Partida Rol por web

-No, no, el olor... viene de la otra dirección- dice mientras gira hacia atrás, de donde habéis venido. -Sí, es más fuerte hacia allá. Lleváis tanto hablando de pollas y ojetes, que os habéis confundido con el rastro. ¿Sabéis de dónde viene esto no? Es lo que pasa cuando uno de los vuestros descubre lo que es realmente. Si os apresuráis podemos darnos un banquete de Glamour. ¿Os lo imagináis?- dice mientras vuelve a olfatear el aire. Intentáis hacerlo, pero muchos parecéis simplemente no descubrir o detectar lo que la pequeña quimera cornuda os dice. Quizás vuestros sentidos no son lo suficientemente agudos, o quizás el aroma circundante es demasiado poderoso como para dejaros percibir las sutilezas que señala Mest. Así que el pobrecillo parecía quedarse sólo en su observación.

-Y no vamos a ser los únicos. Hacia allá, mirad- dice, manteniendo su mano hacia atrás del túnel, completamente seguro de sí mismo. Sus ojos vuelven a titilar un poco, mientras os mira un instante. -Vamos, ¿lo habéis notado, no? Porque si no, me voy a ver como un tonto aquí, hablando de cosas que nadie entiende. Changelings... moláis más cuando tenéis algo de mundo y esas cosas- dice negando lentamente con la cabeza.

Mest toma tu oreja y la acerca rápidamente. -Ni se te ocurra ir hacia allá. Que el olor viene del otro lado- susurró aprovechando que los demás miraban en otra dirección. -Hazme caso y nos daremos un banquete de Glamour sin estos idiotas. ¿Cuándo han hecho algo por ti? Exacto- dice tu compañero quimérico, y lo conocías lo suficiente como para saber que si tuviese dientes, estaría sonriendo maliciosamente.

Quizás eran tus sentidos gatunos, o el que estuvieses frustrada discutiendo con Neakail. Pero vaya que parecía que había razón en lo que decía la quimera. Es decir, probablemente fuese hacia atrás y creías notar algo, pero... ¿el qué? No estabas segura. O a lo mejor era tu imaginación, pero no podías descartarlo así como así. Tus instintos eran, después de todo, más gatunos y precisos que los de cualquier otro linaje que se preciase tener más de dos dedos de frente. En especial que los Nocker.

Tu fuego fatuo, en teoría, fue en la otra dirección, pero Mest era, después de todo, una quimera. Y las quimeras sabían de lo suyo, en especial de Glamour. Así que quizás había algo hacia el otro lado. Agudizaste la vista tratando de mirar detenidamente, por si veías algo. ¿Había algo? ¿Era tu imaginación? ¿Que habría dicho Ayla la Araña en tu lugar? Probablemente algo con relación a la importancia de mantenerse seguros. Ayla era muy sabia, como todas las quimeras que conocías que eran capaces de hablar. Como Mest, probablemente.

- Claro que sí lo sé.-dijo, con aparente seguridad, poniendo las orejas tiesas, y oscilando su cola, mientras echaba el torso ligeramente hacia adelante, casi como si se agazapase, contrayéndose sus pupilas gatunas levemente, en el seno de la oscuridad- Nada. Nada en absoluto... Seguro que es una tontería tremenda pensar que huele a "glamour nuevo" ahí atrás... Porque no huele a nada. Y además... Dudo que eso pudiera tener que ver... Con la inminente Crisálida de Alice.-dijo, caminando un par de pasos, hacia la dirección indicada por la quimera- Siendo éste un sitio tan acogedor, seguro que es el ideal para que a uno le ocurra eso. Ninguna quimera se va a ver atraída. Ninguna intentará... Hacerle algo horrible a Alice.-añadió, estremeciéndose- Tan ideal como... Descubrir tu propio rostro en un hospital. 

Mest Hallowitch parece pensar que debemos ir en la otra dirección pero yo no pensaba que ese fuera el camino. Mi fuego fatuo no había ido por ahí y cierto era que las quimeras podían sentir Glamour pero no siempre tenían razón. De hecho Ayla no tenía razón la mayoría de las veces, pues siempre me decía que era importante la seguridad y eso solía estar asociado a cosas aburridas. No es como si Colón re-descubriera América porque se quedó seguro en su casa.

^{_{-Si Deanna no huele a nada yo creo que debemos seguir por aquí. Estoy segura que es por donde fue mi fuego fatuo y no por donde dice Mest Hallowitch}}- añado a las palabras de Deanna y sigo caminando, haciendo oídos sordos a lo que dice Mest Hallowitch. ^{_{-Y el fuego fatuo nos lleva a Alice.}}

^{_{-¿Cómo es eso de descubrir tu rostro en un hospital? ¿Te lo quitan? He oído que quieren hacer transplantes de cara, que locura. ¿Te imaginas poder llevar la cara de alguien?-}} me tengo que reír con la idea.

Se estaba empezando a poner nervioso, apretó los puños con impotencia, mientras el reto parecía que tampoco percibía lo mismo que Mest. 

- Callaos joder - masculló, tratando de hablar lo más quedamente posible, para cortar el inicia de una nueva e irritante salida de tema - ¿sentís algo? Yo no noto nada ¿alguien percibe algo? - preguntó - Bueno, Deanna... no me fío precisamente de ella. - miró al pelirroja - ¿y tú? ¿te fias de él? - señaló al bicho en su hombro. 

Se encontraba en mitad de una vorágine de cosas que no entendía ahora mismo, cosas en las que sólo podía confiar. El fuego fatuo de Leonore... que sorpresivamente le parecía de cierta confianza. O el supuesto nuevo rastro.... 

- Es genial. Un sitio donde la gente se enferma y se muere atrae todo tipo de cosas positivas.-susurró a Leonore, tras el exabrupto de Neakail, suspirando, con una expresión que ciertamente denotaba frustración y cierta cantidad nada despreciable de preocupación- Nada. Nada de nada.- respondió, una vez más, tragando saliva, mientras daba un paso más hacia el lugar que había indicado la quimera- ¿Sabéis una cosa? Una vez me dijeron que es de mala educación hacer preguntas directas a un gato. Las preguntas son horrorosas. Uno se ve en la necesidad de responder. Y claro, normalmente las respuestas son tan aburridas... Nadie puede culpar a un gato por ser creativo. 

El ceño de Kyran se fue frunciendo levemente a medida que iba olfateando. A su alrededor la chiquillería estaba armando el jaleo que acostumbraban, pero el alzó una mano pidiendo atención. 

—Huele a Glamour nuevo, es verdad —confirmó, echando un vistazo a la quimera del pelirrojo—. Yo también lo noto, es algo diferente al olor general... —Miró alrededor y la arruguita de su ceño se intensificó—. Pero no sé de dónde viene, es difícil de decir. —Terminó poniendo la mirada sobre la quimera—. ¿Hacia dónde, Mest? ¿Vamos bien por aquí?

Miré de medio lado a Mest cuando dijo que el olor provenía de la otra dirección y traté de percibir si estaba acertado. Lo hice disimuladamente, mientras seguía avanzando como si no le diera mucha importancia. ¿Apetecía buscar Glamour y pasar de la cría? Por supuesto que sí. Pero sin una excusa buena, buena de las de verdad, me parecía a mí que me iban a mandar un poco a la mierda. Por suerte esa excusa —no, no, ese motivo— no tardó en llegar, también de boca de la quimera, y me costó no sonreír al oír aquello. Cuando se hacía el expertito era odioso... Salvo cuando lo que decía era conveniente.

Esperé a que los otros dejaran de hacer memeces antes de hablar. Era lo que los adultos responsables hacían, ¿no? Bueno, eso o mandar callar, pero sabía que no me habrían hecho ni puto caso. No me lo habría hecho ni yo. Así que si quería quedar como un señor más me valía esperar. Ojalá esos segundos no fueran la diferencia entre la vida y la muerte de Alice. Eso sí seria una putada. Para ella, al menos.

La verdad es que con la pregunta del jefe me dieron ganas de contestar algo peleón, como preguntarle por qué estaba asumiendo el género de mi compañero... Pero antes de abrir la bocaza me di cuenta de que llevábamos hablando todo el rato de él en masculino, así que la broma perdía gracia.

—Yo me fío de Mest más que de un fuego fatuo que no he visto —aseguré, sin llegar a decir explícitamente que confiaba en él. Pasaba de hincharle el ego. Luego seguro que se pasaba una semana burlándose, o diciendo que si estaba enamorado de él.

—Además, a lo mejor este túnel da la vuelta, o algo, y el fuego fatuo ahora está por detrás —añadí, orgulloso de haber conciliado las dos posibilidades en una sola.

Entonces detuve mis pasos y, con ellos, el avance de la linterna. Lo que me daba más miedo de dar la vuelta en realidad era que lo veía como el principio para acabar perdidos. Y eso no molaba ni por una cría ni todo el Glamour del mundo. Bueno, quizá por todo sí. O por la mitad. O por... Bueno, desde luego por este, no. Pero pensándolo bien, darnos la vuelta por el mismo túnel tampoco era tanta cosa.

—Yo me doy la vuelta —aseguré, empezando a caminar en esa dirección.

Después de eso me quedé con la necesidad de decir algo más. Y había dos opciones, intentar decir cualquier chorrada, o intentar decir algo que al menos pareciera inteligente. Opté por la segunda.

—Y deberíamos darnos prisa —dije—. Tenemos que desandar lo andado, y hay cosas más rápidas que nosotros. —Eh, no me juzgues. Contado ahora parece que fuese una obviedad, pero era el tipo de cosa que decían todo el puto rato en las buenas pelis de gente que muere en el bosque.

¿Se fiaba de ellos? No. Era así de simple. No conocía al pelirrojo, desconfiaba de los otros dos soplapollas... Jamás lo reconocería, pero ahora mismo la única en quien podía depositar más confianza era Leonore. Por eso hice lo que hace...

- Yo no  - contesta al pelirrojo, cuando comunica que va a dar la maldita vuelta. Por lo que dice Kyran, no extrañaría que acabaría haciendo lo mismo. Y Deanna... bueno, lo que hiciera ella le sudaba la polla. - Dais la vuelta bajo vuestra responsabilidad... - les comunica y luego mira a Leonore - Sigamos al fuego.

Al oír la respuesta del jefe no tardé ni un segundo en alegrarme. Eso confirmaba que la mejor idea era la de dar la vuelta. Sin alguien dando órdenes estaríamos mucho mejor, sin duda. Sin embargo, me obligué a permanecer serio, que pareciese que lo de bajo nuestra responsabilidad me importaba, y no que me daban ganas de celebrarlo allí mismo.

—Bueno, pues... —enuncié y... Vale, quizá la seriedad no fuese tan importante. Levanté la mano, como despidiéndome tras un botellón—. ¡Suerte a oscuras!

Y tras esas palabras, la linterna y yo empezamos a andar hacia donde había señalado Mest.

El pelirrojo se alejaba con la linterna y aunque hubiera deseado correr hacía el y arrancarle los ojos con sus propias manos mientras se acordaba de su puta madre... decidió cagarse en su progenitora para sus adentros y lanzar al aire algo que la pareció, al menos en ese momento, la opción más inteligente. Al menos más que enzarzarse en una pelea por la linterna.

- Si te marchas con la linterna, será tomado como un boicot a la misión del cual se enterará la baronesa. - sentencia - Una traición de la que le daré todo lujo de detalles. Traidor tú y todo el que te siga a expensas de dejarnos a oscuras. En realidad hay muchas cosas que contar llegado el caso... ¿que pensáis? - termina diciendo mirando a la gata y al sátiro, alzando una ceja, hasta arriba de mierda como estaban después del escarceo del jardín aunque ellos no fueran conscientes. 

Miro que se pelean por seguir el camino correcto o lo que dice Mest Hallowitch, el cual solo quiere comer por lo que parece. Debió traerse merienda de casa y ser inteligente, porque yo quería saber dónde había ido mi fuego fatuo.

^{_{-Yo creo que el señor Hallowitch solo tiene hambre y que mi fuego fatuo va hacia Alice}}- contesto, razonando mi respuesta. Que se quiera llevar la linterna me da un poco igual, yo me sentía a gusto a oscuras allá abajo, de hecho habíamos pasado un rato Kyran y yo a oscuras y había sido divertido. –^{_{Podemos seguir jugando a las palabras encadenadas}}- añado para quien lo quiera oír y sigo mi camino, pasan las manos por las paredes y el suelo del túnel para situarme.

Si se van y la baronesa se enfada, pasarán cosas malas, eso seguro. Y Orsi se pondría triste, tiene pinta de querer mucho a la baronesa, no como Stephen… Bueno no, porque seguro Stephen la quiere más como quiere Kyran a la gente y Orsi un poco menos de eso, como quiero yo a Sarah.

^{_{-A ver… Kyran dijo cocaína y yo sigo con nauseabundo. Esa es fácil}}- lanzo al aire para continuar jugando.

- Queda dicho. El fuego fatuo marca el camino más seguro al objetivo, deberíais haberlo aprendido de las enseñanzas de Orsi. Cualquier otra mierda es una estúpida e inoportuna excusa... a parte de traición - vuelve a sentenciar serio, antes de seguir a Leonore, aunque sea a oscuras. En cierta forma, algo en su interior se retorcía de placer de pensar que no les seguirían. Pues eso le daría la oportunidad de hacer con toda legitimidad lo que tanto le complacía: putear.

La situación era bastante paradojica. ¿Quién le iba a decir que se acabaría poniendo del lado de esta puta loca?

- Dominó - dice en bajito.

La amenaza del jefe me hizo abrir los ojos con sorpresa. Vaya, vaya, vaya... Una parte de mí decía que las cosas que son consideradas traición no son buena idea. Otra, que hacerle caso sólo serviría para ser su marioneta. Y otra en realidad sólo pensaba en lo divertido que era dejarle a oscuras y que se lo merecía por capullo. Lo que terminó de tocarme la moral fue que hablase como si fuera de verdad la máxima autoridad, y que buscase aliados en los otros. Y vale, quizá me vine un poco arriba... Pero no tardé en contestar.

—Y seguir a oscuras el rastro de algo que ni siquiera ves, en lugar del Glamour que se puede oler, también será algo de lo que la baronesa se enterará —aseguré, aunque probablemente yo no dijera nada. No era un puto chivato—. Y lo mío puede ser por ser un puto inconsciente e irresponsable, pero decidir ir a oscuras por un túnel es algo que tú estás haciendo a propósito. Si yo tengo razón, encontraremos a Alice. Tú, aunque la tengas... —Negué con la cabeza—. ¿Cuánto vas a tardar en llegar? ¿Te va a permitir eso salvarla? Eso es lo que estás decidiendo tú, y eso sí que es traición de la buena. Tomar un camino sin opciones en lugar de uno con pocas. Doble traición —insistí—. Y lo sabrá la baronesa —añadí, ya que parecía que tanto le importaba.

Después de eso me encogí de hombros y miré a la tía chunga antes de decir una palabra más. Bien dicha con una sonrisa, porque creía que con aquello ganaría el juego, y sin quedarme ni haber jugado.

—Nosotros.

¿La verdad? En ese momento me sentía exultante, lleno de razón y satisfecho. Quizá acababa de meterme en un lío más grande... Pero había merecido la pena. Por el momento, al menos.

El la cara de Neakail simplemente se dibujó una sonrisa, aunque el resto no fuera capaz de verla porque el pelirrojo se quedaba la fuente de luz. No dice mas, simplemente sigue a Leonore.