Partida Rol por web

(La puerta metálica daba a una cocina en la cual si entraba la luz, era de solería blanca y con los electrodomesticos de color metalizado, con una mesa plegable en una esquina y las sillas también plegables, al irte por el pasillo, en la puerta de la izquierda ves una habitación que parece que usan de trastero y sala para el ordenador, a parte de unas cajas, la mesa con el ordenador y un armario no ves nada más, por último entras en la puerta de la derecha allí hay un habitación igual de oscura que las anteriores las cortinas son de color azul zafiro y están casi cerradas, las paredes están pintadas en un morado oscuro y lo primero que se ve al entrar es una cama supletoria con las sabanas reliadas, a su lado el escritorio que estaba lleno de libros tanto del instituto como de lectura, al torcer a la derecha habia pegado a la pared un armario con puerta corredera y una cama ancha, casi de matrimonio sobre ella esta la chica gótica con la que ves alguna vez a Reiko, cubierta sólo por uan sabana blanca hasta la altura de los pechos que los tenía desnudos como todo su cuerpo aparentemente, parecía estar dormida profundamente boca arriba).

Lo de curiosear en la casa de otra persona causa una sensación rara, la decoración tan oscura es casi siniestra, lo que supongo que le va a Reiko, y no es que me este quejando, mi casa es un desastre total, algunos la llamarían vertedero, si alguien la visitara alguna vez

Asi pensando me encuentro con la chica gotica y doy un paso atrás sorprendido al pillarla con los pechos al aire "joder, no sabia que eran compañeras de piso" claro que tiene sentido, es evidente que Reiko no vive con sus padres y esta casa es demasiado grande para una persona sola

Estoy por salir cuando se me ocurre que esta podría ser la habitación de Reiko y ella me ha invitado a su habitación, despues de todo aparte de la cama de matrimonio grande hay una cama supletoria que evidentemente se usa

"Y además aquí deben estar los libros de magia"

Envalentonandome al ver mi objetivo entro sigilosamente hasta la cama de la chica gótica, así sin tanto maquillaje y ropas raras se la ve atractiva, con cuidado subo la sabana para que no me acusen de mirarle las tetas (tras darles una nueva mirada claro), y me voy a ver los libros que hay

(Sobre la mesa encuentras varios libros, que hablan de las funciones del alquimia en la edad media, criaturas de la otra esfera y transmutaciones de las almas, a tu suponer a de ser eso lo que venias buscando).

- ¿Como no? Sigue siendo una cotilla, no se quedará quieta -sonrío- Que pena, tenía la esperanza de poder castigarte si eras chica mala -le pongo cara, fingiendo mi decepción hinchando los mofletes, aunque pronto sonrío, bromeando. Me la quedo mirando, más seria despues, busco su pierna bajo la mesa con la mía- Gracias, Aya. Me preocupaba que te metieses en problemas, reconozco que, me sentiría muy mal, si algo te pasase. Sigue así, por mi -intento mantener la mirada en ella, aunque mis palabras me avergüenzan ligeramente, quiero ver su reacción. Seguimos con los postres, y una vez que hemos pedido, me saca el tema de llevarla a casa- Me la quiero llevar a casa, aunque eso sea forzar un poco las cosas, me apetece verla otra vez tan sensual, que siga provocandome... aunque, me basta con tenerla cerca -suspiro, reuno fuerzas, y la miro- ¿Porque no te vienes a mi piso esta noche? -lo suelto sin más, intentando no sonar muy provocadora- Si quieres, no tiene que acabar... como aquella vez, solo pasar la noche juntas... lo otro, si nos apetece...

Tras mirar un momento los títulos elijo el libro de alquimia, que es lo que parece menos lunático, y me voy a la sala donde me dejo Ryoko a leer alli con tranquilidad

- Bueno, si tantas ganas tenías de castigarme no puedo quitarte la ilusión...Hizo un gesto juntando ambas muñecas, como si se fuera a dejar maniatar de manos, divertida. Luego se puso un poco roja cuando Aoki le dijo seriamente que se preocupaba por ella. - Vaya, no seas tonta, se cuidar de mi misma...

Aya rebañó bien su cuchara de postre, y con ella en la boca le devolvió la sonrisa de forma pícara.

- Claro, tengo curiosidad por ver donde vives. " Y ganas de dormir de nuevo sintiendo tu cuerpo desnudo pegado al mio.. "

- ¿ Nos vamos? Dijo animada e impaciente tras pagar la cuenta. Volviendo de camino hacia el coche, cuando pasaron por una callejuela poco transitada y mal iluminada Aya se lanzó y le robó un fugaz y casto beso a Aoki. Ruborizada se apartó con una sonrisa de miel en sus labios.

- Lo siento, no pude contenerme, tenía ganas de hacerlo desde que nos vimos hoy. Se sinceró apartando la mirada.

Relamo mis labios tras recibir su ligero beso, compartiendo esa sensación, ese deseo de hacer lo mismo. Antes de salir del callejón, la aferro con fuerza y la pongo contra la pared, me arrimo a ella, mi rostro al suyo- Pues no te contengas -mantengo mis brazos entorno a ella para que no pueda alejarse, y mi cuerpo muy encima del suyo, no dejandola espacio para moverse. La hago mi prisionera y la beso, lentamente, deleitandome, tocandola... hasta que yo quiera, no la hago libre de mi cuerpo.

- Estaremos más cómodas en mi apartamento -me retiro de su lado poco a poco, la tomo de la mano y la saco del callejón. Vamos hasta el coche, y pongo rumbo a mi piso- ¿Están tus padres ya en casa? Llamales y diles... la verdad, que vas a quedarte en casa de una amiga -mantengo la compostura y me calmo un poco, estoy excitada, que no es lo mismo que sobreexcitada- Se que seguramente acabaremos como la última vez... pero como sea, estará bien, ya la convencí para al menos estar juntas.

Al llegar a casa me descalzo, y la llevo hasta mi habitación...

- ¿Que va a pensar de mi? -no se me había ocurrido hasta ahora, tenemos gustos diferentes, y eso se refleja en nuestras habitaciones, la mía tan desordenada, llena de cosas que no tienen mucho que ver con algo culto, discos de rock y pop-rock, la consola, el portatil, libros bastante ligeros para mi limitada cabezita hueca... aunque no me siento presionada- Se que le gusto, y no por ser una petulante... o una genio, como parece ella, sino por mi misma ¿Porque iba a sentirme insegura? -la dejo pasar primera- Aquí vivo yo, apenas hay un baño y una cocina junto a esta habitación, y no es muy grande, pero... lo suficiente para mi.

(En sólo unos Tokuo entro en la cafetería donde se hallaban ambas jóvenes, se acerco un momento al camarero parecía que le dijo unas palabras y acercó a vosotras, tomó tu mano y la beso)-Hola, Aya me alegro de verte...(luego tomo la mano de Emma realizo la cortesía y continuo hablando)...también me alegro de verte Emma, bueno, ¿ustedes me dirán que pueden querer de mi, tan hermosas mujeres?...(dijo mientras guiñaba el ojo derecho).

(El libro en cuestión habla de un tal Alexander Pekerman, un alquimista belga que podía convertir las piedras en oro por medio del poder del alquimia, te parece que el libro tiene ciertos fallos de traducción por lo que ya ves que no es un libro muy bueno, pero aprendes cierto tipo de conocimientos de su arte y historia).

(Tu móvil comienza a sonar, desconoces cual es el número, pero como nunca sabes quien de tus "conocidos" podía cambiar de número decides cogerlo y para tu sorpresa hallas una voz digamos no muy grata al otro lado)-Hagame un favor sensei, no haga mucho ruido esta noche, que me voy a ir a dormir y no tengo ganas de salir a decirselo en persona, nos vemos mañana, ya sabe donde...(de repente te vino la imagen en flash de tu primer día, el chico que viste salir de estos apartamentos era Kaito Tetsune, no te cabía duda alguna, tras esto se corto la llamada).

Atrapada, arrinconada contra el cuerpo de Aoki se dejó llevar y hacer por esta, mientras la besaba su respiración se agitaba por momentos. Estaba tan excitada que no supo que decir. Le gustaba esa sensación.

- No te preocupes, estan fuera de viaje, para variar. Dijo distraida mirando a través de la ventanilla relajandose un poco.

Correteó curiosa por ese desorden, no la molestó se detuvo frente a los discos de rock.

- ¡Vaya! Hacía tiempo que no escuchaba a este grupo. Dijo leyendo la carátula posterior.

- Esta muy bien, es muy acogedor, ya me gustaría a mi poder tener algo así mio, independiente de estar bajo el techo de mi padre y su novia. Después guardó silencio y comenzó a reir de forma coqueta.

- ¿ Recuerdas que me preguntastes si hice bondad? Pues te mentí...vas a tener que castigarme..Se sentó en una esquina de la cama y le lanzó la blusa que se había quitado, provocandola así.

Sigo leyendo tranquilamente hasta que vuelva Ryoko, y si acabo echare una ojeada al de trasmutaciones de almas

" Que chico tan romántico, es un caso no cambiará" Pensó mientras le besaba la mano, como los caballeros andantes de las películas de princesas y dragones.

- No seas tan efusivo Tokuro, con un hola me bastaba, le reprochó tras el beso en su mano pero sin parecer borde. Mi amiga Emma tiene un pequeño problema con un chico del instituto. Alguien que se comporta muy mal hace tiempo. Me dijo que en su dia tuviste un roce con el...Kaito es su nombre. ¿ Que sabes de el?

Me quedo mirandola con una sonrisa- ¿Ah, si? -pero antes de empezar a jugar, mi telefono movil suena, no reconozco el número, pero contesto, por si fuese algún conocido. Mi gesto cambia al instante, le hago un gesto a Aya, para que pare- Eh... ha cortado -me quedo con las ganas de responderle- Perdona. Esto es espeluznante, ese Kaito Tetsume ¿Como consiguió mi número? -me acerco a la cama, y me siento junto a ella- Me ha dicho que no hagamos ruido, o que vendrá, y creo que vive cerca de aquí... ¿De que va? -definitivamente, estoy seria ahora, molesta, si estuviese sola no tendría problema en buscar su casa y partirle la cara a ese niñato por acosarme de esta manera, pero está ella, Aya, y no quiero verla involucrada- Maldito sea, si se le ocurre amenazarnos... siquiera ponerle la mano encima... solo de pensar que le pudiese pasar algo, por mi culpa... -me estiro, para dejar el movil en la mesilla- Ese pervertido es una molestia -no estoy asustada, sino enfadada. La miro, e intento sonreir, para no preocuparla. Me acerco más, y la rodeo con los brazos por la cintura. Empiezo a darle besitos, en la mejilla, en el cuello, y dejo que una de mis manos ascienda, hasta las tirantas de su sosten, las retiro de sus hombros despacio y llevo mi mano a su seno, para palparlo y masajearlo- Me da igual lo que diga, ni que fuera a oirnos...

-Sabes, que lo hago por ti, honey...(al hablarle de Kaito  resopla, y según le venia su té helado le da un sorbo)...si, no te equivocas, ese Kaito es un peligro, hace unas semanas, ya hara incluso meses, le vi entrando en el vestuario de chicas cuando estaban las de 1º o 2º de secundaria, al verlo salir por la puerta de atrás me dirigi hacia él y le dije de todo, luego el me provocó y empezamos a pelearnos, pero la pelea no llego a ningún término, yo no conseguía hacerle daño con mis golpes y él era demasiado lento para poder golpearme, cuando nos separarón unos alumnos que acudieron al ruido, me miro he hizo un gesto con el dedo como los emperadores romanos cuando perdonaban la vida a los gladiadores, lo poco que se de él, es que ya ha realizado otras pillerías, que nunca lo pillan, ni castigan y que sus padres nunca han aparecido por aquí, es más creo que vive solo, son muchas cosas que no encajan...(bebe otro sorbo de té).

" Ese Kaito otra vez...¿ Como es posible que tenga su número y sepa que estamos juntas...nos esta siguiendo? luego tengo que contarle lo que descubrí."

A pesar de sus preocupaciones el tener tan cerca a Aoki, sus caricias y besos pronto hicieran que lo olvidara y volviera a excitarse.

Sus pezones se pusieron duros tras sentir el suave masaje de sus manos en sus pechos desnudos mientras buceaba con su lengua en la boca de Aoki.

- Que le den...solo castígame... he sido una chica muy mala...Se removió sobre su cómodo asiento, entreabrió sus muslos mostrando sus humedas braguitas mientras la invitaba a bajar de lamer su cuello para que le chupara las tetas.

(Finalmente Reiko sale del baño, fue hacia el sofá donde estabas, y viste un cambio de vestuario ahora llevaba una camiseta negra de Metallica y no llevaba pantalón o falda, sólo unas bragas blancas)-Perdona la tardanza, estaba quitandome ese molesto uniforme, no entiendo porque incluso el uniforme corto tiene que dar tanto calor, bueno Iro, aquí me tienes...(hace un gesto un poco enigmático poniendo la cabeza de medio lado con una sonrisa algo forzada)