Partida Rol por web

Dusklight hizo un ademán de volverte a atacar y aunque te hiciste frente a Shiro, ella misma dio un paso al frente también, esperando cubrirte, aunque no fue necesario porque su enemiga falló el ataque. Miraba frustrada y en posición de ataque, pero como no la atacaste se relajó parcialmente.

Shiro miró su mano y dijo - Ella proviene del mismo planeta que yo. Para usurpar la energía del Gran dragón, padre de todos los dragones, se necesita de un poder similar o mayor. ¿Acaso conoces ese sello? - preguntó mirándote por un segundo la sacerdotisa.

La enemiga entonces rió cuando le preguntaste por Heleth - Ella nos advirtió de ti y tu compañero. Dijo que harían lo posible por detenernos. Pero qué afortunado de mi parte el toparme con las dos. Ahora Heleth-sama sabe que estás aquí - no perdía la sonrisa de su rostro.

- ¿Cómo podemos deshacer esa marca? Parece que su poder se desplegara por todo su cuerpo, casi como si fuera su energía vital. Fluye como la sangre - dijo Shiro en un tono preocupado.

- Se siente incómodo tener a la Sacerdotisa dragón husmeando tu energía. Qué descortés - respondió Dusklight con un tono fastidiado.

- Solo dinos cómo deshacer eso - espetó Shiro con algo de enojo.

- No puedes luchar contra mí con toda tu capacidad y lo sabes - espetó la espadachina y Shiro chasqueaba los dientes molesta.

La guerrera sonreía complacida de la pelea que se desataba y al concluir tu transformación, pudiste ver la mirada atónita de Allan, quien se levantaba con despacio.

- Tú... Eres... Tú... - pero una fuerte risa de Crythra interrumpió aquel breve momento de felicidad por el reencuentro.

- ¿Que qué me pasó? ¿Acaso olvidaste lo que nos hizo la guerra? ¿Olvidaste que morimos y que solo a ustedes se les dio la posibilidad de reencarnar? ¿Sabes lo que se siente despertar y darte cuenta que todos a tu alrededor reviven y quedaste solo tú atrás? - su tono iba subiendo de nivel cada que hablaba.

- ¿Acaso no era lo suficientemente buena? ¿Acaso no valía la pena? - su sonrisa se empezó a tornar en una expresión casi maniaca.

La chica desenfundó su arma que era como un bisturí gigante y justo cuando iba a ir hacia ti, sentiste una fuerte ráfaga pasar a tu lado y luego el filo de una enorme hoz golpeando a Crythra y enviándola lejos. Notaste que aquel relámpago había sido Allan, quien ahora empuñaba su arma frente a ti.

- ¿Estás bien, Lightning? - sonrió y te cubrió.

Crythra logró frenar a unos cuantos metros de distancia y se abalanzó hacia ti. Allan clavó su hoz en el suelo y la tierra se alzó para cubrirte, pero aquello no fue suficiente para parar su ataque y te golpeó con la cuchilla, cortando tu pecho. Escuchaste a Allan gritar tu nombre, pero aquello no cortó tu concentración y alzando tu hoz a pesar del dolor, invocaste aquella electricidad que acobijaba tu cuerpo con delicadeza. Crythra no dejaba de sonreír y justo cuando la disparaste hacia él, ella voló varios metros hacia atrás. Podía haberte golpeado pero tú no te quedabas atrás. Allan se te acercó y te abrazó.

- Déjamelo a mí. No dejaré que te pase nada - y empuñó su hoz con decisión.

Seguí las voces hasta poder ver a lo lejos a Katherine y...

¿Quien es ese joven? ¡Oh, ya lo recuerdo! Es Commutatus Animae, pero... ¿Qué hace aquí?

Me apresuré a llegar donde se encontraban. Luego habría tiempo para las preguntas.

-Katherine, que bueno que pude encontrarlos. Por un momento pensé que me había perdido. Supongo que ya sabes que algo extraño está sucediendo aquí. Que te hayas encontrado con él ya es una prueba de eso. ¿Alguno de ustedes dos tiene idea de que está pasando?

Phenrir se concentraba, cuando Dawn le preguntó, se negaba a creer que aquella fortachona cayera tan pronto, y si la habían apresado se la iban a devolver. Se podría decir que las victorias a medias no le gustaban y salvar a algunos no le era suficiente. - mientras me concentro, te escoltaré, no pienso dejar que hagan lo que quieran, serán mi ovillo de lana como no encuentre lo que quiero... Un vagón gélido explotaba desde su cuerpo, aquel último ataque había congelado buena parte de sus reservas y aquella exhalación física de polvo cristalino denotaba que había llevado lejos aquel juego gélido. El hielo se iba desintegrando, su función de jaula había fracasado, tal vez se excedió llevado por la ira, pero las respuestas solo las obtienen los vencedores, y apesar de ello no se sentía como tal. Estuvo a punto de proponer llevar al caído, pero creyó que Dawn querría ser quien le llevara pese a sus propias heridas. Después de todo, él también preferiría cargar a alguien que le importaba, para no tener que culparse si fallaba algo.

Tenma te miraba algo impresionado por toda la parafernalia que veía. ¿Eso siquiera era real? Miraba maravillado, casi hipnotizado. La chica rió y saltaba emocionada, casi como si de una niña pequeña se tratara.

- Vaya, una Einar. Qué divertido - rió. Te miró con una sonrisa burlona y se llevó una de sus manos a su cintura mientras mantenía la otra mano empuñada apoyada en su cintura.

- ¿Y qué quieres dialogar? Si quieres información, no obtendrás nada de mí - rió.

- ¿Dijo Einar? - preguntó Tenma con duda -. ¿Qué está pasando aquí? Yo solo quiero encontrar a Ruka y Edward - el chico sonaba molesto. Se recostó contra una pared. Tenía bastante resistencia para ser solo un humano.

- Picaste mi curiosidad, Einar. ¿Qué quieres? -.

La propia contradicción de tus pensamientos te llevaba a sentirte inmensamente confundido. ¿Qué era lo correcto? ¿Realmente alguien necesitaba pelear en una época pacífica?

- No lo entiendes. Esta puede no ser tu era, pero es la nuestra. Tomaremos hasta la última gota de energía de este planeta hasta que podamos regirlo. Si quieres ver que pase, únete a nosotros. Si no, muere protegiendo tu mundo de la destrucción - y con un veloz impulso, se lanzó hacia ti.

Quisiste responder amplificando las ondas de sonido a tu alrededor para contraatacar, pero no pudiste. Te moviste con rapidez, pero aquello no fue suficiente. El impacto del báculo y su onda expansiva te lanzó lejos a volar. Te lanzó un par de metros lejos. Entonces, Sombra sonó enojado.

- ¡Reacciona, niño! Dijiste que habías tomado una decisión. ¿Acaso quieres morir? Hay quienes no necesitan motivos para pelear y él ya lo dijo. ¡No es de Andelivian, ni de Hardak, ni Kal'Ahd. ¡Es de otra raza que quiere destruirnos! - Sombra se veía a punto de lanzarse a luchar si tú no lo tomabas en serio.

-Ephorus, por favor... quédate a resguardo-indicó Animae a su hermano que se encontraba de pie mientras lo veía con premura y preocupación. Ambos estaban muy heridos, pero él se había llevado los golpes fatales. Intentó concentrarse para sentir a la rubia, pero negó con la cabeza-. No, no puedo. Ella hacía equipo con... Jaycee, para esta actividad. Hay que concentrarnos para ver si podemos sentirlos.

Pero centró su atención en quien llegaba y al ver que se trataba de Nereida, la guerrera soltó un suspiro de alivio. Ironía volver a encontrarse en una situación así.

-Nereida, mi hermano; Ephorus, ella es otra guerrera de Andelivian. No perteneció al mismo grupo que nosotras, pero estudiamos juntas en la otra vida-sonrió, pero tampoco podía ocultar su dolor. Escuchó lo que dijo la elementalista del agua e intentó contestar-. Peleamos contra Zmiy. Alcanzó a huir por un peluche gigante de una titánide llamada Titiritera que murió a manos de Platinium y Storm Angel cuando nos separaron, ¿recuerdas? Tu estabas con Lightning esa vez.

Animae cerró los ojos un momento para reponerse y así continuar hablando.

-Mi hermano recuperó sus memorias como los demás debido a lo que nos contó la Sacerdotosa Dragón el día que platicamos en el café. Aún así, agradezco que haya llegado, porque si no...-se calló, pero negó un poco para retomar la conversación-. ¿Y Masaru? ¿Está bien?

Dawn asintió a Phenrir. En el fondo le agradecía el hecho de que la escoltase, con sus heridas y cargando a Ruka era poco lo que podía hacer si la atacaban de sorpresa.

—Está bien —fue lo que contestó Phenrir, para luego volverse a mirar el estado de Ruka.

Mientras caminaban Dawn se preguntó qué hubiese sucedido si Phenrir no hubiese llegado. Ya no sentía aquella presión en el pecho, pero aún tenía los recuerdos de ello. Podría haber muerto y eso significaba que Ruka... Despejándose de esos pensamientos acomodó bien a la chica en sus brazos. La misma Dawn apenas y podía caminar sin trastabillar; aunque el peso de Ruka hacía de caminar una tarea más complicada, Dawn no estaba dispuesta a pedirle a Phenrir que lo hiciese. Debía encontrar rápidamente a la sacerdotisa.

—Creo que debo agradecerte —dijo Dawn, mientras seguían caminando, sin mirar a Phenrir—. Aunque fue por casualidad, me has salvado la vida. Si puedo encontrar a la Sacerdotisa te ayudaré con Caliope. 

Viendo que había espacio para el dialogo, Mirari se encogió de hombros, aunque se relajó, no quito en ningún momento sus manos de su arma.

-No quiero pelear para ser sincera, pero siento que eso sería bastante difícil de conseguir.

Logrando con pequeños pasos ponerse entre Tenma y la guerrera, le indico a este último.

-Admiro tu valía, pero solo aquellos con vida logran ayudar a los demás, si puedes vete.

No se giró para hablar con él, aunque relajada, no dejaba de prestar atención a su oponente.

Legolas, ayuda a Tenma a salir de aquí, yo la mantendré ocupada.

Con ese pensamiento, esperando que ese búho la escuchara, se inclinó igual a como lo haría si intentara ligar a un chico, parecía bastante dispuesta a que su foco de atención no fuese aquel joven.

-Entonces te diré lo que quiero. No quiero problemas en el patio de mi casa, no tengo nada contra tuya, o contra tu jefe… Heleth creo que dijiste. Pero ir atacando personas, o ponerlas en peligro, eso si no puedo permitirlo.

Coloco aquella arma hacia abajo, sabía que lo que estaba por pasar podría ser una pelea.

-Quiero que podamos llevar la fiesta en paz ¿Es posible el dialogo? Saber porque están aquí, si en algo puedo ayudarlos para que se vallan mas rápido sin quebrar lo que quiero.

Aunque sus palabras eran amistosas se notaba la tensión en el ambiente

La verdad es que no podía procesar muy bien lo que estaba sucediendo. Estaba confundido, no deseaba en verdad seguir un combate. Pensaba que el era simplemente alguien de Kal'Ahd siguiendo el deseo de venganza de una guerra ya terminada en desgracia para todo, pero al escuchar las palabras de este quede todavía mas desorientado. ¿Su era? No puede ser. Entonces eso significa que este no es ninguna de las razas que conocemos hasta ahora... Es una nueva amenaza. Algo desconocido que busca destruir el nuevo mundo en donde queremos vivir. Algo mas alla de nuestra guerra pasada. ¿Estas personas entonces son las que estan causando esos efectos en los demás? ¿Ellos son los que los estan controlando? Habian muchas preguntas y debido a eso, no pude reaccionar y este me mando a volar lejos. 

Tosí un poco intentando recuperarme. Escuche a lo lejos la molestia de Sombra queriendo unirse a la batalla, mientras levantaba la mano hacia el haciendo una señal de espera todavía de rodillas. Me levante observando ahora con molestia a ese tipo. — ... Ya entiendo, tu no estas bajo el efecto de esa cosa como lo estuvo Scarlet... TU eres uno de los que controlan esa cosa... — Estaba molesto ahora. Este tipo era uno de los responsables, y como tal, significa que intentar no lastimarlo es innecesario. Estaba cambiando mi mente en un abrir y cerrar de ojos; tenia que pelear con todo lo que tenia. Empece a canalizar energía nuevamente pero de manera mucho mas hostil que la anterior. — Ya entiendo, entonces no es necesario que tenga piedad de ti. Una vez acabe contigo me dirás exactamente quienes son ustedes, ¡Y como demonios liberar a mis compañeros! — Y al terminar de hablar solté un grito que mando una onda de impacto dirigida por un puñetazo que lance hacia el rostro de el para darle dirección y mandarlo a volar de la manera mas salvaje posible. Me plante intentando concentrarme, mientras voltee a ver de reojo a Sombra. — Perdón, es la costumbre de no querer pelear. Si ves que estoy en apuros no dudes en ayudarme, compañero. No permitiré que te vuelvan a hacer daño. — Y me plante fuerte en el piso, esperando su reacción. 

-Sí... creo que recuerdo haber visto a tu hermano antes...

Pero antes que pudiera precisar de dónde lo conocía, Animae me contó sobre su encuentro con un viejo enemigo. 

-¿Una titiritera? -dije sorprendida- ¿Y dices que ella había muerto? ¡Esto se pone cada vez más extraño!

Luego, mi camarada me preguntó por mi compañero de... lo que sea que intentaron organizar los sensei.

-Masaru estaba un poco raro, así que lo llevé devuelta con el sensei para poder regresar e investigar, sin tener que preocuparme por él. Espero que no sea nada, pero tuvo una reacción muy extraña cuando vio las raíces de un árbol y... pensándolo bien, esas raíces no deberían estar a la profundiad que estaban en primer lugar. Pero no pude sentir ninguna energía extraña, así que no sé qué significa.

Animae volteaba de tanto en tanto para ver el estado de su hermano, preparándose para regañarlo o pedirle que se sentara si se atrevía a moverse por esas heridas que tenía; ella también estaba mal, pero quería disimularle para no preocupar a Nereida que estaba contando que esto le era extraño.

-Hay que cuidarnos porque entonces... Arjimae podría estar entre nosotros o...-pensó en Naoko, doliéndole un poco su pecho al recordar cómo había muerto-. ... cualquiera. Puede que estén siendo manipulados o algo.

Luego la guerrera del agua procedió a contar lo ocurrido con Masaru y recordó que ella misma se había tropezado con uno antes de que Zmiy apareciera. Entonces, la pelinegra comenzó a caminar buscando esa raíz y ver si podía averiguar algo, pues era cierto lo que le decía acerca de que en ese sitio no debería haber ese tipo de naturaleza.

-¿Cómo fue la reacción de Masaru?-preguntó mientras escudriñaba el sitio. Luego volteó a ver a Ephorus cerciorándose de que no estuviese haciendo algo que lo fatigase más. 

-Pues... parecía muy asustado -dije intentando recordar la reacción de Masaru-kun- Traté de averiguar qué le pasaba, pero no me dijo nada que pareciera tener sentido... creo que mencionó algo sobre un sueño.

Luego, Animae se puso a buscar algo, lo cual me recordó mi infructuosa investigación sobre el árbol.

-Traté de buscar las raíces otra vez, pero no las encontré. ¡Este lugar es un laberinto! Me recuerda a... aquella batalla que tuvimos en ese reino de oscuridad. ¿Recuerdas? Nada era lo que parecía. Era un mundo entero tratando de confundirnos. Y ahora que lo pienso... si los guerreros derrotados pueden volver... tal vez ese mundo también... ¡Eso sería terrible! Apenas pudimos salir con vida la primera vez...

Conforme se acercaba el momento de ruptura, Mirari aun con su espada baja, comenzó a preparar un ataque, a su mente solo venia una cosa.

Un triple ataque oscuro.

Aun no era el momento de usarlo, por lo que usando su experiencia anterior, suspiro… podía ver el mundo moverse un poco mas lento, podía hacer varias cosas al mismo tiempo.

Penso en atacar, pero cuando noto que su espada estaba abajo, supo que había cometido su primer error.

Tranquila… tranquila…

-¿Entonces dialogamos?
Alzo su espada, estaba dejando ir a la presa de esta chica, tendría que atacar para evitar mayores problemas.

Por más que concentraste toda tu energía en dar con Aimi, no pudiste hallar rastros de ella. Aunque no tuviste éxito, no te fue difícil encontrar el camino a la salida.

Mientras caminabas, pudiste notar que la herida de Ruka ya había cerrado y parecía sanar por su cuenta. De ese ataque solo quedaban los restos de sangre en su ropa y el agujero de la herida en su cuerpo. A pesar de todo, el ataque habría podido considerarse una ilusión.

Los extraños rastros negros también habían desaparecido.

El extraño enmascarado parecía concentrarse con todo lo que tenía y aunque era posible sentir la vibración de su energía expandiéndose, su rostro revelaba cierto descontento. A pesar de esto, sus pasos parecían dirigirlos a alguna parte determinada con bastante seguridad.

El frío de la cueva se iba reduciendo considerablemente mientras más avanzaban y aunque Dawn parecía estarse recuperando de a poco, seguí magullada por la batalla. El peso de Ruka se empezaba a hacer importante y el agotamiento en los brazos se hacía cada vez más notorio. Contrario a eso, Phenrir se veía bastante tranquilo y sin mayores dificultades para desplazarse.

El olor al salino mar se acrecentaba y llegaron a lo que parecía la salida de la cueva. La voz del fornido Shinta Daidouji se escuchaba desde la playa, lo cual indicaba que esa era la salida de la cueva.

Buscaste alrededor con ahínco, pero esas extrañas raíces se habían esfumado, al igual que lo había hecho Irisu minutos antes. Era justo como decía Nereida, era como si nunca hubieran estado ahí.

Ephorus miraba con reproche a su hermana, quien parecía estar muy pendiente de sus heridas, pero no de las propias y cuando vio que Nereida y Animae se conocían, relajó su gesto y guardó su espada. Escuchó la conversación con una mano en su vientre, el cual aún no había dejado de sangrar e hizo una reverencia.

- Es un placer. Nos conocimos en Andelivian. El ejército tenía mucho que ver con las fuerzas especiales - dijo con seguridad, casi como si fuera algo que recordaba de toda la vida y no recientemente. La conversación siguió y Ephorus parecía inquieto.

- Algo que me dijo Su majestad antes de venir era que una extraña energía envolvía este lugar. Por eso era que podía ser tan confuso todo este lugar. Engaños, ilusiones... Que podía encontrarme con lo que fuera. Afortunadamente, di con Animae a tiempo - le sonrió a su hermana.

Cuando Animae mencionó a Jaycee, Ephorus cerró los ojos, pero tal vez el sudor que recorría sus mejillas o el sangrado no le permitía concentrarse.

- No puedo dar con Jaycee tampoco. Debemos encontrarlos. Quiero saber si Aimi está bien... - en su rostro era más que palpable su preocupación por la rubia.

La chica pareció notar tu intención al estar caminando, pero igual te lo permitió sin resistirse. Es más, parecía disfrutarlo.

- Así que quieres información... Bueno, creo que no me necesitas para eso. Basta con que te reúnas con los que han logrado escapar de aquí y sabrás lo que necesitas - rió

Tenma parecía no moverse de su posición, pero tenía las mejillas levemente coloradas al ver que te le acercabas y luego te ibas. Su porte no expresaba temor a pesar de sus heridas - No puedo irme sin mis amigos - y aunque tenía intención de ayudarte, era claro que no estaba en condiciones de eso.

- ¿Dejarás de hablar con tu novio ya o lo harás cuando te mate? - fue un poco más rápida que tú y justo en el momento en que te ibas a girar, ella ya había llegado hasta ti, lanzándote hacia atrás con una onda de poder que salía de sus dos sables. Retrocediste un par de metros, pero te lograste incorporar con rapidez para atacar esta vez tú. El primer golpe fue torpe y ella lo logró evitar con rapidez, riendo en el proceso, el segundo también, pero el último la tomó por sorpresa y su rapidez no fue suficiente, sintiendo el filo de tu espada cortar su piel. Dio una vuelta en el aire impulsada por el impacto para quedar a una distancia prudencia.

- Creo que esto será divertido - rió y se lanzó a por ti otra vez.

Sentiste el suave aleteo de Legolas, quien llegó hasta allí y se hizo frente a Tenma, pero el chico se rehusaba a irse.

- Lo siento, Mirari. Este humano no quiere irse. Es más, fue muy enfático en eso y ni siquiera se preguntó sobre un búho en su presencia - te giraste y viste que Legolas no le hablaba, pero halaba su camisa. A pesar de esto, el pelirrojo no se movería.

- No puedo dejar que luche sola... - decía débilmente.