Partida Rol por web

Bree en apuros

V. Rumbo a las Quebradas del Sur

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14/10/2020, 12:35
Mithgannel

–Aún no, querida –respondió siguiéndole el juego a Leah, mientras se acercaba a ella con paso tranquilo–. Todo dependerá de lo que nos quieran contar. Al fin y al cabo somos gente razonable, como lo ha sido Asianne salvando la vida del bardo en la taberna, o ahora dedicándole debida atención a esta criatura. Aunque ciertamente no nos ha sido del todo sincera. De usted, por otro lado, he conocido otro tipo de historias.

Mithgannel hablaba con tono seguro y ritmo seductor, con un toque de picaresca.

–Podéis tratar con nosotros ahora, o lo haréis en las oscuras mazmorras de la Guardia de Bree. Hace poco hemos podido comprobar los métodos que utilizan y... –se pausó un instante, esbozando una burlona mueca de terror–... la verdad, prefiero el tacto de mi compañera.

Mientras los cautivos pensaban en lo que iban a decir, Mith se acercó al oído de Léah y le susurró algunas palabras.

¿Te suena ese nombre? ¿Cormac? ¿No aparece en tu libro?

Su encuentro había sido tan fortuito como provechoso. Aunque la verdad es que les iba a retrasar el desempeño de su verdadera misión. Mith esperaba poder encontrarse con los hobbits guías, y luego dejar a estos bandidos al cuidado del señor Galeof y el segundo grupo.

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14/10/2020, 13:03
Cormac

Las amenazas más o menos sutiles de las dos féminas y el humor negro desplegado ante aquellos supuestos bandidos parecieron empezar a hacer su efecto. Aunque las desconfiadas inquisiciones de los aventureros aludían tanto a Asianne como a los bandidos, el que había sido reconocido por Mith como Cormac suspiró profundamente, como queriendo decir "vais a desear haberme cortado la lengua, pero ya que preguntáis", y tomó la palabra:

LA HISTORIA DE CORMAC

Si preguntáis por mí a la guardia de cualquier aldea de Eriador os explicarán multitud de historias. Datos, datos y más datos. El problema, para ellos, es que nadie sabe exactamente quién soy "yo". 

Porque puedo ser este hombre barbudo y desaliñado que tenéis delante, pero ojo, porque cuando os acerquéis tanto a mí que me haga sentir incómodo, ¡pum!, dejaré de serlo, así, de inmediato. Y después a lo mejor aparezco en otro sitio y con otro aspecto. Por, ejemplo en mi oficina de Bree donde ofrezco servicios de escolta a grandes personalidades y ricos mercaderes. ¡Sí! seguro que no lo habíais adivinado...¿o sí?. El agente Draon, ese empleador de vuestro amigo Bradoc, también soy "yo". Tendréis que reconocer que ser el hombre que ofrece seguridad a los viajantes, protegiéndoles de los bandidos del camino, cuando el jefe de todos los bandidos es ese mismo hombre, es una jugada maestra! "Sinergias entre negocios", lo califico yo. Y está claro porqué los viajes son más seguros cuando me contratan a mí, jajaja.

Pero sigamos: el hombre que habla con la banda de enanos fumando un gran puro, ese también soy "yo". No me gusta mucho ese disfraz, sólo lo uso cuando estoy haciendo algún asunto que me huele mal. No estoy cómodo quedándome mucho tiempo en esa identidad, la del hombre que fuma puros....pero a veces no tengo más remedio. Así que, queridos amigos, como podéis ver, la Ley y el Orden tienen un pequeño problema cuando se trata de dar conmigo.

Anoche, después de los terribles atentados en "El Descanso Real", a duras penas tuve tiempo de quitarme el atuendo del hombre que fuma para convertirme en Draon. Esta señorita, aquí presente estaba en un gran apuro, y eso no es engaño, os lo aseguro. Sé que pensáis que todo yo soy un gran engaño, pero debéis creerme. Esta señorita, la gran Asianne de Harad, está en grave peligro. El régimen que gobierna en su tierra ha puesto en marcha varias partidas de asesinos en búsqueda y captura suya. Los de ayer no son los únicos de los que mis hombres o yo mismo tenemos noticias últimamente. 

Pues bien, como decíamos, cuando anoche le dije al Capitán Meneldir que "yo, agente Draon", me haría cargo de la seguridad de la señorita Asianne, no decía más que la verdad. Aunque en aquel momento mi plan era confiarle la seguridad del viaje hasta Tharbad a este merluzo que está a mi lado, Sigimun. En la ciudad de Tharbad la señorita Asianne dispone de buenos amigos que pueden protegerle, así que mi obligación para con ella estaría sobradamente completa si Sigimun la llevaba hasta allí a la mayor velocidad. Pero entonces, ocurrió algo que me hizo cambiar los planes:

Cuando volví a la agencia, siendo Draon, aún azorado por los terribles acontecimientos de la posada, me desplomé en mi sofá y caí en un convulso sueño. Unos firmes golpes en la puerta me despertaron. Miré el reloj de la mesa y marcaban las 2 de la madrugada. Me toqué el rostro para saber de quién iba caracterizado: ser Draon estaba bien, puesto que me encontraba en la Agencia de Draon. Encendí el quinqué y me acerqué a la puerta para mirar por la mirilla. Todo oscuro. Abrí la puerta por si acaso y no pude reprimir un respingo al ver ante mí una figura negra como la noche, de amplias hechuras y fuerte constitución, a pesar de que una túnica oscura ocultaba todos los detalles. 

- Buenas noches - dije con un hilo de voz, aún sin reponerme del susto - ¿en qué puedo ayudarle?

Levanté el quinqué para enfocar hacia el lugar donde debía estar el rostro de aquella sombra, y se me heló el corazón al descubrir un rostro horriblemente desfigurado, como si estuviera consumido por el fuego. La visión duró apenas un segundo, pues, a pesar de que no corría ni una gota de aire, el quinqué se apagó de inmediato. Envuelto en la más oscura de las sombras, sabiendo que me encontraba delante de otra sombra más negra que la más oscuras de las noches, no pude atinar a nada más que escuchar lo que aquel ser quería de mí. 

Y lo que quería era lo siguiente: sabía que yo colaboraba con Ossandrei, subcapitán de la Guardia de Bree, para desviar los cargamentos de los enanos de  Grimbrand, engañándolos. Sabía lo que contenían esos barriles y a partir de ahora le pertenecían a él. Sabía lo que le había ocurrido a Ossandrei y a partir de ese momento quien iba a mandar sobre mí era él. Y lo primero que me ordenó era que le dijera dónde estaban los barriles.

Como un muñeco exento por completo de voluntad, me limité a contestar, con las mínimas palabras posibles y con un escalofrío permanente recorriéndome el espinazo, indicándole el lugar y la forma de llegar. Cuando se lo hube dicho, como una exhalación se giró y se lo comieron las sombras de la noche. No sé si fue una alucinación producto del terror en el que estaba inmerso, pero me pareció que, poco después de desaparecer aquella sombra, escuché un aleteo tan descomunal por encima de mi cabeza que ningún ave conocida sería capaz de realizar, excepto quizás las grandes Águilas. 

Por supuesto, ni se me pasó por la cabeza engañarle o mentirle acerca del paradero de los barriles. Algo en mi interior me decía que ponerme en el camino de aquel ser podría ser mi perdición, si es que no estaba perdido ya. Así que lo canté todo, sin omitir nada: llegando al Bosque de Chet, siguiendo un sendero hacia el Oeste, contar unos cientos de metros y entrar en un claro del bosque. Ahí hay una vieja casa abandonada, que además había ardido hasta los cimientos hace tan sólo dos noches. Pero mi gente se ocupó de llegar hasta allí justo ayer tarde y constatar que los barriles se encontraban completos, ya que se encontraban en un sótano que había quedado prácticamente indemne. 37 barriles llenos de armas, joyas y otros tesoros de los túmulos, que la partida de Grimbrand, el enano, se había ocupado de desvalijar en las antiguas tumbas tumulares de los antiguos reyes de Arnor, durante catorce días y sus noches, desoyendo todo tipo de advertencias contra las maldiciones contenidas en ellas. 

Grimbrand había entrado en contacto conmigo, a través de mi fama como bandolero, hacía más de un mes, para que les ayudara a ocultar el ilícito cargamento en Bree y posteriormente sacarlo de la ciudad rumbo a las Montañas Azules, su tierra. De alguna manera Ossandrei supo de tal encargo y me ofreció el doble si le ayudaba a estafar a los enanos, cambiando los barriles por copias exactas, llenándolas de piedras y desviando los barriles auténticos a un depósito que sólo él conocía. Al principio me chocó su ofrecimiento, pero después pensé que, siendo Ossandrei el segundo del Capitán de la Guardia de Bree y que el robo de los tesoros de los Túmulos estaba duramente perseguido por decreto Real, era normal que echara mano de mí como jefe de los bandidos para dar una lección a los expoliadores enanos y recuperar el tesoro robado. Hasta me pareció que por una vez estaba dando mis servicios a fines éticos, además de muy bien pagados. Por tanto me pareció una idea genial.

Ossandrei y yo nos comunicábamos a través de un gorrión que él había entrenado para llevar mensajes atados a sus patas. Para Ossandrei yo siempre era Cormac, el mismo que aquí veis, así como para Grimbrand yo siempre había aparecido caracterizado como el hombre del puro. Y la verdad es que, al principio, todo transcurrió según el plan: Grimbrand fue extrayendo los tesoros y los metió en barriles, marcándolos con una inscripción en khazad y sellándolos con cera marcada para evitar que nadie los abriera sin dejar rastro. Mis hombres iban yendo hasta las mismas Quebradas para recogerlos y llevarlos a un lugar seguro dentro de Bree, manteniéndolos a resguardo de todos los inspectores de aduanas de Bree que saben que con mis hombres no deben meterse. Pero donde realmente iban los barriles era al taller de un viejo artesano que los replicaba y hacía facsímiles de la misma inscripción en khazad. Por suerte, descubrimos que los harteros enanos habían previsto esta circunstancia y habían añadido una segunda inscripción, casi imperceptible, en un lateral de los aros de hierro del barril, la cual fue también fielmente reproducida por mi artesano. Y allí, en aquel taller, se hacía el cambio: piedras por tesoros de los túmulos. Por último, mi artesano reproducía el sello de cera con exquisita fidelidad en cada uno de los barriles llenos de piedras. Luego los tesoros iban a parar a la casa en las afueras en la linde del bosque de Chet y los barriles de piedras se preparaban en un carromato que sería llevado a la casa de Grimbrand en las montañas azules. 

Anoche, antes de la actuación de Asianne, fui a la posada a cobrar mis honorarios y a darle a Grimbrand el salvoconducto que le permitiría llevar el carromato hasta las Montañas Azules sin sufrir inspecciones. Cuando se diera cuenta de la estafa, yo ya habría "matado" a mi alter ego fumador de puros. Además él tendría una orden de busca y captura en todo Arthedain por intento - frustrado- de expolio de los Túmulos. 

Pero tras los atentados y el caos que siguió, de alguna forma Grimbrand y sus enanos fueron arrestados y ahí empecé a ponerme nervioso. Pero me calmaba pensando que, si los enanos hablaban de mí a la Guardia Real, Ossandrei intercedería diciendo que yo estaba colaborando secretamente con Bree para frustrar los planes de unos expoliadores. Pero cuando supe, en boca de la horrible figura que me visitó en la madrugada, que Ossandrei estaba arrestado y dando a entender que aquel ominoso ser mandaba sobre el subcapitán de la Guardia, mis nervios sufrieron un bloqueo y tomé la resolución de acompañar yo mismo a Asianne fuera de Bree, fuera de Arthedain. Sí, huir. Hasta Tharbad y tal vez más lejos. Quizás para no volver. 

Cormac continuó explicando cómo habían parado en Bar-en-Dindol para hacer noche, cómo habían escuchado el aullido lastimoso de un lobo ceca de ellos y habían descubierto al gran animal blanco, gravemente herido, detrás de un arbusto cercano.

- Parece haber sido atacado por otros animales de su especie, pues las heridas que tiene en el costado son como dentelladas - señaló al lobo que yacía tranquilo, con los ojos cerrados y una respiración más regular, después de recibir el ungüento de Asianne.

Después llegaron los trolls, saliendo de la nada mientras Asianne había salido a por hierbas curativas para el lobo y cayeron sobre ellos. Les ataron y retuvieron durante angustiosas horas, hasta que los aventureros consiguieron liberarlos.

La historia que Cormac había relatado aún flotaba en el aire. Tanto Lèah como Mithgannel, las únicas que habían estado dentro del sótano de la casa de las afueras, se miraron atónitas. No podían creer haber estado tan cerca de los tesoros. Pero sí, recordaban los barriles. No les habían prestado mayor atención.

¡Auxilio! estoy...atada - respondió una débil voz femenina. Mithgannel y Roywil Galeof descendieron a un húmedo sótano donde se amontonaban algunos barriles y restos de viejos aperos. Sin perder de vista aquellos ojos verdes claros que desafiaban la oscuridad de bajo tierra, mantuvieron las armas prestas para cualquier sorpresa. 

Del capítulo IV. El círculo se amplia, página 2. 

 

Asianne rompió el silencio tras concluir Cormac su relato de los acontecimientos:

- Agradezco a Cormac la delicadeza que ha tenido en presentarme como una mera usuaria puntual de sus servicios, pero me veo con la obligación moral de ampliaros la información hasta alcanzar a toda la verdad.

Hizo una pausa y un silencio de expectación se adueñó de todos los presentes:

- No es la primera vez que Cormac y yo colaboramos. Durante años he estado recorriendo Arthedain y otros lugares del norte buscando financiación, medios e información para mi causa, que ya os he referido. El derrocamiento del régimen de Harad, mi gran misión en la vida, requiere de infinidad de recursos, y mi influencia en las grandes casas de Arthedain me han estado proporcionando gran cantidad de ellos. Incluso sabéis lo que dicen las habladurías, que el mismo Rey es uno de mis...mecenas. En fin - dijo, sin hacer ningún gesto que confirmara o desmintiera este último punto - Cormac y sus bandidos han sido quienes durante todo este tiempo se han dedicado a transportar el dinero conseguido y el resto de medios para equipar a la insurrección, siempre hacia Tharbad, donde la influencia de Cormac languidece y mi red de resistencia tiene agentes para administrar convenientemente los bienes obtenidos y hacerlos llegar a quienes deben recibirlos, muy lejos en el Sur.

Así que, sí - prosiguió Asianne - yo sabía de Cormac y de Draon, y fingimos encontrarnos ayer noche por primera vez, después de los atentados. Pero el resto de lo que sabéis de mí - dijo mirando fijamente a Mithgannel - es totalmente real. Y sincero.   

Justo en aquel momento se retiraba la piel de cabra de la puerta asomaban por la puerta las cabezas de Bit y Zoz, los exploradores de Bree, y un poco más lejos el caballo de múltiples nombres piafaba con toda la impedimenta en sus lomos.

- Aquí estáis, menos mal - dijo Bit con visible alivio, y cuando hubo visto la escena del interior de la torre, sentenció - ¡por todos los Valar! 

Notas de juego

Perdonad el ladrillo, pero era necesario para unir varios cabos sueltos de los episodios anteriores. 

Luego le escribiré en privado a Lèah si dispone de información acerca de Cormac en su "librito del futuro". Ella ya contestará lo que quiera, jajajaja.

grandes interpretaciones, por cierto! XDDD

 

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14/10/2020, 18:15
Oter, hijo de Hreimdar

Öter tuvo que tomarse su tiempo para entender qué estaba pasando allí.  ¿Qué hacía allí aquel humano, ese tal Cormac? ¿Conocía toda la historia porque él... había estado presente desde todo momento? Muchas preguntas se hicieron paso en la cabeza de Öter, que no para de alternar la vista entre los presentes, intentando encontrar una respuesta a todo aquel embrollo que se había formado.

- Aquel... Aquel hombre que os visitó... - el enano miró a la elfa, buscando sus ojos para que confirmara que sus pensamientos fueran acertados.

Por otro lado, el enano no esperaba que la dama Asianne tuviera tal papel y que a pesar de que conocían su procedencia y su intención, nunca habría pensado que hubiera visitado Bree con la intención de tener contactos como los de este hombre con múltiples apariencias.

Aunque por un lado sonrió cuando volvió a escuchar el nombre de Grimbrand, ahora en manos de la justicia. Su enemigo natal ya no era tan importante para él y menos después de haberse enfrentado en la posada del Descanso Real con un resultado muy negativo para su compatriota.

La situación, aunque aclarada en aquel momento, no dejó de sorprender al enano, confuso, hasta que los dos exploradores enanos interrumpieron en la torre. Les alegró ver sus risueñas caras.

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14/10/2020, 22:32
Director

Notas de juego

Leah, los únicos nombres que figuran en tu libreta son los de Azaroth, el ominoso villano de la cara desfigurada y hermano de Mith caído en el lado oscuro, y el del Rey Brujo. Según el mago Galathas, que dio su vida por transportarte en el tiempo, ellos son la semilla del mal que atravesará los siglos venideros. Y es precisamente a Azaroth a quien sigues el rastro desde que llegaste a esta época, el que te llevó al norte y a enrolarte en esta misión.

Piensa que tu época natal dista más de 1000 años en el futuro de la época de esta aventura, así que, aunque puedan haber sido personajes relevantes en su época, los nombres de Cormac, Asianne, etc han sido borrados por los siglos y olvidados por los libros de historia.

 

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16/10/2020, 19:18
Mithgannel

La sinda cruzó la mirada con el enano cuando Cormac se descubrió como el Hombre del puro, Draon y el Enlace. Asintió luego ante la duda del naugrim, confirmando que debía ser su otrora hermano Arphengolf el que había visitado de madrugada al agente en su oficina.

Mithgannel bufó resignada al conocer que habían tenido el tesoro de los túmulos tan cerca.

–Supongo que ya será tarde para enviar una partida a la casa. Deberían necesitar bastante tiempo para sacar tantos barriles de aquel sótano, pero si como creo ese... ser mandó a sus hombres para que comenzaran los trabajos durante esta misma noche, no creo que quede nada ya.

La elfa estaba teniendo dificultades en nombrar como su hermano al desfigurado líder enemigo. No sabía aún qué pensar. ¿Qué pasaría si en algún momento lo llegara a tener enfrente? ¿Sería capaz de hacerlo recapacitar? Probablemente ella querría intentarlo, sobre todo por sus padres. Pero si realmente fuera un caso perdido como ella pensaba, ¿tendría los redaños para atacarlo como a cualquier otro enemigo de los pueblos libres? Mith aún no había dispuesto de tiempo de tranquilidad suficiente como para poder meditar sobre todo ello. 

Cuando la haradrim la miró buscando reforzar su discurso sincero, Mithgannel le hizo un gesto con la cara en señal de confianza y agradecimiento.

–Muy bien. Os creemos, Cormac, porque su historia aclara muchas sombras de la nuestra. Pero hay algo que no me queda claro... Entiendo que usted se encargaría de proporcionarles cobijo y salvoconducto a los gonnhirrim mientras ellos trabajaban sus artes de modo seguro en los túmulos. ¿Sabe qué es esto? –dijo la elfa mientras sacaba uno de los colgantes protectores de los enanos–. ¿Se los dio usted? ¿Sabe usted qué contenían exactamente los barriles enanos? ¿Cómo hacían sus hombres para viajar con seguridad por estas colinas? 

Si los hombres de Cormac no conocían de las incursiones orcas, ¿no podrían haber tenido problemas o enfrentamientos? ¿O el astuto Ossandrei lo había dispuesto todo para que los enanos y los bandidos tuvieran paso libre a través de las colinas? De ser así, si ya habían terminado las operaciones en los túmulos, ¿tal vez ya no sería necesario que los orcos mantuvieran las posiciones en las colinas? ¿O realmente estaban preparándose para una invasión? ¿Cuán importantes eran los tesoros de los túmulos? La joven elfa esperaba que el líder bandido le diera alguna pista sobre ello.

Mith se alegró mucho de ver a los hobbits exploradores, aunque en estos momentos habría preferido tener algo más de tiempo "a solas" con los cautivos. Ahora tocaba informar y revisar los planes.

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19/10/2020, 22:18
Ruby Moss

Moss miraba al legendario bandolero con la boca abierta y las cejas alzadas. Casi había olvidado lo mucho que le dolía el cuerpo lacerado por el garrote del troll.

¡Vaaaya, menuda historia! ¡Qué buen truco, muy astuto sí señor! Tres tipos en uno —sonrió pícaramente a Cormac cuando se recompuso de su asombro—. Pero ahora somos de la guarida de Bree y supongo que tenemos que arrestarte. ¡Arriba las manos truhán! —le espetó señalándole con el índice, aguantando un pinchazo en las costillas con una mueca— ¡Ouch!

No es que guardase excesivos miramientos con la ley, que tirase la primera piedra quien no había puesto una trampa de conejos en casa de tal o cual señor, pero Bit y Zoz estaban mirando y no pensaba decepcionarles, ni tampoco a su primo Mutfast que seguramente pronto asomaría la naríz.

Chicas —miró al hombretón y a sus compañeras desmontando su aguerrida pose—, ¿no hay ninguna ley que le exima de culpa por sus deslices? Quiero decir, salvar chicas guapas del sur debería contar, ¿no? —miró a Asianne y de nuevo a Cormac— A lo mejor si nos ayudas en nuestra misión hasta el túmulo el capitán Meneldir te lo tiene en cuenta. Será mejor que respondas a las preguntas de Mith, para ser una sindar no tiene mucha paciencia. La placidez y serenidad del pueblo de las hojas están muy infladas en las historias de los bardos ¿sabes? —le sonrió con complicidad.

Todo aquel ajetreo le había despertado un hambre atroz, así que, a la espera de nuevos datos de boca del célebre bandido, rescató un trozo de cecina de un bolsillo de su chaleco y se puso a mascarlo con deleite. Le ofreció un poco a Óter con una sonrisa sincera mientras le hacia un gesto a su martillo recordando uno de sus demoledores golpes al troll.

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20/10/2020, 22:13
Director

Desde el momento en que Bit y Zoz hicieron su aparición en la escena, sus rostros eran un signo de interrogación. Cormac, poniendo levemente los ojos en blanco mientras captaba que iba a tener que repetir la historia, pidió algo que le hidratara el gaznate antes de empezar.

- Me parece una buena causa - dijo Bit acercándole un poco de licor contenido en una botellita que sacó de un bolsillo interior de su chaleco - pero olvídate de que te soltemos las ataduras. Por muy interesante que sea lo que vayas a decirnos, para nosotros sigues siendo el más buscado - dijo, recogiendo el guante que Ruby había iniciado mostrándose gallito con el cautivo.

Ante la nueva retahíla de quejidos del otro bandolero, el tal Sigimun, Bit se burló:

- A Cormac le damos licor porque tiene que hablar. Sin embargo, tú, precisamente, lo que tienes que hacer es callar.

Una vez que Cormac hubo terminado la historia, por segunda vez, y que los aventureros compartieran con los exploradores hobbits sus dudas y recelos, Bit y Zoz se revolvieron con ansia:

- ¡Hay que partir hacia Bree! Al menos alguien debe hacerlo -dijo Zoz en medio de los asentimientos de cabeza de Bit - Pues hay que dar la alarma a Meneldir sobre lo que hay en el almacén de la casa abandonada, ¡si es que todavía está!... y si ya se lo han llevado, ¡hay que seguir el rastro hasta dar con ello! Pues esos barriles contienen el patrimonio más preciado del linaje de estas tierras, los tesoros de los reinos surgidos de Arnor. Por que, ¿tú sabes lo que contenían? - disparó el explorador hobbit hacia Cormac, haciéndose eco de la pregunta previa de la elfa.

Cormac se acomodó como pudo en sus ataduras, haciéndose a la idea de que la cosa todavía iba para largo.

- Nadie de mis hombres estuvo presente en la extracción de los tesoros y su almacenamiento en los barriles. Los enanos eran muy celosos con respecto a sus trabajos, y nosotros sólo recibíamos los barriles cerrados y sellados - dijo calmadamente - es más, mis hombres se quejaban de tener que arriesgarse tanto en las Quebradas para recibir la mercancía. Tuve que prometerles un sueldo extra incluso. No podían entender cómo los enanos se movían tan campantes dentro de los túmulos, con las leyendas que se escuchan - aquí su tono se volvió sombrío y confidencial - Mirad, cuando yo empecé en todo esto, asaltando caminos aquí y allá, no creía en ninguna fuerza que no fuera la del acero y el músculo. Y con los años, he visto tantas cosas extrañas que ya no puedo descartar nada. Este medallón que me muestra, señorita elfa, es como el que llevaban los enanos mientras trabajaban en los túmulos. Lo sé porque más de una vez tuve que disuadir, con mano firme, que alguno de mis hombres ambicionara en exceso hacerse con uno de esos collares. ¿Es eso lo que les protegió contra los infaustos sortilegios y criaturas que pueblan los túmulos? Lo ignoro. Si yo fuera como el jovenzuelo que era, para mí solo sería mithril, plata verdadera que me puede hacer rico. Pero ahora veo algo más, un artefacto que respeto y cuyas propiedades reales desconozco. No, nosotros no dábamos cobijo a los enanos. Ellos dormían en esos tenebrosos andurriales, incluso, y nosotros a duras penas alcanzábamos a acercarnos fugazmente a recoger los barriles sin sentir que se nos aflojaban los esfínteres....

Tras una breve pausa, pareció sopesar algo antes de continuar:

- Ha preguntado, dama sinda, si viajábamos seguros por las tierras que anteceden a las Quebradas...y sorprendentemente debo contestarle que sí, que la seguridad de los desplazamientos era inusual para los tiempos que corren. Más de una vez tuvieron mis hombres la sensación de estar siendo observados en el trayecto. "Ojos amarillos en la noche" decía textualmente uno de los más crédulos. Pero, si era así, ¿porqué no les atacaron y les robaron todo lo que tenían? ¡Ah! ¡Otro misterio! ¿Y cuántos van ya, verdad? - por primera vez vieron a Cormac reír , aunque fuera de esa forma descreída y cínica.

Bit y Zoz estaban azorados. Seguían con sumo interés las revelaciones del bandolero, pero no podían dejar de dar vueltas por la estancia buscando las palabras:

- ¡Maldición, la noche ya está encima nuestro! Dormiremos lo mínimo para poder partir cuanto antes hacia Bree - dijo Bit, desesperando de la impaciencia.

- Bit, espera - le contuvo un más sosegado Zoz - tenemos órdenes de Meneldir de avanzar hacia los túmulos, en concreto el del rey Valandur. ¿Qué pensará si disolvemos la misión en pos de una quimera de la que no tenemos mayor referencia que la que nos ha dado, nada menos, que uno de los enemigos públicos del orden en Atherdain, el bandolero Cormac? No Bit, marcharemos tú y yo hacia Bree, y la misión continuará sin nosotros. ¿Estáis de acuerdo, compañeros?

Entretanto, Ruby Moss, había sugerido que los cautivos ayudaran al grupo a llegar al túmulo de Valandur. Se hizo un breve silencio que sólo Asianne rompió:

- Me habéis salvado dos veces la vida en los últimos dos días. Si bien es cierto que me debo a mi causa, que como sabéis está a miles de millas hacia el sur, y no tengo mayor deseo que dejar el Norte de una vez por todas, no estaría tranquila conmigo misma si no os brindara mi apoyo en lo que sea posible. Os estáis metiendo en asuntos de fuerzas mágicas, algunas de ellas oscuras, y no veo que ninguno de vosotros aparente tener un mínimo dominio de las artes arcanas. Me sé mover bien por el territorio, y las fuerzas hostiles salvajes suelen respetar mi paso - desvió la mirada hacia el enorme lobo que mantenía su cabeza entre los brazos de la haradrim, manso como un perrito - Cormac y Sigimun, aquí presentes, conocen cada palmo de terreno hasta los túmulos. Pero les corresponde a ellos decir si se avendrían a ayudaros, yo no puedo hablar por ellos.

Cormac interrumpió a Sigimun con un respingo antes de que éste empezara a hablar, o mejor dicho, a plañir:

- Algo me dice que la alternativa a ayudaros sería acompañar a los hobbits a Bree, directos al calabozo. Está bien, os llevaremos a los túmulos por la vía más segura, si así lo deseáis. Pero cuando lleguemos, debéis dejarnos ir hacia Tharbad, y nunca saldréis en nuestra búsqueda. A cambio, os prometo no volver a los caminos de Arthedain en lo que me resta de vida. Lo cual no significa necesariamente el fin de los bandoleros: la serpiente sigue moviéndose un tiempo, aún sin cabeza

Afuera, la noche había caído y los grillos empezaban su canto ritual.

 

Notas de juego

Tiro un poco de hemeroteca: Aranuir, el maestro del fuego y la luz, os dijo alguna vez que las armas y demás tesoros de los túmulos, en las manos adecuadas, eran doblemente efectivas contra las fuerzas del mal; pero, en manos egoístas podían suponer la destrucción de quien las usara. Tal vez no eran exactamente así las palabras, pero están en el capítulo correspondiente. 

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21/10/2020, 21:12
Mithgannel

La elfa no pudo evitar arquear una ceja y esbozar una amplia sonrisa al escuchar los comentarios de su pícaro compañero.

Mith escuchó con atención la discusión de los exploradores, y las últimas respuestas del bandido. La sinda se quedó mirando el colgante, pues aún había algo que no le terminaba de cuadrar.

«Si no fue él, y Ossandrei no tenía trato directo con Grimbrand, ¿de dónde sacó el enano estos amuletos tan especiales?», era la pregunta que le seguía rondando en la cabeza.

–El problema, señor Cormac, radica ahí. Usted dice que nos podrá llevar por la ruta más segura, pero lo cierto es que muy probablemente ya no lo será. Sus hombres tuvieron paso libre por estas colinas gracias a los contactos de su amigo Ossandrei. Ahora que los enanos se han llevado lo que necesitaban, es probable que los... Incursores que dominan estos montes ya no sean tan comedidos con extraños –dijo tratando de evitar dar detalles sobre los orcos.

–Antes de confirmar nada, me gustaría poder discutirlo con vosotros en privado –dijo mirando a sus compañeros y a los exploradores con gesto severo–. Leah, ¿podrías quedarte al cuidado de los cautivos?

La sinda salió con paso ligero hacia el exterior de las ruinas, y cuando todos habían salido comenzó a hablar 

–Bit, Zoz, no nos precipitemos. Coincido en que debemos alertar a Meneldir sobre esto. Aunque no se llegue a atrapar a los enemigos antes de que se lleven los tesoros, tal vez se pueda hallar su rastro, y pillarlos antes de que sea demasiado tarde. Y, de paso, también recomendaría apretar al amigo de Öter, si no ha cantado ya. Creo que ese tipo sabe más de lo que pensamos –dijo en referencia al líder de los enanos saqueadores–. Pero no creo que debamos decidir el futuro de estos bandidos nosotros solos. Cierto es que la dama Asianne ha demostrado tener importantes conocimientos de los que nuestro grupo carece, y que aún con la amenaza orca siempre es bueno disponer de gente conocedora del terreno, pero... ¿No creéis que deberíamos reunirnos con el otro grupo, informar al señor Galeof y reordenar nuestros pasos? No creo que la reunión nos retrase más de lo que ya lo hemos hecho aquí.

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21/10/2020, 22:30
Oter, hijo de Hreimdar

- ¡Un poco de silencio, por favor! - pidió el enano mientras miraba a todos los integrantes - Estáis hablando todos mucho.

Un gruñido se escapó de su nariz tras conseguir que todos guardaran silencio. La elfa, precavida a la hora de actuar, se acercó a ellos y discutieron el siguiente paso. 

- Estoy de acuerdo en alertar a Melendir, pero más de acuerdo estoy con verme con el dichoso Grimbrand... - un recuerdo le hizo entrar en calor, una pelea que todavía tenían pendiente - Ya me gustaría volver a vérmelas con él... Creo que volver con Gaelof, al menos, para alertar de la situación es necesario. Pero ahora que estamos aquí, tenemos que avanzar hacia los Túmulos. Hay que ir con cautela y decidir bien los pasos.

El enano miró el medallón de Mith. ¿Sería tan poderoso como decían?

- Bueno, vamos a movernos, había calentado con ese trol, llevo una buena racha...

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21/10/2020, 23:50
Ruby Moss

Moss se acabó la cecina y rescató una manzana de su petate a la que hincar el diente mientras escuchaba a sus compañeros.

A mi me farefe muy bief que Bif y Zof —dijo con la boca llena— vuelvan a Bree a avisar. Somos suficientes para llegar al túmulo y el bandolero nos guiará sin dar tumbos. Preferiría no estar en Las Quebradas de noche. Uno ha oído historias, ¿sabes? Cuanto antes lleguemos, antes volvemos. Seguiría adelante con el plan original, pero Violeta siempre dice que no soy muy listo así que como queráis —zanjó el asunto dando otro bocado a la manzana.

El hobbit cambió el peso de su cuerpo sobre la otra pierna mientras se acomodaba el pesado cabo de soga a la espalda.

Oye Oter ¿me harías el favor de guardarme la cuerda, por favor? ¡Pesa horrores! Seguro que un enano matatrolls, fortachón como tú, puede con ella sin problemas —dijo tendiendo el cabo enrollado de cuerda al enano—. Mientras os decidís sobre el plan voy a probar suerte por los alrededores a ver si encuentro alguna hierba que nos sea útil.

El explorador se separó algo del grupo para buscar hierbas alrededor de aquellas ruinas. Siendo un lugar poco transitado esperaba encontrar alguna brizna interesante, quizá algo de Aloe o incluso algo de Reglen con suerte.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Forrajear

Tirada: 1d100

Resultado: 66(+20)=86 [66]

Notas de juego

// DJ te dejo hecha la tirada de Forrajear por si la quieres usar.

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22/10/2020, 16:04
Director

Parecía dominar la idea de alertar a Galeof antes de nada. Allí se dirimiría qué hacer con el triple frente que se abría ante ellos: la exploración del túmulo de Valandur, la persecución de los tesoros escondidos en barriles y el interrogatorio "exhaustivo" de Grimbrand, el enano expoliador. Este último frente era impacientemente ambicionado por Öter, pero era consciente de la importancia de los otros dos. De acuerdo con el plan, Galeof y su destacamento se encontraban en un lugar conocido y alcanzable a toque de corneta, así que, si no habían tenido contratiempos, sería posible alcanzarles sin excesivos retrasos y ponerle al conocimiento de los últimos hechos.

Para los hobbits de Bree, lo único sensato era pernoctar allí y esperar a la claridad del día, puesto que solo dos de los presentes eran capaces de moverse en la oscuridad: la elfa - ¡qué maravillosa raza la de los Primeros Nacidos!¿habrá algo que no hagan mejor que los demás? cocinar, seguro, pensaría un hobbit - y el enano, acostumbrado a los sombríos escenarios de la vida bajo la montaña. Pero el resto sería como una fila de ratones ciegos adentrándose en un nido de serpientes.

- Aun sin contar con la "protección" frente a los seres malvados que comentáis, señorita elfa, si vuestra teoría es la correcta... - dijo Cormac con un destello de orgullo herido en la mirada - ...conocemos rutas y recodos que ni los más experimentados exploradores de la guardia de Bree conocen, y aquí tenemos a dos de los buenos. Son muchos años de contrabando y pillaje, ¿sabe? 

El famoso bandido no habría podido reprimir una mueca de fastidio si hubiera sabido que se estaba hablando de encontrarse con Galeof. Demasiado cerca de la autoridad, hubiera pensado. Sin duda, conseguir pactar una huida a Tharbad y el silencio entre caballeros con aquellos aventureros extranjeros era mucho más fácil que hacerlo con un representante oficial del reino de Arthedain.

El hobbit Moss, siempre práctico en sus planteamientos, aprovechó la pausa meditabunda de sus compañeros para ir a buscar cosas interesantes que crecieran del suelo. Pasó junto al cadáver de trol y trató de espantar al buitre leonado de Cardolan que estaba haciendo un buen trabajo con los ojos del monstruo, pero el carroñero no se dio por aludido y tras un breve aleteo volvió a sus quehaceres. Con aquella penumbra era difícil encontrar algo que valiera la pena, salvo por esas trompetas de color lila...¿no serían las mismas que...? caviló el hobbit. Sí esas eran. Ruby tenía un sobrino lejano que vivía en Delagua y sabía dónde encontrarlas, una vez las habían probado juntos. "Setas de la risa" las llamaba el jovenzuelo. Era una sensación etérea la que habían vivido, una auténtica comunión entre almas. El tiempo se desenrollaba en mil dobleces y todo lo que uno pensara tenía cabida en ese paraíso, y todo sucedía como uno deseaba. Pasado el trance, se sentía mucha hambre y mucha sed, y era imposible recordar ningún detalle de lo ocurrido, pero el poso de bienestar permanecía unas cuantas horas.

Quizás por añoranza o para no volver con las manos vacías, se guardó un puñado en el zurrón.

Notas de juego

Siempre me han gustado las disposiciones para la acampada en las partidas de rol. Será tal vez debido a que, en la vida real, una vez tuvimos que dormir al raso en el bosque porque uno de mis amigos se había olvidado los palos de la tienda de campaña. Desde entonces aprendí que no es baladí preguntarse siempre:

- dónde dormís y quienes lo hacéis? quién se queda de guardia? qué turnos de guardia establecéis? donde se aposta la guardia y donde duermen los demás?

- encendéis alguna hoguera? qué temperaturas creéis que hará en plena noche marzo en las tierras salvajes? y...comeríais comida sin cocinar?

- Qué hacéis con las bestias (caballo y lobo) que forman parte de vuestra comitiva? Qué hacéis con las otras bestias (Cormac y Sigimun)?

Recordad que tenéis heridos en el grupo y que se penaliza a la actividad del día siguiente por ir de empalmada o no dormir el tiempo requerido. A los elfos (qué raza, Dios mío!) les basta con estar unas 4 horas en una especie de estado de trance en lugar de dormir.

Eso suponiendo que acampéis.

Son las 20h de la tarde.

NOTA: Incluiré las setas de la risa en la nueva escena "ANEXO 3. HALLAZGOS" que he creado. Iré rellenándola con el resto de objetos que habéis encontrado en la aventura.

 

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24/10/2020, 17:08
Leah

 - ¡Muy bien señoritas, decidido pues!.- exclamó la asesina. 

   Tras varias deliberaciones, por fin se preparaban para pasar la noche. Léah aborrecía esas tediosas discusiones que mantenían cada vez que tenían que ponerse de acuerdo sobre algo, gajes de viajar en compañía. Por eso prefería la soledad del asesino, la total independencia a la hora de decidir qué pasos dar y cómo actuar. Sin embargo tenía que reconocer que había sido emocionante, quizá hasta hermoso, el ataque coordinado con el que habían derribado a esa mole asquerosa.

 "Supongo que alguna ventaja tiene que tener el viajar con compañeros"- se dijo. Y claro, tampoco podía obviar las atenciones que le había prestado la elfa.

"Y bueno, he de reconocer que me han venido muy bien los cuidados de Mith, desde luego sus manos sabían como tratar una herida, me pregunto qué más cosas sabrán hacer..."

    Tras comer un par de bocados buscó un sitio en el que acomodarse y descansar; quería aprovechar a dormir hasta que le tocase el turno de guardia, al fin y al cabo necesitaba reposo para sanar sus heridas. Intentó situarse lo más lejos posible de aquel enorme lobo, no acababa de fiarse de que una vez repuesto no le entrase apetito y buscase alimento cerca. 

Notas de juego

 Doy por buena la distribución. Entiendo que Oter y uno de los hobbits harán el primer turno. 

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26/10/2020, 09:30
Mithgannel

La montaraz había escuchado las palabras del bandido mientras salía de la torre, y no pudo más que dudar de si sería eso cierto, o el simple y último recurso del reo para evitar el castigo mayor. 

–Ciertamente nos vendría bien la ayuda de alguien que conozca tan bien el terreno, haya o no enemigos en el camino –dijo fuera, durante la reunión improvisada–. ¿Qué pensáis vosotros de todo esto, maeses Bit y Zoz? Al fin y al cabo, aunque se nos haya encargado a todos el investigar los túmulos, sois vosotros aquí la palabra de autoridad. 

La sinda esperaba que, más calmados, los medianos pudieran dar su opinión al respecto de si verían con buenos ojos conmutar la pena de los bandidos más buscados de forma subrepticia y sin el amparo de una figura legal con dotes para el caso. En cualquier caso, el plan parecía haberse decidido a favor de reunirse con el segundo grupo.

Mith coincidió en la distribución propuesta por el enano.

–No sé si será posible y prudente que uno de los vigías se aposte en el techo de la torre. De hacer guardias de dos, convendría situarse cada uno en un extremo de la torre, a mitad de camino de la entrada. En puntos donde la visión sea clara.

Y cuando su compañero volvió con los bolsillos llenos de setas, lo recordó.

–¡Ruby! ¡Las hojas de Darsurion! Nos las dio la dama Rowen antes de partir. Deben estar en las alforjas de Redención –dijo agitada, mientras corría hacia la montura–. Seguro que la dama Asianne es capaz de usarlas para aliviar mas rápido la herida de Leah y del lobo. 

Poco restaba ya que hacer, además de descansar del duro día y levantarse con fuerza para hacer la última guardia. La sinda se encontraba animada con el asunto, una vez habían resuelto el enigma del bandido más buscado. La exploración de la torre, aunque peligrosa, había salido mejor de lo que cabría esperar, pero era sólo el primer paso de una complicada expedición.

Notas de juego

Disculpad el retraso.

Por mi bien que se haga la hoguera dentro y jugárnosla con esa probabilidad de proble-je-je-je-mas.

Le damos a Asianne las dosis de Darsurion para que cure a Leah algunos puntitos de vida.

¿Cabemos todos dentro de la torre para descansar allí? Los bandidos bien ataditos, con una mantita por encima.

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26/10/2020, 22:32
Oter, hijo de Hreimdar

Öter sonrió cuando vio al hobbit lo que parecían unas setas. Seguramente unas setas con las que ningún padre dejaría jugar a su pequeño hobbit a las afueras de La Comarca.

- ¡Ha, ha! - rió el enano - ¡Qué granujilla el señor Moss! - el enano se ajustó el cinturón y después se mesó la barba - Espero que no nos registren cuando nos encontremos con la otra avanzadilla - le susurró el enano con la palma de la mano a un lado de la boca para después darle un codazo cariñoso.

El enano aguardó unos segundos más en las palabras de Comrac para después echarse al hombro la cuerda del hobbit. 

- Vamos a ir organizando esto...

El enano corrió las cortinas de piel y oteó el cielo para calcular las horas que tenían por delante. Él, que haría el primer turno junto a uno de los hobbits, cubriría la entrada principal.

- Ven, Calcetines... - habló al animal mientras lo introducía en la torre suavemente. Acarició su lomo y se acercó con la frente a su hocico - Aquí estarás más seguro, no te pasará nada.

Una vez dentro el animal, buscó algo que le sirviera de asiento, dispuesto a cubrir la entrada.

- Como habla ese señor... - dijo para sí mirando a Cormac mientras descansaba su martillo en sus rodillas.

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27/10/2020, 00:03
Ruby Moss

¡Mirad, mirad chicos! —dijo Moss enseñando orgullosos un puñado de setas brunas en el cuenco de sus manos— ¡Menuda suerte! Son Setas de la risa. Son geniales para reponerse de un duro día de trabajo, hacer amigos en aburridas reuniones familiares e incluso creo que ayudan a curar feas heridas. Esto último no estoy seguro, ¡pero que me aspen si no hemos tenido un día duro! —sonrió a Oter— voy a preparar un guiso ahora mismo.

Tendió a Mith el saquillo con las hojas de Darsurion que le pedía y la siguió de vuelta a la torre. Antes de entrar la detuvo un momento tirándola de la manga.

Oye Mith, respecto a los bandoleros. Deberíamos fiarnos de ellos sin reservas o no hacerlo en absoluto. Yo me fiaría. Si van a arriesgarse por nosotros mañana, mejor liberarles, ¿no crees? —la miró algo suplicante— Además, ¿a dónde van a ir en plena noche con todos esos orcos por ahí?  —añadió con una sonrisa mientras entraba en la torre anunciando a bombo y platillo que haría un guiso de setas para celebrar para celebrar su triunfo sobre los trolls y al que estaban todos invitados.

Moss no era un gran cocinero, pero que diablos, entre aquella gente grande era el rey tuerto en el país de los ciegos. Se puso a las cazuelas con entusiasmo en cuando hubieron encendido un modesto fuego en medio de la torre. Enseguida tendría listo un guiso caliente de setas, berros y tocino. No pretendía engañar a nadie a sí que explicó a todos los beneficios de aquel especial condimento para que lo tomaran voluntariamente, sabiendo donde se metían. A lo mejor sí omitió el detalle de la soltura de la lengua, solo para asegurarse de que nadie se sentía cohibido por aquello, por supuesto. Aunque si alguien hablaba de más solía ser muy divertido. Aun recordaba con una sonrisa cuando su tío Gwelinton se sinceró con las Alubias Rewling de su tía Thurdy en la fiesta de Verdor de hacía dos primaveras, eran horrorosas y producían unas flatulencias terribles que dejaban rubio quien las padecía, pero nadie se atrevía a decírselo.

Notas de juego

Por mi hago las 6 dosis! a menos que alguien no quiera. Carpe diem!

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27/10/2020, 13:02
Director

A Bit, uno de los dos exploradores hobbits de la guardia de Bree, le entusiasmó la idea de ser el primero en hacer guardia desde la techumbre de las ruinas, entre otras cosas porque le mantendría el trasero calentito por la hoguera encendida más abajo. Mientras, Öter sería el encargado de velar por la puerta principal...y por la propia hoguera. Pero eso sería después de la cena.

Por el momento, a todos y cada uno de los presentes se les hacía la boca agua con aquel olor que procedía del guiso de Ruby Moss, y soñaban con paladearla más de lo que estarían dispuestos a confesar...  

Notas de juego

jajaja, me parto con las setas XD

Prácticamente no narro nada porque ya fluís muy bien entre vosotros. Lo único que me queda que tenéis que definir en algún momento:

- Quién se apunta al caldito de setas? y quién no?

- Soltáis a los bandoleros para cenar y pasar la noche?

- Administráis Darsurion a Leah? Cuántas dosis? disponéis de 3 dosis, y cada una recupera 1d6, en caso de ir administrándoselas, Leah deberá hacer las tiradas D6 para recuperar heridas. Lèah ha narrado que ya se ha acostado para ir ganando horas de sueño, así que quien le cure deberá hacerlo con cariño para no despertarla (Lèah podrá hacer las tiradas para recuperar las heridas). Pero si queréis ofrecerle además guiso de setas, tenéis que despertarla ahora.

- Doy por hecho, que para cocinar, ya habéis encendido el fuego dentro de la torre. Por proximidad, el que haga guardia junto a la puerta principal de la torre será el encargado de mantenerlo a raya y que no prendan los materiales inflamables del techo. Como no hay ninguna habilidad adecuada para eso, me bastará que, en cada tramo de guardia, ese PJ tire 1d100, con un resultado >10 daremos el fuego por controlado. Con un resultado <10, habrá que llamar a los bomberos... 

- Tema guardias: Doy por acordado que el primer turno de guardia lo van a hacer Öter (en la entrada principal) y uno de los exploradores hobbits, Bit, en la techumbre.

Aprovecho para comentar por aquí lo que yo haria para pasar la noche. Todos dentro de las ruinas de la torre. Guardia de a dos vigilando en direcciones opuestas, uno de nosotros y un pnj. Dos horas cada turno, Oter, Moss, Mith, Leah. A partir del durno 3 Mith es fija. Haría un fuego dentro de las ruinas de la torre para tener calor y ver algo nosotros en caso de ataque, pero con cuidado de que no se vea desde fuera de la torre. 

Entendiendo que este es el plan, la cosa si os parece queda como sigue: 4 turnos de guardia: de 22-24h Oter y Bit; de 24-02h Moss y Zoz; de 02-04 Mith y Asianne; de 04-06h Mith y Lèah. A los bandoleros no les fiáis la guardia, por supuesto. Y a partir de las 06 ya hay cierta claridad para ponerse en pie y emprender el viaje. 

 

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27/10/2020, 17:03
Leah

 “Mmmmm ¿qué es ese olor?” - Léah entreabrió los ojos para ver que estaban cocinando sus compañeros. Los había dejado discutiendo la planificación de la guardia y las acciones del día siguiente y se había retirado a un rincón de la torre para descansar; se encontraba cansada de veras y era consciente de la gravedad de sus heridas. Sin embargo no había llegado a dormirse del todo (en parte por el bullicio que seguían armando en el improvisado campamento), y ahora este aroma la traía de vuelta a la realidad. 

  Escuchó desde su posición a Moss explicar las virtudes de su guiso, y enseguida comprendió de qué se trataba. Su cuerpo (y sobretodo su estómago, que estaba lejos de sentirse saciado) le pedía incorporarse y unirse al festín, pero su mente siempre fría reaccionó:

 

 “Maldito Mediano, está loco. No podemos bajar la guardia ni un mísero segundo; estamos en territorio hostil, compartiendo lecho con unos bandidos y con orcos y otros seres acechando ahí fuera. No, no es momento de fiestas. Ya llegará la hora.” 

 “Sólo espero que no se despeñe desde lo alto del tejado alguno de los hobbits.”

 Y tras este pensamiento se arrebujó en su capa y se volvió para, ahora sí, quedarse definitivamente dormida.

Notas de juego

Que conste que a mi personalmente me parece un planazo ese guisito junto al fuego después de un día de aventuras...Pero a mi Pj no, son muchos años de entrenamiento y disciplina, me temo. Eso y que tras echar un vistazo a las tablas no sé si se habría librado de amanecer al día siguiente con la penalización de -20 jejeje. 

 No sé exactamente cuántos pv recuperaré tras el sueño, igual podemos esperar a mañana a ver cómo estoy y ya entonces aplicarme las hierbas, no tengo tantos por recuperar. 

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27/10/2020, 18:05
Mithgannel

Al notar el tirón y escuchar las súplicas del mediano, la elfa se agachó hasta quedar a la altura de sus oídos y lo tomó del hombro antes de que entrara en la torre.

–Te comprendo, Ruby. Es posible que no sean tan malos, y que sólo se hayan buscado la vida de la mejor forma que han encontrado –respondió entre susurros con tono suave y calmado–. Pero no me fío de ellos. Sus dulces palabras esconden la astucia de los rufianes expertos en las artes de la persuasión y el engaño. Por mi parte deberán quedar así hasta mañana, cuando decidamos qué hacer con ellos.

La sinda declinó amablemente la invitación del caldo de setas, y aprovechó el jaleo montado por el mediano para acercarse al enano y los exploradores y recordarles la importancia de vigilar no sólo el perímetro sino también a los cautivos durante las guardias.

Viendo que la asesina se acurrucaba con más empeño tras escuchar la noticia del guiso del señor Moss, desechó la idea de aplicarle las hojas de Darsurion.

–¿Qué tal se encuentra? –comenzó diciendo Mith al llegar hasta Asianne, en referencia al lobo, mientras le enseñaba las hojas de Darsurion–. Euh... Supongo que al estómago de nuestra compañera le vendría bien, y quizás a él también...

–Disculpadme, dama Asianne, por mis modales anteriormente –continuó diciendo la elfa, refiriéndose no sólo al show que habían montado para sacar información  a los bandidos sino por el intento de entrar en su cabeza.

–Por favor, confíe en nosotros. No les haremos daño –dijo en referencia a los bandidos–, pero entienda que, de la misma forma que usted lucha por liberar su pueblo de las garras de la tiranía, nosotros también intentamos defender los pueblos libres de hombres, elfos y enanos de la amenaza del norte y sus aliados infiltrados. Le agradezco que quiera acompañarnos en este viaje, aunque le advierto que no será sencillo.

*Terminada la conversación con la haradrim, Mithgannel se acercó hasta las alforjas de "Red" nuevamente para coger algo de abrigo, buscó sitio cerca de la viajera del tiempo y se tumbó para tratar de descansar las horas que pudiera mates de su turno de guardia.

Notas de juego

*No sé si el master quiere comentar algo mas.

Me parece bien la distribución de turnos. Prefiero no tomar el caldo y jugármela al -20 xD. Pero si alguno puede y quiere aprovechar para sonsacarle algo más a Cormac o a Sigimun, perfecto.

Creo que descansando ganamos 1 PV cada hora, aunque no sé si habría que descansar un mínimo de horas para contabilizarlo de esa forma. Y si contamos con que el vendaje de Asianne también te ayuda, quizás rasques algún punto más xD. Esto del MERP es un mundo bastante complejo. Eso sí, creo que 9 PV son muchos teniendo en cuenta la poca vida total que tienes. Pero si, tu planteamiento es bueno.

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28/10/2020, 15:38
Director

Notas de juego

Es correcto y respetable, Leah, que no te apuntes al guiso si estás interpretando a tu PJ. Y me parece sensato esperar al amanecer para ver cuanto has podido descansar y recuperar antes de tomar Darsurion.

Creo que descansando ganamos 1 PV cada hora, aunque no sé si habría que descansar un mínimo de horas para contabilizarlo de esa forma.

Es correcto, 1 PV por 1h de descanso, y no hay un mínimo de horas. Sin reposo, se recuperan a 1 PV cada 3h. 

El lobo blanco toma sus stats del "Lobo de Guerra" del suplemento Criaturas de la Tierra Media, esto es, Nivel 7 y 170 PV. Tras la administración del athelas, ha conseguido subir desde su situación de mortalmente herido cuando le encontraron hasta unos 85PV que tiene en estos momentos. Según el suplemento "Montaraces del Norte", la hierba athelas tiene una capacidad de curación proporcional a las habilidades de su curandero. Asianne, siendo una buena curandera, ha conseguido aumentarle a 85PV.

Me espero a que todos los PJ declaréis si tomáis guiso antes de decir qué PNJs se apuntan a la setada.

 

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29/10/2020, 12:19
Oter, hijo de Hreimdar

Hacía mucho tiempo que Öter no se sentaba un segundo y notó como los músculos se relajaban a pesar de seguir portando la cota de malla. Estiró el cuello de un lado a otro y se relajó unos segundos ante la poca situación de peligro. Haciendo recuento, se había enfrentado a varios enemigos y apenas había salido herido... El enano estaba contento, y orgulloso. ¿Por qué no celebrarlo?

- Señor Moss - llamó la atención del hobbit y le hizo un gesto con la mano para que se acercara, como haría un abuelo con su nieto - Si usted va a cocinar algunas de las setas como parte de la cena... cuente conmigo - le dijo casi sin mirarlo, despreocupado - Creo que me sentará bien un poco de diversión a falta de una buena jarra de cerveza... Y si la elfa y la humana no quieren, no insista mucho... las guardaremos para otra ocasión, nos queda todavía mucho viaje.

Tras unos segundos en silencio y con la marcha del mediano, Öter dijo.

- Dejad ya a esa gente, no tenemos que dar tantas explicaciones... - crujió su cuello girándolo de lado a lado - Es hora de descansar y de estar atentos, esos pobres no se van a escapar estando maniatados...

A pesar del aspecto de relajación del enano, Öter observaba la entrada con vista fija. Solo esperaba que esas setas no le hicieran ver como se asomaba un dragón entre las pieles.

Notas de juego

Hago la tirada cuando mandes, máster XD