Partida Rol por web

6:11 de la mañana.

El teléfono suena insistentemente hasta que consigue despertarte. Aun medio dormido, tardas un rato en identificar la voz al otro lado de la línea. Se trata de la capitana Regan. Te informa de que te esperan en el 34 de la calle Lime por un posible asesinato.

Les esperan en 15 minutos. La Agente Martínez les dará toda la información en la escena.

El 34 de la calle Lime es un edificio de tres alturas construido con ladrillo visto de barro cocido. La acera esta cortada por cintas policiales, y cuatro patrulleros lidian con los muchísimos curiosos que tratan de asomarse para ver que ocurre. Justo frente al edificio se encuentra la entrada de un colegio, y las docenas de padres que traen a sus hijos al colegio están comenzando a ponerse nerviosos ante la presencia policial.

La agente Martínez, trata de calmarlos, pero a la vista esta que no esta teniendo demasiado éxito.

El edificio cuenta con dos accesos, una pequeña puerta de jardin da al lateral del edificio y a unas escaleras que suben a la segunda y tercera planta, mientras que una puerta de roble permite el acceso a la primera planta desde la acera. La puerta esta abierta, y en el interior se ve una mesilla caida y un jarron roto.

Darrell llega volando cuando la gente está superando a la agente y utiliza el efecto para aterrizar al lado de Martínez: Por favor señores, ya les han dicho que no pueden pasar de la línea.

Me levanto como un resorte al escuchar el teléfono. Aunque mis palabras me hacen parecer despierto, mi cabeza está acabando de montar el puzzle de la realidad cuando escucho las palabras de la Capitana Doyle. De cualquier forma, capto lo esencial del mensaje y la dirección la apunto en la libreta que tengo siempre al lado de la cama, para estas ocasiones.

Me dirijo al cuarto de baño, me lavo los dientes y la cara. Me aseo lo justo y necesario y salgo por la puerta acabando de anudarme la corbata. Miro el reloj. Han pasado siete minutos y tardaré diez en llegar al lugar que me han indicado.

Cuando consigo sortear el tráfico convenientemente, llego justo para comprobar que Darell ya está allí y está intentado hacerse cargo de la situación. Observo la casa y sus amplios ventanales. La entrada principal, la lateral y los tres pisos de altura. Miro a la gente. Muchos niños se han vuelto medio locos diciendo no_sé_qué unos a otros sobre un hombre volador. Primero creo que puede ser algo relativo al caso, luego caigo en que Darrell ha llegado el primero y no veo su vehículo por allí. Se nota que aun estoy medio dormido.

Me acerco a Darrell y la que debe ser la agente Martínez. Parece que la agente se está viendo superada por la gente, pero Darrell está hablando a las masas, cosa que se le da bien. Me dirijo a la agente.

- ¿Agente Martínez? Soy el detective McGregor de la UIMDB. ¿Qué ha sucedido?

No recuerdo mucho de lo que ha pasado por la noche o mas bien puede que lo haya borrado, na estaba demasiado cansada con todo lo que ha pasado como para meterme en ningun lio.

Solo sacudo la cabeza y me doy una rapida ducha mientras se prepara el cafe en la cocina. Mientras desayuno llamo  a mi padre y le pido que venga a casa por enesima vez para que se ocupe de Nikola hoy, no he tenido mucho tiempo para el pobre, puede que termine llevandome a la comisaria solo para que se pueda desestresar mordiendo al teniente cuando vuelva de sus pequeñas vacaciones.

Me pongo unos vaqueros, una camiseta blanca, las deportivas y por fin saco la cazadora de cuero que me regalo mi cuñadita en mi ultimo cumpleaños y que no he usado nada mas que en contadas ocasiones.
Compruebo la pistola antes de ponerla en su funda y asegurarla bajo la chaqueta.
Cojo las llaves y salgo fuera mientras escucho como Nikola esta en el patio de atras persiguiendo a alguna ardilla lo mas seguro.
Aparco donde puedo y camino hacia el cordon sacando la placa nada mas llegar.
Hacen bien su trabajo y sonrio para mi mientras.
Buenos dias chicos, parece que vamos a necesitar algo de cafe despues. replico mientras me coloco la placa en lugar visible.
Agente martinez, Sargento Tesla, llame pidiendo algun refuerzo por si acaso, hay veces que la gente se pone demasiado nerviosa con la presencia policial.

Si nos acompaña y nos cuenta que ha pasado. 

Diane despertó medio zombie al oir el teléfono. Se apresuró a ducharse y cambiarse, tras dejar a Turing que saliese al jardín. Al abrir la puerta cogió el periódico que había en ella antes de subir en su coche e ir a la escena. Ya habían llegado varios de sus compañeros, de manera que decidió coger la camara de fotos y la agenda electrónica para las notas del maletero antes de colocarse la placa en un lugar visible y acercarse a ellos.

- Buenos días a todos.

No sería la primera ni la última vez que una llamada de la policía me saca de la cama, lo que no me esperaba es que fuese la Capitana en persona. Bostezando con la boca abierta a expensas de que nadie puede verme, saco la libreta que tengo junto a la cama por si necesito escribir cualquier cosa por la noche y apunto la dirección en una página vacía. Quince minutos... ya no le dejan a uno ni darse una ducha. Con esos pensamientos en mente, me acerco a la cómoda y apartando la ropa que me puse anoche para la fiesta, cojo una muda de ropa de servicio, me preparo un par de tostadas y un café instantáneo y me lo tomo antes de salir a por la moto. En resumen, que tardo un poco más de lo que quisiera en llegar, encontrándome ahí a varios de mis compañeros ya.

La zona está precintada y llena de cotillas tan pronto por la mañana, así que me acerco casi al ralentí apartando a los civiles para aparcar la moto dentro del recinto encintado. Apago el motor y guardo el casco antes de acercarme al grupo que se ha formado alrededor de una policía, y temiendo interrumpir alguna conversación, por saludo solo hago un gesto con la cabeza. Ahora solo toca saber por qué estamos aquí, y por qué la prisa.

Darrell se encarga de tranquilizar a la gente diciéndoles que todo esta bajo control y pidiendo que no interfieran con la investigación. Poco a poco la gente comienza a alejarse, unos mas tranquilos y otros disgustados al ver que no van a poder ver nada.

Los demás agentes otros tres policías toman el control de la situación mientras la agente Martínez os saluda dispuesta a responder a vuestras preguntas, con tono profesional.

A las 5:20 horas de la mañana un repartidor de periódicos llamado Joe Randall haciendo su reparto matinal descubrió la puerta de la casa abierta, el jarrón en el suelo y la mesa. Temiendo que hubiese algún ladrón, nos llamo y se quedo dentro de su furgoneta hasta que llegamos. El agente Maxwell y yo recogimos el aviso y… bueno… creo que es mejor que entren ustedes.

La mujer os guía al interior de la vivienda. El recibidor es un pequeño pasillo que gira a la izquierda, abriéndose a un salón comedor.

En el salón hay manchas de sangre y otros restos, así como numerosos objetos rotos unos y dañados otros. En la pared frente a la puerta dibujado con sangre hay un Smiley Caníbal, y bajo el un pequeño recorte del periódico de ayer, en el que la foto de George aparece tachada con sangre. Al lado del Smiley escrito en letras mayúsculas también con sangre se puede leer:

HORA DE LA SECUELA

La agente Martínez no llega a entrar en el salón, se queda fuera esperando que vosotros toméis el control de la escena, y simplemente os informa.

La vivienda pertenece a Linnette Rose, tenía un negocio de importación de vinos desde Europa.

Diane levantó las cejas al ver la escena.

- Vale... parece que alguien ha visto demasiadas reposiciones de 'El mentalista'.- comentó en un tono totalmente carente de humor antes de girarse hacía el equipo.- ¿Os parece si voy procesando la escena? Aunque supongo que dada la provocación, no creo que haya dejado muchas pistas. Pero nunca esta de más ser metículoso.

Les miró, sabiendo que era uno de esos momentos donde era importante ser profesional. Tan sólo esperaba que la cosa no fuese tan mala como parecía.

- Un momento, por favor Diane. - Alzo una mano para reforzar mi petición. - Dejadme echar un ojo antes que nadie más haga nada.

Antes de comenzar a hilvanar una teoría sobre lo ocurrido y antes de evaluar si quiera la implicación hacia mi persona, utilizo mis capacidades de comprensión del espacio y la materia que me rodea para sacar las primeras conclusiones de la actividad de la casa y recomponer el puzzle de lo sucedido aquí según lo que ahora veo y huelo.

Conciencia espacial:

Observas la habitación con detenimiento, y logras reconstruir grosso modo lo que debe haber ocurrido.

Dos personas se encontraban en el salón cuando al menos otras dos personas entraron en él. Las dos victimas no debieron ofrecer demasiada resistencia, así que debieron ser sorprendidas o los agresores las sometieron rápidamente. En algún momento las victimas fueron inmovilizadas contra la pared, y probablemente sufrieron cortes y heridas mientras estaban en esa posición, indefensas.

Quienes lo hicieran se las llevaron después. El desorden no parece fruto de la pelea, casi todos los objetos fueron empujados por los agresores al entrar, y algunos se rompieron después.

Centro olfativo:

Identificas el olor de una sustancia pegajosa en las paredes. También un ligero olor a materiales quemados, y por ultimo el olor de la sangre de dos personas distintas derramada hace horas. Hay olores de perfume y también de sudor, pero hace demasiado tiempo que las fuentes de esos olores desaparecieron, y no te permiten obtener información adicional.

Doy un par de pasos hasta el centro de la habitación, sin tocar nada ni pisar nada que no sea el suelo desnudo. Doy una vuelta sobre mí mismo para tener una visión completa y pormenorizada de la estancia. Entonces aquellas imágenes comienzan a tener sentido.

- Dos personas se encontraban en el salón cuando al menos otras dos personas entraron en él. Las dos victimas no debieron ofrecer demasiada resistencia, así que debieron ser sorprendidas o los agresores las sometieron rápidamente. En algún momento las victimas fueron inmovilizadas contra la pared, y probablemente sufrieron cortes y heridas mientras estaban en esa posición, indefensas. - Señalo a la pared donde debieron inmovilizar a las víctimas.

- Quienes lo hicieran se las llevaron después. El desorden no parece fruto de la pelea, casi todos los objetos fueron empujados por los agresores al entrar, y algunos se rompieron después.

Después de la disertación, levanto la nariz y aspiro.

- Hay una sustancia pegajosa en las paredes y me huele como a materiales quemados. La sangre que hay por aquí pertenece a dos personas distintas. Seguramente las víctimas.

Me acerco a las paredes de donde me llega el olor a sustancia pegajosa y miro detalladamente para identificar de qué sustancia se trata, por si es algo relevante o simplemente el encolado del papel pintado.

- Ya podéis pasar. - Doy luz verde a los demás para que actúen de la forma que crean conveniente.

Las paredes tienen restos de telaraña, y de hecho el recorte de prensa esta pegado a la pared con la misma sustancia.

El agente Hicks había dormido toda la noche de tirón.. pero había tenido pesadillas que no le habían dejado descansar demasiado bien. Tampoco podía pretender recuperarse milagrosamente en un par de días. Tendría que tener más paciencia consigo mismo si quería que aquello acabase saliendo bien. Por eso cuando sonó el teléfono, tras descolgarlo y escuchar el mensaje de la Capitana, sin quererlo pero sin poder evitarlo, volvió a caer en un ligero sueño.

Apenas veinte minutos después se despertó. La llamada parecía parte de una de aquellas ensoñaciones que le habían perturbado toda la noche por lo que antes de nada se deslizó en un par de zancadas rápidas a la ducha. Un par de minutos después, toalla reliada en la cintura, se acercó a la mesita dónde comprobó que la llamada era tan real como un ataque cardíaco. apenas unos segundos después, vaqueros, camiseta y chupa... la moto rugía avenida abajo para llegar al escenario del crimen no demasiado tarde. No pudo ser... cuando llegó la multitud le complicó la entrada al edificio. Una mujer Policía retenía a las masas y tras identificarse le indicó que todo el equipo ya estaba dentro.

Andrew subió las escaleras con la disculpa como carta de presentación hasta que llegó al escenario propiamente dicho. frenó en seco su discurso sobre el tráfico y las horas puntas y se limito a decir:

- Pero, ¿qué cojones ha pasado...?

- Creo que tenemos un Spiderman suelto, a juzgar por la telaraña de las paredes y con la que han pegado el recorte de prensa a la pared.

Respondo a Hicks mientras saco una bolsa de pruebas, de las que pueden cerrarse herméticamente, e introduzco una muestra de la tela de araña, vacío el aire de su interior y la cierro.

- Con suerte, podrá extraerse ADN del agresor.

Andrew, aún contrariado y sin terminar de entender qué demonios estaba sucediendo allí, echó mano de su mochila de la que extrajo unos guantes de látex con los que comenzar a trabajar.

De repente cayó en el recorte de periódico en el que aparecía la foto de su compañero.

- Vaya... Tío, parece ser que a alguien no le viene bien que los polis empecemos a hacer bien nuestro trabajo. ummm... no sé si es prudente que me quede aquí también. Creo que somos demasiados fisgoneando por aquí. ¿Alguien me acompaña a interrogar a los vecinos?