Partida Rol por web

Claramente Ilify no añadió nada, sabía que Aberrant ya no escuchaba, él mismo le había desgarrado y le había arrancado y aplastado el corazón, por suerte, tanta sangre cubría esas heridas tan drásticas y profundas.

Nereida se arrodilló frente a la derrotada Aberrant.

-Lo siento -le dijo con lágrimas en los ojos- lo intenté, de veras que intenté ponerle fin a esta guerra. Tal vez debí hacerlo a tu manera, tal vez no. No importa ya. No era nuestro destino estar juntas. Tal vez en otra vida...

Con ayuda de Animae logró levantarse denuevo. Luego se tomaría el tiempo para sanar sus heridas, tanto físicas como emocionales. Ahora tenía en frente aquel infame castillo, donde habitaba aquella infame reina que no tuvo reparos ni siquiera en sacrificar a su propia hija.

Que clase de madre permitiría algo así. No la perdonaré! 

La pena y la tristeza era generalizada y todas miraban a sus compañeras perdidas, mientras miraban alrededor y veían los números, solo quedaban cinco, cinco de esa alianza inicial para enfrentarse a lo que fuera que la reina había preparado. Cinco que tendrían que ir por todo o nada, mientras sus compañeras caídas se desvanecían en centellas de luz.

Tanto Lightning como Aberrant se habían liberado del malvado influjo que las mantenía atrapadas en sus propios cuerpos y con ello, sus almas se habían purificado. Vieron cómo se desintegraron, dejando solo su recuerdo atrás.

La tristeza era generalizada y todos sentían la pena en su corazón, la pena de haber perdido a demasiados compañeros y de cómo se repetía la tristeza de la Gran Guerra una vez más. De seguro, ni el Gran Dragón ni la Reina de Cristal querían que sus reencarnaciones tuvieran que luchar. De hecho, era seguro que querían darles la oportunidad de vivir una larga y pacífica vida al lado de sus amigos, pero todo había cambiado el día que Kal'Ahd decidió pedir la revancha.

Todos se sentían afligidos, todos lloraban, excepto una persona. Storm Angel parecía decidida y los miraba a todos con enojo. Dirigió su mirada en concreto a Ilify, quien se encontraba cerca de donde había tenido a Aberrant hace solo un instante y quien parecía completamente distraído. Su mirada se volvió oscura y su rencor sin par, la oscuridad de Kal'Ahd había reclamado su alma para nunca regresarla.

Storm exhumaba electricidad y todo a su alrededor se fue tornando gris. Su cuerpo pertenecía a esa tormenta y su aura se tornó oscura. Su cabello comenzó a alzarse debido a la estática que se producía y pequeños relámpagos rodeaban su piel.

- Las derrotaron. Mi Scarlet... No permitiré que me derroten. ¡No más! ¡Nunca más! ¡Me harté de arrepentimientos y de la compasión! ¡La compasión solo lastima! ¡Los odio! ¡Los odio a todos! ¡Morirán en nombre de Scarlet! - un tornado se formó alrededor de Storm y los rayos estallaban dentro de él. Por la cantidad de poder, sabían que ese era su máximo poder, sabían que estaba usando toda su energía en ello, pero no era claro por qué. ¿Ella era una traidora? ¿Cómo?

Su poder seguía en aumento y su energía parecía no tener límite, su piel comenzaba a lacerarse y sus huesos a quebrarse, sus músculos parecían consumirse ante todo ese poder porque Storm estaba utilizando la energía de cada una de sus células en ese ataque.

- ¡MORIRAAAAAAN! - gritó y corrió a toda velocidad en dirección a Ilify. Tanto Nereida como Animae se encontraban cerca, así que los tres veían cómo iba hacia ellos. Ilify se alarmó, pero logró desplegar sus alas para cubrirse. Ninguno podía escapar porque la estática del lugar era muy fuerte para poder moverse con libertad, así que lo único posible para los tres era cubrirse. Animae trató de proteger a Ilify desviando los vientos que generaba, pero aquella ráfaga se volvió hacia ella y la disparó lejos de allí, cortando su piel en numerosas partes en el proceso. Nereida se encontraba débil, pero logró invocar agua suficiente para protegerse, aunque eso no impidió que fuera arrojada igualmente, aunque la burbuja de agua absorbió la mayor parte. Por último, el dragón de hielo, quien fue la principal víctima del ataque, logró cubrirse con sus alas, pero la fuerza del ataque era directa y este solo esperaba sobrevivir para derrotar la fuente de todo este caos.

- ¡TOMA ESTO, DRAGÓN! ¡TORMENTA SUPREMA! - y con ese grito, arrastró a Ilify varios metros lejos del grupo, mientras el dragón sentía fuego surgir desde sus alas y el grito desesperado de Storm mientras su propio poder la consumía. Sentía dolor, mucho dolor. Todos sus huesos se deshacían en pedacitos y sus órganos comenzaban a fallar uno a uno. Su corazón explotó terminando con su vida y, en un estallido, Storm Angel se tornó cenizas. Ilify voló unos metros más y cayó al suelo con su cuerpo envuelto en humo y cenizas.

Al buscar al dragón, se podía ver en el suelo la sombra de donde había estallado la antigua guerrera de Andelivian y a Ilify tras un cráter que se había generado con la explosión. Estaba herido, pero había sobrevivido.

Ni siquiera les dejaban tiempo para lamentar las perdidas y ya volvían a atacar, lo que no acababa de saber era por que motivo él debía sufrir los desvaríos de Storm, se preguntó si tenía un cartel de "si te sobra un golpe, ataquen aquí", dolorido y cansado no quiso esperar más, sacudió sus alas, y congeló sus propias heridas, dando el primer paso a sellar el mal que se cernía no solo en la tierra, si no también en kal\'ahd.

Había una reina a la que derrocar, no habrían más preguntas, era inútil hablar con una reina que invitaba a todo ente a inmolarse por su propio bien. A esas alturas estaba seguro que se formaría una fila de " si quieren golpear a la reina cojan número y esperen su turno". Aquella mujer no tenía nada de reina, era solo un cacahuete vacío de cascara quebradiza y áspera, no le mataría porque le odiara, no se podía odiar a alguien sin lógica alguna, acabaría con ella por la salvación de todos los que quedarían atrás. Estaba deseoso de absorber hasta el último ápice de su vida, tenía que conservar su energía para rasgar y absorber su vítae, para sanar cada vez que le golpeara, para demostrar que su caída, era vida para los demás.

El recuerdo de la gentileza de Storm era lo único que quedaba en sus corazones mientras veían la marca que había dejado su cuerpo. Ilify, a pesar de haber recibido su ataque, parecía estar listo para seguir luchando. Se puso de pie y se preparó para luchar, pero todos sintieron una presencia oscura, una presencia retorcida y siniestra que muchos conocían a la perfección.

Estaban preparados para recibir a la reina pero, en su lugar, apareció la figura de una chica no mucho mayor a ustedes. Era una idol y la cantante de aquella banda que había dado un concierto para ustedes el primer día. Ruka de Red Stones, la banda de moda.

Al verla, parecía tararear una canción, despreocupada, casi como si no supiera dónde estaba y caminaba hacia ustedes con lentitud y parsimonia. Parecía demasiado tranquila para ser una humana en ese lugar.

Los miró a todos y dijo - Jamás imaginé que Storm Angel haría eso - suspiró con algo de desilusión.

- Bueno, tal vez era demasiado débil - se rió y los miró.

- Lo siento, dragón, pero no puedes pasar. Este es el castillo de la Reina Oscura y solo aquellos seres dignos pueden pisarlo - si bien su porte era tan femenino y delicado como siempre, algo parecía diferente en ella, algo oscuro.

Al ver sus rostros confusos, abrió sus manos y dijo - Tengo un juego para todos. Espejito, espejito. ¿Quién es la más bonita de este mundo? - era una burla al cuento original, era obvio, pero su invitación era a descubrir su identidad.

¿Que no iba a pasar? ¿Que espejitos y que porras?

Ningún humano podría estar allí sin más, y eso le bastaba, su mirada decía claramente no importarle quien se pusiera en medio, no le importaba quien tenía delante, una sonrisa tétrica adornó su rostro - dime tu nombre si deseas ser recordada cuando mueras - dio un nuevo paso preparando sus garras ¿seres dignos? Reía con esa afirmación sin contenerse - irónico que alguien sin dignidad exija que solo gente digna avance, irónico cuando no existe dignidad entre las filas de un títere descerebrado y sin corazón, irónico que te creas con derecho a decir si soy o no digno cuando ni te has dignado tú a mostrar respeto. ¡Muere!

Saltó sobre ella con intención de absorber un pedazo de su vida, un solo ataque de aviso, dejándole claro que no estaba dispuesto a más burlas, ni más juegos.

Ilify trató de atacarla, pero una pared invisible lo detuvo. Al parecer, era una prueba real y no un simple juego. Adivinar la identidad de esa chica era mostrarse dignos de pelear contra ella. De lo contrario, no podrían continuar.

- No no no. Dragón malo. Primero el acertijo, luego la pelea. Además, ¿pelearías con una pobre e indefensa humana? - rió.

- Que malvado eres. Casi desconozco al dragón que trató de proteger a una titánide - rió una vez más.

- Les recuerdo que Kal'Ahd es un planeta con voluntad propia. Por lo tanto, él ha aceptado mi reto y quiere ver el final. Adelante, ¿quién puede adivinar quién soy? -.

Todo pasó demasiado rápido. Nereida apenas tuvo tiempo de formar un escudo de agua para protegerse de Storm. Creyó que moriría cuando su escudo se rompió y fue arrojada por los aires. Afortunadamente había logrado amortiguar bastante bien el ataque. Aún trataba de recuperarse cuando vio a la chica estallar en mil pedazos.

No puede ser! Se sacrificó con tal de vencer a Lilify! Por que hizo eso?

Pero Nereida no tuvo tiempo de reflexionar sobre las acciones de Storm. Otro enemigo apareció. Y otra vez un depravado juego avalado por aquel planeta viviente. El fallido ataque de Lilfy demostró que una vez más, no tenía caso usar la fuerza.

-Amigos, no la enfrentemos. Sólo nos cansará para atacarnos cuando estemos más débiles. Por mucho que nos fastidie, debemos jugar su juego. Debemos descubrir su verdadera identidad.

Lo que había sucedido hizo que Platinium se quedara en Shock, realmente no podía creerse lo que estaba viendo y se quedó en silencio observando donde antes estaba el cuerpo de Storm en silencio meditando, sus siervos estaban alrededor suyo mirándola, como si estuvieran esperando ordenes, pero en ese instante alguien aparece y comienza a hablar. Platinium se acerca donde había estado el cuerpo de Storm mientras Ilify atacaba a la recién llegada, pero ella estaba ocupada colocando su mano donde había terminado la existencia de Storm en silencio.

La voz de Nereida se escuchó en ese momento, sin embargo, ella no sabía que decía no le escuchaba, por lo que se pone en pie y con los ojos fijos en el castillo empieza a caminar directa hacia la entrada sin prestar atención a los demás directa hacia Ruka con paso firme mientras dice:

Me da igual el acertijo y me da igual todo el mundo… pero tú no insultes a Storm

En sus ojos podía verse odio mientras caminaba, su intención era la de llegar hasta aquella chica para agarrarla del cuello y acabar con ella, le daba igual que fuera humana o no. Sin embargo, en su mente también resonaba una de las cosas que había dicho “Kal´Ahd es un planeta con voluntad propia”

Todo fue demasiado rápido. Solo por no prestar atención por unos segundos para ir por Aberrant y Nereida recibió una herida fatal que le había mandado lejos del resto. Lo que recordaba bien era el grito de Storm y su instinto de proteger a Ilify porque estaba mal herido. ¿Hizo mal? No, claro que no, simplemente siguió a su corazón y ahora su compañera se consumió por la energía de este planeta retorcido y su gobernante maquiavélica. ¿Hasta eso debían llegar? ... 

No, Animae no se rendiría. Debía cumplir la promesa que le hizo a su hermano respecto a Calíope; saber si Schmella estaría bien y darle a Katherine la oportunidad de tener una vida normal. Tenía la ansiedad de separarse en dos y mandar a la alter-humana a su mundo para que estuviese con sus padres... ¿Los suyos estarán descansando en paz? Su corazón se entristeció un poco a recordar a flor de piel la separación de los papás de Katherine y cómo éste hecho les había afectado a ambas, cosa que quiso tomar como fortaleza en vez de que la hundiera en algo peligroso.

Había divagado mucho, por lo que la guerrera sintió un calosfrío cuando escuchó a lo lejos la voz de la cantante de aquella banda que visitó la escuela tiempo atrás. Se fue incorporando y las laceraciones en todo su cuerpo ardieron; pero no le impidieron levantarse con esfuerzo. ¿Ella estaba involucrada? Tal vez se trataba de un juego de Kal'Ahd para engañarles, pero esa presencia era real. Mientras caminaba para acercarse miró a Ilify atacar a la chica sin éxito, a Nereida concordando con saber la identidad y a Platinium mal por lo de Storm... fue horrible, ella sabía lo que las dos sentían de la otra y ver acabada así a la persona que amaba. Su mente se agolpó con sus memorias en Andelivian cuando miró a su hermano morir (y ahora por segunda vez gracias a su propia mano para salvarlo) y al dragón en sus brazos.. No, debía impedir que algo así pasara de nuevo.

-¿Un juego, "Ruka"?-el sabor metálico empapó su paladar, pero no quiso mostrar que aquello le molestaba-. ¿Acaso solo quieres ganar tiempo y tu propio mundo aceptó eso? ¿Qué están esperando?

Agachó su cabeza y sintió el viento acariciarle para animarla, ondeando sus largos cabellos sin que se incomodara. 

Alzó de nuevo su vista para ver directamente a los ojos de quien sería su contrincante. 

-¿Apareciste hasta que todos o la mayoría estuviésemos diezmados? ¿Así es tu dignidad? Qué triste... Al menos la titánide de las armas de fuego peleaba con honor a su manera y no esperaba a que alguien más hiciera su trabajo.

Tan solo esperó su respuesta, analizándola y esperando reacciones. Si Kal'Ahd tenía mente propia, tal vez... ahí se encontraba una vía que no debían olvidar. 

No eras apresurada y ver a Ilify actuar así, te llevaba a ti a ser reflexiva, calmada con el viento y confiaste en tus instintos.

Veías su aura oscura, pero era un aura conocida y muy poderosa. Tal vez era el último eslabón de protección en una cadena de batalla porque su poder era mayor al de sus otros enemigos y recordaste haber sentido esta misma esencia en el momento en que Aberrant los salvó. Esa energía pertenecía a la generala suprema, a quien había matado a Aberrant: Scarlet Bat. Tenías suerte de haberla conocido antes.

Pasados unos momentos, los ojos azules de Anime miraron a la chica como si puedese ver a través de ella y cuando lo supo, el viento que la rodeó pareció intensificarse y la guerrera se preparó para cualquier cosa.

-¿Pasa algo, Ruka? O debería decir... Scarlet Bat-frunció su ceño y le miró directamente a sus ojos una vez más tratando de mostrarse fuerte-. Jamás podría olvidar tu presencia... tu, quien se enfrentó a Aberrant cuando nos quiso ayudar... y cuando Storm cayó bajo el poder de ustedes.

Esto último lo dijo con tanto recelo que por breves momentos el viento se agitó; pero se calmó a la misma velocidad y ahora solo parecía jugar con sus cabellos oscuros.

-¿Y ahora qué procede?

Ruka sonrió al ver a Platinium acercarse decidida y molesta. Al extender su mano para tratar de tocarla, una barrera la detuvo y electrificó su mano, la misma barrera que había detenido a Ilify anteriormente.

- Se los dije, no podrán pasar todavía - entonces, Animae pareció descubrir la verdad. La cantante posó su mirada en ella y sonrió. De repente, una fuerte ventisca la rodeó y tornándose de color violeta, se pegó al cuerpo de la cantante, transformándola poco a poco en aquella titánide.

Despejada la ventisca, la titánide pasó la barrera y los miró sin perder la sonrisa.

- Vaya sorpresa. Y yo que pensé que no sobrevivirían a sus amigos. Odio admitirlo, pero me han sorprendido. Sobre todo tú, dragón. Qué alma tan fría tienes - rió de su misma broma. Su vestimenta inocente y su diminuta figura escondían un interior tan oscuro como el de la reina y todos lo sabían. Las leyendas de la generala Scarlet Bat eran famosas por hacer que los ejércitos se exterminaran entre ellos y por eso era la generala suprema de Kal'Ahd.

- Y no es que niegue que me complació mucho que Storm se uniera a nosotros, pero nosotros no la obligamos. Es más, ella fue quien lo decidió - rió -. Todos vieron algo cuando estaban dentro del espejo y ella no fue la excepción. Es más, ella se encontró con su madre y luego se transformó en mí. No era yo, claro, pero ella lo creyó así y se declaró traidora a cambio de estar conmigo. Incluso gozó mientras destripaban a su madre en la ilusión, así que ¿crees que habría sido realmente una buena aliada? Esa chica ya estaba perdida en la oscuridad - rió y miró a Platinium.

- Sé que pensabas que estarían juntas por fin y todo eso, pero creo que Storm tenía otras ideas - rió y volvió a mirar a Animae.

- Yo no esperé a que estuvieran débiles, solo que mi misión era defender a la reina y con la pequeña trampa que les tendimos destruida, me vi en la obligación de luchar yo - rió por última vez.

Entonces, se giró hacia Nereida - Pobre guerrera ilusa. ¿De verdad crees que Aberrant te amaba cuando juró a Enola amor eterno? Vaya que ha disfrutado jugando con todos antes de morir, tal vez era más malvada de lo que pensaba - su sonrisa no paraba de brotar.

- Pero bueno, tengo otra sorpresa. Hay alguien a quien quiero que conozcan - extendió su mano izquierda y un emblema se formó en la tierra, del cual un cuerpo de una guerrera alada de cabellos plateados surgió. Su mirada desafiante y temible hacía que sus corazones saltaran, pero no por temor, sino porque conocían esa expresión. Tardaron un poco, aunque llegaron a descubrir que esa era Cursed Dawn, solo que parecía haber sucumbido al poder de la oscuridad.

- Quiero que conozcan a Dark Eclipse, o ¿ya la conocían? Claro, si era una de sus compañeras - rió una vez más.

- Mamoru-kun fue bastante ingenuo y creyó que su sacerdotisa realmente estaba bajo mi control, así que fue presa fácil. Además, ¿cómo podría el dulce y adorable Mamoru-kun no salvar a Ruka? - se colgó del hombro de Dark Eclipse y le dio un beso en la mejilla - acaba con los dragones, Dark Eclipse - rió y con un destello de luz, una lanza se formó en su mano.

- Ella es un regalo que he guardado celosamente para este momento. La única manera de que lleguen a la reina es que pasen por encima de ambas, así que es su decisión. ¿Se rinden o pelean? -.

Ilify estaba cansado de tantos juegos, apretó sus colmillos y alzó la voz, no hacia aquella titánide molesta, si no aquel patético planeta.

- ¡PATÉTICO KAL'AHD! ¡Te conformas con juegos aburridos en lugar de pasar a lo realmente entretenido! ¡Yo tengo un juego para tí! ¡SÁNAME y ponme ante esa penosa reina que se cree algo EN UN MANO A MANO! ¿¡Quien es más poderoso!? ¿¡Un dragón que ha enfrentado todas tus miserables pruebas o una cobarde reina que juega a aburrir!? ¡Si gano otorgarás vida a Aberrant suficiente para que viva como humana! ¡Si pierdo tendrás mi alma! ¡Aceptaré también a tus titánides si lo deseas mientras les dejes con el poder de un humano normal! ¡Y te invitaré a que seas uno con el planeta tierra para que veas la progresión de tus hijas! ¡Ganarás gane o pierda disfrutando de uno de tus jueguecitos!

Estaba cansado de juegos, estaba harto de tantas distracciones, se acercó a Animae susurrando - no dejes que te maten - acercó su frente a ella, rozando con su nariz cerca de la sien, y susurrando a su oído con un suspiro mientras le abrazaba con sus alas, levantando su cabeza para girar su rostro hacia scarlet bat - lo siento, tus juegos estúpidos me aburren, algunos hace siglos que somos adultos - decía eso con una sonrisa de complicidad hacia Commumatus, mirándole de reojo y guiñándole un ojo.

Hizo como si bostezara hacia la titánide y sus sorpresivas, volviendo a mostrar una risa más abierta hacia "su" guerrera mágica - el problema es que creo que cierto par de Tortolitos nonestán tan preparados - se permitió bromear con Animae haciendo referencia a sus alter egos.

Que?! Aberrant y Enola? -pensó Nereida mientras su corazón luchaba por no desgarrarse- No, no puede ser. Es otra de sus mentiras.

-Di lo que quieras Ruka, Scarlet o como te llames. Pero yo conocí a Aberrant en una época en que todos vivíamos en paz. Yo se que era una niña dulce y que sólo cambio su actitud impulsada por la amargura de la guerra. Ella no seria capaz de mentirme.

Pero no había tiempo para discutir sobre la memoria de la princesa de kal'ad. Ahora tenian dos enemigos que derrotar para poder llegar a la reina. 

De pronto Lilify hace algo que no imaginó. Le ofreció su alma al planeta a cambio de llegar a la reina. Era una decisión desesperada. Pero en definitiva, era el planeta más que cualquiera de los titanes, el que dictaba las reglas. Así que por que no. Se acercó a donde estaban Lilify y Animae, cerró los ojos e intentó conectarse con aquel planeta, sentirlo, volverse una con él.

-Kal'Ad, si puedes escucharme, sólo dime que quieres. Si esta en nuestras manos te lo daremos. Pero por favor, no sacrifiques más vidas.

Platinium no era capaz de llegar, una barrera le estaba impidiendo el paso de llegar a esa mujer que estaba diciendo aquellas cosas de Storm. La ira en la dragona iba en aumento, podía notarse en su mirada, ya no solo con ella, sino con todo lo que había en ese mundo, realmente molesta escucha lo que dicen sus compañeras y dice:

Dar tu alma a este planeta… para llegar a la reina oscura de este mundo… eso no sirve para nada Ilify… ya nada más tiene sentido aquí….

Platinium mira a todos los allí presentes y dice mirando hacia el castillo que se encontraba detrás de aquel demonio que tenían que destruir para llegar:

Ya no me importa ni salvar la tierra ni salvar a nadie… habéis acabado con aquellos a quienes quiero y les habéis humillado, no solo les habéis destruido, sino que habéis aniquilados sus alamas, unas almas puras que luchaban por lo que más querían…

Platinium mira a sus minion invocados aun mientras estos se colocan cerca suyo y grita con rabia:

¡¡¡Maldita señora oscura, maldita señora de la luz y malditos dragones… malditos sean todos en este universo, qué sentido tiene seguir aquí!!! ¿Kal’Ad quieres la destrucción de todo? Quieres que todo se suma en la oscuridad al igual que tu reina oscura, yo os la daré… yo os sumiré a todos en la oscuridad, destruiré todo, a todos los que me han arrebatado lo que quiero y a todos.

Decía mientras trataba de concentrar toda su energía apelando a sus dos lados como dragón y sus conocimientos del lado luminoso y de la luz.

Escuchó con atención lo expresado por Scarlet Bat cuando supo su identidad, sintiendo aversión a su modo de pensar y el cómo disfrutaba manipular de todos por diversión tratando de sacar lo peor que pudiera. Su corazón dio un vuelvo al ver a Cursed Dawn transformada bajo las órdenes del enemigo, y deduciendo lo que ocurrió con la pelea de Nereida y la que vivió en carne propia con Storm, solo había una manera factible en la que acabaría y le dolió en el alma por Mamoru, el chico amable que siempre quiso ver lo mejor en todas las personas y ayudar por su bien corazón. Ahora que lo pensaba... ¿que ellos (Mamoru y Cursed) no tenían el Orbe que le entregó la guardiana Mariko?

El grito de Ilify le sobresaltó, pero se limitó a suspirar y negar con la cabeza porque a pesar de que se refirió a sí mismo como un adulto tenía sus arranques que le hacían ver con esa dualidad a la que ella sentía cierta atracción, y cuando él le susurró ella hizo lo mismo con un "tu tampoco mueras" y sonrió triste con el comentario de los tortolitos. Se sentía tranquila con él y debía acabar con todo esto para darles a los demás que los dejaron la paz merecida y tener una vida "normal" para que la humanidad no tuviese el mismo destino que sus planetas.

Miró con decisión a Nereida, pues el combate ya estaba por caer y debían estar juntos por cualquier cosa; sin embargo, Platinium y su actitud le preocupaban bastante. ¿Cómo ayudar a un alma atormentada? Si seguía así sucumbiría como Storm y...

-Platinium, por favor. Sé que no quieres escuchar, pero por favor... Storm no querría esto, ni Cursed Dawn ni nadie más. Créeme, se lo que es ver morir a las personas que amas y perder por momentos el sentido de vivir-de manera disimulada y cautelosa, tomó de la mano a Ilify y aunque sabía que él la soltaría para el combate, quería sentir su calor y frío por si no volvía a hacerlo a futuro próximo-, pero esto es lo que ellos quieren, que nos desesperemos... por favor Platinium, debes vivir por ti misma y por Hikaru, por Storm Angel, por Kinna... ¡No te dejes caer!

El viento a su alrededor de remolinó para cualquier cosa, pero por otra parte aquella magia no se gastaba y daba la sensación de que se guardaba para algo. Se acercó más a Ilify y dijo algo que solo él escucharía.

-Sé que está de más decirlo... pero en aquella guerra te lo dije cuando morías... y quiero aprovechar que estamos vivos para decírtelo ahorita-su voz, apacible como el viento, llegó directamente al oído del dragón-... te amo, Ilify. Vivamos los dos juntos. Promételo.

Preparado, semirodeando con sus alas a Animar, por si llegara a necesitar defenderla,susurrándole, y besando su sien.