Partida Rol por web

No tardé después de que se abriera el camino, en ir hacia Joshua y directamente abrazarle. Las palabras del director Nezu fueron de ayuda realmente pero... Un abrazo de Joshua era lo que más encesitaba en ese momento de impotencia que llegaba a tener.

No respondí a sus palabras, más que con un asentir de mi cabeza. Si fuera una persona normal diría que tengo un nudo en la garganta, pero siendo slime era dificil tenerlo.

Sin más pues fuí caminando junto a Joshua, lo más pegado a el pero dejando el suficiente para caminar con tranquilidad, hasta llegar a casa. Cierto es que me extraño que no quisiera consolarme y animarme en todo momento, incluso que no estuviera haciendo algún comentario durante la comida, la cual me la estaba tomando con mucha tranquilidad.

Solo fue al terminar esta cuando Joshua habló antes de que tuviera oportunidad de preguntarle si le pasaba algo. Sus palabras acabaron rompiendome del todo, no obstante no hablé pues estaba empezando a llorar. Segui escuchandolo hasta el final y fue cuando terminó, que corrí hacia el rodeando la mesa para lanzarme a sus brazos.

-N-no soy buena del todo - empecé a gritar entre llantos - No pude evitar que Saori se congelara. No pude acercarme a ella sin que Ra me calentara. No pude evitar que Ao saliera herido. No fuí tras Eru cuando salió corriendo. Y cuando todo se volvió peor solo pude transformarme en Aizawa otra vez. No quería usarlo. Quería ser fuerte por mi misma, pero... PERO... - no pare de llorar entonces en su pecho siendo que algunas lagrimas acababan en su ropa y otras volviendo a mi.

No obstante negué - No quiero dejarlo... - mencioné por lo bajo - Quiero hacerme más fuerte - aseguré de nuevo - Quiero... Quiero poder protegerles... Quiero que no les vuelvan a hacer daño... Quiero salvalos cuando ocurra algo malo... No quiero seguir siendo debil - obviamente mi punto más algido en todo aquel problema, era en lo inutil que me estaba sintiendo después de todo.

Aunque pudiera sacar a Saori del hielo, aunque Ao y Eru estuvieran bien de heridas... Debía mejorar mi forma Slime, para no depender siempre de la mimica. Y eso se lo quería transmitir a Joshua, buscando quizás también ese consuelo que siempre me daba.

Movió las orejitas cuando Aizawa posó la mano entre ellas, cerrando los ojos por el brusco movimiento y abriéndolos de nuevo para mirar fijamente a su cuidador. Con rapidez todo su cuerpo se tensó y su cabello orejas y cola se erizaron mientras mostraba los dientes en señal innata de desaprobación hacia lo que decía pero de nuevo, solo duró unos segundos antes de que todo eso se transformara en miedo, esperanza y dolor que se reflejaban en su estado corporal y sus movimientos. - ¿De.. verdad... ha... ha... aceptado?... Se quedó pensativo y entonces se alarmó, comenzó a mirar a su alrededor y se apartó de el yéndose a la esquina de la cama para abrazarse sus piernas. -¿No volveré... a dormir aquí? ¡¿No podré?!... Se notaba que comenzaba a ponerse nervioso por dicha noticia pero lo peor estaba por llegar, las palabras de Aizawa le dolieron mucho pero llevaban un gran peso y razón. Se mordió el labio inferior mientras veía a su dueño y al final se acercó a el para frotar su cabeza contra la mano del mismo, aún apenado pero con una decisión tomada. - V-vale... Yo... lo... lo haré... Para alguien a quien le daban pánico las relaciones con otros estudiantes, el hecho de dormir en una residencia junto al resto era prácticamente un suicidio, pero estaba a su vez decidido a no decepcionar a Aizawa, el único motivo por el que aceptó meterse de lleno en la boca del lobo. Después de todo aquello miró por la ventana y se dio cuenta de que ya era muy tarde lo que lo hizo preocuparse. -¡La... la cena!... Voy ahora mismo a hacerla, lo siento mucho....

Tan inmersa en mi propia miseria estaba, que ni las palabras de aliento de Eru ni la concienzuda exposición de Sora fueron suficientes para hacerme reaccionar por fuera, aunque algo de ellas sí que resonaba en mi interior y continuaría haciéndolo. Al igual que una llama moribunda, irónicamente, luego de la traumática vivencia que nos significó el encontrarnos con aquel grupo de villanos tendría que luchar mucho para poder volver a estabilizarme, a mirar hacia el futuro con esperanzas y hacia mis compañeros con la seguridad de no ser un estorbo para ellos, o peor aún, un peligro, sin embargo el solo hecho de que existiera esa posibilidad era algo de lo que tendría que sostenerme de ahora en más.

Ojalá las “llamas” de cada uno de los presentes estuvieran ardiendo con más fuerza…

Tras el discurso del director y pasar gracias a Aizawa-sensei por la jungla mediática, a falta de un familiar que estuviera ahí para recogerme simplemente salí acompañada por la escolta que me asignaron, despidiéndome con la mirada de mis compañeros.

Ya dentro del vehículo mi disposición continuó más o menos igual, siendo que la presencia del dragón negro a mi lado me ayudaba a sentirme más segura, eso no se podía negar, pero eso solucionaba solo uno de mis problemas.

— No, no estoy bien — por educación contesté, aunque con sequedad, dejando salir solo un hilillo de voz y sin mirar directamente al mayor; si bien comprendía que estaba preocupado por mí, simplemente no podía enseñarle una mejor cara o mostrarme más empática, era como si mi mente misma estuviera bloqueando esos aspectos, o al menos refundiéndolos tanto que daban la impresión de haber desaparecido.

La plática ajena era en si escuchada como un eco, lejana y sin peso… hasta que casualmente el profesor mencionó la situación de aquel al que añoraba. Solo con esas palabras me hizo al fin voltear y dedicarle una mirada directa al tiempo que una innegable luz se manifestaba en mis ojos, ahora temblorosos, reemplazando la vacua oscuridad que hasta momentos antes los llenaba. La mano sobre mi hombro me hizo estremecer.

Tras ser obligada a “volver” con una razón tan particular, las palabras ajenas tomaron mucho más sentido e importancia, mi atención ahora estaba fija, pues, y por el simple hecho de obtener esa noticia sobre Makuro podía considerar las cosas de manera aunque fuera solo un poco más optimista: dos o tres días no eran mucho comparados a creerlo perdido por siempre, y si encima era para devolverle lo que le habían robado pues mucho más que mejor.

— S-sensei… — me llevé ambas manos juntas a la altura de mi pecho, como rogando, a la par que de mis ojos comenzaban a desbordarse lágrimas agridulces, de incertidumbre pero también de esperanza, de determinación que se renueva pero también de miedo; me sabía débil, inexperta, proclive al error pero... no me podía quedar así. Si bien Makuro era la base de mi impulso, depender solo de él a este punto era una mentira de mi parte, pues estaban también Ao que se expuso tanto para ayudarme, Eby, Eru… incluso Aizawa-sensei y sus palabras que eran duras pero verdaderas, eso sin contar al resto de mis compañeros ¿cómo podía haberlos olvidado?

Claro que a pesar de aquella epifanía de certeza no me iba a recuperar de un momento a otro, ya que había heridas dentro de mí que todavía esperaban cicatrizar, de nuevo, no obstante mientras progresaba la plática del dragón fui sintiendo la fuerza para al menos dar el primer paso hacia adelante…

— Él es… una de las personas más importantes para mi — al fin contesté, levemente ruborizada — Quiero protegerlo, alejar a los que quieran hacerle daño… pero no solo de él, de todos — según hablaba en mi voz se fue haciendo obvio un estremecimiento, mi mirada se centró en el hombre frente a mi — q-quiero se fuerte pero no sé cómo superar mis propios límites, no sé cómo ser una ayuda y no un estorbo, un peligro… — honesta y emotivamente reconocí — q-quiero… ¡quiero ser una heroína! — y a pesar de lo que pudiera pensarse, la forma en que menté eso último fue por mucho más lastimera que determinada, pero no por ello era mentira…

Sora estuvo tensa en los primeros instantes, pero luego suspiró aliviada.

-Menos mal...creí que vendrías a darme la charla junto con mamá.  -sonrió levemente- No tenías que venir hasta aquí, pero gracias. Normalmente prefiero acompañar a alguien a casa, pero hoy todos se van acompañados.

Se dedicó a relajarse un poco el resto del viaje, asegurando a su padre que estaba perfectamente. De hecho, era de los pocos que no habían recibido un rasguño. Al llegar a casa abrazó con fuerza a su madre y le sonrió.

-Estoy totalmente bien, en serio -le aseguró- Y ya estoy aquí, tranquila....estoy bien.

Le dedicó una sonrisa para subirle un poco los ánimos, y le observó marcharse de momento. Entonces, escuchó atentamente a su padre, y no tardó nada en responder.

-Mis metas no han cambiado, papá -respondio con firmeza, observandole con calma- Definitivamente quiero traerte orgullo, pero también es lo que quiero hacer, no lo dudes. Solo...estoy algo molesta conmigo misma. Si tan solo ya hubiese tenido un super movimiento podría haber prevenido que otros salieran heridos. Créeme...algunos de mis compañeros no salieron nada bien parados...yo...definitivamente voy a dormir donde me indiquen, pero en los días previos a eso quisiera entrenar en todo mi tiempo libre. Quiero ser una heroína profesional para que la gente salga lo menos herida posible.

Por supuesto, Joshua te recibió con los brazos abiertos, abrazándote fuertemente contra su pecho con cuidado de no terminar hundiendo las manos en tu cuerpo, acariciando suavemente tu cabeza en un intento de consolarte mientras te desahogabas sobre su pecho...

-Eby... -tras escuchar todo lo que dijiste, el anciano mostró una muy leve sonrisa. -. No dudo en que algún día cumplirás con tus objetivos, pero hasta entonces... Debes saber que porque vas a la academia: tu, al igual que todos tus compañeros, tienes un sueño que deseas conseguir, un sueño para hacer del mundo uno mejor, un sueño por el que te esforzarás todo lo posible... Pero aún son jóvenes, son débiles y no están acostumbrados a estas duras experiencias... Por eso son compañeros, para ayudarse entre si a superar sus debilidades y conseguir sus metas. Si ellos ahora te protegen, es porque están seguros, al igual que yo, que en un futuro tu nos podrás proteger a todos... -dijo con toda honestidad y una amplia sonrisa, abrazándote nuevamente y consolándote todo lo que fuese necesario. -. Serás una heroína, Eby...

Luego de aquella cena, ambos pudieron ir a descansar y culminar aquella noche de una buena manera...

Por supuesto, Aizawa mantuvo su aptitud neutral al ver como reaccionabas ante aquella noticia y como empezabas a darte cuenta de las cosas, sabiendo que tenía que ser duro para hacer que le escuchases y te dieses cuenta de que no eran tan malo como parecía... Si él quería que fueses duro y siguieses adelante él también tenía que serlo, así había sido siempre...

-Se que lo harás, Eru... Lo se... -dijo una vez regresaste a él, acariciando tus orejas suavemente antes de, al igual que tu, quedarse un rato viendo por la ventana hasta que te percataste de que era momento de hacer la comida. -. Hmph... -te dio unas últimas caricias sobre la cabeza antes de permitir que te fueses a la cocina, tomando su lugar frente al computador a la espera de que preparases todo.

En aquella noche pudieron disfrutar de una buena comida, así como otro rato juntos antes de que les tocase descansar: parecía que mañana seria un día largo, y hasta Eraser prefería dormir temprano para estar listo para todo lo que tendría que hacer el día siguiente...

Así pues, ambos acabaron tumbados en la cama, con Aizawa abrazándote desde atrás en tu forma humana, algo bastante inusual, pero que ambos preferían siendo que no sabrían cuando seria la próxima vez que podrías pasar la noche allí...

No hubieron palabras, no hubieron mimos: aquella posición de abrazo seria suficiente para que el profesor estuviese cómodo y decidiese dormirse de aquella forma, dándole un poco igual si luego querías tomar tu forma de gato, aunque si no había esperado a que la tomases antes de acostarse habría sido por algo...

 Entendiendo tu situación desde el primer momento, el profesor se tomó su tiempo para explicarte todo y que lo fueses pensando con tranquilidad, pues lo último que quería en ese momento era presionarte...

 Aunque en su momento mantuvo una aptitud seria y neutral, al escuchar como expresabas lo que sentías en tu interior, por más que te pudiese doler, Black Dragón no pudo evitar mostrar una amplia sonrisa de emoción.

 -¡Y lo serás, Saori! -declaró bastante seguro. -. No tiene nada de malo tener miedo. Los verdaderos héroes siempre tienen miedo... ¡Pero viven con él y lo superan por los demás! Y se que con el tiempo tu también podrás hacerlo... -así pues, Black Dragón mostró su puño delante de ti de manera decidida, ampliando su sonrisa. -. Confía en ti misma, y empieza sonriendo por aquellos que no pueden: demuestrate a ti misma y al resto que puedes mantenerte en pie antes las adversidades. De esa manera, cuando visites a tu amigo, podrá ver tu radiante sonrisa que le motivará a seguir adelante, a él y todos los demás... -entonces, el profesor se separó un poco para mirar al frente, mostrando su mejor sonrisa hacia ninguna parte en específico. -. Yo te apoyaré, Saori: superemos todos juntos las adversidades con nuestra mejor sonrisa...

 De esa manera terminaron dejándote en tu casa, lugar donde tus familiares correrían a recibirte preocupados: era cierto que no tenias una relación muy fuerte con ellos, pero se preocupaban lo suficiente por ti. Te apoyaron en todo lo que necesitases durante la noche, y cuando finalmente había llegado el momento de dormir, no podías pensar en otra cosa que en la manera en la que te vería Makuro cuando le pudieses visitar... En lo que tenías que hacer para mostrarle tu mejor lado de ti cuando finalmente se reencontrasen...

 -Sabes que si no venía yo, lo haría tu madre, y prefiero evitarte la charla de camino a casa cuando es seguro que te a dará una vez lleguemos... Y yo tendré que apoyarla -añadió un tanto más relajado y bromista.

 Más una vez en la casa volvió a adoptar aquella aptitud seria, siendo que estaba muy interesado en escuchar tu respuesta a aquel asunto que podía marcar un cambio en tu vida y, por supuesto, en las suyas...

 -Entiendo como te sientes, hija, pero no debes explotarte... Aprovecha la noche y parte del día de mañana para descansar y relajarte, disfrutar un poco de la tranquilidad y olvidarte un poco de lo sucedido... Luego, usa todas esas emociones que acabas de vivir para motivarte a superarte. No dudo en que algún día podrás proteger a todos a tu alcance, pero hasta entonces... Te apoyaré en todos tus proyectos de superación, sabes que siempre será así... -ya un poco más calmado, coloco suavemente una mano sobre tu cabeza antes de dedicarte una sonrisa. -. Vamos, sabes lo terrible que quedará la bebida si dejamos a mamá nerviosa sola en la cocina...

 El resto de la noche transcurrió como te lo esperabas: tu madre te lanzaba pregunta tras pregunta, tu padre intentaba apoyarla intentando que no pareciese muy obvio que lo hacía para que se calmase, pudiste pisar la tranquilidad de tu habitación y, finalmente, disponerte a descansar... Era difícil admitirlo, pero tu padre tenía razón en que te merecías un descanso a pesar de no haber sido afectada por el combate como otros...

 Aquel había sido un día que nadie olvidaría: las noticias hablarían durante horas y horas sobre el "accidente" en la U.A. que puso en peligro a los alumnos de la clase A de héroes, aunque no hacía falta ver al futuro para saber que aquella noticia seguiría recorriendo los noticieros durante días...

 Tal como ya muchos habían sido avisados, el director anunció un proyecto que permitiría a los estudiantes seguir sus estudios desde unas residencias creadas en el territorio de la U.A. para mantenerles siempre lo más cerca posible de los profesores. Así pues, se dijo que unos profesores se encargarían de llevar a cabo los protocolos requeridos para que cada estudiante, sus familiares responsables, decidiesen si querían continuar por el camino que habían escogido luego de lo sucedido: eso si, el director de la U.A. no se corto en ningún momento al asegurar que no permitiría que los villanos se saliesen con la suya, asegurando que allí se seguirían formando los pro-héroe de la siguiente generación...

 Finalmente, unos después de otros, todos se fueron a dormir, esperando que el día siguiente fuese un día de buenas noticias que les ayudase a seguir adelante... Pero lo que nadie sabía era lo que sucedía en alguna otra parte de la ciudad.

 En un lugar oculto de las autoridades o el público en general, tres figuras se reunían nuevamente, esta vez sin poder gozar de la presencia de aquel hombre de rostro vendado...

 -Izanagi-sama gastó muchas energías en el evento de hoy... -explicó un chico albino quién en la última reunión se había mantenido al margen. -. Mor, Sakura, recordad que aunque no esté aquí en su forma más presentable, puede vernos y escucharnos, y puede entender como nos sentimos respecto a lo sucedido... Pero nada que pueda pasar detendra nuestros planes...

 Aquel chico albino, que era el único que hablaba en aquel grupo de tres conformado por un hombre musculoso, una chica con un bambu en la boca, y su persona, avanzó por aquella oscura habitación hasta llegar al centro de esta, donde pudo poner su mano sobre un enorme cubo de cristal que resguardaba en su interior altas cantidades de agua, así como distintos tubos y cables que entraban por arriba para conectarse a quién estaba flotando dentro...

 -Este solo es el comienzo para nosotros... -hablaba el albino, sabiendo que sus dos acompañantes no responderían nada. -. Primero la ciudad, y luego todo Japón sera el lugar que siempre hemos deseado... ¿No es así... Izanagi-sama...?