intentando no olvidar el nombre de Elric. Miró también el mapa, y aunque había visto alguna vez alguno en la universidad, no pudo orientarse demasiado bien, tendría que mirarlo con más detenimiento durante el viaje. Cuando Dellanie preguntó, estuvo a punto de contestar ella diciendo Si siempre hubiesen estado así no habrían elegido esa zona para vivir, pero por educación decidió simplemente encogerse de hombros y esperar la respuesta de la gnoma.

-Los animales siempre se han comportado de esta manera, no hay demasiado que contar, las bestias ocupan sus territorios y los animales no pueden competir contra las bestias por lo que deben buscar un nuevo territorio de caza. Eso claro afecta a las granjas y a las pueblos pero es el pan de cada dia, gracias a eso tenemos trabajo, es el ciclo de la vida. -Comento la gnoma con una sonrisa esperando que aquello fuera lo ultimo, aunque no se negaba a responder lo que fuera.

-Claro- respondió​- pero aún así, ¿Existe algún registro de las bestias de la zona? En el entrenamiento no nos han hablado mucho de ellas; no a mi por lo menos. Y si no existe ¿Has escuchado algún rumor?

A pesar de seguir preguntando, su comportamiento no verbal la mostraba nerviosa, impaciente; no dejaba de mover una pierna y lanzar fugaces miradas a la salida, como si intentase salir. Era un poco extraño que convivirán ambos comportamientos,  el querer informarse y el partir inmediatamente, aunque si alguien la observaba bien, no pareciese que lo segundo fuese a propósito. Era algo así como el que mira sin pensar al camarero que lleva la comida a otra mesa mintras esperas a que te sirvan cuando estas hambriento; y de alguna manera, esa misma sensación se transmitía cuando se acercaba mucho a Cassandra 

-Lamento no poder ayudaros mas, no existe tal registro...no estan quietas, se mueven, es imposible hacer un registro sobre eso.- Se disculpo la gnoma sin poder ayudaros en ese tema. -No he escuchado nada inusual, bueno esta la araña del tablon pero sabemos donde esta su cueva, lo unico que es peligroso entrar, es para cazadores mas experimentados o decididos al menos..

Pues por mi parte poco más, gracias

Miró entonces a Dellanie y le preguntó: ¿Te parece que vayamos a ver que podemos comprar para la misión, o necesitas preguntar algo más?- De nuevo apareció fugazmente esa extraña sonrisa que antes había visto, y su extraño nerviosismo se incrementó sutilmente ante la idea de partir.

—Entonces no se hable más, ¡en marcha! —alzó el brazo dando un saltito. Aquella situación la entusiasmaba, si bien notaba un cosquilleo en el estómago fruto del nerviosismo. Era su primera misión y sólo esperaba que aquello saliera bien, pues marcaría un antes y un después en su estancia en Elsmera. Debían probarse como aventureras válidas de una vez.

—No hay nada que comprar, al menos por mi parte. Aunque te noto muy insistente —le dió una palmada amistosa en la espalda a Cassandra— Bastará con que reunamos algo de valor y nos lo quitemos cuanto antes de encima, ¿te parece? —expuso aquello con una confianza que en aquellos momentos era falsa. Si bien sabía que si se moral se hundía antes de marchar de la ciudad los resultados serían catastróficos.

—Un placer, señora gnoma —realizó una nueva inclinación de cabeza antes de tomar espontáneamente del brazo a Cassandra si no lo impedía— ¡Solucionaremos ese problema! —diría ya alejándose.