Partida Rol por web

Bree en apuros

VII. Epílogo

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11/02/2021, 09:17
Director

En el camino de vuelta, a lomos de los caballos élficos, se toparon con el segundo grupo expedicionario, el liderado por Roywil Galeof. Fue al amanecer, tras varias leguas de viaje sin descanso. El encuentro tuvo lugar en una zona boscosa a unos 10 km de la zona de las Quebradas. Todos celebraron entusiastas el encuentro, aunque una primera y profunda decepción se trasmitió rápidamente al grupo de Roywil: Bit y Zoz habían caído en manos enemigas, y probablemente de forma fatal para ellos. Roywill se sorprendió también de ver a Cormac, el jefe de los bandidos, formando parte de la expedición que había llegado hasta el corazón del túmulo, y a pesar de las reticencias iniciales, fue puesto en antecedentes sobre la valentía que el jefe bandido había mostrado en todo momento. Finalmente, el jefe bandido se despidió de todos ellos, una vez hubo recuperado algo de fuerzas, con la intención - promesa a Roywill de por medio - de seguir su camino hacia Tharbad y no volver a poner nunca más los pies en Arthedai, al menos como bandido. Gilmith, en señal de agradecimiento por la ayuda que había prestado a su hermana y al resto durante aquellos días, le dio uno de aquellos maravillosos caballos élficos para su viaje, acompañado de suficientes provisiones.

*   *   *

El regreso de los aventureros a Bree fue acompañado de grandes honores para los aventureros. El capitán Meneldir en persona, con un rostro algo achacoso por el cansancio de los últimos días pero también iluminado por la esperanza, escuchó con detenimiento el relato, o mejor dicho, los relatos de las diferentes aventuras que habían tenido lugar en aquellos últimos días. Por su parte, él había conseguido arrancar algo de información a Ossandrei, siempre en medio de grandes muestras de desprecio por parte del traidor: en resumen, Ossandrei le confirmó que había sido él quien, siguiendo órdenes de Azaroth, se había dirigido a las Montañas Azules para contactar con Grimbrand el enano y convencerle para realizar los trabajos de desentierro de los tesoros de los túmulos. Les engañó con aquellos collares de mithril - robados previamente del tesoro real de Arthedain con ayuda de un colaborador de la corte real - asegurándoles que tenían propiedades mágicas y protectoras contra los tumularios y demás maldiciones de los túmulos. Pero aquellos collares, aparte de su belleza innegable, no tenían nada de especial: en realidad eran los chamanes orcos (las "llaves") que Azaroth había desplegado por toda la zona los que, por medio de un poderoso sortilegio, mantenían encadenados a los tumularios, espíritus malévolos de los antiguos reyes de Arnor. El sortilegio se mantenía indisolublemente vinculado a la vida de cada chamán encargado a su vez de un túmulo en concreto, y sólo podía liberarse con la muerte del hechicero, tal como los aventureros habían podido comprobar en el túmulo de Valandur. Ossandrei también había sido el que había recomendado a Grimbrand que contactara con Cormac el bandido para sacar todos los tesoros de la zona, a sabiendas de que Cormac colaboraría con él para engañar al enano. El plan de Azaroth y Ossandrei con respecto a Grimbrand era que el enano y sus secuaces serían mucho más efectivos que cualquier otro para orientarse en los túmulos y realizar un saqueo cuidadoso y sistemático de sus tesoros, mucho más que si, por ejemplo, se dejaba tal tarea en las manos torpes de los orcos. Las armas enterradas en los túmulos, en particular, eran un factor poderosísimo en la guerra que se avecinaba entre Arthedain y Angmar, pues muchas de ellas se creía que tenían propiedades mágicas.

Según Meneldir, Ossandrei también había insinuado, aunque de una forma críptica que sólo se aclaró con los testimonios de los aventureros, que Azaroth había planeado aquella red subterránea de túmulos interconectados para acantonar allí un gran contingente de fuerzas oscuras procedentes de Rhudaur y de Angmar, para algún día lanzar un ataque grandioso contra Bree desde el Sur. Meneldir asistió asombrado a la historia de Lèah y de su cuaderno, donde se describía esa ofensiva tal cual había trascendido al futuro. Dos noches antes, la misma en que los aventureros estaban adentrándose en el túmulo, Ossandrei había conseguido quitarse la vida en su celda. 

*   *   *

Apenas tuvieron tiempo los aventureros de descansar tras su accidentado viaje, pues todos sabían que el de Valandur sólo era uno de los nodos de aquella perversa red subterránea diseñada por el rey Brujo y sus servidores. Pero, ¿por dónde debían buscar ahora? Por suerte, en su camino anterior habían topado con un poderoso aliado. A alguien se le ocurrió acudir a la retirada casa solariega del viejo mago Aranuir, el mismo que les había protegido de Azaroth en su primer encuentro en la casa de las afueras. Aranuir, aquella noche, les había prometido que realizaría pesquisas por su cuenta, y así fue. El mago les entregó a los aventureros una misiva en la que figuraba, completa, la vieja canción. Como sospechaban, cada verso se refería a uno de los antiguos reyes de Arnor, y si el primero era Valandur, el plan de ocupación subterráneo de los túmulos de Azaroth debía seguir el mismo orden que los reyes de la canción, en una especie de obscena burla a la historia y tradición real de Eriador. Los aventureros se fijaron que la misiva donde estaba escrita aquella vieja canción iba firmada por la letra "G", pero Aranuir no quiso desvelar sus fuentes. Sólo les aseguró, con una sonrisam que se trataba de alguien muy poderoso.

Con esta información, la guardia de Bree y los aventureros se prepararon para llevar a cabo una ambiciosa y peligrosísima misión. 

*   *   *

Tan sólo 10 días después del regreso de los aventureros, varios destacamentos de exploradores, miembros de la guardia y otros integrantes selectos (como no podría ser de otra manera, Oter, Ruby Moss, Mithgannel, Lèah y Gilmith) llevaron a cabo una misión de saneamiento de los túmulos. Tarcil, Valandil, Tarandor, Earendur.... todos esos túmulos estaban, en efecto, siendo colonizados por aquella ominosa presencia de Angmar. Por suerte, no encontraron resistencias tan grandes como en el primer túmulo, el de Valandur, donde además de los orcos se habían asentado aliados esterlingas. Se pusieron en marcha varios cuerpos de élite para sanear simultáneamente varios de los túmulos según el orden de la vieja canción, para sembrar la confusión y evitar que las fuerzas oscuras se fueran moviendo de uno a otro reuniendo refuerzos. Los aventureros insistieron en volver al túmulo de Valandur con la sóla misión de encontrar a Bit y Zoz. Mutfast, por supuesto, les acompañó. Pero no encontraron ni rastro de los exploradores hobbits. Los hombres del este habían desaparecido por completo y tampoco vieron ni rastro de los orcos. Parecía que, tras la primera expedición, las fuerzas del mal habían abandonado aquel primer túmulo, la piedra fundacional de su perversa estrategia. 

*   *   *

El saneamiento de los túmulos se completó en un mes. Las fuerzas del mal sólo habían tenido tiempo de poner el pie en 9 de ellos, y en alguno de los últimos, de forma muy precaria. Si había que hacer caso a la canción, en caso de haber completado sus planes hubieran llegado a tener 20 túmulos bajo su control, y todos ellos hubieran sido conectados por medio de túneles subterráneos. Varios nidos de bestias aladas fueron destruidos en algunos de estos túmulos. La escasa información que lograron obtener de los enemigos capturados durante el saneamiento coincidía y confimaba la estrategia de Angmar. De quien no volvieron a tener noticia fue de Azaroth, quien probablemente, viendo que sus planes eran desmoronados por las fuerzas de Bree, no debió verse capaz de reunir fuerzas suficientes para destinarlas tan lejos de Angmar. 

¿Qué fue de Asianne y del lobo de Forodwaith? No volvió a saberse de ellos, y todo aquel a quien preguntaron en la zona sobre una mujer cabalgando un enorme lobo les tomó por locos.

*   *   *

Una tarde, días después de regresar de la ardua misión del saneamiento de los túmulos, los aventureros departían tranquilamente en "El Descanso Real". El tabernero les colmaba de lisonjas, y en general todos los aldeanos de Bree les saludaban como poco menos que héroes. Estaban felices, pero una gran pregunta silenciosa parecía sobrevolar las cabezas de todos y cada uno de ellos:¿Y ahora qué? Sabían que, aunque habían frustrado un ataque que hubiera sido demoledor para Arthedain, la amenaza de Angmar seguiría siendo una constante. El Rey Brujo sólo necesitaba tiempo para reponerse y volver a atacar. Azaroth seguía vivo, y no podía esperarse de él otra cosa que nuevos planes para acabar con el orden del Reino del Norte y también del resto de los Pueblos Libres.

Mientras degustaba su bebida, Léah sacó su diario. No había tenido tiempo de volver a abrirlo después de todas aquellas vicisitudes vividas en las últimas semanas. Tampoco lo necesitaba, pues se lo sabía de memoria, pero de forma mecánica y distraída empezó a pasar las páginas, ya deterioradas, de aquel librito. De pronto pegó un grito de sorpresa: ¡la página en la que se describía el alzamiento de todas las fuerzas del mal de los túmulos y su marcha en dirección a Bree, comandadas desde el aire por Azaroth, había desaparecido por completo! En su lugar aparecía una página en blanco, sí, aunque unas finas líneas ininteligibles y prácticamente invisibles se podían empezar a adivinar si se ponía el papel a trasluz...¿tal vez irían definiéndose a medida que pasara el tiempo? Era imposible hacer conjeturas al respecto. Pero había descubierto dos cosas, la primera, que aquel libro era, de hecho, un artefacto mágico que variaba según los acontecimientos. Y la segunda, que gracias a su trabajo y el de sus compañeros habían logrado cambiar el futuro. Y lo había hecho del lado del bien.   

 

 

Notas de juego

Bueno chicos. Estais tomando estas relajadas cervezas y es el momento de hacer vuestras reflexiones de despedida y dar un atisbo de qué planes van a hacer vuestros respectivos PJs. Tal vez volver al hogar y poner orden a vuestras ideas? Tal vez emprender un nuevo viaje? Emborracharse hasta perder el sentido en Bree? XD

Por mi parte debo decir que ha sido un placer teneros como jugadores en esta partida. Ha durado un año justo, y habéis mantenido un interés y una tensión excelente durante todo este tiempo. Los que os habéis incorporado a mitad partida habéis encarnado rapidísimamente a vuestros PJs y los habéis hecho vuestros. Lamento si en algún momento me he pasado el legado de Tolkien por el forro...soy consciente que en algún momento la partida ha parecido más D&D que otra cosa, pero ¡qué se le va a hacer! XD

Todos habéis interpretado con intensidad y habéis dado a los PJ una personalidad propia, tanto es así que pueden convertirse en PJs de largo recorrido. Estos días, mientras posteáis, asignaré los Puntos de Experiencia a cada uno de vosotros, por si, quién sabe, algún día se nos ocurre recuperarlos para una nueva misión. Siempre relacionada con la amenaza de Angmar, y creo que en Arthedain. Tal vez explorando el resto del Reino del Norte: Fornost, Annuminas, ¿incluso el lejano Forodwaith? Pero eso, como se dice, será otra historia. 

Muchas gracias de verdad y seguimos en contacto ;))))

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22/02/2021, 09:19
Mithgannel

El trayecto a caballo le resultó muy duro. Se encontraba exhausta, dolorida y con la mente cargada de tantas emociones. El reencuentro con los hombres de Galeof le produjo un cierto alivio, aunque también compartió el pesar por los dos calientes hobbits caídos.

Fue allí, en la primera noche del viaje de regreso, donde Mithgannel se derrumbó completamente. Junto a su hermana lloró hasta quedarse sin lágrimas. Le contó todo lo ocurrido desde su escapada y el forzoso viaje hacia el este. Después de horas y horas contando las peripecias que había sufrido pudo notar como toda esa opresión que había sentido en el pecho se desvanecía.

Más tarde tocó la despedida del enigmático señor de bandidos. Mith había intercedido en su favor, pues aunque les había causado muchos problemas, también se había comportado lealmente al final y sin él probablemente las féminas del grupo no habrían salido de aquel túmulo.

Ni ‘lassui, Cormac, agorel vae. Na lû e-govaned vîn —dijo en forma de despedida al bandido.

Se alegró Mith de ver a Meneldir, con el que compartieron noticias e ideas a la vez que bebida y comida caliente. Habiendo reconfirmado el poco valor mágico y la procedencia de los colgantes, la sinda cedió el que portaba al capitán. Apoyó también el relato de Leah, tratando de aportar pruebas que reforzaran la rompedora historia.

Con ánimos renovados y menor carga emocional acumulada, la sinda cooperó en la limpieza de los túmulos, poniendo a disposición su arco y su destreza con la deplorable lengua que el enemigo usaba.

Durante el mes que necesitaron para afrontar la ardua tarea de desalojar a los orcos de los túmulos, la sinda pudo conocer mejor a sus ahora amigos. Cierto es que el trabajo era duro, y la concentración para planear los diferentes golpes al enemigo y ejecutar esos planes de agrande. Pero siempre hubieron buenos momentos durante las comidas, o las guardias, para compartir chascarrillos y unirse mas entre sí.

Derrotada y a la vez pletórica por haber completado tamaña tarea, Mithgannel bebía y reía con los demás.

¿Qué vais a hacer ahora, oh valeroso señor Moss, oh poderoso enano Öter? —preguntó la sinda, algo chisposa.

Yo he de volver a casa —comentó mientras chocaba con delicadeza su pinta con la de su hermana—. Debemos ponernos al día con nuestros padres. Luego he prometido a nuestra exploradora de más allá de las brumas del tiempo que la ayudaré a cumplir sus objetivos.

Mithgannel dedicó una cálida sonrisa a Leah, al tiempo que le picaba el ojo y alzaba su jarra hacia ella.

La vida de la joven sinda de ojos plateados había dado varios vuelcos en los últimos meses. Había padecido profundos sentimientos de dolor, ira y ansias de venganza,  pero con la ayuda de sus compañeros había logrado reponerse. Ahora notaba que era una persona distinta.

Desde el desgraciado momento en que perdió a su hijo y a su esposo, pensando que lo había perdido todo y que no merecía la pena seguir luchando, había ocurrido mucho. Ahora tenía un objetivo claro. El que anteriormente había llevado a su valiente hermano a recorrer Eriador de batalla en batalla. Ella lo había perdido todo una vez, y haría todo lo posible porque nadie más tuviese que sufrir lo mismo a manos de la oscura sombra de Angmar.

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24/02/2021, 19:52
Oter, hijo de Hreimdar

El enfrentamiento entre el tumulario y Azaroth era el momento idóneo para escapar de allí. No tenían la suficiente fuerza para enfrentarse a tales criaturas. Lo más sensato, en contra de la voluntad del férreo enano, era la de escapar de allí lo antes posible. 

- ¡Más elfos, más elfos! - decía el enano mientras corría, pero en el fondo agradecido de que hubieran aparecido.

Mithgannel se veía dolida, por los encuentros y por los acontecimientos; y a pesar de su distancia racial e histórica con la elfa. El enano sintió pena por ella y por todo lo que había girado hacia su historia.

- Tener que presentarme antes estos orejas puntiagudas con estas pintas... - decía mientras se golpeaba con las manos el barro de las cortas y peludas piernas - Maldito seas, bastardo, Azaroth... - maldijo el enano mientras observaba aquella figura alada perdiéndose en el aire entre bramidos.

Por un momento, el enano sintió alivio y una pesadez enorme se apoderó de él, fruto de la tensión disipada al saber que estaban a salvo. 

...

Öter no supo cuanto tiempo estuvieron cabalgando de vuelta a "casa". El encuentro con la comitiva de Galeof fue sincera y agradecida, aunque se tornó triste por las noticias sobre Bit y Zoz.

- Siento mucho lo ocurrido - dijo en general, con la cabeza gacha, para después poner una mano sobre el hombro del señor Moss -. De seguro que fueron valientes hasta el final.

Había sido un viaje corto pero intenso. Peligroso y con un desenlace bueno pero que habría sido mejor con la caída de los enemigos del Mal. Pero en aquel momento, no eran lo suficientemente poderosos como para hacerles frente. Si bien habían hecho todo lo posible, habían salvado muchas vidas con sus increíbles hazañas.

La estancia en Bree, en el "Descanso real" se hizo agradable. El enano pudo darse una ducha antes de poder sentarse con sus compañeros, en lo que parecía una previa despedida. La silla crujió y el enano dio un respingo, echando un vistazo a las patas, a cada lado de la misma.

- Creo que me quedaré un tiempo más en estas tierras, señorita elfa. Siento en mi corazón que aún puedo ayudar a esta gente de alguna manera, aunque por ahora creo que guardaré el martillo un periodo - el enano se veía raro sin su armadura y su aspecto de guerrero. Llevaba el pelo suelo y por primera vez en mucho tiempo, limpio -. ¿Quizás el Señor Moss esté de acuerdo y quiera acompañarme? ¿O tiene algún cometido? - le dijo al mediando dándole un leve codazo para llamar su atención -. Espero que pronto nuestros caminos se crucen. Y a usted, señorita Leah, si alguna vez necesita un compañero de expedición, cuente conmigo, no soy muy sigiloso, pero puedo allanarle el camino - dijo riendo mientras bebía de su jarra.

El enano sintió el corazón en paz, sin sensación de peligro y aliviado de que por algún tiempo, el pueblo de Bree tendría la tranquilidad que se merecía, habiéndose hecho justicia por los hombres de alma corrupta que habían ayudado al enemigo. No se sentía con la necesidad de que agradeciesen su esfuerzo, pues Öter, que a pesar de que si viaje inicial tenía un cometido diferente, sabía que la mejor muestra para agradar a su padre, era la de haber ayudado a la Gente Libre a poder ser más feliz en una Tierra Media más justa.

- ¡Saludos, amigos, compañeros... que no falten las aventuras y la cerveza!

Notas de juego

Gracias a todos/as, de verdad :)

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26/02/2021, 20:06
Ruby Moss

Moss se sintió apenado por los valientes hobbits que les habían ayudado a escapar, pero habían sido unos valiente y les recordaría siempre por ello. En Bree brindó con sus compañeros y derramó cerveza por el suelo en honor a Bit y Zoz. Los recuerdos positivos enseguida tomaron la delantera en la mesa sin olvidar lo ominoso de la idea de lo que podía haber pasado si no hubieran desenmascarado a Ossandrei y frustrado los siniestros planes de Azaroth.

Desde luego nos ha ido de un pelo. ¡Menos mal que llegó tu hermana, Mithgannel! ¡Bueh debo ser el mediano que más elfos ha visto de toda Delagua! Traición en la guardia, bandidos, saqueadores, orcos, esterlinas, malignas bestias voladoras ¡Y hasta un espectro, menuda aventura! —agitó su jarra derramando alguna gotas—. Aunque yo he tenido suficientes emociones por una temporada Oter —le palmeó amistosamente el hombro— y me esperan en casa mi Violeta y los dos sinvergüenzas que tengo por hijos —sonrió recordando la mirada soñadora de Path y la naricilla pizpireta de Bethany—. Estás más que invitado a comer cuando quieras. Todos lo estáis claro —animó a Mithgannel y Lèah—, en el valle de Delagua, cerca del molino viejo, no hay muchos Moss. ¡No hay pérdida! 

Notas de juego

Me lo he pasado muy bien. ¡A ver si no vemos en otra! Esta vez a ver si desde el principio XD

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01/03/2021, 16:51
Leah

Después de mucho tiempo Léah se sentía feliz. 

Una felicidad que le había llegado más tarde que a sus compañeros de expedición y a la gente de Bree. La asesina salió del túmulo de Valandur, en realidad, con una mezcla de sentimientos encontrados. Alivio por una parte por haber salido vivos de allí, sí. Pero también frustración por no haber acabado con Azaroth. En su fuero interno sabía que si se hubiesen enfrentado con el servidor del Rey Brujo probablemente hubieran perecido, todos. Pero a Léah no le hubiera importado. Hacía tiempo que había asumido que la muerte era seguramente su destino final si se enfrentaba directamente a Azaroth. Pero esa idea de darlo todo por cumplir su objetivo, de dejarse la vida intentando llevar a cabo su misión, colmaba sus aspiraciones. Galathas, el hechicero que la había mandado al pasado, dio su vida para que ella pudiera realizar aquel viaje en el tiempo. Sacrificarse ella también sería estar a la altura de la responsabilidad adquirida. Así que aunque parezca raro, el salir viva de aquella cueva y que Azaroth hubiera escapado la había dejado una sensación agridulce.

Fue más tarde, con el paso de los días, cuando empezó a ser consciente de lo que habían logrado. El conocer lo de los huevos destruidos de aquellas malignas criaturas ayudó, y el reconocimiento mostrado por el pueblo de Bree a su llegada también. Pero sobretodo fue la operación de limpieza de todos los túmulos lo que acabó de convencerla del todo. Aquella había sido una rotunda victoria, no cabía duda de que habían alejado a las fuerzas de Angmar de la zona por un largo tiempo. Porque no sólo habían expulsado a las criaturas malignas que antes merodeaban por el reino, sino que ahora aquellas gentes ya estaban prevenidas. No sería fácil que Azaroth y el Rey Brujo pudiesen armar un plan parecido, y en cualquier caso les llevaría mucho tiempo.

 Por si esto fuera poco Léah recibió una muestra definitiva de la magnitud de su obra: las páginas de su libreta traída del futuro se reescribían. Por arte de magia, el mismo Destino borraba aquellas tristes páginas que se avecinaban y comenzaba a escribir unas nuevas, llenas de luz y esperanza.

Sí, Azaroth seguía vivo, pero Angmar había recibido un duro golpe, y el Mal se mantendría alejado de aquella zona por un largo tiempo. Y sí, sin duda Galathas estaría contento, su sacrificio había servido para algo. 

Ahora, descansada y relajada, la asesina miraba a aquellos compañeros de aventura que ahora podía considerar amigos. Sus amigos y en realidad sus únicos seres queridos en estas tierras y en esta época, lejos tanto en el espacio como en el tiempo de su Dol-Amroth natal. Tenía que reconocer que había sentido una punzada de envidia de ellos. Había sido cuando Mith y Moss anunciaron que retornaban a sus hogares para reencontrarse con sus familias. Léah pudo distinguir la ilusión en su mirada cuando lo mencionaron, y una repentina sensación de soledad la embargó. Ella no tenía un hogar ni nada que se le pareciese al que regresar. Sin embargo duró apenas un instante, lo justo hasta que Mith dijo que pasado un tiempo volvería para ayudarla en su misión, y que Öter también se ofreciera a acompañarla. 

Lo cierto es que Léah había pasado en los últimos días muchos momentos de incertidumbre, pues no sabía adonde se encaminaría cuando llegase el momento de la despedida. Al final había tomado quizás la decisión más sencilla: seguiría recorriendo Arthedain buscando al resto de objetivos que tenía marcado en su cuaderno. No sabía si tenía mucho sentido porque lo que habían conseguido seguramente haría que Azaroth y su señor pasasen un tiempo sin operar allí, y por tanto esos objetivos podrían haberse quedado sin cometidos malignos que servir. Pero ¿qué demonios? pensó, si aquellas personas se habían vendido al mal una vez bien podrían volver a hacerlo en el futuro, así que el reino no les echaría de menos. 

 Sí, definitivamente eso es lo que haría. Sola, como siempre había hecho. Pero, si por casualidad alguno de sus nuevos camaradas paraban cerca de allí, estaría encantada de hacerlo acompañada. 

 -¡Salud!- brindó levantando la jarra hacia sus compañeros. Había descubierto que las aventuras, mejor si son compartidas.

Notas de juego

 Bueno compis espectacular la partida, ¡espero repetir pronto!

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10/03/2021, 08:59
Director

Con un placentero hormigueo en sus paladares después de las primeras cervezas, todos escucharon los planes de sus demás compañeros. Algunos lo tenían clarísimo, y otros lo estaban pensando o formulando por primera vez. Pero lo más importante es que todos tenían un propósito que les llenaba los corazones y les daba sentido a sus vidas, una razón para vivir y seguir adelante.

*    *    *

Mientras caía la tarde, no muy lejos de donde se encontraban, en una de las habitaciones de la torre de la puerta oeste de la muralla de Bree, una ventana se abría. A continuación, una mano depositaba una pequeña jaula con un gorrión en el alfeizar de la ventana y abría la portezuela que lo mantenía cautivo. Al principio el pequeño pájaro no sabía muy bien lo que hacer con aquella recién ganada libertad. Anduvo dando saltitos por el alféizar, dubitativo, hasta que al final, mirando el amplio cielo que se abría ante él, dio un salto al vacío y se mantuvo flotando en el aire. La verde campiña de los alrededores de Bree era un magnífico telón de fondo para aquel primer vuelo en libertad. Él lo ignoraba, pero aquel cielo azul había estado a punto de ser amenazado por la guerra y el terror. El gorrión se zambulló en aquel aire acogedor y se alejó de la muralla, hasta que desapareció de la vista de los hombres. 

El cielo de Eriador seguía siendo libre.

F   I  N       

 

Notas de juego

Gracias a todos por vuestros posts de cierre, ya la podemos dar por terminada! Ha sido un placer!!!