Partida Rol por web

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides salirte del casco viejo. Vas dirección a la estación de autobuses. Allí llegan los últimos rezagados de la noche, además que por las calles suele haber gente joven.

Según te acercas a la estación, ves algo de movimiento. Un par de grupos de jóvenes cargados con mochilas, que van en la dirección contraria a la tuya, alguna prostituta y mendigos varios. También hay gente solitaria, moviéndose con velocidad

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides salirte del casco viejo. Conoces una zona que los jóvenes frecuentan mucho. Está pegada a la muralla, y es uno de los lugares de reunión favorito. No sólo para beber, si no para charlar y encontrarse con antiguos amigos.

Según te acercas, empiezas a escuchar ruido. Gente hablando, gritando, riendo... Al lado hay un parque por el que las parejas se esconden para tener más intimidad.

Llegas allí y hay gente de todo tipo. Chicas altas y bien vestidas, jóvenes con ropas anchas y rastas, vestidos largos, pantalones de pitillo... Para elegir al gusto

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides investigar por los callejones.

Caminas sin llegar a perderte, sabiendo bien cómo volver a la casa. Todo parece solitario, pero a lo lejos escuchas voces. Emocionado, te acercas.

Puede que hayas encontrado tu cena.

Un grupo de chicos jóvenes están sentados en un banco de la plaza. Hay chicos y chicas, es un grupo muy variopinto. Alguna chica que parece más pija, algún que otro rastafari... Están comiendo pipas, charlando de cosas poco interesantes. Al cabo de unos minutos, se levantan, parecen que se están despidiendo

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides salirte del casco viejo. Conoces una zona que los jóvenes frecuentan mucho. Está pegada a la muralla, y es uno de los lugares de reunión favorito. No sólo para beber, si no para charlar y encontrarse con antiguos amigos.

Según te acercas, empiezas a escuchar ruido. Gente hablando, gritando, riendo... Al lado hay un parque por el que las parejas se esconden para tener más intimidad.

Llegas allí y hay gente de todo tipo. Chicas altas y bien vestidas, jóvenes con ropas anchas y rastas, vestidos largos, pantalones de pitillo... Para elegir al gusto

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides salirte del casco viejo. Conoces una zona que los jóvenes frecuentan mucho. Está pegada a la muralla, y es uno de los lugares de reunión favorito. No sólo para beber, si no para charlar y encontrarse con antiguos amigos.

Según te acercas, empiezas a escuchar ruido. Gente hablando, gritando, riendo... Al lado hay un parque por el que las parejas se esconden para tener más intimidad.

Llegas allí y hay gente de todo tipo. Chicas altas y bien vestidas, jóvenes con ropas anchas y rastas, vestidos largos, pantalones de pitillo... Para elegir al gusto

Antes de descansar, decides que es tu momento de ir a cenar. Te despides del resto de tus compañeros, pues sabes que la caza es mejor en solitario.

Te mueves por las calles y callejones toledanos, buscando a tu víctima. Decides salirte del casco viejo. Conoces una zona que los jóvenes frecuentan mucho. Está pegada a la muralla, y es uno de los lugares de reunión favorito. No sólo para beber, si no para charlar y encontrarse con antiguos amigos.

Según te acercas, empiezas a escuchar ruido. Gente hablando, gritando, riendo... Al lado hay un parque por el que las parejas se esconden para tener más intimidad.

Llegas allí y hay gente de todo tipo. Chicas altas y bien vestidas, jóvenes con ropas anchas y rastas, vestidos largos, pantalones de pitillo... Para elegir al gusto

Había mucha gente para elegir... y eso era bueno para él. Claro que debía tener cuidado. Las drogas y el alcohol estaban a la orden del día en esas fiestas, y Alexander no deseaba pillar nada extraño. Comenzó a observar un poco mas la zona, buscando a alguien algo apartado y solitario que pudiera usar... preferentemente mujer. 

Eche un vistazo a mi reloj de pulsera; tenía tiempo, sin embargo no sabía cuanto podían tomar mis negociaciones con Lebronch y por supuesto, aquello tenía mayor prioridad que ninguna otra cosa.

Traté de olvidarme de la cacería y me dirigí hacia el castillo directamente.

"Que ingenuos mis compañeros si creen que pueden confiar en mí, alguien del mismo clan que Lebronch. Solo espero que no me salga el tiro por la culata y ese capullo de Lebronch acabe desestimando mi preciada ayuda o no me ofrezca algo suficientemente beneficioso. Pero ante todo lo que más me interesaba eran respuestas sobre el susodicho ritual ¿Tendría algo realmente que ver con la gehena?"

Encontrar una buena zona de caza había resultado difícil. El primer grupo de jóvenes con los que me había cruzado me habían indicado que ésta era una de las zonas de marcha más concurridas de la ciudad.

Me paseo unos minutos por la zona, sin prisas, disfrutando de las vistas que me ofrecen las mujeres toledanas y aspirando sus aromas, En el ambiente se mezclaban las esencias afrutadas de los perfumes con los desagradable olor del tabaco o el sudor, y aquí y allá, el dulce aroma de la excitación sexual.

La explosión sensorial que supone estar rodeado de cientos de jóvenes en la flor de la vida dando rienda suelta a sus pasiones no tarda en causarme cierta excitación, poniéndome a tono para la tarea que tengo por delante, así que llegado a ese punto, me concentro en buscar un objetivo y me meto en uno de los bares con más afluencia de gente.

Las chicas que bailan en parejas o grupos, rodeadas siempre por un grupo de hombres con las hormonas al rojo vivo son un objetivo muy tentador, por el reto que suponen, pero esta noche estoy aquí por necesidad, no por disfrute así que en su lugar, me dirijo hacia la barra, donde espero encontrar algún chica más fácil de conseguir. Tal vez la amiga fea de alguna de las que ahora mismo están bailando por ahí...

Los jóvenes se mueven, pero siempre en grupo. Unos chicos se chocan contigo y casi te echan un cubata encima. Mientras te piden perdón, otro a lo lejos levanta la mano, saludándote, pero no te suena mucho su cara.

Y, entre todo el ruido, escuchas una voz dulce, de una chica joven, de unos 22 años...

¡Ana, joder! ¡Ven conmigo! Tengo que ir hacer pis... Vale, como quieras, cerda asquerosa

La muchacha va con una camiseta roja escotada que insinúa unos pecho grandes, una minifalda vaquera y unos tacones no muy altos. Cruza hacia el parque y se aleja, buscando algún lugar más tranquilo

Cruzas el puente que hay cerca de la estación, moviéndote rápido pero sin llamar la atención. Algún que otro coche pasa cerca tuya, con la música alta y el conductor y sus acompañantes dando voces.

No tardas en ver el castillo

Tus ganas por llegar hacen que aceleres tus pasos, haciendo que vayas prácticamente corriendo. 

Al llegar, puedes ver a lo lejos una puerta, y dos hombres cerca. No parecen guardias ni nada, pero sí parecen vigilantes. Agudizando un poco más la vista, notas sin problemas que son vampiros

En la barra del bar, hay un montón de chicas haciendo señas al camarero para ser atendidas. El camarero es un chaval muy guapo y con buen cuerpo, pero tu presencia se hace notar en el lugar. Muchas chicas giran la cabeza para mirarte, y empiezan a cuchichear entre ellas. Alguna se ruboriza al mirarte directamente. Incluso algunas se mueven y se colocan tras de ti. Pasan sus brazos por encima de tu hombro para llamar al camarero, al tiempo que dejan que sus pechos rocen en tu espalda

Había localizado a su objetivo,y lo que era aún mejo, se alejaba del grupo. Debía de moverse con rapidez antes de que su oportunidad pasase. Se aleja del grupo de jóvenes, al menos lo suficiente para que no se fijen en como él también cruza hacia el parque. Luego, mira a su alrededor y tras cerciorarse que no hay nadie mas rondando la zona se dirige hacia su presa...

Normalmente disfruto con la emoción de la caza, la anticipación sigue siendo el momento preferido para muchas cosas y pierdo algo el tiempo paseándome entre la multitud de las calles juzgando para bien y para mal el destino de todas esas personas.

Aunque camine cabizbajo, con las manos en los bolsillos, sucio y desastrado por las peleas de hoy me siento como si fuera un gran hombre de negocios que se pasea por un concesionario despreciando coches de lujo mientras abanica un fajo de billetes de forma totalmente petulante.
La situación tampoco se presta para muchas sutilezas, de manera que prescindiré de juegos innecesarios y cosa que no me duele sabiendo las que están por venir.

Lo primero es buscar una callejuela estrecha y corta, situándome si puede ser incluso tras uno de los salientes de algún edificio y esperar a que alguien solo cometa el error de pasar por delante.
Una vez encontrado la discreta posición me siento encima de un cartón y extiendo la mano para que cualquier tumulto de gente que se cruce conmigo piense que no soy otra cosa que un simple sin techo, cosa nada distante de la verdad además de que con el carcomido abrigo y los pelos aún enmarañados ayudan a dar tal efecto.

Ahora todo lo que queda es esperar algún incauto mientras imagino que habrán hecho los demás con Mary, ¿La habrán matado? ¿La hemos encerrado en un sótano? Cuando vuelva lo comprobaré personalmente. También me regocijo ante la idea de que Roberto se encuentre con toda su magnifica galería siendo devorada por las llamas. Zimbardo tuvo una buena idea al pedir los explosivos...

Conforme me acerco a la barra, noto como mi presencia causa un pequeño revuelo entre las mujeres a mi alrededor. Algunas simplemente sienten curiosidad, otras se sienten intimidadas, pero en su mayoría se encuentran las obviamente excitadas.

De entre las de éste ultimo grupo, algunas se lanzan al ataque como leonas hambrientas sobre un ciervo herido. Resulta casi comico pensar lo equivocadas que están sobre quien es el depredador y quien la presa. Noto como una de las chicas aprieta su cuerpo contra el mío más de lo que requiere la situación así que me doy la vuelta y sonrío a la que será my cena. La posición en la que estaba la chica hace que acabemos muy pegados, con nuestras nuestros pechos apretados el uno junto al otro.

Incluso cuando era mortal, una sonrisa mía hacía que incluso la mujer más fría se derritiera, pero ahora, con todas mis habilidades puestas a ello, resultaba símplemente irresistible.

Hola preciosa. ¿Sabes? No hace falta que empujes. Dime que quieres tomar y te invitaré gustosamente a cambio solo de que me digas tu nombre.

Me acerco a los vigilantes cargándome de coraje y les espeto

- Vengo a hablar con Roberto Lebronch, mi nombrre es Christoph Zimbardo. Creo que vuestrro señor tendrrá mucho interés en ressibirme.

Trataba de contener mis nervios, pero era consciente de que me estaba metiendo en las fauces del lobo

Sigues a la chica con una distancia prudencial, para que nadie pueda sospechar nada. La joven atraviesa el parque en el que entra, alejándose de las luces y se acerca a un pequeño terraplén lleno de matorrales. 

La muchacha, tras mirar de un lado a otro, se agacha y se pone a hacer sus necesidades

Con la mano extendida, estás perdido en tus ensoñaciones sobre los posibles futuros de Mary en tus manos, cuando escuchas a un grupo de jóvenes acercarse

Alzas la mirada lo justo para ver de quienes se tratan. Son dos chicas y tres chicos, y por lo que parece uno de los chicos es el "sujeta-velas" pues los otros cuatro están emparejados. 

Las chicas se paran levemente y empujan a sus novios al lado contrario de la calle donde tú estás, ya que tu aspecto les da miedo. Pero el chico se queda quieto y rebusca en su bolsillo hasta que saca unas monedas y se acerca a tí

Carlos, ¡Carlos!. No seas idiota. Mira sus pintas, ¡ten cuidado! susurra una de las chicas.

A pesar de las advertencias, el chaval se acerca y te da las monedas

La chica se sonroja al ver cómo la sonríes y notas como se eriza el vello de sus brazos. Pero se recupera pronto y con su mirada provocadora y llevándose un dedo a los labios en plan inocente, se acerca a ti, aplastando su cuerpo contra el suyo para acercarse a tu oído

Mi nombre es Sam, pequeño. Y, bueno, generalmente bebo vozka con naranja, pero esta vez me gustaría hacer un pequeño cambio, y beberlo sobre tu pecho desnudo... dice mientras acaricia tu torso por encima de tu ropa

Uno de los guardias te mira con asco mientras el otro se ríe.

Vaya, vaya, así que una oveja vuelve al redil. ¿Vienes a que terminen pronto con tu vida? Seguro que a Roberto le hace mucha ilusión... Se acerca hacia ti con velocidad y te golpea en la boca, donde notas el sabor de tu sangre antes de que se te regeneren los labios.

¿Llevas armas? Venga, dámelas, no me hagas registrarte