Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena VI: El Torneo

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26/06/2019, 00:06
Vicenç de Mormont

Creo que ya has elegido por mi tío, no quiero que mi patético hermano lleve a la casa a la ruina, tan solo miro por el bien de los Mormont y su futuro.

Bajo del caballo y me pongo frente a mi tío retándolo con la mirada. 

Vamos tío ¿A que esperas? No voy a oponer resistencia. ¿Crees que podrás matarme si no desenvaino? ¿Matarás a un hombre desarmado?

Sólo quiero que me digas algo antes de matarme. ¿Qué te traes con Clara? ¿De verdad quieres ser su consejero y perrito faldero? ¿Quieres follártela? ¿O acaso quieres casarte con ella y hacerte con la casa Mormont de esa forma?

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26/06/2019, 00:18
Manel de Mormont

Sobrino, en la guerra se hacen cosas peores que matar a gente desarmada. Sonrío de forma triste. Yo no pretendo más que servir a la casa Mormont lo mejor que pueda, no pretendo nada más.

En cuanto a Clara... La amo con todo mi ser, y si ella me llegara a amar algún día sería el hombre más afortunado del mundo, sin embargo eso no puede ser, por lo menos no ahora. Levanto mi espada y pongo la punta hacia Vincenç, de tal forma de que de un movimiento pueda acabar con su vida fácilmente.

Lo que evitaría matándote ahora son muchas muertes, mucho sufrimiento a tus padres al ver a sus dos hijos matándose por algo que estaba más que claro para quien era y sobre todo, muertes, muchas muertes de inocentes que no tienen nada que ver. ¿De verdad quieres morir aquí y ahora Vincenç? Resoplo de forma cansada.

Replantea tu decisión sobrino, jura que aceptarás tus funciones como segundo hijo y no volveremos a hablar de esto y jamás habrá pasado.

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26/06/2019, 08:52
Director

Notas de juego

Me estáis dejando ojiplático, qué tensión. Me encanta.

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26/06/2019, 09:52
Pèire
- Tiradas (1)
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26/06/2019, 11:03
Maria d'Olot

-Por supuesto, alteza. Se hará lo que vos dispongáis -respondo a la propuesta del rey. Eso es exactamente lo que necesitamos, que la dignidad real imponga de nuevo el orden. Las heridas del conde no parecían revestir de gravedad (y Pèire bien que se encargaría de que su estado no empeorase), pero ya constituían una afrenta a la propia Alós que el caos que se estaba produciendo ahora mismo en su propio castillo solo hacía por acrecentar. Si ella no era capaz de devolver el orden y la armonía a su hogar, sin duda Su Alteza podría.

Al momento, comencé a tomar las riendas de la casa Mormont, a dar todas las órdenes pertinentes a los sirvientes y a la guardia para poder organizar la recepción real.

Notas de juego

(Lo de no llevarse bien con el Papa le viene de familia *ehem* Muret *ehem*)

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26/06/2019, 11:31
Clara de Mormont

Me quedé quieta, parada en algún lugar poco visible... Me sentía inútil y triste... Sólo deseaba marcharme a mi habitación pero sabía que no podía hacerlo... Así pues, decidí quedarme en un rincón haciendo lo que siempre hacía... Observar... 

Yo sólo era una mujer, la pequeña de la casa Mormont y en aquel caos nada podía aportar... 

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26/06/2019, 16:37
Vicenç de Mormont

Tío, me conoces desde que era un infante, ¿Alguna vez me ha hecho cambiar de opinión alguien? Deberías haberme matado cuando podías. 

Desvío la mirada de mi tío hacia un lugar detrás de él. 

Lo siento tío, pero yo también sabía a que veníamos aquí y me había preparado. No lo has visto venir porque eres un engreido que se cree que lo sabe todo.

Parpadeo mientras digo la frase que más me ha costado en mi vida, las palabras se me atragantan y puede que me arrepienta siempre de esto pero ya no había marcha atrás.

Dionís, dispara ¡Ya!

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26/06/2019, 20:45
Director

Notas de juego

Tírame Templanza, Manel. Tienes un bonificador de 25

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27/06/2019, 01:46
Manel de Mormont
Sólo para el director

Recuerda que no tengo ficha, que me gusta que el máster me lleve por dónde quiera, me gusta ser narrativo, es decir, ahora mismo le cortaba la cabeza a Vincenç, me da igual que luego Dionís me lance mil flechas, ahorraré mil desgracias a la casa con eso y protegeré a Clara de su hermano. Pero si me dices que he de mirar para atrás lo haré porque me parece lógico también.

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27/06/2019, 08:41
Director

Es verdad, lo olvidé. Bueno, básicamente te digo que es un truco viejísimo y que sabes que es un farol para desconcentrarte. Pero no le cortes la cabeza a nadie por el momento, no en tu siguiente post, vaya xD

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27/06/2019, 08:53
Magister

En toda la historia de los combates singulares había trucos viejos, trucos repetidos una y otra vez que sólo confundían a los novatos. Este era uno de ellos, y Manel, que estaba perdiendo la paciencia, apretó fuertemente la empuñadura de su espada, y se puso en guardia.

No sé con certeza qué hubiera pasado, si en ese momento no hubiera aparecido en la escena un sonido tímido al principio, pero rotundo después. El sonido de voces humanas asustadas, agitadas, agotadas, dando órdenes y recibiéndolas. El sonido de voces de hombres, sí, pero también voces de doncellas. El sonido de unas diez voces, más o menos, hablando en... ¿qué exactamente? Aquello no era catalán, vuestra lengua, y no era tampoco francés, la lengua de los mercenarios. Aquella lengua os resultaba conocida... y se acercaba a vosotros al galope. ¿Os habrían visto?

Notas de juego

Si queréis saber qué idioma es antes de que os den alcance, tiradme CULx3. Vicenç, tú tienes un +25 a esta tirada concreta.

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27/06/2019, 13:04
Magister

En un descuido, un movimiento brusco, al intentar retirar la flecha, ésta se partió y astilló. Hubo un momento de gran tensión, en el que se planteó la posibilidad seria de la muerte del Conde: el Torneo de Alós pasaría a la historia como el momento de la caída de la casa Sanç del Rosellón.

En mitad del horror y el ajetreo, llamaron a la puerta. Un servidor entró, y dijo, inquieto:

-- Ha llegado un hombre, afirma ser médico y sabio. Dice creer ser capaz de ayudar a curar al Conde y al Barón.

Y, luego, en voz baja.

-- Es un moro.

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27/06/2019, 13:07
Magister

Se organizó la recepción real en la sala grande del Castillo de Alós. Allí acudió lo que era, virtualmente, todo el mundo: condes, barones, señores, plebeyos, un rey. Las cuatro barras de la casa real ondeaban en estandartes colgados de las paredes, y las antorchas ardían iluminando la estancia. Muchas de esas personas tenían alguna petición, dado que era costumbre que el rey hiciera de juez en asuntos diversos, actuando como máxima justicia sobre este valle de lágrimas que es el mundo.

Se organizó una cola de precedencia, donde cada uno iba con su petición o su dilema. Tras una eternidad, apareció ante el rey una cara conocida. El heredero de Alós, Joan.

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27/06/2019, 13:14
Clara de Mormont

Las peticiones eran de lo más pintoresco a lo más natural... La gente pedí y el Rey hablaba... Me quedaba atenta a cada una de las peticiones así como a las formas en las que su majestad respondía... Ver esto tan de cerca era realmente instructivo... Era conocer la corte en primera persona sin estar siquiera en ella...

Y entonces, entonces apareció Joan... ¿Qué hacía allí? ¿Qué iba a pedir? No quité el ojo de encima a madre, pues no sabía cómo reaccionaría si su petición era la que creía... 

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27/06/2019, 13:17
Joan de Mormont

Tras una reverencia torpe, habló.

-- Mi señor rey, os saludo. Soy sólo un joven, el heredero de una pequeña casa temerosa de Dios. He oído que el Emperador ha organizado una Cruzada, para recuperar los Santos Lugares de manos de los infieles mahometanos. Y... --su voz vaciló un instante, pero se armó de valor-- con toda honestidad, humildad, y amor, os pido que me arméis caballero y me dejéis coser la cruz a mi capa y partir para reunirme con las tropas de la Cristiandad.

Y se quedó mirando el suelo, cabizbajo, ante la estupefacción general. Todo el mundo esperaba la respuesta del monarca.
 

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27/06/2019, 13:18
Jaume I

Todo había sucedido de manera rápida, sin tiempo a que nadie reaccionase. El monarca se alzó en toda su regia estatura, dio zancadas grandes y abrazó y besó como un padre a aquel muchacho que era tan viejo como él, pero que se antojaba un niño a su lado.

-- Hijo mío, súbdito leal, cristiano ejemplar. De rodillas. Una espada. ¡Traedme una espada!

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27/06/2019, 13:32
Clara de Mormont

Miré con sorpresa y estupefacta como se desarrollaba todo y no podía dejar de mirar a madre...

Sentía que todo se desmoronaba y que algo malo iba a suceder... Aún así, mi rostro era impasible... Era la decisión de un hombre adulto con el beneplácito de su majestad...

- Madre... ¿Os encontráis bien? 

Al final, había sido lo que me temía... 

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27/06/2019, 15:17
Dionís

Miro a Pèire sorprendido. Aunque él es un gran experto, se nota que los años le pesan y que ya no es tan hábil con las curas. 

-Como habrá sabido del incidente?

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27/06/2019, 15:18
Pèire

Si vos podéis, adelante pues señor.

Lo dije ante las malas caras de todos, después de todo en tiempo pasado a mí me miraban igual. Y con un tono firme.

Y si alguien tiene algo que decir que ocupe nuestro lugar, a ver si es capaz de hacerlo mejor.

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27/06/2019, 17:14
Maria d'Olot

Mantuve mi puesto durante toda la recepción con expresión neutra, tratando de disimular el aburrimiento que me provocaban las innumerables peticiones con las que aquellos plebeyos osaban importunar a Su Alteza. Pequeños advenedizos que trataban de aprovecharse de una situación que apenas comprendían. Y sin embargo, el rey, magnánimo, los atendió a todos y cada uno de ellos. Incluso el último, cuya llegada me provocó otro nuevo vuelco en el corazón (e iban...), mi hijo. La escena se desarrolló a tal velocidad que apenas si me vi capaz de reaccionar... ¿y qué podía hacer? ¿Humillar a mi hijo ante toda la corte? ¿Contrariar al Rey? No, asumiría mi lugar en aquella obra. Sonreiría con cortesía, me mantendría en mi lugar, firme...

O no. Todas las emociones acumuladas de aquel infernal día parecieron soltarse de golpe ante aquel último giro, aquella proverbial gota que colmó el vaso. Todas las acciones parecieron acelerarse hasta el punto en que la estancia entera del castillo parecía dar vueltas a mi alrededor. Trastabillé un poco, yendo a ninguna parte. Apenas si oí las palabras de mi hija, que parecía haber intuido que algo iba mal. -Yo... -fue lo único que atiné a murmurar antes de que el castillo se tornase en tinieblas y mi cuerpo se viniera abajo, cayendo hacia atrás.