Partida Rol por web

- Os ofrecía mojar los labios pues no es preciso beber para saborear... os contaré una curiosidad Monsieur O'Toole aunque quizá lo sepáis, en ciertas zonas de Bretonia hay nobles que degustan centenares de vinos en un día... - tras una pausa para captar la atención de O'Toole continuó - ... el proceso es el siguiente dan un sorbo y tras paladearlo lo escupen en un cubo, se aclaran la boca con agua y repiten el proceso con otro caldo... así saborean y disfrutan sin acabar embriagados -

Observando a LaCroix directamente el caballero levanta la copa en señal de saludo - Juglar como mucho... -

- Pues compartiremos habitación, señor Ziegler, quizas asi pueda usted recordarme un poco en que consiste la fe, ya que la tengo algo olvidada.

Al ver llegar la bandeja con el cerdo me quedo sorprendido. !¿Un cerdo para 6?! Pero al ver al señor O'Toole empezar a comer con ese ainco la cena ya no me parece tan desproporcionada.

Con un gesto agradezco el ofrecimiento de Sir Landuin y espero a que él y Hans terminen sus oraciones antes de empezar a comer. El primer bocado casi me hace desmayarme de gusto, tanto tiempo sin comer comida en condiciones hace que este cerdo me parezca digno de dioses. Hecho un trago del vino. No es bueno... es mejor.

Entonces aparece el herrero, no me inspira desconfianza, pero me sorprende la facilidad de entablar conversación y más aun de preguntar. Presto atención a la conversación pero no paro de comer, se nota que traía hambre.

Cuando traen la comida comienzo a comer  tranquilamente hasta que se acerca el herrero.

--Asi es.... Soy Fenris, estoy de viaje en busca de ampliar mis conocimientos.

-¿Un erudito elfo?-preguntó, algo receloso. 

---No... simplemente soy un aprendiz, aun me queda mucho para considerarme un erudito.

-Bueno...-aunque no parece muy tranquilo, el herrero se queda allí. 

Tal y como pensaba hemos llamado la atención, en realidad no podría ser de otra manera y tal vez el que no se extrañasen por ver a unos viajeros armados sería aún más sospechoso, pero a fe mía que el herrero más que ofrecernos sus servicios quiere interrogarnos sutilmente.

Ramiro come y bebe sin mirar al herrero aunque se nota que no esta cómodo con más desconocidos en la mesa y mira a las mesas de alrededor para ver si los demás clientes de la taberna han dejado sus cosas y nos miran tambien.

Por fin y para relajar la tensión que siente debido a ser un espadachín que se ha jugado mil veces la vida en lances de taberna habla

No esta mal este vino, pero por desgracia el clima de estas tierras no produce buenos viñedos como los de Estalia y Bretonia, como sin duda el señor Noirfeu pensará tambien. Aunque ciertamente es mil veces mejor que los infectos brebajes que bebiamos en Lustria o que el vino avinagrado que bebiamos en nuestros barcos camino del nuevo mundo mientras rodeabamos Ulthuan y nos enfrentabamos a los elfos que nos impedian el paso a nuestras colonias, el rey Finubar debe creerse que los mares son suyos y que solo las naves que zarpan de Eataine tienen derecho a surcarlas.

Finalmente, viendo que el herrero sigue sentado a la mesa y que esta intranquilo le habla.

Disculpadme señor Weiss, pero os noto intranquilo, ¿os sucede algo?

-Eh, no... Claro que no-retomando la sonrisa, dice-¿han oído hablar de Zhufbar? Pues si no lo han hecho, oirán hablar de ella antes de que acabe la noche.

-Creo, señor estaliano cuya nación al parecer, y nunca la había oído nombrar por nada bueno, hace buen vino, pero en techo ajeno, simplemente debería hablar bien de lo que le ofrecen. Sobre todo en estas tierras, no debería intentar quedar por delante, son gente muy orgullosa y con mucha fe en su nación, por eso dominan el Viejo Mundo- dijo sonriendo el halfling levantando el vaso de agua en señal de brindis.

-¿Cuéntanos tú mismo, herrero, que es Zhufbar?

Ramiro coge el pomo de su estoque y mira fijamente al halfling antes de decirle:

Creo amigo halfling que me ha malinterpretado, pues he dicho que este vino no era malo, pero que por desgracia debido al clima las uvas de las que procede no son tan buenas como serían de haberse cultivado más al sur, y tal vez tengáis vos a bien nombrarme esas cosas nada buenas de Estalia, en caso de querer convertiros en funda de mi estoque claro.

Amigo Weiss Zhufbar no me parece un nombre imperial, es por ventura una extranjera como nosotros?

El herrero se ríe sinceramente.

-Oh, no... Como he dicho, son aventureros... Y hay alguien presente que se ha fijado en ello, y va a contarles todo sobre Zhufbar. 

Pues por ventura que empiece ya, pues no entiendo tanto misterio en torno a esa tal Zhufbar

Como si le hubieran llamado (quizá sus oídos enanos han captado la palabra Zhufbar), el enano se pone en pie y os mira, para decir:

-Parecéis un grupo temible. Necesitamos gente vigorosa como vosotros para librar Zhufbar de los pieles verdes. Si es dinero lo que buscáis, os lo pagaremos encantados. Si peligro es lo que ansiáis, os lo ofreceremos y en abundancia. Si lo que pretendéis es hacer el bien, no hallaréis bien mayor que éste. ¿Estáis dispuestos?

El enano tiene pinta aguerrida, con varias cicatrices y diversas marcas de heridas pasadas. 

-Y ahí esta otra vez...-masculla el herrero, con cansancio en la voz. 

Tal vez esta sea mi oportunidad de empezar a labrarme un nombre en estas frias tierras, y además, esta bien hacer amigos enanos, siempre pagan bien y no les suelen preocupar los metodos

Maese Grod, yo he viajado de Estalia a estas tierras en busca de fortuna y sobre todo de gloria ganada en batallas que canten durante generaciones los poetas de Estalia y estoy dispuesto a ayudaros, por un módico precio claro..., pues como os he dicho tambien vengo en busca de fortuna.

En cuanto a mis compañeros de mesa no puedo hablar por ellos pues no los conocí hasta esta misma noche, pero creo que siendo guerreros y odiando tanto a los pielesverdes como el resto de las razas del Viejo Mundo tal vez se unan tambien en esta empresa

Todos parecen mirar sorprendidos al estaliano, pero al mismo tiempo esperan a saber lo que dice el resto. Se oye algún murmullo como:

-... Suicidio... Locura... No es el primero...

Alzo la mirada de mi comida ante el escandalo que se ha armado.

--- A mi me da igual, aunque me gustaria tener mas información sobre ese Zhufbar- digo encojiendome los hombros con cierta despreocupación.

Ramiro da una palmada al elfo en el hombro 

Zhufbar, amigo elfo, creo, por lo que que ha dicho maese Grod que es una ciudad ocupada por pielesverdes, y ahora creo recordar haberla oido nombrar en antiguas leyendas, ¿no era de allí por ventura maese Grod de donde procedia Alaric el loco?

---Fenris- digo a modo de respuesta-  Me gustaria escuchar esas leyendas ¿cuales son?

-Zhufbar es una fortaleza enana, a orillas del lago Agua Negra... Hace tiempo que esos condenados pieles verdes nos la arrebataron, y estoy intentando reclutar aventureros para retomarla... Muchos otros han partido antes que nosotros, y todos han muerto... Pero seguro que nosotros lo conseguiremos, ¿verdad?-dice convencido y lleno de pasión.

Por desgracia para su credibilidad, muchos alrededor no piensan lo mismo. Además del suicidio que supone intentar retomar una fortaleza repleta de orcos y goblins, por supuesto. 

-Efectivamente joven, el herrero rúnico Alaric vivió allí. Ya tuvo que retomarla una vez, y con la ayuda de Sigmar y sus ejércitos lo logró, a cambio de los Colmillos Rúnicos.