Partida Rol por web

Archibald hunde la cabeza entre sus manos y sus hombros ceden, no emite ningún ruido solo se queda sentado con la espalda apoyada contra los barrotes pensando...

Miro con desprecio a aquel ser ¿es que no tienen sentimientos? Vuelvo a fijarme en el hombre de la falda. Aún algo mareada trato de incorporarme para acercarme a él despacio. Al estar a su lado apoyo una mano sobre su hombro pero no le digo nada.

Tom apoya una mano sobre el hombro del escocés. Sea o no un bocazas acompaña sinceramente en el sentimiento al hombre. Luego se aproxima al borde de los barrotes y mira fijamente al gigante:

- No deberías reirte, basura gigante. Quizás algún día las tornas den las vueltas y seas tú quien llores por alguno de tu raza... O por ti mismo.

Después se gira como si el monstruo no fuera digno de su atención. Sabe que, por el momento, no es más que una bravata. Las criaturas pueden golpear sus cuerpos o matarlos, pero no deben doblegar sus voluntades.

Estas criaturas son... dios... ¿por qué nos están haciendo esto? Nos tienen como ganado sólo para su diversión... Miro a McDoll llorar y me pregunto si alguna vez me sucederá algo parecido...

Me acerco al de la falda, y apoyo mi mano sobre su hombro en señal de pésame. Después, vuelvo a mi posición a un lado de la jaula, y allí me quedo, juntando fuerzas...

Archibald apenas reacciona a las muestras de sus compañeros de celda...

Y la pequeña Rebeca... y Stephen, Ewan... Omigo... estarán bien??

Solo un par de lagrimas afloran de sus ojos que siguen cubiertos por sus manos. Sus pensamientos están muy lejos de la celda, en su aldea, en sus amigos en la pequeña Rebeca... La tensión acumulada cae de golpe sobre el y se queda allí pensando en sus seres queridos y en la Highlands... y nada más.

El ser se marcha riéndose, da unas instrucciones a unos psyclo que se acercan con unos bultos y sigue su camino.

Esos bultos resultan ser más humanos...

Archiwald reconoce a algunos de ellos. Ewan, Stephen, la pequeña Rebecca y Linda. Por supuesto, con ellos viene Omigo.

Les han atrapado.

Los psyclo abren la jaula y les introducen dentro. Su estado es penoso.

Los tres hombres presentan sendas quemaduras como las que tenía Johnny o Tom tras ser atacados por Terl.

Un ruido familiar llama la atención de Archibald levanta la cabeza y ve como cinco personas son introducidas en la jaula en muy mal estado.

Linda! Ewan! Stepehen! Omigo! Rebeca Pequeña! esta ultima palabra sale dolorosamente de su garganta Que os ha pasado? Se levanta y se dirige a toda prisa hacia sus amigos comprobando su estado, las quemaduras tienen mal aspecto.

Cuando veo los cuerpos de las demás personas, la ira invade todo mi ser. Lentamente, mi respiración se va haciendo entrecortada, pero decido tratar de tranquilizarme y cuando lo logro, a duras penas, me acerco a los heridos para ayudar.

Me agacho junto a uno de los que están más maltrechos, y trato de mejorar sus heridas.

Rebecca es introducida en la estancia. Ni siquiera se había molestado en mirar su alrededor. Tenía los ojos cerrados y acurrucada como un gusano se negaba a ver la realidad.

Cuando toca el frío suelo oye una voz. Tarda unos segundos en reconocerla. Es la voz del hombre que miraba a su hermana. En aquel momento le miraba con suspicacia. Pero ahora era la voz que más alegría le daba de escucharla.

Se incopora de repente y corre hacia Archiwald y le abraza fuerte hundiéndole la cabeza.

Cuando realmente soy consciente la situación, me doy cuenta de que estoy encerrado en una jaula...

¡MALDITOS! -grito a los cuatro vientos- ¡¿Qué pretendéis encerrandonos aquí?! ¡Venid y luchad como hombres! - y cuando digo esto, me doy cuenta de la quemadura de mi pierna...

Ah... duele bastante. Debo de aguantar el tipo. Maldita sea, soy un escoces, no un animal. No debería estar enjaulado. Prefiero la muerte en batalla que esto...

Alexander entró en jaula siguiendo a los demás.La quemadura del hombro le escocía,pero la herida que más insopotable le resultaba era el no haber podido salvar a ninguno de sus nuevos camaradas,en especial a la pequeña Rebecca.

El fornido cazador ruso se sentó con el semblante serio y ademán cansino,apoyando la espalda en los fríos barrotes de la construcción demoníaca.Sin saber qué hacer o qué decir,simplemente,encogió las rodillas contra su pecho y apoyó su frente en ellas....

Tom permaneció sentado en la jaula. Contempló a los recién llegados sin sopresa. Al parecer el otro escocés los conocía. Se imaginaba la historia: capturados por estos monstruos sin una oportunidad de defenderse. ¿Por qué no habrían pasado de largo de aquella maldita cueva?

Recibiendo a los recién llegados y pasando de uno a otro atendiéndo sus heridas, el reverendo va hablándoles del lugar donde están.

- Bienvenidos amigos, ahora estais en un lugar mejor que donde quiera que estuvierais antes retenidos. Llevamos aquí un tiempo, y al principio la desesperación se izo con nosotros. Todos hemos perdido a alguien querido a manos de estos demonios. Pero Dios nos ha traido aquí con un proposito, y aunque no lo veais, debeis tener Fé. Ahora nos alimentan, conocemos su idioma y sabemos que pretenden enseñarnos a usar su magia y sus artefactos para que hagamos su trabajo. Esperad pues, porque entonces tendremos la oportunidad. Dios nos ha traído aquí para algo, y nos ha traído a nosotros, no a otros. Llorad a vuestros muertos, pero recordad que morir en vano no servirá a su recuerdo. Tendremos nuestra oportunidad de llevar el castigo de Dios a esas criaturas, pero esperad, tened paciencia, y rezad, rezad conmigo.

La noche empieza a caer, en el tercer día de encierro para algunos.

El sol se esconde tras la cúpula dando paso a la fría noche. Pero en esta ocasión la hoguera interior les reconforta...

Archibald abraza a la pequeña y anima a sus compañeros.

Tranquilos, éstos están un poco chalados, sobre todo el predicador, pero aun hay esperanzas, he conseguido esconder un cuchillo en mi bota y puede que encontremos una forma de salir de esta. Como os atraparon?

El fornido cazador ruso escuchó el discurso que el hombre de la barba lanzó sobre todo el grupo de recién llegados,más no dijo nada al respecto ni le interrumpió en ningún momento.

Finalmente,cuando la diátriba del hombre terminó,y Archiwald se acercó al grupo,con palabras en un tono tranquilizador,el ruso se levantó y le tendió su brazo,con pena en la cara.

Omigo... golpear demonio... dijo haciendo un ademán de de golpearse el ojo con el puño cerrado. Demonio malo... monstruo ¡ZZZAP!  Omigo caer...  terminó diciendo agachando la cabeza

No tengo intención de morirme de asco en una celda Padre. Puede que Dios así lo quiera, pero yo soy escocés. Cuando tenga la oportunidad adecuada, intentaré escapar. -dicho esto, me arrecuesto.

No, pudrirme aquí no me hace gracia... No...

-No estábamos preparados para huir, el pájaro de hierro volvió y fuimos cayendao uno a uno, sin posiblilidad de defendernos- agacho la cabeza apesadumbrada por no haber podido proteger a la pequeña Rebecca. -¿De verdad crees que tenemos lguna posibilidad de escapar?

- Escuchad bien hijos, no os digo que os quedeis a pudriros en una celda, sólo os digo que tengais paciencia pues van a sacarnos de aquí para llevarnos a algún sitio a trabajar para ellos, y que será entonces cuando surjan las oportunidades para huir, no ahora.

El reverendo meneó la cabeza desesperado por la falta de calado de sus palabras.

- Si quereis actuar guiados por vuestra ignorancia y vilencia, ¿a qué esperais valientes guerreros?, lanzaros contra los barrotes y las armas que lanzan relámpagos con vuestros pequeños cuchillos. Si os parais a pensar, y eso es lo que Dios quiere que ahgais, lo mejor será guardar nuestros recursos para cuando llegue esa oportunidad. Y llegará cuando todos los presentes hayamos sido llevados a la sala donde se aprende su idioma. Entonces nos llevarán a trabajar, conocereis el sitio y dejareis de estar dentro de una jaula. Entonces podreis escapar.

Mirando al guerrero de la falda, sonríe condescendiente:

- Dice que estoy loco, pero él mismo tuvo que callar cuando su intento de resistencia falló, y cuando vió que tras aprender su idioma no se había aliado con ellos. Pues sus razones al principio eran que eramos débiles por no intentar escapar. Pero uno de los nuestros murió en el intento, sólo intentamos que podais aprovecharos de nuestra experiencia. Los designios de Dios son inescrutables, pero aún lo son más para aquellos que son necios y no paran a pensar.

Uno de los seres se acerca con uno de esos extraños cubos en la mano. Porta agua limpia. La deja junto a la la jaula.

Este agua es para todo el día. Mañana os espera un mal día. Jajajaja.

La risa del psyclo se hace burlona mientras se aleja.