Partida Rol por web

No tenías recuerdos claros de ese día...

Iban por la calle, era de noche, te tomaban de las manos mientras caminaban alegremente. Todo iba bien, hasta que aquella figura salió de la nada y disparó sin pensarlo. Entre el miedo y nerviosismo, aquel sujeto se acercó con lo que seria tu prisión, un pequeño frasco: tuvo que forcejear un poco, pero finalmente pudo meterte dentro y huir. La imagen de tus padres se perdería entre la oscuridad de tus recuerdos...

No sabías cuanto tiempo paso desde ese día, no sabías a donde te llevaban, no sabías ya como era afuera...

-¡Anda, despierta! -el hombre tomo el frasco donde te tenía encerrada y empezó a agitarlo a horas de la noche. -. Vienes conmigo... -como era costumbre, te metió en su abrigo, donde apenas y llegaba nada de luz. A saber a donde te llevaría ahora...

Mi vida era horrible, no tenía un motivo para vivir, pero tampoco tenía una forma para dejar de vivir. Todo mi mundo se reducía a la oscuridad de una simple botella, a la deshidratación durante el día a la rehidratación de golpe por la noche, y muchas veces dudaba de que se componía esa humedad que ni siquiera veia que me metía casi como obligación en mi cuerpo. No pude crecer mucho en mi prisión, y tampoco es que pudieran darme alimentos que me hicieran crecer. Si bien el agua me hacía ganar volumen, no era consistente... Tenía que ser algo humedo de mi mismo espesor para ganar ese tamaño. Por ello era la prisionera perfecta... Una niña, que crecía en mente y corazón con el tiempo, pero cuyo cuerpo era siempre el mismo.

Pequeño

Nunca más confiaría en nadie, nunca más dejaría que nadie me tocase, nunca más dejaría que nadie me mirase o quisiera hablarme... Tenía muy claro que es lo que iba a hacer una vez me librara de mi prisión... Pero eso solo era un sueño. Un sueño que día a día dolía más y más, porque sabía que no se haría realidad... En un mundo donde las singularidades salvan vidas... La mia la destruyó.

O al menos eso creia durante toda mi infancia.

-AAAAAAHh - grité con mi poca voz ahogada por mi mismo cuerpo cuando el secuestrador me agitó. Si pudiera llorar lloraría pero era imposible en esa miniprisión meter algo más y encima reabsorberlo... En realidad no era imposible y solo me daba yo cuenta de que lo hacía, y a su vez era humillante. Algunas personas me dijeron el significado de "tragarte tus propias lagrimas" yo lo había hecho literal... y dolía mucho hacerlo en esa situación.

-Quiero salir de aquí. ¿A donde me lleva? ¿Qué me va a hacer ahora? ¿No tiene suficiente con martirizarme día a día que también tiene que torturarme? P-por favor... Alguien... ¡QUIEN SEA! - Taskete... _kudasai

El hombre te saco a pasear oculta a la calle. Podías escuchar a las personas y autos pasar cerca de él, hasta que finalmente las puertas de un local se abrieron...

-¡Todos quietos! -el secuestrador saco aquella arma de la última vez, apuntando a todos. Ya sabías lo que hacías. Sabías como amenazaba a la gente, como los robaba, como los mataba... A veces pensaba que ese era un destino más rápido y sencillo que estar encerrada en ese tarro.

Sin provocarlo, las personas empezaron a obeceder y a entregar sus cosas, hasta que él llego...

-¿Sucede algo aquí, joven? -preguntó un anciano que acaba de entrar al local.

-¡Quieto allí, viejo! -le amenazo el criminal.

-Por favor, baja esa arma...

Sin intenciones de dialogar, el hombre jaló el gatillo... Pero la bala no salió. Confundido y sorprendido a partes iguales, continuó disparando mientras agitaba un poco el arma, pero nunca disparaba...

Aprovechando la confusión, el viejo se fue acercando más y más hasta que tuvo al hombre a alcance de su bastón para noquearlo de un golpe en la cabeza, tirándolo al suelo. De esta forma, el frasco donde te encontrabas terminó cayendo y rodando por el suelo.

Rápidamente las personas empezaron a llamar a los oficiales, y a agradecer al anciano por aquel acto de valentía.

-Hehe... -el anciano recorrió el suelo con la mirada, encontrándose con ese frasco donde te encontrabas. -. ¿Hm?

Sin saber lo que contenía su interior, se agacho para tomarlo y guardarlo en su abrigo. Compró algunas cosas más, y se fue del lugar.

Habías pasado a otras manos desconocidas. ¿Otra persona con malas intenciones? ¿Te habrá visto indefensa y aprovecho la oportunidad para tomarte? Podría ser peor que el anterior...

Este, al llegar a su casa, te saco de sus ropas y te dejo sobre el comedor. No tardó en buscar algunas rebanadas de pan y un cuchillo para mermelada, para finalmente abrir el frasco que te tenía encarcelada: ya podías verlo todo claramente, ¡ya podías salir!

-Otra vez no... - pensaba para mi cuando escuché aquellas palabras. Si bien mi vocabulario era escaso, entendía a los demás cuando hablaban y sabía que aquellas palabras eran el momento perfecto para taparme mis oidos, si supieran donde están, o si no fuera mi cuerpo el que escuchara. Temblaba sin poder hacer nada. No podía gritar porque nadie me oiria y mucho menos podía hacer algo con mi voz. Solo podía desear que esto acabara pronto... Y de repente...Sentí que me caia - No, no no no no no. - Al chocar contra el suelo me sentía rebotar sin poder parar, y luego empezar a girar - Nooooo, no quiero vomitar... Es asqueroso. - Me quejaba pero no podía detener mi rotación.

No sabía que pasaba, escuchaba personas hablar pero no sabía donde estaba. Por lo menos el movimiento había parado - ¿Donde estoy? - Pero eso duró poco tiempo, algo me movió de nuevo - No... - y de nuevo el llanto - Otra vez no... Por favor - sin embargo se sentía diferente el movimiento, un andar más pasivo - He cambiado de manos... ¿Pero a quién? Da igual. QUIERO SALIR DE AQUÍ - Así me pasé todo el trayecto, inquieta por la incertidumbre de no saber que iba a pasar... de no saber quien me tenía...

Hasta que al fin la luz entró a mi prisión y me cegó sin esperarmelo. Lo extraño de esa luz, es que era luz sin más, sin una mano, sin un palo, sin un cuentagotas o vaso con agua... Nada. Era muy extraño y por un momento pensaba en que se trataba de una trampa, pero por más que me acomodaba para ver el exterior, no conseguía ver nada. Esperé un tiempo para asegurarme de que no estaba en peligro, y entonces con algunos movimientos salí de esa prisión de golpe. Al fin, era libre... pero aún no estaba a salvo.

Una vez fuera tomé la forma más sencilla y básica que tenía en mi mente de mi... Una simple bola que tenía todo mi cuerpo en su interior.

Rápidamente miré a todos lados buscando donde estaba, buscando un lugar seguro, y sobre todo, buscando a mi captor. Fue sencillo mi siguiente movimiento pero quizás no el más acertado. Miré hacia el gruñendo con un rostro medio triste medio agresivo. - No tocar mi. Querer ser libre. Tu no usar yo. - decía torpemente de la forma que decía mientras mi cuerpo temblaba de lo nerviosa que estaba y gruñía mostrando los dientes tratando de parecer amenazante.

El hombre no se dio cuenta de tu presencia hasta que saliste de golpe del frasco, causando una sorpresa en tu nuevo captor.

En ese momento se encontraba untando mermelada sobre una rebanada de pan, quedándose totalmente quieto luego de que salieses.

-¿Qué...?

El anciano se te quedo viendo varios segundos con confusión y curiosidad. En el momento en el que observaste alrededor rápidamente pudiste ver una bonita casa bien decorada y limpiada, sin muchos lujos, pero que era por lo menos más agradable e interesante que la que tenía tu anterior captor.

-Tu... Eres una slime... -dedujo el hombre mirándote, antes de finalmente extender su mano para acercar lentamente la rebanada con mermelada a ti. -. ¿Tienes hambre?

Lo primero que te dijo fue un ofrecimiento de comida, esa comida que no te habían dado en quién sabe cuanto tiempo. El anciano no se veía peligroso, más bien su vestimenta era algo cómica.

-No se porque te encerraron en ese frasco, pero ya no tienes que temer. No pienso lastimarte.

Con una cara más de preocupación que de agresividad, di varios botes hacia atrás topandome con la pared según veia que aquel señor se movía hacia mi con el pan que tenía en la mano ofreciendomelo a modo de que comiera algo - ¿Veneno? - pregunté antes de mirar bien que contenía el pan y poner una cara de terrible susto seguido de un hilillo de voz muy agudo. Huí subiendome al mueble más alto sin importarme que tirara y botando en suelo y paredes hasta llegar fuera de su alcance.

-T-t-t-tu... ¡Asesino! - Me cubrí para no mirarle pensando que eso sería suficiente - Tu querer que yo comer otro yo. No tocar mi. Yo no ser comida. - mi agresividad había desaparecido y tornado por miedo y a pesar de que sus palabras parecieran amables y bondadosas, no podía creerle - Yo no creer tu. Tu querer hacer daño mi. Tu ser igual otros. Tu querer aprovechar mi. Torturar mi. - y si quedaba alguna duda por si podía llegar hasta mi en lo alto de aquel mueble, me pegué lo máximo posible a la pared - Yo no confiar. Mucho daño. No vida. - entre mis palabras se oian sollozos propios de lo que sería el miedo, pero también mezclado con los recuerdos del pasado

Debió haberse esperando una reacción así ante la mermelada. Poco a poco empezaba a comprender que habías pasado por una situación difícil por culpa de alguien malo.

-Mi nombre es Joshua. Soy un héroe retirado, pero continuo ayudando a la gente cuando puedo. El hombre que te hizo daño ya no podrá hacerte nada, ya eres libre -te aviso mientras dejaba la rebanada de pan sobre un plato. Se quedo viendo unos segundo todo lo que habías tirado para llegar allí, suspirando antes de volver a verte. -. Eres una slime, ¿correcto? Supongo que no puedo dejarte el refrigerador abierto para que tomes lo que quieras para comer, seguro que la temperatura hace algo en tu cuerpo... -pensando un poco, Joshua fue hasta su nevera y empezó a sacar varios paquetes de comida empacada: finalmente metió un Ramen Instantáneo en el microondas y empezó a calentarlo. Cuando la cuenta finalmente llego a cero, saco la taza y retiró la tapa, dejando salir el olor de aquella deliciosa comida... -. Muy caliente también te podría hacer sentir mal... -por eso, empezó a soplar el ramen por encima para enfriarlo un poco. Cuando ya estaba en su punto, ni muy caliente ni frío, se acerco lentamente a un mueble cercano al que estabas y dejo el ramen con un par de palillos sobre él para después apartarse. -. Es un ramen recién abierto, yo no pude haberle echado nada. Debes tener hambre después de estar encerrada en ese frasco tanto tiempo, ¿verdad?

Definitivamente, ese ramen se veía y olía bien... Tu anterior captor nunca te había dado nada parecido, pero si que se ponía a comer cosas deliciosas delante de ti.

-El no, tu sí - Estaba claro que no entendí la palabra de heroe, al igual que si escuché que ayudaba a los demás... Pero no podía creerle, por mi bien no podía confiar en nadie... ¿Pero acaso eso era bueno? - Yo ser yo. No ser slime. No saber que ser slime. - Sería complicado entablar una conversación con alguien cuyo vocabulario era minimo. Si encima aquel que me mantuvo encerrada tanto tiempo no me hubiera solo usado como objeto... La relación con Joshua habría ido mejor desde el principio.

Con algo de temor y desconfianza, me acerqué un poco para ver lo que hacía. Pude ver como sacaba una taza extraña con dibujos, y ya me puse en lo peor - P-prisión. Otra vez. Lo sabía - Pero cuando lo abrió vi que había algo dentro - ¿Ya ha secuestrado a alguien? - Pero no hacía nada por moverse así que lo quité rápido de mi pensamiento. Fue entonces cuando ví una cosa mágica que echaba agua y me relamí un poco. Realmente fue en ese momento cuando me descentré del todo, pues quería llegar a esa cosa mágica.

Cuando sonó el fin del microondas pegué un bote hacia atrás, sintiendo el peligro y de pronto, un olor riquisimo inundó la sala - ¿Qué ser? - me pregunté a mi misma intentando ver que tenía entre manos ese hombre, para ver como me dejaba algo que el llamaba ramen cerca de donde yo me encontraba. Realmente tenía hambre, mucha hambre... O al menos cuando el lo mencionó algo en mi interior se sacudió produciendome ese dolor vacio extraño que sentía siempre antes de que mi captor me echara el liquido en mi prisión.

Miré al ramen y después a Joshua con mala cara - Alejar tu. No acercar mi. - esperé a ver si se alejaba para poder coger algo de confianza en mi misma, o al menos en mi seguridad. Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos, fui bajando poco a poco vigilandole, en el más minimo movimento para acercarse que hiciera, volvería arriba del mueble. Siempre tratando de aparentar ser agresiva aunque mi tristeza y miedo no me dejara mostrar una mejor cara. Ya una vez al lado del ramen seguía observandole mientras mi nariz... o lo que parecía ser mi nariz, olía el contenido. Solo me bastó alzarme y ver que había liquido para ilusionarme - ¿Agua? Es rara. Tiene otro color - Pensaba pero... olía tan bien, que no tardé en volcarla hacia mi y empezar a tragar todo - Sabe distinto. Está riquisimo - Cerré mis ojos con suma felicidad mientras seguía tragando y tragando, dejando caer algunos restos solidos a la superficie en donde me encontraba hasta que finalmente, el vaso se vino encima mia sin contenido y me sorprendí.

-¿Eh? - sentía de nuevo esa sensación, pero esta vez había un poco de succión y no sabía por qué - ¡PRISION! ¡TRAMPA! ¡QUERER ENCERRAR MI! - Y de nuevo empecé a correr por toda la sala chocandome con algunas partes del lugar para tratar de quitarme aquella taza de encima, pero sin exito ya que esa succión de la taza la había provocado yo al absorver tan rápido el contenido.

Entonces fue cuando se dio cuenta de que nadie te enseñó a hablar correctamente. No veía tanto problema a lo que era enseñarte hablar, pero lo más complicado era que no confiabas en él, y que tenía que buscar métodos para que hicieses las cosas solas con un pequeño empujón suyo para que le fueses tomando confianza.

-Jeje, que bueno que te guste -dijo al ver como empezabas a consumir todo el contenido del envase. -. Hay muchas otras comidas que puedes disfr-¿eh? -pensaba que podría hablarte mientras comías, pero terminaste echándote el vaso encima causando que te pusieras a correr por todo el lugar.

Al verte correterar con la taza encima, gritando y sin poder ver nada, Joshua no pudo evitar soltar una fuerte carcajada. Finalmente, cuando pasaste a su alcance, tomó firmemente el envase y te levantó del suelo.

-Calma, calma... Si estas asustada y no te controlas no podrás salir. Anda: relájate y piensa en soltar el vaso -te dijo mientras te sujetaba delante de él con el vaso volteado hacia abajo: en el momento en el que lograses relajarte y salir, caerías fuera. -. Si no confías en mi, al menos confía en ti para escapar.

No le hice caso ni cuando estaba comiendo ni cuando se reía de mi estando yo en la más absoluta de mis miserias pensando que iba a ser encerrada. Era imposible quitarme esa cosa de encima y por más que lo golpeaba con todo lo que me chocaba no saía, es más hasta dolía. Llegué al punto en que mi grito de miedo pasó al de tristeza y una vez el viejo me agarró desde el cuenco y noté que no podía moverme empecé a llorar... O eso parecía en cuanto a mi expresión. Ya no estaba agresiva, ni temerosa, solo triste y medio en shock

-Soltar mi - dije con voz temblorosa - Favor - y casi supliqué mientras poco a poco mi cuerpo salía de aquel cuenco. Estaba muy centrada en todos iban a ser malos conmigo y tener esa prisión nueva tan cerca de mi, me suponía de nuevo el volver a recordar todos esos años atrás. Una vez toqué suelo me fuí a una esquina temblando y sollozando.

Luego de que finalmente salieses, tiró el envase en la basura y fue a por otro en la nevera. Mientras te miraba oculta en la esquina, terminaba de calentar el nuevo tazón de ramen, colocandolo destapado en el suelo junto a un par de palillos de madera.

-No pienso hacerte daño, pero no puedo dejarte ir hasta que aprendas a usar tus habilidades, o alguien podría aprovecharse de ti... Aprende de tus errores: no te tires el tazón encima, en su lugar, toma precaución y usa los palillos para sacar el ramen y sacarlo del envase -te explico antes de dejar su bastón sobre la mesa. -. Confía en ti.

Tras lo cual, se apartó del tazón para después ir a la otra habitación, regresando en pocos segundos con unas cobijas y unas almohadas que dejó sobre el sofa.

-Puedes dormir aquí hoy. ¿Okey? Te dejaré sola para que puedas estar tranquila. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo, pero por favor: no salgas sola, ¿okey? Mañana te enseñaré el exterior, te lo prometo -y sin decir nada más, volvió al otro cuarto, dejando la puerta abierta para que pudieras ver como se acostaba lentamente sobre una cama sin sabanas ni almohadas.

A pesar de que estaba llorando y encogida en mi misma, le escuchaba... aunque la mitad de las palabras que decía no las entendía - ¿Habilidades? ¿Errores? ¿Ramen? ¿Ramen es comida? - Tristemente el hilo de mis pensamientos solo se fue al estomago. Me asusté un poco cuando puso el bol de ramen cerca sintiendolo más cerca que antes, sin embargo fue a alejandose poco a poco dejandome sola con unas mantas a un lado que miré girandome lo minimo posible.

No fue hasta que el se fue de la habitación que me atreví a girarme y moverme. Miré donde estaba el tumbado en un mueble extraño mientras me acercaba poco a poco a la comida - ¿Ramen? - Pensé en voz alta mirando con curiosidad al cuenco con liquido rico. - Palillos... sacar ramen... - miré a los palillos y luego intente alzar un poco mi forma para mirar el interior - ¿Cosas solidas ser ramen? - No iba a esperar una respuesta, es más podía ser que ni siquiera me estuviera escuchando. Cogí un palillo con la boca, y luego el otro e intenté sacar las partes solidas con mucho esfuerzo hasta que me rendí - Palillos juntos ser inutil. - dije como regañandolos y luego volví a mirar a Joshua.

Me fijé en sus dedos y recordé como los usaba antes, así que poco a poco generé pequeños bracitos con mi cuerpo, o más bien tentaculos, pues agarré los palillos enrollandolos y lo volví a intentar. Fue dificil pero acabé sacando toda la parte solida del ramen. - Ramen fuera ¿Ya poder comer? - No había nadie que me dijera lo contrario, así que esta vez evitando lo de antes fui volcando poco a poco el cuelco sobre mi, para que todo el liquido cayera a mi boca. - Está delicioso - pensaba mientras comía. Finalmente no me quedé atrapada y dejé tumbado el cuenco.

Miré alrededor viendo que había literalmente poco que hacer más a parte de ser bolita e investigar, sin embargo me daba miedo salir de esa habitación. Ni siquiera sabía donde estaba y el único que conocía la dirección de la casa estaba dormido y no confiaba nada en el.

Mirando preocupada a todos lados acabé trepando al mueble de antes con más calma esta vez para quedarme dormida en lo alto. Segura de cualquiera que estuviera en el suelo y más comoda que en una prisión.

La noche pasó, y fue una de los mejores descansos desde hace mucho aunque no lo quisieras admitir. Para cuando empezaste a despertar, viste al viejo Joshua recogiendo el ramen y el cuenco del suelo para tirarlos a la basura.

-No debí ser tan literal... -se regañaba a sí mismo con una sonrisa de culpabilidad. Luego fue al refrigerador por otro paquete de comida: por el lateral decía "Arroz frito con cerdo". Después de esperar a que el microondas calentase la comida, destapó el envase, dejando salir ese delicioso olor, muy diferente al anterior. Cuando estaba apunto de llevarse un poco de arroz a la boca con los palillos, alzó la vista hacia ti. -. ¿Hm? Hehe... -dejó el arroz en el envase y se acerco lentamente al sillón, dejando la comida con los palillos en el suelo. -. Buenos días. ¿Dormiste bien? -preguntó con una sonrisa. -. Anda, come. Pronto saldremos a ver la ciudad... Oh, por cierto: los palillos se usan para sacar la comida del envase, y comértela, no para tirarla al suelo y dejarla allí -añadió riendo un poco antes de ir al refrigerador por otro empaque de comida para él. Mientras esperaba, se dio la vuelta nuevamente para verte. -. Por cierto, no me has dicho tu nombre, ¿verdad?

El olorcillo de la comida llegó a mi acariciandome suavemente mientras despertaba lenta y apaciblemente de mi letargo. Al abrir los ojos y no ver mi prisión alrededor me asusté. - ¿Qué pasa aquí? ¿Donde estoy? - Me acerqué al borde del mueble y miré a todos lados recordando lo que había pasado el día anterior - Espera... Nuevo secuestrador. Seguro quiere hacerme cosas malas... P-pero... No me ha encerrado mientras dormía. - Estaba dandole muchas vueltas cuando el tipo se dirigió a mi.

Le miré con mala cara, entre enfado, molestia y miedo, para luego mirar al cuenco de comida. Estaba claro que aún no me fiaba nada de el, pero estaba confusa, necesitaba aclarar algo de mi mente y cuando se fue a la cosa grande y blanca empecé a bajar muy lentamente mientras le vigilaba - Tu no encerrar mi... - dije esta vez menos agresiva - ¿Tu no querer usar mi? ¿Tu no querer mi para mal? - Mis preguntas eran complejas, sobre todo para mi nivel del lenguaje, pero estaba claro que estaba dandole un minimo voto de confianza. Algo así como un pizca de creerle y no huir salvajemente de el.

-¿Por qué tu no malo? - pregunté mientras miraba la comida - Todo quien yo ver, ser malo con mi. - Expliqué, quizás dando a entender porque no confiaba en el ni aunque me lo explicara cien veces el día anterior. Entonces sus palabras acerca de la comida, los palillos y mis recuerdos del ramen de ayer, llegaron mientras volcaba el cuenco en el suelo tratando de buscar la comida que olía tan bien, ya que para mi el arroz y la carne no eran comida - Palillos no servir para coger comida. Mejor boca. Yo usar palillos para quitar ramen, y luego yo beber comida. - Con un click parecía todo encajar ahora que mencioné que mi comira era liquido, aunque sin duda vió como el primer ramen de ayer entró en mi boca y se deshizo. - Esto no ser comida - dije mirando al hombre. - Pero oler bien.

Lo último que me sorprendió fue una palabra que no entendía, aunque extrañamente en mi interior sentía que la conocía - ¿Nombre? ¿Qué ser nombre? - Si la pregunta existía, estaba claro que lo que el hombre buscaba no existía.

Según hablabas, iba entendido más y más de ti. Sabía que tendría que usar métodos especiales, todo con tal de ayudarte.

-Yo no querer tu para mal -incluso, cambiaría su forma de hablar para que le entendieses mejor. -. No todos ser malos. Tu mala suerte, tu en manos de persona mala antes... Pero yo no así. Tu ahora ser libre -dijo con una gran sonrisa. La verdad, tampoco hablaría así todo el tiempo: tenía que enseñarte a como hablar bien, pero todo a su ritmo. -. Entiendo... Solo líquidos.

Fue al refrigerador para sacarte un vaso de agua y dejártelo en el suelo. Mientras esperaba que te lo bebieras, iría por otro empaque de ramen y lo calentaría para ti, dejándolo abierto en el suelo tal como la última vez.

-Luego de comer, recoge el ramen del suelo y déjalo dentro del envase, ¿okey? -te pidió amablemente.

Entonces surgió la pregunta respecto a tu nombre. Joshua se rascó un poco la barbilla pensando en como explicártelo.

-El nombre es la manera en la que te llaman y recuerdan los demás. Yo soy Joshua. ¿No sabes tu nombre? -si habías estado encerrada tanto tiempo se hacía la idea de que tal vez se te hubiese olvidado. -. Anda, come... Saldremos a dar un paseo, conocerás la ciudad, y luego podrás pensar en como quieres que te llame.

Una vez me enseñó Joshua, que si las miradas mataban... Entonces la mía en ese momento estaría rematandole a el. Según iba hablando como yo, le estaba clavando una mirada de enojo creciente a cada una de las palabras que decía como estaba hablando yo. Me parecía insultante. Por ello se lo dije sin tapujos nada más me miró - Yo no ser tonta. Yo entender tu. Pero yo liar con palabras. No construir bien palabras - Repetí palabras dos veces porque las frases estaban bien, lo que no sabía era como pronunciar dichas palabras de la forma correcta para que las frases tuvieran sentido. Entendía todas las palabras diferentes, pero usarlas bien para mi era una odisea.

-¿Liquidos? - También era cierto que no entendía el significado de algunas palabras. El hecho es simple. Todo lo que aprendí para poder comunicarme por mi misma, eran raices de palabras o conceptos muy basicos. Entonces vi como me dejaba un vaso con agua y me acerqué. Conocía ese contenido, al menos en su visión, aunque todo hay que decir que me lo tragué de una sola vez - No saber. - obviamente hablaba del sabor - Estar frio - Y quizás me quejaba un poco por cosas vanales. Hasta ver que dejaba otro paquete de ramen junto a mi. En un principio me alejé por desconfianza de que me fuera a hacer algo, pero después de verlo alejarse me acerqué e hice lo mismo que el día anterior.

Formé unos pequeños tentaculos a mis lados y grité - COMIDA RICA - antes de empezar a sacar toda la parte solida del ramen con un poco más de habilidad, con cada palillo en cada tentaculo. Una vez todo el contenido fuera llamé la atención a Joshua - ¿Ver? - dije mientras metía los palos para sacar un poco de lo que para mi, era comida - Palillos no servir. No coger mucha comida. Y saber raro - dije metiendome una punta de palillo en la boca. Finalmente los dejé al lado de todo el ramen y fuí volcando poco a poco el liquido en mi interior.

Ahora si es cuando Joshua podía ver como el liquido del ramen después de pasar por mi boca, aun se quedaba un poco en mi cuerpo, tiñendome de su propio color, antes de desaparecer. También si se fijaba, era un poquito más grande que el día anterior. - Comida rica. - dije de nuevo al dejar el cuenco en el suelo. Ni siquiera sabía comer como una persona real, solo comía lo que para mi era vital.

Entonces mientras estaba metiendo de nuevo el "ramen" en el recipiente Joshua me explicaba poco a poco que era un nombre y yo comencé a pensar poco a poco... hasta que miré al techo - Persona mala llamar mi "Cosa rara", "Gelatina", "Objeto inutil", "Moco rosa", "Agujero viscoso"... Último usar cuando el hacer cosas mala a mi. Presionar mi en botella. Mucho dolor cuando hacer eso - Me encogí un poco, denotandose que me estaba encogiendo y temblando por recordarlo - Y oler mal, y sentir peor. Cosas pequeñas pinchar mi. Y cuando parar, echar... ¿Comida? Asquerosa. Forzar mi comer. Cerrar prision y yo no poder expulsar - Literalmente, le estaba escribiendo una violación hacia una slime, la cual estaba contenida en una botella, cuyo cuello permitiría perfectamente dejar pasar un miembro.

Literalmente, estaba casi en shock, pues había dejado de recoger el ramen y los tentaculos me abrazaban a mi misma con los ojos cerrados con los palillos aún sujetos. El temblor de mi cuerpo daba a entender como me sentía - Mucho miedo. Recordar mucho miedo. Nombres de persona mala recordar miedo y prision. - Y si se fijaba podía ver como mis ojos estaban temblando aún más, dejando pasar un liquido medio viscoso, los cuales eran mis lagrimas.

Según ibas contando tu historia, la sonrisa de Joshua iba cayendo más y más hasta terminar con una expresión seria.

-Conozco a mucha gente así... Soy un ex-héroe, y he tenido que enfrentarme a personas detestables... Te prometo que ya nadie te hará daño, nunca volverás a ver a esa persona -sabía que no era tan fácil hacer que creyeses sus palabras, pero lo intentaría. -. Aún eres pequeña. Te queda mucho por aprender y vivir. Vamos: Te enseñaré lo grande que es el mundo donde te encuentras -con una sonrisa, fue a por su bastón, luego se dirigió a abrir la puerta, volviendo a verte mientras te invitaba a salir. -. Solo... No corras mucho, ¿okey? No estoy en mi edad de hacer carreras -añadió riendo un poco.

Del otro lado de la puerta habían... muchas cosas. Un campo plano con hierba y flores(un jardín), al otro lado un laaaaargo camino de piedras bien acomodadas en el suelo(la calle), a los lados de la casa habían varias paredes(vallas de división echas de cemento) sobre las cuales se podían ver al otro lado otras casas. Y una luz: una gran luz viniendo del cielo...

-Vamos por el camino de la derecha, ¿te parece bien? Puedes ir adelante si quieres, y preguntar sobre todo lo que te llamé la atención -esperaría hasta que tomases confianza para salir para ir detrás de ti luego de cerrar la casa detrás de si, siguiéndote el paso si decidías ir delante como te había mencionado.

Le miré extrañada por una palabra que había dicho en respuesta hacia mi. Una palabra que había oido muchas veces en mi confinamiento... Pero que nunca había entendido lo que significaba. Algunas veces parecía malo, otras bueno... Mi confusión era tal que nunca supe que significaba esa palabra - ¿Heroe? - pregunté sin más. Sin embargo había más palabras - ¿Aprender? - Sin duda mi curiosidad se acrecentó según Joshua empezaba a responderme cosas.

Cuando mencionó lo de no correr, y me acercaba a donde el me estaba invitando para cruzar, me quedé un poco extrañada. Me acercaba con desconfianza, pues aún no le creia, ni tampoco confiaba en el... Todavía esperaba que me diera la puñalada por la espalda y me encerrara en una prisión... Ante lo cual solo podría temblar por ello al pensarlo. Es así como me acerqué, temblando de que eso que estuviera abriendo fuera una prisión... Y sin embargo, fue muy diferente.

Abrí los ojos y la boca al mismo tiempo, emocionada y viendo que todo lo que había más allá de la puerta, tenía colores muy diversos y bonitos, y tenía luz. Parecía algo totalmente diferente a lo que había vivido hasta entonces. Parecía un paraiso. Al dar un bote para salir note una textura extraña debajo mia - Sentir raro. - El siguiente bote lo metí hacia el jardín y nada más sentirlo raro y humedo empecé a saltar corrriendo alrededor casi en circulo - Sentir bien. - Mi sonrisa se había dibujado por primera vez en mi vida cuando parecía disfrutar del cesped y las flores. Algo que no pudo evitar fijarse Joshua, era como mi parte inferior cambiaba de color a verde cuando pisaba el cesped. Por suerte era muy poco y este color se iba nada más saltaba.

Tras unos botes paré mirando a aquella luz gigante en el cielo. Casi al instante miré a Joshua - ¿Eh? - pregunté extrañada - ¿Poder... - Pregunté con desconfianza mientras me alejaba arrastrandome un poco - salir de gran prisión? - Obviamente "gran prisión" para mi era la casa, pero yo ni siquiera entendía cual era el significado de casa. - ¿No para y encerrar mi? ¿Ser libre? - obviamente mi concepto de libertad era diferente, pero estaba aturdida por tanto esplendor. Sin duda estar sola en un mundo tan basto no sería lo mejor, y menos con el poco conocimiento que tenía.

Una vez confirmara que podía hacer lo que quisiera, fui pegando botes a toda velocidad hacia donde el decía mirandolo todo y parandome a cada rato al ver algo que no sabía que era - ¡¿QUE SER?! - preguntaba cuando veía una farola - ¡¿QUE SER?! - pregunté de nuevo al ver un extintor - ¡¿QUE - empecé a preguntar al ver algo que venía a toda velocidad hacia mi y empecé a sentir miedo. Con un grito corrí hacia Joshua y escalé todo su cuerpo hasta ponerme anclada tras su cuello temblando como si fuera un vibrador - ¿Que ser cosa peligrosa? - Era un coche, algo que sin duda tardaría en comprender que era.

Al ver que disfrutabas de tus primeras experiencias, Joshua sonreía alegre mientras te seguía.

-Esa no es una prisión, ninguna de estas lo es. Son casas: un hogar donde puedes vivir y descansar, y salir cuando desees -te explicó con una sonrisa mientras empezaban la caminata.

Joshua reía y reía al verte tan sorprendida y animada por cosas simples que él veía todo el tiempo.

-Eso es una farola. Aquello un extintor... -se llevó una pequeña sorpresa cuando te subiste de esa forma, pero no pudo evitar reír mientras sentía como vibrabas. -. E-Eso es un coche... Un inventó de los humanos más inteligente. Los usamos para ir de un lado a otro rápidamente. Aún hay muchas cosas que tienes que ver.

Durante el camino fueron haciendo distintas paradas para explicarte todo lo que veías. También entraron en locales de comida rápida para que probases deliciosos líquidos diferentes al ramen. Observaste diversos animales que se podían encontrar a pleno día, vistes distintas personas con distintas vestimentas... Todo resultaba muy extraño y novedoso, tardarías mucho en aprender todo. En una sola tarde habías visto más que en toda tu vida.

Al final llegaron a una playa totalmente limpia, en la cual había un muelle que llegaba hasta una plataforma sobre el mar. Estaba cayendo la noche, y Joshua fue el que te señaló hacia el horizonte para que observases como el sol se hacía uno con las aguas.

-Este mundo tiene cosas fantásticas para ti y para todos. Algún día aprenderás a no temerle, y en vez de eso lo cuidarás. Deseas conocer más, ¿verdad? Entonces tienes que darlo todo. Y te enseñaré todo lo que necesites para que vivas tu vida.

-Casa - fueron mis palabras de sorpresa al recibir la explicación de Joshua, mientras miraba a la misma con respeto y un sentimiento extraño y calido que había en mi interior. Pasó igual con algunas cosas que me iba explicando, salvo quizás por el coche el cual me asustó tanto que a pesar de la explicación de Joshua mencioné - Coche ser peligro. Dar miedo... - Y aunque me daba vergüenza por la situación en la que estaba, me aferré a Joshua y le pregunté - ¿P-poder quedar aquí... hasta no haber coche? - Estaba muy atemorizada, y hasta el momento solo había dos cosas que sentía seguro. Los sitios altos y Joshua. Desconfiaba de el pero... Algo me decía que podía protegerme en el.

Casi todo el trayecto me la pasé señalando cosas que no entendía que eran disfrutando con una sonrisa mientras formaba pequeñas protuberancias para poder señalar, a veces incluso hasta varias cosas a la vez. Por desgracia no fue tan divertido en los restaurantes de comida rápida donde usaba la estrategia aprendida por Joshua, cosa que hacía que le echaran la bronca y yo me escondiera tras sus piernas o cuello al mismo tiempo. - Personas gritar, dar miedo. - A cada cosa que veia que me asustaba lo decía sin tapujos... Parecía estar usandole como guardia personal. Con los animales me pasó lo mismo, algunos me sentí muy comoda y otros me hicieron correr en circulos asustada buscando protección.

Lo más extraño y que preguntaba todo el rato, eran las ropas de los demás que pasaban por alrededor. Muchas de ellas me llamaban la atención, como aquellas que Joshua llamaba vestidos y faldas. Pero había algunas realmente interesantes llamadas uniformes que conjuntaban por si solos. Pensé incluso en querer probarme uno, pero con mi cuerpo... Era dificil. Eso es algo que también se me grabó a fuego. Cada persona era diferente y exclusiva. Aunque se veian parecidos, parecía ser lo normal, que no hubiera dos iguales.

Al llegar a la playa me bajé de Joshua para ver el paisaje tan bonito y fantastico mientras saltaba por la suave y sedosa arena, poco a poco hasta estar muy cerca del agua - Parecer comida. GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN comida - amplié mucho la A mientras vislumbraba todo y entonces - AAAAAAAAAAAAAARG - Dije después de retirarme del agua a la que había saltado escupiendo parte de humedad y retorciendome - BUAAAAAAAG. Saber asquerosa, y picar. - Saqué varias protuberancias casi como si fueran manos y sin pensar y empecé a rascarme - Picar mucho - pero por suerte se me iba pasando poco a poco - ¿Por qué agua ser tan rara aquí? - Dije mirando al mar.

Tras su respuesta le escuché decir aquellas palabras con el paisaje de fondo y empecé a llorar. No entendía por qué lo hacía... Quizás porque era la primera vez que recordaba estar libre... Quizás porque era la primera vez que una persona me trataba de aquella manera tan amable... Quizás porque me sentía como si acabara de nacer, o me acabaran de resucitar, y el que lo hizo posible fuera él. Estaba tan aturdida por las emociones que empezaban a crecer y envolverme en mi interior que no podía parar de llorar y acabé mirando a Joshua.

-¿De... verdad? - pregunté para que no fuera una mentira lo que estaba viviendo. Quería que fuese real, pero mi mente no me dejaba creerlo... Necesitaba un golpe de realidad, una palabra, una frase... Algo que hiciera que sus palabras que parecían efimeras, fueran tan solidas que hicieran a mi corazón latir de verdad. Latir como si mi vida estuviera comenzando, justo en ese momento.