Partida Rol por web

Estaba pensando en alguna excursión por grupos. O realizar alguna festividad, dividiendo en grupos las tareas, que trabajen juntos.

Sigue moviéndose al compás de la música cuando recibe la invitación de ponche, la invitación de la profesora y la sonrisa del presidente la sorprenden, era común que se sintiera cómoda entre ellos, cosa que no acostumbraba, pero siempre aquel ambiente cándido la hacía sentir que la escuela era el segundo lugar donde tenía momentos de alegría, similar al desayuno con sus padres.

Si… me gustaría uno, si no es mucha molestia.

Trata de cobrar la compostura y volver a la plática cuando siente el cambio de la luz.

¿Qué pasa? Algún fusible…

Irisu conversaba animadamente con la profesora y el presidente, de quien estaba prendada físicamente, a momentos ella se mostraba seria y señalaba con la mirada a varios de los presentes, pero se mantenía la mayor parte del tiempo sonriente, fue hasta el cambio de luces que aquello se interrumpió.

..mucha molesta.
¿Qué pasa? Algún fusible, Sensei Natsume

Se tallo los ojos para cerciorarse de que no fuera algo que imaginaba, el cambio era muy sutil, si hacia frio, ambos sucesos estaban relacionados, al ver a Edwin no dudo en actuar.

Sensei Natsume, Sempai Kitsune, creo que hay problemas con algún contacto eléctrico, las luces parecen querer fallar y el aire acondicionado está funcionando mal ¿Quieren que vaya a revisar? ¿Qué hacemos con Edwin?

Se puso seria, dedico una leve mirada a Kenta, estaba dispuesta a cumplir con sus labores. 

Chidori desde donde esta ve como aquel chico que la llamo Oni nada mas concoerla se desmayaba, no estaba muy lejos y le miro preocupada:

- Se ha desmayado? pero, no...el me llamo

Aun asi en el fondo era una chica que se preocupaba por los demas por lo que se acerca al chico, no sabe si esta bien o no, se agacha y le toca diciendole:

- O..oye estas bien?

Hikaru se mantenía en silencio, recuperando el aliento, nadie se le acercaba, nadie había reparado en su presencia. Sonreía tímidamente mientras los demás interactuavan entre ellos... pero que esperaba es la chica nueva... no lleva ni dos días en la ciudad. No conoce a nadie en la gran urbe. 

Escucha atenta la presentación del presidente y sigue mirando a su alrededor, repara en la muchacha de los ojos rojos... también sola sin casi hablar con nadie cuando ve que el chico la llama oni... y se le acerca.

- Perdona ¿estas sola? ¿estas bien?

La luz del día comenzó a colarse entre las espesas cortinas de la habitación, cerradas a cal y canto. Una chica rubia estaba tendida en la cama, con la cabeza enterrada bajo la almohada.

Al cabo de unos segundos, interminables para ella, despertó de golpe respirando con dificultad. Al momento se puso en pie y echó mano al despertador, que había apagado por inercia hacía una hora y media.

Oh.... no, no, no, ¡¡No puedo llegar tarde!!

Pero efectivamente, Aimi Kitamura ya iba una hora tarde a clase. De un salto corrió al cuarto de baño a laverse los dientes mientras se recogía la espesa mata de pelo rubio detrás de la nuca, dejando mechones sueltos.

La falda y la camisa reposaban en la silla desde la noche anterior. Se las colocó en un suspiro y cogió la cartera para ir a clase. Pasó por la cocina y miró con cara de pena el te frio y las tostadas rígidas que había sobre la bandeja del comedor. Hoy tendría que ayunar.

Se calzó los zapatos y cerró la puerta con suavidad. Dudó unos segundos en la puerta y volvió a abrirla al instante para coger los patines, sino el retraso sería horriblemente irreparable.

El camino lo salvó en apenas quince minutos en lugar de los veintitrés primorosamente calculados cada mañana. El instituto aparecía imponente de nuevo, el primer día de clase y Aimi no pudo evitar sonreír.

Le gustaban los comienzos de todo. Siempre era una oportunidad de algo nuevo... Y con ese pensamiento en la cabeza atravesó la puerta principal, corrió hacia la taquilla a dejar los patines y dirigirse como una exhalación hacia la sala de actos donde, seguramente, aguardaban todos sus compañeros en silencio.

Abrió la puerta y se coló en el salón intentando no hacer mucho ruido, pero aunque hubiera entrado anunciándose a bombo y platillo nadie se hubiera fijado en ella.

La gente comenzó a caer desplomada al suelo y Aimi corrió al más cercano, sin saber ni siquiera quien era. -Oye ¿Estás bien? ¡Qué te oc..?- Y no le dio tiempo a terminar la frase antes de perder el conocimiento.

Jaycee sintió como Shiro dos lo halonaba junto con la bella Tempus.san hacia la tarima central para el concierto, y junto a ellos, Shiro uno y otro chico caminaban hacia allí, pero era obvio que el ambiente se había tornado un poco extraño, el calor se había ido, o eso sentía levemente, ...sí, había frío en el entorno, un frío parecido a los que sentía cuando alguno de sus hombres moría en algún enfrentamiento, sintió cómo Tempus.san se aferraba hacia él ... 

*Tempus.san se  acerca a mí!.... cálmate Jay...*

Miró a sus compañeros, al parecer no era el único que sentía ese pequeño cambio, hasta Irisu se había dado cuenta...esto era muy extraño.

La profesora mira a Irisu y le dice - No, Mao-san. Deja que yo me encargue de eso. Ve y trata de ayudar a Drechsle-kun - la profesora sale a toda velocidad hacia el escenario, esperando encontrar el motivo de los problemas y se pierde de vista de sus alumnos.

Kenta observa a Irisu y le dice - Trata de juntar a todos nuestros compañeros. Debemos tener la posibilidad de tenerlos a todos reunidos para que no suceda nada más como a Drechsle-san - Kenta comienza a hacer señales con sus manos para que todos se reúnan pero antes de que puedan llegar todos junto al presidente, una de las ventanas del gimnasio se rompe y una sombra negra aparece.

La música se detiene y los chicos de la banda parecen tan intrigados por todo lo que está pasadndo como ustedes. Con algo de temor, Ruka se aleja del mocrífono y corre hacia Ono para cubrirse detrás de su batería.

Todos los estudiantes están pendientes de ello y la fiesta parece haber cesado.

La nube de humo se dispersa y de ella surge una chica de cabellos azules con un vestido corto negro y unas botas de este mismo color. Sus ojos son de un azul muy oscuro y su piel es de una palidez sobrenatural.

Se levanta y en su mano derecha se materializa una cadena de gran tamaño, mientras mira a todos los presentes.

Con un tono condolente, dice - No teman, solo tendrán que morir... - mientras pone su mano en el suelo y de allí se forman sombras circulares en el suelo, de las cuales brotan unas extrañas criaturas parecidas a los zorros.

El caos ronda entre los presentes, mientras aquellas 5 criaturas infernales brotaban de la tierra y atacaban a aquellos que tuvieran cerca. Muchos tomaban sillas y mesas para contrarrestarlos pero nada parecía detenerlos.

El salón estaba plagado por el caos y el temor, cuando una música de flauta se escucha por todo el lugar y el aire del salón empieza a tornarse espeso hasta convertirse en niebla, una niebla fría pero tolerable. A pesar de sentirse un poco más a salvo, todos estaban solos. Podían ver sus propias manos pero apenas y con gran dificultad. No escuchaban ruidos, ni las voces de sus compañeros. Por un momento dudan si realmente podían respirar con libertad y algunos lo hacen con temor.

Estaban solos, a pesar del alboroto que escucharon hasta hace tan solo un momento, solos en una habitación llena de gente, solos consigo mismos y sus temores, solos con su voz interna, incomunicados y ciegos ante la neblina que los cubría y a pesar de eso, parecían estar a salvo.

Una voz resalta entre la niebla y el sonido de la flauta, se acerca a ti de a poco y a pesar del temor de no poder ver, no huyes, permaneces allí, estático.

- Disculpa que haga esto y te lleve conmigo de esta manera. Espero que puedas perdonarme - Shiro toca tu mano y se acerca tanto a ti que puedes verla a pesar de la niebla, aunque no puedes evitar desviar tus ojos hacia su boca. La distancia es muy poca pero, en cambio, ella toma tu mano y le da una mordida a tu dedo índice.

Para ser una joven tan delicada, tiene una mandíbula fuerte, mas no te atreves a decir nada. Tu propia sangre brota de tu dedo hacia la palma de tu mano pero allí comienza a dividirse y viaja por tu mano desafiando la gravedad, formando una figura que se te hace extraña. Parece detenerse y comienza a brillar de un rojo intenso, mientras el recuerdo de ese sueño se te hace vívido, real, vigente. Ves tu figura y no te reconoces pero sabes que eres tú. Todos los recuerdos viajan a gran velocidad en tu mente y sin poder hacer mayor cosa, sientes tu cuerpo debilitarse, tus ojos cerrarse y caer al suelo por tu propio peso.

Escuchas la voz de Shiro por última vez antes de caer inconsciente que dice - Perdóname, Ilify -.

Tu cara cae al suelo y sientes el choque con tus mejillas, mientrasus ojos se cierran y lo único que te rodea es la oscuridad.

Aquello no era normal, Chidori estaba junto a Edwin el chicoq ue le habia insultado nada mas verla cuando aparece esa chica extraña, sus rojos ojos miran fijamente hacia donde esta, aquello si era parte del espectaculo estaba demasiado bien hecho, pero algo en su interior le decia que no era asi, que eso era algo mas, tal vez su entrenamiento en el templo, o cualquier cosa, algo le decia que aquello era peligroso.

Chidori se pone de pie junto al chico cuando escucha lo que dice la joven, la mira sorprendida cuando ve como invoca a oscuos seres, no podia creer lo que estaba viendo, sentia deseos de salir corriendo, pero algo se lo impedia, tal vez el miedo pero no podia marcharse, no podia dejar alli a ese chico indefenso.

Fue entonces cuando se ve envuelta por ese dulce sonido, la flauta suena armoniosa y quedamente en el lugar, poco a poco la niebla va rodeandolo todo hasta dejarla practicamente sin ver nada, algo asustada no sabe que hacer, entonces decide agacharse y buscar a tientas a aquel chico que tenia al lado mientras piensa en que podria hacer, ella se entrena en el templo cercano pero realmente no sabe si le servira de algo

A pesar de la bruma que inundaba el lugar, se sentían un poco conscientes de su espacio, recordando dónde se encuentran y qué había a su alrededor. Se encuentran alerta a los obstáculo y a aquello que podría lastimarlos

La música sonaba fuerte gracias a la banda por lo que me quité los auriculares y me levanté de donde estaba y me disponía a avanzar, pero pocos pasos pude separarme de la pared cuando todo comenzó, primero todo se volvió mas oscuro y raro, pensé que era obra de la instalación eléctrica pero el frío que empece a sentir no lo era, me quedé en mi lugar y me pegue a la pared nuevamente, la música seguía sonando pero no estaba tranquila, no sé por qué.

De pronto la ventana se rompió haciéndose añicos, y una chica surgió de una nube de humo, me quedé con la boca abierta y sentía como el corazón intentaba salir de mi pecho con cada latido,  - Solo tenemos que morir - pensé y mi cuerpo empezó a temblar de forma convulsa.

Círculos en el suelo, y de estos cosas... figuras parecidas a los zorros comenzaron a salir y a atacar a quienes tenían cerca, mi llanto se volvió casi histérico y busqué con la mirada un lugar donde refugiarme , pero no era capaz de moverme.

Hikaru estaba al lado de la chica de ojos rojos... pero todo esto la sorprende. Casi intenta recordar lo que la abuela le enseñó, cerrar los ojos y empezar a canturrear un sinsentido de palabras. Algo que le enseñó cuando aun era pequeña y se despertaba con pesadillas por las noches. La Abuela Chio siempre le decía que eso servia para ahuyentar a los malos espíritus. Hikaru se deja caer de rodillas al suelo (vamos como hacen en todos los mangas cuando van a llorar) junta las manos como si rezara, cierra los ojos y sigue con el canturreo.