Partida Rol por web

Blancanieves y sus pupilos

Historia y Metatrama

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25/03/2018, 21:24
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Breve Historia de los Kithain

En el principio, el Ensueño estaba allí. Si antes o después de los mortales, nadie lo sabe, pero sabemos que ambos coexistían. Y de los humanos nacieron los Fomorianos, nacieron de sus sueños salvajes y violentos, y llenaron al mundo de oscuridad y terror, se impusieron a los hombres a través del miedo y la sangre. Entonces los hombres soñaron con angustia y rogaron al Ensueño por ayuda, y el Ensueño le dio vida a los elementos, para declararle la guerra a los Fomorianos.

Fue en ese entonces, según cuenta la leyenda, que los Fomorianos crearon a los Thallain, y se batieron contra las primeras hada de la naturaleza, nuestros ancestros. Violentas confrontaciones llenaron al mundo, los elementos rugieron salvajemente, los mortales temieron por sus vidas, y cuando el polvo se asentó, habíamos ganado. El precio fue enorme, se perdieron mucho de los nuestros en aquellas guerras, pero el mundo se llenó de vida, de magia y los mortales adquirieron valor para ordenar al mundo.

Entonces, el Ensueño dio a luz a nuevas hadas, guerreros brillantes dispuestos a mantener a raya la oscuridad que impedía alcanzar su verdadero potencial a la humanidad. Y entre estas nuevas hadas, estaban los Tuatha de Danaan. Nuestros padres. Daana, sabia, fuerte y en armonía, se internó en el Ensueño y usando los sueños de los mortales dio vida a nuestros Linajes, tomando aspectos diferentes de los humanos. Y juntos, marchamos a una nueva guerra contra los Fomorianos.

Las hadas que nos precedieron, las hadas de la naturaleza, marcharon una vez más a nuestro lado. Los Fomorianos entonces forzaron a los humanos a tener pesadillas de las que crearon más servidores. Siglos enteros pasaron, territorios cambiaron de manos, sangre fue derramada, y sólo luego de nueve batallas en el Ensueño, la guerra llegaría a su final. El Rey Rojo, líder de los Fomorianos comandó a su ejército, portando un arma cuyo nombre se ha perdido en la historia, pero que se decía contenía todas las pesadillas y la destrucción del mundo, un arma que tan sólo con un movimiento, era capaz de destruir montañas.

Y aún así vencimos. En el momento más oscuro, las fuerzas de los Tuatha lograron dar una estocada mortal al Rey Rojo, quien en una explosión de ira, fragmentó su arma en nueve fragmentos que se perdieron por todo el mundo. Sin su líder, los Fomorianos y sus servidores se rindieron, y para evitar que volviesen a entrar al mundo, los Tuatha de Danaan dejaron tres juramentos para guiar a las Hadas, y se perdieron en el Ensueño para encerrar consigo a sus odiados enemigos.

Entonces nos quedamos en el mundo para guiar a los humanos y protegerlos como nuestros padres. Confiamos en que seguirían el curso y tratamos de no intervenir, pero aquella naturaleza oscura que había dado forma a los Thallain seguía allí, y los humanos explotaban en violencia y guerras, que nosotros seguíamos. Por aquel entonces se formaron las primeras cortes, sean cuatro o sean dos, lo cierto es que la paz era un extraño acontecimiento, y siempre estábamos en conflicto.

Los mortales se hicieron más listos, aprendieron a crear y controlar el fuego. Y mientras nosotros estábamos enfrascados en nuestras guerras, crearon el primero objeto de Hierro Frío. Entonces el Ensueño gritó, separando la carne de los sueños, y alejándose del mundo. Esto sucedió durante casi un milenio, pero el resultado es el mismo: El Ensueño se apartó permanentemente de lo mundano, y nosotros, ocupábamos como estábamos en luchar entre nosotros, dejamos que los mortales nos olvidaran. Dioses y religiones ocuparon nuestro lugar. Esto es lo que hoy llamamos la División.

Nos alejamos para protegernos de la Banalidad del mundo, para sobrevivir. Senderos imbuidos con Glamour nos permitían desplazarnos, pero no podíamos permanecer mucho tiempo. Entonces aprendimos a usar los cuerpos de los mortales, a reemplazarlos por los nuestros, aprendimos la vía del Changeling, para espiar en el mundo mortal y mantener nuestros juramentos. Las cortes nunca dejaron de estar en guerra, y aunque se retiraron a lamer sus heridas y a llorar a sus líderes caídos, pronto nuevos conflictos aparecieron.

A medida que las religiones abrahámicas se extendían, y a medida que el renacimiento tomaba forma, la Banalidad iba erosionando las sendas que llegaban al Ensueño. Más guerras estallaron por los lugares imbuidos por Glamour. Muchos decidieron recluirse en sus dominios en el Ensueño, enloqueciéndose debido al exceso de Glamour. Cuando decidimos actuar era demasiado tarde. Muchos de nuestros nobles y líderes decidieron que la única manera de sobrevivir era regresando a Arcadia. Así que aseguraron su retorno, dejando atrás a sus sujetos, y a veces combatiéndolos cuando estos no buscaban más que un pasaje para salvar su existencia. Los demás, entendimos que no sobreviviríamos como antes, y tomamos una decisión radical: Hilamos nuestras almas a las de los mortales usando la vía del Changeling, protegiéndonos de la Banalidad y asegurándonos que nuestras esencias no se perderían en el ahora Mundo Otoñal: Así nacimos nosotros, los Kithain. Esto es lo que llamamos el Rompimiento.

Muchos entraron en cólera contra los Sidhe, aún contra los Otoñales, quienes se quedaron atrás con nosotros. Y mientras nos adaptábamos a nuestras nuevas vidas, la Corte Luminosa y la Corte Oscura forjaron el Pacto para detener todas las hostilidades y permitir que todo Changeling, sin importar su legado, pudiese transitar por los territorios de cualquier Corte sin temor a represalias. Un acuerdo que incluso hoy se respeta por ambas partes.

La historia siguió su curso, por momentos siendo bondadosa con nosotros, por momento tratando de ahogarnos. Fueron tiempos difíciles y llenos de peligros y aventuras. Junto a los mortales, estuvimos en sus guerras, disfrutamos de sus creaciones, nos sorprendimos ante su ingenuo y sus invenciones. Estuvimos siempre allí, en primera fila, aún cuando los horrores de las dos guerras mundiales sacaron lo peor, y la muerte, y la destrucción llenaron la tierra. Los mortales son así, fascinantes y terroríficos al mismo tiempo.

Pero durante la Guerra Fría, la inventiva humana empezó a hacer fluir más glamour, en medio de la paranoia, los hombres soñaron. Y cuando la carrera espacial llegó a su climax, y generaciones enteras se asombraron de las maravillas del universo, las cosas cambiaron. En Julio 20 de 1969, toda la humanidad fue testigo de la llegada del hombre a la luna. El flujo de Glamour provocado por este evento fue el más fuerte que jamás presenciamos, fue capaz de restaurar viejas sendas, de hacer arder las hogueras de los feudos, por un breve instante, el mundo logró manifestar al Ensueño con tanta fuerza, que las mismas puertas de Arcadia se abrieron, y los Sidhe regresaron. Todo esto duró un instante, de nuevo las puertas de Arcadia se cerraron, pero para entonces, muchos Sidhe habían tomado posesión de cuerpos mortales, no precisamente como los Changelings, sino de una manera diferente y más riesgosa. Este momento de nuestra historia lo llamamos el Resurgimiento.

Sobra decir que no pasó mucho antes de que el conflicto estallara. Los nobles llegaron a reclamar los dominios que durante siglos sus primos otoñales y nosotros habíamos protegido, cuidado y mantenido. Escaramuzas y refriegas empezaron a caldear los ánimos. Pero sólo fue cuando los nobles invitaron a nuestros líderes plebeyos a una mascarada por Beltaine, y fueron traicionados y asesinados con dagas de hierro frío, que la guerra a gran escala estalló.

Su majestad, el Alto Rey Lord Dafyll lideró a los nobles por toda Concordia (Norte América), reconquistando cada Feudo con superioridad militar y gran estrategia. Pero en Nueva York, él y sus generales cayeron en una emboscada, y su cuerpo fue encontrado en el subterráneo, con una daga de hierro frío en la espalda. Su espada, la legendaria Caliburn parecía haberse perdido para siempre. 

La legendaria espada llegaría poco después a las manos del joven David Ardry, quien sería reconocido como el Alto Rey David. Su llegada al trono fue intempestiva, pero a través de sus esfuerzos diplomáticos logró firmar la paz en los acuerdos de Concordia, unificando todos los reinos de Norteamérica y creando el Parlamento de Sueños, respetando la influencia de los plebeyos y restaurando los derechos de los nobles por igual. Su ejemplo fue seguido por los Archiduques, y aunque su reino sólo incluye los territorios del norte de América, es el único Alto Rey entre los Kithain, y es respetado por los Archiduques del resto del mundo.

Pero nuestra paz es una paz precaria. Los sueños se extinguen lentamente y a través de los horrores de la humanidad, los Thallain han encontrado una manera de regresar a la realidad. Hace casi 30 años que su presencia se ha hecho más común, y a medida que los Feudos se debilitan y se pierden, y las tensiones entre los Kithain aumentan, no puedo evitar pensar que estamos al borde de otra gran guerra, quizás la última de las hadas. De vez en cuando algunos senderos siguen abriéndose y trayendo nobles Sidhe al mundo otoñal, dándonos esperanza de que quizás no todo esté perdido, pero mientras tanto, el inestable equilibrio de nuestra existencia parece estar cada vez más cerca... al borde del abismo.

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16/05/2018, 03:50
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Los 9 Reinos Féericos de Alba

Concordia es un reino unificado, pero Alba, los territorios de la actual Escocia, distan mucho de serlo. El Resurgimiento también generó grandes enfrentamientos entre plebeyos y los nobles advenedizos que se regaron por toda Gran Bretaña e Irlanda. La violencia en las calles se mezcló con los propios conflictos humanos, aumentando el número de víctimas Changelings y mortales hasta un punto insostenible. Los Sidhe escoceses, mucho más obstinados, no sólo se enfrentaron con las otras Hadas que se habían quedado, sino entre ellos, buscando obtener la corona del reino de Alba y unificar los feudos de la región.

A medida que los Changelings de Inglaterra empezaban a formar un frente unido, el temor de una regencia desde los feudos del sur obligó a la formación de una coalición. Incluso los plebeyos preferían tener que lidiar con los nobles locales a tener que enfrentarse con aristócratas changelings de Londres o Birmingham. Tras largos años de enfrentamiento, y siendo incapaces de mantener una guerra en tantos frentes, aceptaron mediar. El resultado de aquellas conversaciones fue el Pacto de An Stòr. A través de este acuerdo, Escocia era dividida en 9 reinos, cada uno bajo la influencia de uno de los duques locales. Los duques serían iguales entre iguales, con uno de ellos con el título de Archiduque, líder temporal de los 9 duques de Escocia, y cuyo cargo sería elegido cada 7 años.

Este pacto también creó la Convención de las Hadas del Alba: El equivalente al Parlamento del Reino, en el que participaban un noble elegido por cada duque (o incluso el mismo duque) y un Canciller elegido por los plebeyos de cada reino (que no puede pertenecer a la nobleza). Estos 18 representantes son los responsables de votar por el nuevo Archiduque al acabar el periodo correspondiente, y por deliberar las decisiones que conciernen al Reino de Alba a gran escala. No obstante, rara es la ocasión en que la Convención es convocada y desde su creación, sin contar las elecciones, no ha habido ninguna reunión desde su creación.

Localmente, cada duque debe asegurarse de que la elección de Canciller sea honesta, pero en realidad el proceso suele comenzar con antelación, con varios changelings ambiciosos e inescrupulosos tratando de asegurar su influencia a través de populismo, amenazas o sobornos. Incluso los nobles intentan favorecer a quienes les respaldarán como electores, creando toda suerte de desagradables incidentes. Uno de los casos más recientes, ocurrió en Ce, donde uno de los candidatos más populares a Canciller fue asesinado, desatando una oleada de marchas y protestas que amenazaron con extenderse y reavivar el enfrentamiento entre plebeyos y nobles. Al final el duque entregó a uno de los barones para ser juzgado por la turba (que lo linchó sin más) y dio mas poderes al Canciller, para evitar que los otros Duques invadiesen preventivamente para evitar que se extendiese el conflicto. Este incidente recordó a los nobles que su poder no es absoluto y que el equilibrio en el Reino de Alba es más bien precario.

El archiduque actual es el  Finn de Fidacht, un noble Sidhe cuya influencia ha sido más bien débil, lo que ha convenido a los duques para aumentar su autonomía local y ocuparse de sus propios asuntos. 

El Reino de Srath Chluaidh

La estructura de Srath Chluaidh es bastante básica, si bien no necesariamente refleja la de todos los reinos feéricos. El duque Ogmios "el bello" de Srath Chluaidh, señor de Glasgu, un Troll noble, es la cabeza oficial del reino, y la influencia de las cortes se ve reflejada en sus dos subordinados: el conde Glitz de la Corte Luminosa y el conde Cliste de la corte oscura. Cada conde es a su vez el señor de varios barones de toda la región, cuya lealtad depende de sus propios intereses y su propio alineamiento (si bien raro, hay barones de cortes opuestas a los condes a los que han jurado lealtad).

La actual canciller es Aoibheann, una clurichaun gruñona, de temperamento algo volátil, quien a pesar de ser una bocazas, es estimada entre los otros Changelings que no pertenecen a la nobleza. Es quizás esta manía de cantar verdades y lanzar retos la que le ha dado el cargo que tiene ahora, aunque por momentos ni sus pares parezcan soportarla. Curiosamente D'Orsigny ha sido propuesto como Canciller en al menos dos ocasiones, pero siempre ha rechazado la opción, por considerarlo demasiado trabajo y muy pocas aventuras interesantes.

La duquesa Flora de Guotodin, señora de Dùn Èideann (Edinburgo) es la rival directa al duque Ogmios y la tensión entre ambos reinos ha sido una cosntante histórica, aún cuando los nobles no habían regresado de Irlanda. La rivalidad de ambos feudos suele escalar de vez en cuando, en particular cuando alguna cuadrilla decide jugar alguna broma a los locales y escapar para estar bajo la protección de su señor "legal", o simplemente cuando algún feudo es descubierto y recuperado en las zonas limítrofes, desencadenando una serie de ofensivas diplomáticas para decidir quién de los dos duques tiene el derecho a dicha fuente de Glamour. Al ser Ogmios un Changeling de la corte luminosa, suele tener siempre la ventaja al conciliar y mediar, pero Flora, una Changelings de la Corte Oscura, jamás está por encima de usar estrategias menos honestas y obtener ventajas de formas cuestionables.