Partida Rol por web

Bon sang ne saurait mentir [Chapitres 1 et 2]

Chapitre I: Le Service

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08/12/2017, 09:52
Paul Guilhem

Ha llegado tarde. Maldición. La Bestia que se agita bajo su piel siente su frustración y empuja un poco, esperando aprovecharse de su debilidad. Paul no le concede terreno; mira a todo el mundo presente y procede a hacer una inclinación.

Je vous prie d'excuser mon retard— pronuncia Paul con sinceridad, dirigiéndose al hombre de piel y oscura y luego, con la mirada, a las tres mujeres presentes —. El tráfico me ha sorprendido.

Mientras pronuncia esas palabras, las contempla. Una niña y dos mujeres muy atractivas. ¿Formarán parte de algún concilio que debe decidir su Service? Seguro que el retraso no le ayuda en absoluto. O quizá sean Neonatas como él. Fiona dijo que ella había tenido que colaborar con otros; que le Service se empleaba para demostrar que un vampirepodría trabajar por el bien de la Secta. Sí, eso también tendría sentido. 

El hombre negro le confirma sus sospechas cuando le indica dónde debe situarse.

Paul Guilhem, de la sangre de mi señora Fiona Leveque— confirma Paul.

Se coloca de inmediato, con docilidad, donde el hombre le indica. Aguarda en silencio, escuchando las indicaciones como si llevara ahí todo el tiempo. La mujer más atractiva hace un resumen interesante. "Ir, volver e informar". Ella y la niña hacen más preguntas, y Paul se limita a prestar atención. Es como el briefing de cualquier trabajo que hiciera en el pasado, sólo que más sombrío, más elegante y con muertos vivientes. La vie en rose

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09/12/2017, 02:03
Eshe

Primero, el anfitrión respondió a la pregunta de Clemence. -La naturaleza de vuestro pago la discutiréis con Dame Blandine en su momento, y dependerá, no solamente de si cumplís vuestra labor, sino de cómo lo hacéis. Sed cuidadosos, y Madame le Prince os recompensará proporcionalmente- explica desapasionadamente. Había un tono de obviedad en sus palabras, sutil pero directo, aunque su rostro mantenía la inexpresividad protocolaria con que había mantenido aquella breve reunión informativa desde el inicio, y aún durante la interrupción por la llegada de Paul con retraso.

Luego mira a la niña, para responder sus preguntas. -Vuestros sires deben haberos educado suficientemente en el significado de "razonable" entre los vástagos. Debéis preservar las tradiciones y debéis evitar cualquier incidente que afecte las relaciones entre el barón y dame Blandine. Si Malabeste presenta una queja formal por vuestro comportamiento ante Madame le Prince, podéis estar seguros que el éxito de vuestro servicio quedará en entredicho. En cuanto a la información...- dice con absoluta normalidad mientras Raphaëlle interrumpe y responde por él. -... sabemos que involucra a un antiguo. Vuestro anfitrión no es ingenuo y seguramente sospechará de vuestras intenciones. Usad eso a vuestro favor- pero ahora está mirando a la rubia sin cambiar su expresión.

-No he dicho nada de espiar- dice repitiendo la palabra. -Iréis a verificar-Y enfatiza el términoque Malabeste se acoge a los términos del acuerdo y él está enterado. Os he dicho que debéis ser prudentes y mesurados, pero ciertamente la discreción podría estar muy por encima de vuestras capacidades, por lo que no hace parte de lo que se os ha pedido. Directamente- corrige el hombre de forma automática, y repasando a cada uno de los presentes como si estuviese examinando vuestras reacciones, pero él mismo no parece cambiar su gesto. Luego vuelve a intervenir, esta vez de forma menos mecánica, pero no por eso menos protocolaria.

-Os recuerdo que el objetivo del Service es evaluar que estáis dispuestos a trabajar por el bien de la Camarilla cuando es necesario. Y que la cooperación y el trabajo en equipo con otros vástagos es fundamental. El éxito de vuestra labor, será el éxito de vuestra cuadrilla, y el fracaso de uno de vosotros será el fracaso colectivo. No habrá consideraciones individuales cuando se evalúen vuestros resultados: O ganaréis todos el derecho a presentaros, o tendréis que esperar hasta que vuestra educación logre subsanar las falencias y carencias de vuestro carácter.- dice, sin mirar a nadie en especial, enunciando con especial atención. -Madame le Prince, Monsieur le Sénéchal, la primogenitura y vuestros sires estarán atentos a vuestro progreso y esperan un desenlace positivo. No les decepcionéis- concluye finalmente. Lleva las manos hacia atrás, en silencio, como esperando por si había alguna pregunta final.

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09/12/2017, 02:42
Red de Locura Malkavian

En tu cabeza resuena un eco. Lo has escuchado antes, siempre ha estado allí, pero necesitas concentrarte para poder entender lo que dicen sus embrollados murmullos, como un ratón en los rincones de tu mente, más allá de lo que puedes acceder o comprender de manera naturalmente. Viene y va, a veces el silencio es lo único que escuchas, a veces ruido, lejano y distance, y a veces palabras inconexas. Pero esta vez hay una frase, una frase que llega justo cuando Eshe acaba su última frase.

-L'ambition vous surveille de très près- 

La voz y el tono son irreconocibles, mujer u hombre, es imposible de decir. Las palabras parecen existir independientemente del remitente, pero sabes que son para ti, porque llegan con claridad y tocan a tus propios pensamientos como algo ajeno y externo que, extrañamente, estás segura de no haber imaginado tú.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Per+Tiempo Malk

Tirada: 7d10

Dificultad: 6+

Resultado: 8, 5, 1, 10, 2, 5, 9 (Suma: 40)

Exitos: 3

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11/12/2017, 03:23
Mireille Bettencourt-Dumah

En algún lugar cercano al estómago de Mireille, empieza a nacer un pequeño fastidio porque el recién llegado no devuelva su sonrisa y ni siquiera parezca haber percibido su presencia. ¿Acaso no es su apariencia parfait, como una preciosa muñequita? ¿Le faltan las curvas de la morena preciosa a la que ya nunca podrá parecerse para llamar su atención? La niña siente entonces una envidia que no le es ajena, pero sí que resulta inoportuna, la envidia por una vida que la ha dejado a medio camino, atascada en un punto que se le queda pequeño. 

Baja la mirada cuando Eshe la reprende, con actitud contrita, aunque la respuesta del hombre no ha resuelto su duda en realidad. Mireille está más acostumbrada a los elogios que a las reprimendas y se promete en ese momento que guardará silencio hasta que se pongan en marcha. Así que permanece con su mejor sonrisa de bailarina en los labios y la espalda recta, escuchando cómo el hombre también riñe a la mujer rubia. 

Hay, sin embargo, algo en el discurso del hombre que hace que se frunza el ceño de la niña, cuando explica que éxitos y fracasos serán comunes, anulando cualquier evaluación individual. Ella quería ser mejor que sus compañeros, pero si su excelencia depende de la de ellos... ¿dónde quedará su mérito? Los mira uno a uno mientras Eshe termina de hablar. Primero al chico, con una mirada que vuela rápido hacia la rubia y allí se detiene un poco más antes de pasar a la morena. Al menos le gustan los que serán sus acompañantes. Y son cuatro, suficientes para que todo salga bien. 

Es en esa contemplación cuando del murmullo constante de su nuca toma presencia una voz para susurrar directamente en su cabeza. La niña ladea un poco el rostro para escuchar mejor cada una de las palabras, y sus bucles rubios acarician su hombro en ese gesto. Se ha acostumbrado a las voces, incluso se siente agradecida por tenerlas junto a ella. A veces sólo murmuran, pero otras, la guían y enseñan. 

Cuando la voz termina de hablar, ella endereza su cuello y sonríe como si guardase un secreto. Apoya ambas manos en el asiento, a cada lado de su cuerpo, con cierta impaciencia por ponerse en marcha ahora que ya les han dado toda la información. Sus ojos azules buscan una vez más al chico —«Paul», se dice a sí misma, pronunciando despacio el nombre en su mente— y sus labios se curvan en una sonrisa. 

—Vienes en el coche con nosotras, ¿verdad? —ofrece con ojos brillantes porque de pronto hay algo más emocionante que la moto de Raphaëlle—. Chloé nos lleva.

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11/12/2017, 03:49
Mireille Bettencourt-Dumah

La pequeña baja la mirada cuando Eshe la reprende, con actitud contrita, aunque la respuesta del hombre no ha resuelto su duda en realidad. Mireille está más acostumbrada a los elogios que a las reprimendas y se promete en ese momento que guardará silencio hasta que se pongan en marcha. Así que permanece con su mejor sonrisa en los labios y la espalda recta, escuchando cómo el hombre también riñe a la mujer rubia. 

Hay, sin embargo, algo en el discurso del hombre que hace que se frunza el ceño de la niña, cuando explica que éxitos y fracasos serán comunes, anulando cualquier evaluación individual. No se queja en voz alta, pero en ese momento sus ojos empiezan a pasar por sus compañeros y los mira uno a uno mientras Eshe termina de hablar. Primero al chico, con una mirada que vuela rápido hacia la rubia y allí se detiene un poco más antes de pasar a la morena. Finalmente no parece disgustada con lo que ve. Al menos le gustan los que serán sus acompañantes. Y son cuatro, suficientes para que todo salga bien. 

Es en esa contemplación cuando de repente la niña ladea un poco el rostro y sus bucles rubios acarician su hombro en ese gesto. Apenas un instante, enseguida endereza su cuello y sonríe como si guardase un secreto. Apoya ambas manos en el asiento, a cada lado de su cuerpo, con cierta impaciencia por ponerse en marcha ahora que ya les han dado toda la información. Sus ojos azules buscan una vez más al chico y sus labios se curvan en una sonrisa. 

—Vienes en el coche con nosotras, n'est-ce pas? —ofrece con ojos brillantes porque de pronto hay algo más emocionante que la moto de Raphaëlle—. Chloé nos lleva.

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13/12/2017, 19:03
Clemence Belloux

Se esfuerza por no poner los ojos en blanco cuando Eshe elude a cómo les pagarán. Algo le dice a que hagan lo que hagan no será pagado justamente, porque seguramente tendrán que hacer más que ir, mirar y volver. Nada era proporcional, nunca, siempre alguien sacaba ventaja de otro alguien. Clemence sabía esto muy bien porque hasta hace no tanto la que sacaba ese suplemento siempre era ella. Que ignorante e inocente había sido.

No se ríe, ni mira a la rubia cuando es regañada. Piensa que incluso que aquel hombre le diga que no es discreta es un insulto demasiado sutil para que lo capte. La discreción siempre era importante, algo que había que ejercer ahora que debían proteger la Mascarada. No sería ella la que viera el sol si las cosas se torcían, o peor, que la dejaran en manos de Valérie. Hace una mueca casi imperceptible ante este pensamiento. Si había algo peor que Richard en vida era Valérie en no-vida.

Nada de vergüenza al clan, no quiero saber qué me pasará en ese caso... Habrá que echar un ojo a la rubia, trop sauvage.

-Todo claro…- dice sin mucha pasión en sus palabras y tratando de esconder la desgana. –Intentaremos ser lo más discretos posibles, ni vu ni connu- mira al resto y decide levantarse.

Parece que en el viaje podría conocer al recién llegado y a la niña. La rubia salvaje ha decidido ir por su lado. Espera que no acabe perdida, porque Clemence no pensaba buscarla ni poner cartelitos para dar con ella. No, ahora era problema de su sire, como ella era problema de su clan si se metía dónde o quién no debía.

-Alors… On-y va?- mira a sus compañeros.

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13/12/2017, 19:34
Paul Guilhem
Sólo para el director

Paul escucha con las manos cogidas detrás de la espalda. Pagos, están hablando de pagos. Él tenía entendido que el pago era la inclusión, el derecho de existir. ¿Qué necesidad hay de regatear? Una vez incluidos en la Estirpe, podrán extender su influencia y acaparar tanto dinero como quieran. Les están dando la oportunidad de formar parte de la Camarilla, ¿cuál es la alternativa? ¿Quién presenta una oferta mejor?

Mantiene el gesto imperturbable mientras el hombre negro se explaya en la naturaleza... quirúrgica de la operación. No dice nada. No es nada nuevo para él. Oír, ver, callar y ser discretos con cualquier tipo de violencia. Una misión de manual para él.

Cuando hace alusión a le Service, al significado real de la prueba, a todo lo que hay detrás, se permite asentir con la cabeza. Quiere dejar muy claro de que lo entiende.

No fallaremos —promete. Y se asegurará de ello. Su destino, su honor y el futuro de su familia, a la que dejó atrás para perseguir a los Amos Secretos, están en juego. No permitirá que nadie meta la pata —. Es un honor demostrar nuestra valía a Madame le Prince y a nuestros señores.

Se pone recto, refrenando el impulso de cuadrarse. Luego, sonríe a la niña. Es adorable, aunque sea un monstruo devorador de seres humanos. Repugnante y divina a partes iguales. Paul piensa en su propia hija... y tiene que forzar un poco su sonrisa.

Oui —asiente. Asume que Chloe será una de las presentes. Se ha perdido la presentación, así que evita preguntar algo que, asume, todos saben.

Al menos la mujer más atractiva parece tenerlo todo claro. Paul espera que sea uan aliada, alguien que le ayude a tirar del carro. Él sonríe, volviendo a asentir con la cabeza.

Allons-y.

Espera que puedan ponerle al corriente por el camino. 

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13/12/2017, 19:48
Paul Guilhem

Paul escucha con las manos cogidas detrás de la espalda. Mantiene el gesto imperturbable mientras el hombre negro se explaya en la naturaleza... quirúrgica de la operación. No dice nada. No es nada nuevo para él. Oír, ver, callar y ser discretos con cualquier tipo de violencia. 

Cuando hace alusión a le Service, al significado real de la prueba, a todo lo que hay detrás, se permite asentir con la cabeza. Quiere dejar muy claro de que lo entiende.

No fallaremos —promete. Y se asegurará de ello. Su destino, su honor y el futuro de su familia, a la que dejó atrás para perseguir a los Amos Secretos, están en juego. No permitirá que nadie meta la pata —. Es un honor demostrar nuestra valía a Madame le Prince y a nuestros señores.

Se pone recto. Luego, sonríe a la niña.

Oui —asiente. Asume que Chloe será una de las presentes. Se ha perdido la presentación, así que evita preguntar algo que, asume, todos saben.

La mujer de piel morena parece darlo todo por acabado. Perfecto por él. Espera que puedan ponerle al corriente por el camino. Se vuelve hacia ella, y hace otro asentimiento con la cabeza.

—Allons-y.

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15/12/2017, 12:57
Raphaëlle Lefevre

Raphaelle escuchó el discurso autoritario y lleno de tópicos de Esher. Estaba harta de esos señores de los vampiros que encima se creían humanos y se habían asignado la defensa de la humanidad mientras se aprovechaban de ella. Como el maldito Donald Trump, erigiéndose como defensor de los pobres mientras su industria se alimentaba de ellos y el sistema los aplastaba anulando sus pobres coberturas sociales.

Más señores deshumanizados gobernando desde sus torres de marfil al más puro estilo de la burgesía ilustrada. Por el pueblo pero sin el pueblo. Porque claro, el pueblo era idiota.

Asintió ante las últimas instrucciones. No tenían que espiar, pero claro querían saber a quien habían pillado con la mierda en las manos de la forma más sutil posible. A saber que obscenidad había descubierto Malabeste sobre alguno de los antiguos. Y lo peor de qué forma esperaba Blandine y sus lacayos que descubrieran algo de ello.

- Bien entonces partamos cuanto antes. Cada hora que pasa es tiempo que perdemos para cumplir le service. Supongo que nuestra palabra no valdrá una mierda así que será mejor llevarse una cámara o algo por si hay que documentar las transgresiones. Y una grabadora por si las cosas se van de madre.

Toma su mobil, lo comprueba y sonríe.

- Todo listo, voy tirando para pillar la moto. Nos vemos en la Plaçe de la Gare, en Villefranche.

Sin más formulismos hace una reverencia a Eshe y se despide de sus compañeros con un gesto de sus dedos dirigidos desde su frente.

- On se voit là – Dice al tiempo que se pone su chaqueta vaquera y sale por las puertas. Se dirige a su casa para pillar su moto y dirigirse lo más rápido posible al pueblecito francés.

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16/12/2017, 02:46
Narración

Sin más que discutir, Eshe abre la puerta y en su formal mutismo, espera vuestra salida de regreso al vestíbulo principal. Raphaëlle por delante, con más prisa que el resto de la comitiva, que va encabezada por Clemence, mientras Paul sale con Mireille a su lado. Justo allí los esperan el hombrecillo que les había abierto la puerta, la mujer que había llegado con la niña vampiro y una tercera persona, una mujer que sólo uno de vosotros reconoce. Una mujer de cerca de treinta años, cabello negro y aire serio, sus ojos negros revelan cierta vitalidad, y sus rasgos faciales son menos delgados que los de la otra mujer, siendo algo más alta que ella también, y con un cuerpo más curvilíneo. Está vestida de manera que mezcla lo formal y lo informal, un suéter negro y unos pantalones marrones. Cuando aparecéis, también ella voltea a veros inmediatamente.

Agathe Pelletier

La primera mujer, Chloé, da varios pasos largos hasta llegar junto a Mireille, ignorando a todos a su alrededor, y flexiona las rodillas para estar a su altura, sonriendo nerviosa e impacientemente. -Alors, comment c'est passé?- dice con un tono entre maternal y angustiado, cortándole la marcha a la pequeña. Paul, quien caminaba a su lado, continúa hasta quedar frente a la morena, quien no sonríe o comenta, sólo asiente y espera a que él por iniciativa propia de el primer comentario. Hay una complicidad entre los dos, que va más allá del obvio hecho de que ella ha venido acompañándole a él, muy probablemente en la misma condición que Chloé lo hace con Mireille.

En la puerta, está Raphaëlle impaciente, mientras el hombrecillo nervioso abre la puerta torpemente y se apresura a bajar las escaleras para abrir la reja que da al exterior. Y mientras tanto, estáis los cuatro vástagos y vuestros acompañantes finalmente lejos de la mirada y las ataduras protocolarias que la presencia de Eshe parecía requerir, ya que se ha quedado en el otro cuarto y ha cerrado de manera poco ceremoniosa la puerta tras de vosotros, musitando un "Buena suerte" de forma mecánica, pero con un volumen más que suficiente para que podáis escucharlo. Lo único que todavía rige de forma tácita, son las leyes del Elíseo, que bien sabéis, cada uno a vuestra manera, deben ser respetadas de forma absoluta, más aún cuando todavía no sois neonatos en toda regla y que en el caso de una transgresión, no solamente vuestros nombres quedarían en entredicho, sino el de vuestros sires, mentores y clanes. Al menos para aquellos entre vosotros que dais importancia a eso.

El sonido de las llaves y los ecos férreos de la reja abriéndose os indican que sois libres de salir de allí. A aquel lugar cuyo aroma parece una mezcla de incienso y madera, y cuyo silencio pacífico esconde la presencia de las criaturas que, desde las sombras, ejercen su influencia sobre la ciudad...

Notas de juego

Pues, aquí decidís que hacer. Si os separáis (como será el caso de algunos), mensajes sólo para el director. Si os váis en grupo y a planear cosas, pues mensajes para los interesados.

 

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16/12/2017, 20:23
Mireille Bettencourt-Dumah

En cuanto ve que van a ponerse en marcha Mireille se baja de la silla y al pasar por delante de Eshe pinza ambos lados de su falda para hacer una reverencia con la espalda recta. 

Au revoir, monsieur Eshese despide conteniendo su impaciencia en una sonrisa nerviosa antes de salir. 

Cuando sale no llega a despedirse de la mujer rubia, pero contempla su espalda un instante mientras se va apurada. Ya en el vestíbulo sus ojos observan con el descaro de una curiosidad infantil a la mujer que espera allí con Chloé, aunque enseguida esta última tapa su visión con su cuerpo. Le sonríe y asiente firmemente con la cabeza. 

Tres bien, je crois —responde convencida pero antes de seguir hablando ladea la cabeza para esquivar con la mirada a Chloé y echar un vistazo al chico y a la mujer que le acompaña. Sólo un instante y endereza su postura para añadir algo más—. Pero aún tengo que ir a Villefranche a hacer algunas cosas con ellos. Les he dicho que tú nos llevas en tu coche. Te parece bien, n'est-ce pas? —Habla como si ni siquiera existiese la posibilidad de que a la mujer se oponga y le enseña el mapa que tiene en la mano—. Mira. Es aquí. —Deja que ella mire el mapa si quiere, pero no llega a soltarlo—. Ve a por el coche y nos recoges en la puerta, s'il te plaît.

Coge el abrigo rojo de manos de la mujer y, sin esperar confirmación alguna por su parte, se acerca a Paul y su acompañante. Espera por un momento tras él, pero enseguida da un pasito más y tira de su manga para llamar su atención.

—Hola —dice, con una amplia sonrisa como toda disculpa para interrumpir—. Soy Mireille, no estabais cuando nos presentamos antes. —Dobla un poco sus rodillas al decir su nombre, pero enseguida mira a la mujer—. ¿Tú también vienes? ¿Cómo te llamas? 

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20/12/2017, 17:55
Paul Guilhem
Sólo para el director

Paul sale en silencio, manteniendo el paso de la niña vestida de rojo. Apenas le da tiempo a hacer una breve inclinación ante el hombre llamado Eshe antes de que se marche. Una reunión formal sin ceremonias. Tiene sentido. Las ceremonias vendrán después.

La rubia que ha salido antes le preocupa. Parece muy inestable. No está muy seguro sobre el asunto de las cámaras. Él pertenece a los Sangre Azul, al linaje de Fiona Leveque. Por supuesto, confía en que su palabra valga algo. Tal vez ella no tiene el respaldo de alguien tan honorable. Pero bueno, es lo que tiene no ser Ventrue.

Al salir se encuentra con el rostro conocido de Agathe. Le sonríe. Espera que no sea impropio. Se acerca a ella, desmarcándose un momento de la niña. Se encoge de hombros cuando llega a la altura de su... de la ghoul de Fiona.

Facile —le dice en voz baja—. No me he enterado de todo, pero parece que es una especie de escolta o de misión diplomática. Mejor evitar complicaciones, ¿oui? 

Nada de armas ni de cosas que llamen la atención. Si hace falta algún tipo de violencia, Paul está entrenado para conseguir herramientas de sobra.

Mientras dice esto, le llegan los inconfundibles sonidos de puertas abiertas, es el momento.

Souhaite moi bonne chance— pide a Agathe acentuando su sonrisa. En realidad no cree en la suerte, pero le gusta la camaradería.

Antes de poder separarse, siente un tirón en la manga. Se gira aún sonriente para mirar a la niña. Le inspira una gran ternura, pero sabe que no debe fiarse. Todos los Vástagos son peligrosos, y los que parecen inocentes pueden serlo aún más, porque es fácil subestimarlos. Aunque no se fíe de ella, elige ser amable. Es una labor grupal, una misión para todos. Esta niña engañosa es su compañera, y Paul nunca deja tirado a ningún compañero.

No te preocupes, ya habíamos terminado — dedica una breve mirada a Agathe, indicándole que puede marcharse si quiere —. Me he retrasado, sí, lo siento. Soy Paul Guilhem, chiquillo de mi señora Fiona Leveque, y hoy también debo cumplir mi Service. 

Paul hace una pequeña inclinación, bajando un poco los ojos.

Enchanté d'avoir fait votre connaissance, Mireille.

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20/12/2017, 18:14
Paul Guilhem

Paul sale en silencio, manteniendo el paso de la niña vestida de blanco. Apenas le da tiempo a hacer una breve inclinación ante el hombre llamado Eshe antes de que se marche. Una reunión formal sin ceremonias. Tiene sentido. Las ceremonias vendrán después.

Al salir se encuentra con el rostro conocido de Agathe. Le sonríe. Se acerca a ella, desmarcándose un momento de la niña.

Mientras charla con ella en voz baja, escucha abrirse las puertas. Es la hora.

Souhaite moi bonne chance— pide a Agathe acentuando su sonrisa. En realidad no cree en la suerte, pero le gusta la camaradería.

Antes de poder separarse, siente un tirón en la manga. Se gira aún sonriente para mirar a la niña.

No te preocupes, ya habíamos terminado — dedica una breve mirada a Agathe—. Me he retrasado, sí, lo siento. Soy Paul Guilhem, chiquillo de mi señora Fiona Leveque, y hoy también debo cumplir mi Service. 

Paul hace una pequeña inclinación, bajando un poco los ojos.

Enchanté d'avoir fait votre connaissance, Mireille.

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21/12/2017, 19:33
Clemence Belloux

Sale por donde vino, con porte y tratando de transmitir elegancia. Su despedida se torna con un leve gesto de mano. Si antes el mundo esperaba por ella, ahora no iba a ir a ninguna parte tardara lo que tardara. No por correr más llegaría antes y ahora no estaba sola. Mira a Raphaelle, que decide marcharse ya y sola. Sin cruzar palabras, sin planear, sin nada. El impulso era amigo del fracaso.

Chloé resulta ser la mujer que acompaña a la niña, humana diría Clemence y sabía que no debía tampoco fiarse de las apariencias. Ella había venido sin comité de bienvenida o despedida, tenía unas instrucciones claras y esas eran no ser una vergüenza para los suyos.

-Clemence- se presenta ante el resto, de nuevo. Sus ojos se posan ligeramente en la otra mujer, tratando de figurar su papel en todo esto. Luego vuelve a mirar a sus compañeros. Ese hombre no le sonaba, por lo que o no era de aquí, o no se movía en sus círculos.

Sonríe levemente al resto.

-Deberías marcharnos, la noche no es eterna. Par contre, diría de prestar cierta atención con nuestra compañera…- inclina levemente la cabeza hacia la calle y el exterior, refiriéndose a Raphaelle. –Quizás sus impulsos y modales nos hagan quedar en evidencia, o puedan meternos en aprietos, et on ne voudrait pas ça…- sugiere casi en voz alta para sí misma, porque es lo que pensaba y ahora debían cooperar todos. –Podemos seguir con la charla de camino a Villefranche, je pense que ça serait mieux.

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22/12/2017, 10:14
Raphaëlle Lefevre
Sólo para el director

Raphaelle se esperó a que abrieran las puertas de su jaula de oro. Se sentía usada, encerrada y manipulada. Algo estaba pasando, la príncipe estaba haciendo movimientos en contra de los anarquistas caídos, y por su parte ese tal Malabeste había conseguido desenterrar los trapos sucios de los títeres de madame Blandine.

Política y juegos de poder... Raphaelle se despidió con un gesto de su mano y se dirigió hacia su casa para pillar la moto. Estaba harta y apenas había empezado a sufrir el juego de influencia de los señores inmortales. Más preocupados en sus posesiones y sus luchas en las sombras que en utilizar sus dones para ayudar a la humanidad.

- Cerdos.- Dijo entre dientes al tiempo que usaba el transporte público para llegar a su domicilio.

Entonces sacó el móvil y tecleó un mensaje. No se atrevía a mantener una conversación, podría ser que aún la siguieran. Aunque por otro lado no le habían dado orden de no contarlo. Sonrió traviesa y marcó el número del líder anarquista.

- Eh, LeDuc, ya tengo las instrucciones de le service. La princesita nos manda a vigilar de cerca a un tal Malabest. Para ver que se cumplen los términos de su rendición. Sois un atajo de cobardes, pero en fin parece que ha conseguido información comprometedora sobre alguno de los antiguos de la camarilla. Su excelencia nos ha mandado averiguar el que. Pensé que tenías que saberlo, y todo los consejos que puedas darme de ese tal Malabest y del maldito ritual de humillación para que no nos maten bueno, soy todo oídos.

- Se dispuso a esperar a que contestara cuando interrumpió de nuevo.

 - ¡Ah! y el service lo haré con un vástago joven y rubio, una mujer estirada y con un palo metido por el culo, muy obediente con el status quo y una aberración, una muñeca de porcelana vampírica. Literalmente, algún enfermo decidió abrazar a una niña para tener una mascota inmortal. Si fracasa uno, fracasamos todos. Y pretende que demos parte de cualquier “irregularidad” ya me entiendes.

Llega a casa sujetando el móvil con una mano y abriendo con la otra. Toma la moto y espera a la respuesta del líder anarca.

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23/12/2017, 03:54
Narración

-Oui, bien sûr- responde Chloé a Mireille, aunque su expresión no parece reflejar exactamente alegría. Sin embargo no protesta, sino que observa a cada uno de los presentes. Observa el mapa luego y asiente comprendiendo. -Está bien- dice como única respuesta y no pone en duda la orden. Vuelve a ponerse en pie, busca seguramente algunas palabras de despedida, pero opta por no decir más, y sale por la puerta con paso rápido, mirando a atrás para buscar a Mireille una última vez.

Al mismo tiempo Agathe asiente y sólo cuando la pequeña interrumpe, le dedica una mirada. Parece a punto de responder, pero la orden y la reacción de Paul son suficientes para que desista de intervenir. Ella toca su hombro y le dice -Bonne chance. Estaré pendiente por si necesitas algo- ofrece. -Bonne soirée- dice y luego lo repite en voz alta para el resto de los presentes. -Bonne soirée- y comienza a salir, mientras sólo permanecéis los tres solos finalmente.

Vosotros os dirigís finalmente a la salida del edificio, para encontraros en la noche Lyonesa, calmada y lenta, el aire tiene un olor agradable y frío, y desde allí se ve la otra orilla del río iluminada y tranquila. La suave melodía de los murmullos de la gente y los coches llenan el antes predominante silencio. Cuando estáis afuera, el hombrecillo os desea una buena noche y cierra la reja, que con un sonido metálico y el tintineo de unas llaves, vuelve a separar los terrenos del Elíseo de la calle. Chloé tardará unos minutos en traer el coche, y tenéis un espacio suficientemente discreto en el antejardín para esperar y discutir de vuestros planes e impresiones sin que los oídos curiosos de los mortales puedan sondear vuestras palabras. A esta hora hay personas aún caminando, pero todos van distraídos, sumergidos en sus propios mundos, e indiferentes a vuestra presencia frente al Palais Archiepiscopal. Viéndolo bien, para cualquier observador exterior, los tres más bien parecéis una joven familia disfrutando de la noche y paseando por el Vieux Lyon, que un trío de Condenados a punto de embarcarse en un servicio para una sociedad secreta de quienes han dado forma a las pesadillas de la humanidad desde el origen de los tiempos.

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23/12/2017, 04:20
LeDuc

El camino de regreso tiene pocos traspiés. Hay algunos jóvenes de regreso a la Doua, la mayoría seguramente viven en las numerosas residencias universitarias del sector. Y en general la monotonía de la noche, junto con los mortales regresando contrasta con el peso de la labor que se te ha asignado y que existe en un mundo tan diferente, tan paralelo, a aquel en el que la mayoría de los humanos se mueven.

Llegando a casa decides marcarle finalmente al líder de los Anarquistas. Y sin más, comentarle de lo sucedido. Uno de los aspectos de LeDuc que demostraban que seguía aún algo anclado al pasado, era su incapacidad de usar móviles. Lucienne era quien manejaba los aspectos más modernos de su comunicación, pero él, él seguía utilizando una línea fija e intentar comunicarse directamente era similar a jugar una lotería. Aunque inclusos los hábitos del líder anarca parecían predecibles, su sangre Brujah, la misma que corría por tus venas, terminaban por empujarlo en más de una ocasión lejos de su refugio y sus dominios. Sin embargo, estabas de suerte, y en aquella noche, tras preguntar si estaba, te comunican con él. Sabes que tiene un interés especial por tu Service esta noche, y estás consciente que su esfuerzo había logrado que Blandine y la Primogenitura pasaran por alto la imprudencia de tu sire a cambio de tu introducción formal. Podía parecer que se hubiese doblegado, pero a ello le debías tu no-vida por ahora.

-¿Malabeste? Vaya, el barón de Villefranche. Supongo que visitarle es una mera formalidad- respondió con tranquilidad, inicialmente ajeno a la crudeza de tus palabras. -¿Un consejo? Moderar tu lenguaje Raphaëlle. Blandine aceptó a darte esta oportunidad, y no sólo está tu cabeza en juego, sino la de todos nosotros. Si les das una excusa, vamos a terminar lamentándolo. Espero que Lucienne te haya explicado detalladamente todo lo que está en juego.- dice con un tono paternalista de reproche. Sus actitudes hacia Madame Le Prince y en general la jerarquía en Lyon tendían a ser tibias, vivir y dejar vivir, y hasta el momento, según afirmaba él, había funcionado bastante bien. Lucienne discrepaba, pero tampoco podía ella sola oponerse a su sire.

-¿Información de algún antiguo? Eso es más interesante. Y tiene sentido, Malabeste es un Nosferatu, así que no me extraña. Pero si os han mandado a extraer detalles es que es alguien en un puesto importante. Te diré qué, trata de saber quién está en el centro de esta información. Con algo de suerte podemos ganar un aliado si tú y tus compañeros hacen un buen trabajo. Y Caín sabe qu'on en a besoin- y aunque el comentario parece venir con algo de tranquilidad, sabes que detrás se esconde el temor a perder el precario equilibrio que los Anarcas mantienen con relación al Principado. -Algo más. Se respetuosa. Malabeste es, al menos según recuerdo, un vástago de antigüedad. Estaba aquí desde antes de la revolución y probablemente más allá. Trata de comportarte adecuadamente. Y procura no comentar mucho con respecto a su aspecto.- sugiere. Sabes que los Nosferatu son horribles, que todos y cada uno de ellos han sido deformados por el abrazo, y aunque todavía no has visto uno personalmente, ninguno de los otros vástagos comenta cosas agradables con relación a su apariencia física.

Describes a tus compañeros y luego unos minutos pensativo, responde de nuevo. -Ninguno se me hace familiar, pero la niña... Ça c'est drôle- luego una pausa. -Un abrazo así no pasa desapercibido y sin embargo... bueno, me acabo de enterar por ti que hay alguien así en Lyon. Ten cuidado, no la subestimes, a pesar de su apariencia no debe ser ya una infante. Más si ha sobrevivido lo suficiente para pedir el derecho de Presentación.- añade finalmente. 

-Conténtales haciendo un buen trabajo. Así tendremos una cosa menos de qué preocuparnos- añade finalmente. Es difícil imaginar una época en la que LeDuc tuviese el temperamento de un rebelde, activamente oponiéndose a los ancianos de la Camarilla en el poder. Pero las historias que has escuchado cuentan como durante las protestas del 68 los Anarcas habían lanzado su ofensiva y como su derrota los había confinado a estancarse en sus dominios, a merced de la voluntad de Blandine, y con un liderazgo más preocupado por salvar su pellejo y el de los suyos, que por mantener el espíritu de su movimiento.

Notas de juego

Una cosa. En el futuro, declara tu intención cuando quieras comunicarte con otros Pnjs que tengan algún peso (como LeDuc, o similares). Que puedes intentar llamar, pero no hay garantía de que te vayan a contestar o mantener la conversación. Incluso por agilidad puedes hacer la pregunta en tu escena antes y te puedo decir que sucederá para tu respuesta sin necesidad de esperar dos semanas.

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29/12/2017, 03:33
Mireille Bettencourt-Dumah

El ceño de la niña se frunce con tres pequeñas arruguitas al ver que la mujer a la que se dirigía no responde sus preguntas. El que sí lo hace es el chico que ha llegado tarde y entonces ese breve instante de fastidio se torna en una sonrisa radiante sólo para él. 

—Oui, oui —dice, asintiendo de forma que sus cabellos oscilan en el recogido—. Lo dijiste dentro. —Le ofrece su mano y hace una pequeña inclinación con la cabeza, como ha visto en las películas que hacían las damitas de otros tiempos—. Enchantée aussi. 

Con la intervención de Clemence, Mireille la mira a ella con cierta curiosidad y no tarda en hacer caso de sus palabras y ponerse en marcha hacia el exterior. Se pone el abrigo antes de salir y luego se queda contemplando algunos segundos la verja que acaban de cerrar tras ellos, tras despedirse del hombre con una inclinación. 

Al girarse hacia sus dos acompañantes lo hace con un movimiento grácil. Está nerviosa y la Sed rasca insidiosa bajo su piel con sus exigencias, pero también está de buen humor. Après tout, esta noche es la gran noche que será el inicio de la libertad. Lleva tanto tiempo preparándose para ese momento que apenas puede creer que por fin ha llegado y la impaciencia va tomando poco a poco el lugar que antes ocupaba la expectación. 

Su mano se eleva por inercia, buscando la de Paul para encajar en ella al caminar, acostumbrada como está a ir acompañada de algún adulto. Sin embargo, sus ojos y sus pensamientos van siguiendo a la mujer y lo que dijo dentro. Apenas pasan algunos segundos antes de que capture con la otra mano uno de sus bucles y empiece a darle pequeños tirones, intentando de forma inconsciente soltarlo del recogido para poder mordisquear la punta. 

—¿Crees que ella podría ser un problema para nuestro Service? —pregunta finalmente, refiriéndose a Raphaëlle sin llegar a especificarlo—. Es muy importante que lo hagamos bien, n'est-ce pas?

Su mirada la deja a ella para elevarse en busca de la del chico y su sonrisa se amplía de nuevo. 

—Qu'en penses-tu, Paul?

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29/12/2017, 04:00
Mireille Bettencourt-Dumah

Mireille intenta parecer encantadora al pronunciar su nombre. «Paul». Después de que no pareciese ni verla en la sala con todos, la niña quiere llamar su atención. No tiene las curvas de la morena, ni el carácter fuerte de la rubia. Hay cosas con las que nunca va a poder competir y es dolorosamente consciente de ello. Pero seguro que es cien veces más dulce que cualquiera de ellas. Una perfecta muñequita, como siempre dice Stanislas. 

Se ha quedado con una leve sensación de inseguridad cuando un rato atrás él no le devolvió la sonrisa, así que decide poner en práctica las enseñanzas de Éléonore y concentra ese poder que contiene su sangre para intentar atrapar las miradas, la de él, principalmente. Aunque Mireille sabe que no es tan sencillo afectar siempre a quien una desea.

- Tiradas (1)

Motivo: Presencia 1

Tirada: 4d10

Dificultad: 7+

Resultado: 6, 4, 5, 2 (Suma: 17)

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29/12/2017, 09:46
Clemence Belloux

-Bonne soirée- repite de forma casi automática de vuelta a aquella mujer, mientras sale para fuera. Cuanto antes estuvieran allí, antes comprenderían la situación a la que se enfrentaban, o eso quería pensar.

Por fin salen hacia la calle y ella espera a que esa mujer traiga el coche. Frota con suavidad sus manos descubiertas, como reflejo del frío que podría haber tenido por esa temperatura tiempo atrás. Reflejo de lo que fue y nunca será. No lo echaba de menos y esas costumbres las perdería, por suerte.

Sus ojos se posan en Mireille y sus gestos infantiles y casi nerviosos. Parece darle vueltas a lo que dijo antes. Esboza una ligera sonrisa, pese a que sigue pensando que aquella niña nunca debió convertirse en lo que es. Ni siquiera ella que siempre le habían tachado de carecer de alma o escrúpulos lo habría hecho.

-Bien sûr, se espera de nosotros que sepamos comportarnos y actuar como es propio dentro de la Mascarada. Esa mujer no puede ni mostrar respeto en un sitio lleno de ojos que nos observan. Se comporta como un animal salvaje enjaulado, c’est la honte. Si nos piden disimular y ser discretos, no parece la mejor compañera para ello- expone a ambos vástagos con una pequeña negación.

-Elle va nous casser les couilles- añade levemente molesta y casi para ella. Decir ese tipo de palabras delante de una niña no le parecía lo más apropiado.

Luego mira expectante hacia Paul, que tampoco parecía ser hombre de muchas palabras.