Partida Rol por web

─La paga buena est ─respondió el de Barriuso, y tras ofrecerte una montura le seguiste en rápida cabalgadura. Siete erais los que a paso raudo atravezabáis los frondosos bosques que rodeaban Villasana. Don Nuño parecía conocer bien el camino, pues con anterioridad, acompañado por la Belarda y el Urraca, había encontrado la gruta donde se ocultaba la bestia.

─Andamos cerca ─indicó cuando el camino tornaba en difícil acceso. Las monturas ya no podían avanzar más y además se mostraban intranquilas como si supieran de la presencia de algún depredador oculto.

Entonces don Nuño descabalgó, indicando al resto que hicieran lo mismo. Uno de aquellos siete se quedó allí montando guardia y vigiliando las cabalgaduras. Los otros seis avanzáis con cautela entre retamas y zarzales hasta que finalmente dáis con la entrada de la gruta.

Sacó entonces el de Barriuso su acero ─preparad las ballestas. Aquesta vez la bestia caerá ─comandó entonces a uno de sus hombres, el más joven e inexperto por su apariencia: ─Trae leña. Crearemos un fuego a la entrada de la caverna et que sea aqueste quien hága salir a la bestia. Entonces la saetearemos hasta su muerte.

Una vez reunido el monton de madera a la entrada de la caverna, don Nuño encendió una antorcha y se encaminó a la pira.

Ballesta en mano todos esperabáis temerosos e impacientes...

cargo la ballesta y me pongo a un lado de la gruta, intentando buscar cobertura tras una roca, o detras de un tronco de arbol.

Don Nuño enciende la pira... La madera cruje y el humo impulsado por la fresca brisa va inhundando la cueva. De pronto, del interior de la gruta sale una enorme bestia, que no es hombre ni lobo y parece ser ambos, y tras recibir una lluvia de virotes que no logra acabar con su vida, pone a prueva la templanza de los soldados y estos, sin mirar atrás, escapan por salvar sus vidas pues no esperaban ver lo que de allí ha salido.

Don Nuño te lanza una mirada de aprobación, pues eres el único que, aparentemente, ha demostrado el temple suficiente para no correr como una gallina.

Entones el de Barriuso carga al grito de: ─¡Te haré tornar al averno del que habedes salido bestia impía!.

estoy templado.

me acerco a distancia de ballesta para sacar bonificador por distancia, y me dedico a apuntar para asegurar un mayor tiro en el porcentaje.

Una vez haya disparado, me plantearé soltar la ballesta e  ir al cuerpo a cuerpo.

Como me muevo y avanzo, no le disparo en ese asalto, para no perder ese -10.

luego le disparo( no apuntare pues) Y una vez disparado, cambio la ballesta por el arma cuerpo a cuerpo y le ayudo al señor.

Y la bestia emitió un griñido de tal ferocidad, que don Nuño supo que una carga enloquecida le llevaría directo a las fauces de la muerte, así que optó por un acercamiento cauto.

Con paso firme se acercó a la bestia. Con el canto del escudo bajó el visor de la celada y, escudo en ristre y enarbolando una enorme maza, se encaminó hacia la criatura. El porte del guerrero era excepcional. Estaba claro por qué era la mano derecha y hombre de confianza del barón.

La bestía, cuando éste se encontraba a su alcance, lanzó dos golpes con brutal furia que el de Barriuso esquivó con facilidad. Se podía ver en su porte que estaba decidido a acabar con la bestia...

tengo 37 en ballesta, imagino que +20 por distancia.

gasto suerte maximo 15.

no la necesito y acierto.

¡ ballestazo en la cabeza 8 puntos -bonif.!

El de Barriuso no parecía querer dejarse "acariciar" por las garras de la bestia, y entre sutiles movimientos estrelló su maza contra el hombro de la criatura mientras esquivaba sus zarpas. La criatura soltó un quejido de dolor que se convirtió en un helador alarido al impactar una certera saeta en su rostro, atravezando su mandíbula de lado a lado.

Para terror de ambos hombres, la bestia cerró sus fauces con fuerza haciendo crujir el virote como si fuera un mondadientes... La criatura se hallaba debilitada, empero no parecía estar la pendencia querer finalizar con prontitud.

declaro una carga con mi bracamante.

La bestia, viendo que otro combatiente se sumaba a la pendencia, optó por repartir sus garras entre ambos...

El hombre del barón golpeó con furia el hombro derecho de la criatura, igual que antes, pretendía debilitar la garra de la bestia allanando el camino para la carga del Tancredo.

carga de 7 puntos en el brazo izquierdo.

pedazo de pifia. e el ataque.

consigo la parada.

mis acciones ataco y paro.

critico en la parada

acierto en el ataque en el pecho 6

para el siguiente, lo mismo paro y ataco

ya tire el daño lo que pasa es que esta mal el rotulo. es la ultima tirada.( ataque localizacion) 6