Partida Rol por web

-¿Pero quien es ese?- digo señalando al hombre que viene corriendo hacia nosotros asustado miro a Steve asustada -parece que le persigue alguien...o algo...- digo preparándome para huir.

Steve y Monique

Veis como sale un hombre de la niebla, huyendo aterrado de algo o alguien.

William

Mientras corrias como un poseso huyendo de aquella criatura, te topaste con varios individuos que estaban en mitad de la calle. Al verte se quedaron extrañados.

Huía despavorido de aquellas horrendas criaturas, ni siquiera me paré a pensar en el chaval, simplemente corrí entre la niebla.

Al alejarme de la zona pude apreciar delante de mi dos figuras. Me acerqué recuperando el aliento, ya que parecían ser un hombre y una mujer normales y corrientes, eso quería decir que tenía razón en lo de que habría mas como nosotros en ese lugar.

Mientras recuperaba el aliento me acerqué para hablar:

Allí atrás hay zombis, y parece que un chaval se ha quedado allí...

-Zo...¿zombis?-pregunté incrédula ante las palabras de aquel desconocido. Los muertos no eran nada comparados con los vivos...o eso pensaba antes de llegar a aquel lugar. -¿un muchacho? ¿le has dejado solo?- dije algo nerviosa al desconocido. Miré a Steve sin poder pensar bien en como reaccionar ante la situación que se nos venía encima.

Steve frunció el ceño y relajó la mano donde portaba su pistola, así como la mano que agarraba a Monique. ¿Dices zombies? No se si será peor a lo que vimos nosotros aquí... que por suerte está muerto Después añadió ¡¿Has abandonado a un chico a su suerte ahí atrás?!

¡No hay tiempo que perder! ¡Ayudemos al chico! ¿O pensais dejarlo a su suerte como él ha hecho?

Steve asintió y preparó su arma haciendo sonar sus pequeños mecanismos metálicos Vamos, aun podemos ayudar al chico. ¿Donde se encuentra? Preguntó al hombre de largos pelos y espesa barba, esperando a que este cooperara y le dijera en que dirección se había separado de su compañero.

Miré a Steve con miedo por su decisión pero no podía quedarme quieta sabiendo que había alguien abandonado a su suerte... a pesar del terror que sentía con su decisión no di ni un paso atrás. Tragué saliva y noté como mi corazón se aceleraba -Creo... que haremos lo correcto ayudando al chico...-dije con a voz temblorosa <¡Pero estoy muerta de mi...miedo!>gritaba en mi mente una vocesita angustiada -Si tuviera una pistola me sentiría algo más segura...- dije mirando las armas de Samuel y Steve y posteriormente mi navaja... <Esto debe ser similar a un complejo de tamaño>dije para mi misma intentando relajar mi mente

Está bien, aquí tienes - le dice extendiendo su mano hacia Monique con la pistola sobre ella. Pero ten cuidado de no resultar herida con ella, y usala con cabeza, que solo quedan unas pocas balas.

Es la única que tengo, pero no puedo ver a una mujer indefensa. No te preocupes, yo me las sé arreglar sin un arma de fuego.

Escuchad, antes de nada...Avisé al chaval de que saliese corriendo, eran varios cadáveres andando...cuando me fui a dar cuenta el todavía seguía allí parado, grabándolo todo. No es culpa mía.

La verdad es que no me gusto nada el tono en el que me acusaban de abandonar al chaval, pero no era la mejor opción, ya que eran tres...y armados.

Miro a Samuel asombrada al ver que casi sin dudarlo me ofrece su pistola. -Oh Samuel no se si...- me paré a pensar unos instantes antes de continuar la frase <Si cojo la pistola me sentiré más segura y podré ser de ayuda aunque solo sea un poco, pero él se quedará desarmado...bah él se sabe defender si no fuera así ya estaría muerto> -...Bueno... vale...- digo aceptando la pistola -...Te la devolveré...-dije mirándole a los ojos.

Miré entonces al recién llegado y escuché atenta sus palabras -¿Que el chico lo está grabando?- pregunté incrédula -¿cómo puede estar tan sereno como para hacer eso?- no podía caberme en la cabeza lo que estaban diciendo del muchacho así que miré al hombre de pelo largo e hice un movimiento con la cabeza en dirección ala calle por donde había venido -¿vienes? cuantos más seamos mejor...- a pesar de mis palabras mis piernas aún temblaban.

Eh...si, claro. esta vez no habrá huidas. Podéis contar conmigo.

Cogí mi escopeta y la cargué haciendo que sonase.

Decididos a ayudar al chico que estaba en apuros, corriais al principio del pueblo por aquella calle principal hasta la carretera.

Os abristeis paso entre la niebla y contemplasteis como un muerto viviente estaba justo al lado de un joven y estaba decidido a atacarle.

El joven estaba quieto hablandole a esa criatura temblando como un flan.

Cuando Steve vio la nueva criatura que había apareciendo entre ellos no dudó en sacar su arma y apuntar. Su mandíbula se apretaba con firmeza por no creer lo que estaba viendo. Todo aquello parecía sacado de una película de terror, solo que lo estaban viviendo en vivo. ¡Apártate de ahí chico! Exclamó haciendo repetidos gestos con su mano libre mientras la ocupada se encargaba de apuntar a la criatura.

Aquel monstruo humanoide avanzaban hacia el indefenso chico que sin apartar la cámara quedaba quieto en el sitio. Agarré con fuerza la pistola y me decidí a apuntarle a la cabeza. -¡Vamos aparta muchacho! no creo que quieras morir- grité tras los intentos de Steve para que el chico se moviera.

Viendo la escena no podía hacer otra cosa, yo también debía atacar a esos...zombis. Así que sin pensármelo dos veces, olvidé lo sucedido antes y apunté con mi escopeta a la cabeza de uno de ellos.

Vamos a dejarnos de tonterías...

¡Apartate! Steve no dudó en disparar tras apuntar a la criatura. Agarró la pistola con ambas manos y apretó el gatillo varias veces, el estruendo se escuchó en toda la calle, sin duda era un arma efectiva, una buena pistola, pero nadie ni nada podía quitarle el exagerado sonido que desprendía cuando disparaba. Mientras, los casquillos usados salían disparados hacia arriba girando a una velocidad vertiginosa y desprendiendo humo por doquier. 

Estaba justo al lado de Steve cuando este disparó a la horrenda criatura y el estruendo que causó su arma hizo que quisiera taparme los oídos con las manos pero si dejaba de apuntar al monstruo seguramente estaría perdida. Avancé lo más rápido que pude con intenciones de agarrar por la muñeca al muchacho y llevarlo hacia atrás con nosotros para intentar protegerle y posteriormente volví a apuntar al monstruo justo a la cabeza. No dispararía hasta saber si los balazos de Steve habían hecho efecto pues había que ahorrar balas. Cada mirada a aquella especie de zombi era una arcada que se apresuraba a subir por mi garganta pero no estaba dispuesta a mostrar tal debilidad.

Al disparar a aquel "zombi", la criatura se estremece de dolor y se gira hacia Steve para atacarle.

Samuel corre hacia un lugar cercano y toma una piedra de un tamaño considerable para usarla contra aquel atacante, suponeis.

El chaval (MJ), con un monopatín en la mano, aún sigue inmovil.