Partida Rol por web

Uno de los seres se acerca con uno de esos extraños cubos en la mano. Porta agua limpia. La deja junto a la la jaula.

Lamalla, tralarí kete vi.

Comeinza a emitir un sonido rítmico muy desagradable, mientras se aleja.

Archibald estalla.

Sigo diciendo que estas loco predicador, hay que actuar cuando tienes la ocasión sin pensar en lo que tu dios quiere que hagas. La ocasión se presentará como muy tarde cuando nos dejen salir de esta jaula y pienso aprovecharla, como podéis ver los escoceses no somos timoratos. digo señalando a mis compañeros Que no siga discutiendo contigo no implica que te dé la razón solo que no quiero perder mas el tiempo. Así que cállate me levantas dolor de cabeza.

Me giro a mis compañeros. Tranquilos estas bestias nos van a soltar para que hagamos algo para ellos, ahí tendremos nuestra ocasión. Si se retrasan mucho en soltarnos prepararemos otro plan para salir de estas jaulas y escapar de aquí... titubea pero antes os llevaran a una maquina con la que os van a inculcar su idioma... no os voy a engañar, duele ríe atronadoramente para intentar tranquilizarlos no tanto como una resaca del wishkey del viejo Angus pero aun así duele...

Abraza a la pequeña y a Linda No os preocupéis saldremos de aquí y volveremos a las Highlands, ahora descansad y recuperad fuerzas.

- Me parece bien que sigas mis consejos, sólo quiero ayudar. No es elección tuya o no el seguir los planes de Dios, Él ya ha dictado tu papel en todo esto.

Rasgando el bajo de su túnica, Reingger la moja en agua y con calma acercándose al arisco escocés le dice:

- Aún así, si esperas a intentar escapar a cuando nos suelten, me es suficiente. Ahora si me permites, la niña es la más fragil del grupo, puedo lavar sus quemaduras, son leves, pero es mejor que no se infecten.

- Blablablabla... Hablas mucho para no haber hecho absolutamente nada, bocazas.- dice Tom levantándose de la celda - Me alegraría oir algún plan que no sea una estupidez como: lanzarnos de cabeza contra esos monstruos armados solo con un cuchillo. Bueno, si al final llevas a cabo tu plan podemos pedirle a esas cosas que esperen para que puedas prestarnos tu cuchillo a la hora de luchar.

Se vuelve hacia el resto:

- Nosotros ya hemos intentado un plan como el que propone vuestro amigo. El resultado es que el pobre Jim está ahora enterrado ahí afuera. Soy de los primeros que quiere salir de aquí y rebanarle el pescuezo a esas cosas, pero solo con bravatas no haremos nada.

Rebecca haciendo caso omiso a los griteríos de los adultos, sigue abrazada a Archiwald. Le mira desde abajo y le pregunta con ojos llorosos.

¿Y mi hermana?

Archibald abraza fuerte a la pequeña.

Esos monstruos... la voz se le apaga en la garganta Ha muerto pequeña... lo siento, no pude hacer nada.

La noche pasa tranquilamente. El amanecer es algo fresco y algunos tenéis bastante frío.

El cansancio puede conmigo, acabo acurrucada en una esquina de la jaula quedándome dormida. Al amanecer despierto con mucho frío, me acurruco más abrazándome a mi misma tratando de entrar en calor, mirando con lástima a la pequeña que acaba de llegar... ¿Si yo estoy así cómo estará la pobre niña? ¿hasta cuándo durará esto? ¿Saldremos de ésta alguna vez? cientos de preguntas sin respuesta vienen a mi mente

Tom se levanta temprano, espectante. Salir de esta maldita jaula es su única obsesión. Y una vez fuera buscar un plan de fuga que sea menos descabellado que el de su compañero de faldas.

Cansada y abatida, trato de mantener la calma. Puede que sólo tengamos cuchillos pero sabemos que esos monstruos sufren con sos hujas. Durante la noche, me mantengo al lado de Rebecca intentando ser suficiente para cubrir la presencia que ahora la falta Pobre niña, no se merece todo esto. A Dios se le debe haber cruzado algún cable, pienso mientras miro de reojo al sacerdote.

El amanecer llega mientras sigo junto a la muchacha intentando cubrirla para que pase el menor frío posible.

Pasa la noche y llega un nuevo día, pero para Rebecca ya no tiene ningún sentido. Ha muerto pequeña... lo siento, no pude hacer nada. Aún retumbaba en la cabeza las palabras del hombre aquel. Ya no tenía lágrimas ni fuerza. Su expresión no mostraba ninguna tristeza. Acurrucada y con la mirada perdida se dedica simplemente a respirar. ¿Pero debería seguir haciéndolo? Su hermana, ha muerto por su culpa. Debería haber muerto hace tiempo cuando seguía enferma. Curiosamente, ahora poco sentía de su enfermedad. Tanta tensión y tanta acción debió de hacer efecto en su fiebre. Pero ahora... En vez de fiebre, sentía un aire frío en su mente vacía. Todos la miraban compadeciéndose; de cuando en cuando unas palabras de ánimo, unas caricias, unos abrazos. Pero todo lo parecía irreal. Ya le daba igual todo.

Amanece, pero Rebecca hunde la cabeza entre sus piernas acurrucadas y sigue...

Un nuevo día comienza, nuevos retos...

Me despierto lentamente junto a una de las paredes de la jaula y veo que los demás ya están en pie esperando novedades. Según lo dicho por el bicho, hoy será un día especial, así que lo mejor será que me prepare para soportar cualquier tortura de mis enemigos...

Tras haber dormido desde que fuera capturado y ajeno a las conversaciones hasta el momento, tan solo abrio un momento los ojos cuando fue bruscamente tirado a la celda y posteriormente cuando alguien intentaba aliviar sus quemaduras en pecho y espalda.

Ahora apoyado en la pared abria los ojos mientras despegaba la boca, seca por falta de agua. Nada mas abrir los ojos vio a sus compañeros aun con vida, muy cerca de el, asi como a otras muchas personas y detras de ellos sendos barrotes que evitaban su huida. Se intento incorporar sin recordar que aun le dolian las heridas que aquellos pajaros le provocaron.

Finalmente se llevo la mano a la cara para frotarse los ojos y quitarse esa incomoda baba reseca y pregunto.
-¿Donde estamos? MMmm... Me alegro de ver que estas vivo Archivall... es decir... McDoll.-Dijo con un hilo de voz, muy raro en el energico escoces.
Volvio la mirada al resto de la gente que le miraba y alzo la mano aun aturdido para saludar ajeno a su situacion actual.-Hola, Ewan McTreat, un placer.

A lo lejos dos de esas enormes bestias se acercan hacia la jaula.

Me incorporo rápidamente cuando veo a las dos bestias acercarse a nosotros. ¿Quién de nosotros será el elegido? ¿Yo? ¿Todos?

Recuerdo vagamente las palabras del Psyclo cuando nos dijo ayer que hoy nos tendrían preparada una sorpresa. ¿Qué demonios nos deparará el destino?

Omigo continuaba en la misma posición en que quedó el día anterior.Sus ojos habían adquirido un tono rojizo,y bajo ellos habían surgido un par de bolsas de tono oscuro que indicaban que si había dormido no había sido mucho.

El hombre,otrora activo,se mantenía inmóvil,cabizbajo,sin parecer escuchar nada de lo que ocurría a su alrededor.Los escoceses sabían de su dificultad para comprender y entenderse con ellos,pero había algo más;parecía carecer de la voluntad de sobrevivir...

Cuando veo a esos seres dirigirse hacia nosotros me incorporo acercándome a William al que le susurro por lo bajo qué crees que querrán ahora? qué nos harán?

Amenece, y al poco tiempo un rayo de sol me da en el rostro, haciendo que despierte. Al parecer, de momento todo transcurre con normalidad, o, al menos, todo lo normal que puede ser nuestra situación. Las caras cabizbajas es una desoladora escena, con la cháchara infernal del predicador como ruido de fondo.

De repente, la visión de esos dos monstruos que se aproximan, me sacan de mi ensimismamiento...

¿Qué diantres querrán ahora? No me gusta estar encerrado...