Partida Rol por web

Caos en el Mercadona (HLdCN)

Almacén 2 (Eva y Sara)

Cargando editor
22/09/2014, 01:33
Mercadona

Os sorprende encontrar en vuestros bolsillos una llave de uno de los almacenes, bien rotulado: Almacén 2. Pero más os sorprende daros cuenta al entrar de que no estáis solas.

Una trampilla se abre y un gas de color verde amarillento sale por ella haciéndoos toser. Y cuando conseguís recuperar el aliento os dais cuenta de que tenéis un colocón del quince. De repente os sentís increíblemente amistosas y no tardáis en jurar que seréis amigas para siempre. BFF, como dicen ahora los modernos. 

Hasta tal punto llega vuestra amistad que os defenderéis entre vosotras de manera que la primera vez que una sea despedida o traten de expulsarla, la fuerza conjunta hará que se mantenga en el supermercado. A cambio si esto se repite una segunda vez, ambas seréis despedidas.

 

Notas de juego

En resumen: Tenéis una "vida" extra. Pero a cambio sois expulsados juntos si echan a alguno de los dos después de haberla gastado. Es vuestra decisión contaros vuestros secretos o no hacerlo. No sois enamorados, sino almas gemelas.

Si tenéis cualquier duda, la resolveremos en esta escena. La escena es on-rol, si queréis comentaros algo off-rol podéis usar las notas.

Cargando editor
22/09/2014, 16:53
Eva Sánchez Banderas

Ese día me había levantado temprano para prepararlo todo y las cosas habían salido a pedir de boca. Sólo por si acaso, en cuanto nos levantamos y empezamos a hacer vida me fui corriendo al almacén 2, esperando el momento en que Sara entrase.

Cuando lo hizo la saludé con la mano, sin saber muy bien cómo se lo tomaría. Pero la inseguridad se desvaneció rápidamente cuando el ambientador hizo su efecto. Tosí repetidas veces llevándome una mano al pecho, justo debajo de la garganta. Joder, puede que ella estuviera acostumbrada a estas cosas, pero yo no esperaba que fuera tan fuerte.

- Ho-Hola, tía. - La saludé entonces, sin poder evitar una sonrisa boba que dio paso a una carcajada. Había algo en su cara, no sabía qué, que resultaba super gracioso.

Cargando editor
22/09/2014, 17:06
Sara López

Sara se metió la mano en el bolsillo y encontró una nueva llave. ¿Y esto? Se preguntó extrañada, no recordaba haberla metido ella. 

Tras ver que la gente iba a su bola y aprovechando un momento en el que parecía que nadie reparaba en ella, se acercó al almacén y abrió la puerta. 

- ¡Ey! Tía, ¿qué haces aquí? - Le preguntó a Eva y entró, cerrando la puerta tras de sí. En ese momento una trampilla se abrió y empezó a salir un humo verde. Sara se echó a reír y aspiró con fuerza, llenando sus pulmones de la esencia de yerba. - ¡Uaaa! Es brutal... - En ese momento sintió que Eva era la tía de más puta madre que había conocido. 

- Tía, he encontrado una llave en mi bolsillo. No sabía que estarías tú aquí y joder, me alegro mogollón. Te quiero, tía. Eres la mejor. Lo puto mejor - Le dijo y la abrazó. 

Cargando editor
22/09/2014, 18:46
Eva Sánchez Banderas

No pude evitar pasar de la risa al llanto al oír las cosas que Sara me decía y sentir cómo me abrazaba. Sin embargo eran lágrimas de pura alegría.

- Claro... Claro que has encontrado la llave. - Le dije sin poder parar de sonreír, secándome los lagrimales con la palma de la mano. - ¿A quién se la iba a dar sino? - Pregunté de manera retórica antes de abrazarla de nuevo. - Te la metí en el bolsillo... - Empecé a explicar, queriendo dejarle claros mis motivos. ¿Aunque acaso importaban realmente? - Bah, da igual, lo importante es que estás aquí. - Le dije antes de señalar la pared. - Tía, estos ambientadores tuyos son una puta pasada.

Cargando editor
22/09/2014, 19:06
Sara López

- Pero... ¿Tú también tenías llaves? Joder tía, no lo sabía - Sara se apartó de su amiga y la miró sonriente. - Sí que son una pasada, ya había probado este ambientador y tía, te da un colocón que flipas. Cuando salgas de aquí ve al baño a lavarte la cara para que nadie se de cuenta - . Se echó a reír de nuevo y se sentó en el suelo. Sentía las piernas de gelatina, el colocón que le estaba dando era muy fuerte. 

- Pero no son míos. Ya lo había probado pero no sé quién lo puso - . Le explicó levantando la mirada y entrelazándola con la de Eva. - ¿Por qué creías que eran míos? - Le preguntó, aunque enseguida cambió de tema. En el fondo todo aquello no tenía importancia, estaban juntas y conseguirían salir de allí fuera como fuera. - Tía, no entiendo como no han echado a las viejas y al puto chino ese. Igual que al criajo. ¿Qué coño pintan aquí? Como alguno de ellos sea un infiltrado me lo cargo, están jodiendo mucho -. Se había puesto seria y una mueca se formó en sus labios. 

Cargando editor
22/09/2014, 19:25
Eva Sánchez Banderas

Antes de decir nada empecé a tomar nota en mi libretita de algunas de las cosas que Sara había dicho, como lo de lavarme la cara, pero la pésima caligrafía que me estaba quedando me provocó tal ataque de risa que no pude seguir. Sus palabras tardaron en tener sentido, pero cuando lo hicieron una nueva carcajada estalló en mi garganta.

- No jodas... - Empecé antes de volver a reír. - ¿Sabes que me metí en este cuarto porque creí que tú habrías hecho lo mismo? - Le pregunté al darme cuenta de que había acertado. - Oye, tía, ¿y con quién te has metido tú? - Pregunté, antes de abrir los ojos repentinamente y agarrar su brazo. - ¿No habrá sido con Miriam, verdad? - Le dije, antes de imaginarme a la china fumada y volver a empezar a reír de nuevo.

Cargando editor
22/09/2014, 21:43
Sara López

Sara se contagió de la risa de Eva y durante un rato no pudo hablar. Cada vez que lo intentaba volvía a estallar en sonoras carcajadas y los lagrimones corrían ya por sus mejillas.

- Joder tía, ¿con Miriam? Jajajajaja... Que va, hostia puta. ¿¡Con la china!? Jajajajajaja... - Poco a poco se fue calmando y secó los lagrimones con el dorso de la mano. - Esa tía es más rara que un perro verde, tía, ni loca me meto en un cuarto con ella - . Miró a su amiga y le guiñó un ojo. Confiaba del todo en ella, vamos, que metería la mano en el fuego por ella, así que decidió explicárselo todo. 

- No sé cómo, pero encontré cuatro llaves de dos almacenes. En uno de ellos hay una mierda de estas, pero lo que hace es colgar a las personas, sienten que han encontrado el puto amor verdadero. Y bueno... Estuve pensándolo mucho y al final decidí darles las llaves a la Sholi y a la Lourdes. No me preguntes por qué, pero es que joder, cada vez que veo al crío ese con esa inepta de madre me entra algo aquí, ¿sabes? - Le explicó, llevándose la mano al estómago y poniendo cara de circunstancia. - Pensé que la Lourdes sería una buena madre y le cuidaría, así que les di las dos putas llaves. Y, bueno, tenía otras dos para un almacén como este - . Le confesó y torció los labios, en ese momento se sentía un poquito culpable. - Pensé en darte una de las llaves, pero hostia, seguro que todos habrían sospechado y los putos infiltraos habrían ido a por nosotras, así que se la di a alguien que nadie sospecharía - . La miró con una sonrisa bailando en los labios, esperando por su expresión a ver si sospechaba de quién se trataba. - El Iker, tía. Estoy pollada con él - . Terminó diciéndole y volvió a estallar en una nueva carcajada.

Cargando editor
23/09/2014, 00:51
Eva Sánchez Banderas

Al ver cómo mi amiga empezaba a reírse una y otra vez de mi idea empecé a chistarle para que guardase silencio una y otra vez, incluso haciendo aspavientos con las manos. - Chssssss... - Hice flojito al principio. - ¡Chsss! ¡Chst! - Seguí luego antes estallar en carcajadas también al escuchar la comparación con el perro verde. No sabía por qué me la había imaginado con la piel verde y ladrando, y la imagen era más graciosa de lo que habría creído en cualquier otro momento.

- ¿¿Pollado?? - Pregunté un poco escandalizada una vez ella se hubo explicado, apartándome un poco para observarla mejor, escrutando sus ojos y su posición corporal. - ¿Eso qué es, que te lo has tirado? - Insistí antes de volver a echarme a reír. Había dicho muchas más cosas, pero si se había tirado a Iker o no de repente parecía lo más importante. Me imaginaba al reponedor follando mientras comentaba todo en plan friki, con cosas como Solicito permiso de inserción de Halcón Milenario en nave nodriza, y cosas así. Tenía que ser la leche.

Cargando editor
23/09/2014, 01:30
Sara López

Los ojos de Sara se abrieron como platos al escuchar la pregunta de Eva. - No, tía, no me he acostado con Iker. Joder, que tengo al Raúl, yo nunca le he puesto los cuernos - . Aunque viendo como estaba pasando de ella, empezaba a sospechar que él quizás sí se había tirado a la pava nueva que trabajaba en el taller. 

Pollada es... - Se quedó pensativa y arrugó el ceño. ¿De dónde coño he sacado ese palabro? - No sé... Jajajajajajaja - Volvió a echarse a reír, no podía parar. - Es que somos colegas, tía, quería decir eso, pero me salió esa palabra y la solté - Terminó explicándole y se encogió ligeramente de hombros.

- ¡Ah! Hostia, tenía que comentarte algo - . Dijo de repente, dándose una pequeña palmada en la frente. - Aicha me ha dejado una nota en el bolsillo. Ma dicho que le encanta hurgar entre las cosas y ha descubierto lo de los almacenes. Quiere saber a quién le he dado las llaves - . Se quedó unos segundos en silencio, mordiéndose el labio, distraída mientras se arrancaba una pielecita. - Ma pedío que no quiere que se entere nadie de que hace esas cosas. Normal, imagina que se enterara el legía con la mala hostia que tiene - . Torció los labios en una mueca. - No sé, tía, quiero confiar en la Aicha. Ella ha confiado en mi y me ha dicho las cosas claras. Además, sé que en el fondo es buena pava, pero es que están pasando tantas cosas raras - . Volvió a deslizar su mirada hasta detenerla en la de Eva. - ¿Confío en ella? -

Notas de juego

Me he reído muchísimo con lo del Halcón Milenario xDD

Cargando editor
23/09/2014, 01:35
Eva Sánchez Banderas

Al ver la reacción de Sara, tan sorprendida, una nueva carcajada escapó de mi garganta, y a punto estuve de ponerme a hacerle burla abrazándome a mí misma y lanzando besitos al aire como si fuera ella dándoselos a Iker. Sin embargo cuando empezó a hablar de Aicha me contuve, tapándome la boca con la mano para evitar que se me escapase la risa otra vez. Aún así era imposible aguantar más que algunos segundos, y de vez en cuando mis risas contenidas interrumpían las palabras de mi amiga.

- Joder, Aicha. - Dije entonces, como si eso sirviera de introducción a lo que iba a decir a continuación. Aunque en realidad no tenía ni idea de lo que vendría después, y una risa tonta escapó de mi garganta. - A ver, a ver... - Empecé de nuevo, intentando mantenerme seria. Pero no había manera. - A mi me ha escrito Paquito y me ha dicho que él hace más o menos lo mismo que te ha dicho Aicha. - Comenté entonces, antes de tomar aire. - Me dijo que había estado revisando las cosas de la Asun y que era de fiar, que la readmitiera con la carta que me quedaba ayer. - Le expliqué antes de quedarme un par de segundos mirándola a los ojos sin decir nada. Una nueva risita apareció entonces, y fue evidente que me reía de algo que sólo yo sabía. - ¿Sabes lo que pasa? - Seguí riéndome entonces, intentando hacerme entender. - A la carta le puse la fecha de ayer y hoy ya no sirve de nada. - Le dije mientras mi risa continuaba al darme cuenta de lo tonta que había sido. - Pero bueno, Mauricio tiene más. Ya se las volveré a copiar si hace falta. - Concluí entonces, encogiéndome de hombros.

- De fiarte o no... - Retomé luego, volviendo a quedarme callada otra vez. Entonces empecé a girar lentamente la cabeza. Al mismo tiempo empecé a enfocar y desenfocar la vista, y luego a ponerme bizca. - ¿Sabes que si hago así parece que tengas dos narices? - Le pregunté totalmente seria, intentando mantener la concentración para que sus dos narices no volvieran a ser una. - Es alucinante. Si fuera verdad fijo que el ambientador te hacía el doble de efecto. Irías megapollada. - Añadí, orgullosa de la palabra que había aprendido.

Cargando editor
23/09/2014, 02:13
Sara López

¿Paquito? ¡Pero será cotilla el puto niño ese! - Sara escuchó lo que Eva le estaba explicando. La Asun parecía que había tenido razón con lo del ruso, además, si no estaba, ¿quién iba a limpiar la mierda que dejaban los demás? Era una tía muy rara, pero tenía que reconocer que era competente. Si Paquito ahora decía que la Asun no era una de las infiltradas, confirmaba lo que ella pensaba, pero entonces, ¿Aicha también era una cotilla? - Aicha me dijo lo que yo hacía, no sé con qué intención, pero... - La frase quedó a medias al darse cuenta de que Eva se había puesto bizca para mirarla. Arqueó ambas cejas y cuando le explicó lo de las dos narices empezó a reírse de nuevo a carcajadas. 

¡Siiiiiiiiiii! ¡Megapolladaaaaaa! - Gritó, alzando ambas manos hacia el techo. 

Finalmente consiguió centrarse un poco en lo que estaban intentando hablar. Carraspeó, se le escapó de nuevo la risa, volvió a carraspear y respiró profundamente. - Joder tía, hacía tiempo que no me reía tanto - Le confesó, llevándose un mechón detrás de la oreja. - A ver, cuéntame mejor. ¿Cómo que el Mauricio tienes más hojas? 

Cargando editor
23/09/2014, 02:18
Eva Sánchez Banderas

La exclamación de Sara acompañada de su gesto llevando las manos al techo me hizo perder la concentración, y de repente sus dos narices volvieron a ser una. Sin embargo verla así de emocionada me provocó un nuevo ataque de risa, y cuando ella dijo que hacía tiempo que no se reía tanto me sentí genial. Al menos yo no era la única.

- A ver, a ver, que no nos estamos enterando. - Dije extendiendo las manos hacia adelante, como si eso me hiciese ser más clara. - Mauricio tiene dos hojas. - Le expliqué, bajando tres dedos de una mano. Me quedé entonces mirando uno de ellos mientras descendía. - Una es para echar a alguien. Se la copié y eché a Vladimir. - Le recordé antes de darme cuenta de que me había quedado haciéndome el corte de manga. - Y la otra es para que alguien pueda volver. - Expliqué mientras bajaba el otro dedo, formando un puño. La imagen me recordó lo que Klara habría hecho con el ruso. - Pero esa no la usé porque no me apetecía que volviera Pascual. - Comenté antes de alzar la mirada para mirarla a los ojos, antes de pronunciar las dos palabras que en ese momento sentía que lo explicaban todo. - Es feo. - Concluí antes de volver a reírme por lo bajo, como si aquello hubiera sido desvelar un secreto y ahora no supiera cómo volver el tiempo atrás.

Luego me di cuenta de que no era lo único por aclarar. Había muchas cosas que repasar.

- Tú tienes cuatro llaves. - Le recordé por si se le había olvidado, alzando dos dedos de cada mano. - Tú e Iker. - Dije bajando dos dedos. - Sholi y Lourdes. - Cité, pero esos en lugar de descenderlos los entrelacé, imaginando que se refrotaban. Después de todo estarían con el ambientador de las feromonas. Antes se seguir alcé la mirada, extrañada, pero yo misma me di cuenta de qué era lo que fallaba y cómo se explicaba. - Xekspir no necesita llave. - Aclaré. - Es un acoplao. - Le expliqué antes de echarme a reír de nuevo al imaginarme al niño como si realmente fuese cosa suya el ir pegado a su madre todo el día.

- No, no. - Me corregí. - Tú has estado dando llaves, así que sólo tienes dos. La de Iker y la de aquí. Yo tenía cuatro esta mañana. Dos - Dije señalándonos. - y dos. - Expliqué entrelazando de nuevo los dedos mientras una sonrisa boba se formaba en mi cara. - ¿Sabes cómo se dice follar en chino?

Cargando editor
23/09/2014, 13:22
Sara López

Los ojos de Sara se abrieron como platos al escuchar lo que Eva le iba explicando. Entonces, ¿había copiado las hojas de Mauricio? ¿podría volver a copiarlas? Que tía, por eso habla tanto con él. Sonrió cuando dijo que no había usado una de las hojas para que volviera Pascual porque era feo. Asintió con la cabeza y siguió escuchándola, intentando no estallar de nuevo en carcajadas cuando ella se echó a reír. 

- ¿Qué has metido, al puto chino? ¿Con quién? - Le preguntó y esta vez sí que no pudo evitar que la risa brotara de su garganta, al imaginarse al chino intentando comunicar palabras de amor. Aunque quizás había metido a Miriam, pero entonces, si podía espiarles, no entendería ni papa de lo que hablaban.

Cargando editor
23/09/2014, 19:08
Eva Sánchez Banderas

Cuando Sara me preguntó con quién había metido al chino me quedé unos segundos en silencio, esperando dar tensión a la situación. Una pequeña sonrisa se formó en mi cara al darme cuenta de que este momento era perfecto para pasar a publicidad, pero eso no sucedería. Aunque a veces fuera una pena estábamos en la vida real, por mucho que esto pareciera una historia salida de cualquier mente pervertida por la falta de horas de sueño y el abuso de estupefacientes.

- Con Miriam. - Confesé entonces con los ojos brillantes. - Al principio pensé que no iba a entenderles, pero tengo una amiga que dice que si te pones en la situación de alguien que se alimenta de arroz el chino es fácil de entender, que es como un castellano aflamencado. - Le expliqué mientras me encogía de hombros, como si hubiera descubierto que era cierto. - Y para lo demás, me he bajado una app que traduce de otros idiomas, aunque en el súper no funciona por todo el barullo que hay.

- Así que... - Anuncié antes de entrelazar las manos, llevarlas a mi mejilla y empezar a parpadear muy rápido, como toda una ensoñadora. - Dime que estas llaves las tenías tu. - Cité con voz bobalicona antes de cambiar rápidamente las manos de lado y girar la cabeza. - Creo que siempre las tuviste tú, porque son las llaves de mi corazón. - Declamé antes de echarme a reír.

- Bueno, total: - Continué después tomando a Sara de los brazos al recordar algo que sí era importante. - Que Miriam ya confesó que tenía un precontrato con el Día antes de que Manuel dijera nada. - Le expliqué. - Y han estado cambiando los sueños del chino, aunque no entiendo muy bien para qué. En realidad soñó con Iker, con Manuel y con el Lejía, aunque han dicho que ha sido con Iker, con Mauricio y con la vieja esa.

Cargando editor
23/09/2014, 21:07
Eva Sánchez Banderas

- Oye, Sara. - Dije uno segundos más tarde bajando la mirada. A pesar del colocón una profunda tristeza iba adueñándose de mi pecho, seguida por la pena al imaginar qué pasaría si echaban a mi amiga. - Creo que Íker es un infiltrado. - Anuncié antes de morderme el labio y buscar su mirada. - Puede que no, ¿eh? Pero he estado repasando y es lo que me tiene pinta. Sólo se me ocurre ese motivo para que a él no le cambiaran en el sueño.

- Si alguien le hace algo vas a defenderlo, ¿verdad? - Pregunté un poco nerviosa. - Porque yo voy a muerte contigo aunque lo hagas. - Le aseguré. - Y si nos echan a los tres.. Bueno, que nos echen. - Afirmé como si eso no importara demasiado, sin querer pensar demasiado en lo que haría ella entonces. - Ya encontraremos otra cosa.

Cargando editor
23/09/2014, 22:48
Sara López

- ¡No! No digas eso... Si fuera un puto traidor me lo habría dicho - . Sara se negaba a creer que Iker fuera un infiltrado y lo defendería costara lo que costara. ¿Pero qué pasaría si al final terminaba siéndolo? No, es imposible, no puede ser. Tragó saliva y volvió a mirar a Eva con los ojos muy abiertos. 

- Iker en un trozo de pan, incapaz de joderle la vida a nadie. No sé por qué coño lo han mantenido en ese puto sueño. Puede que sea porque quieren joderle y han querido quitar al Lejía, porque... Puede que él sí que sea un vendido - . Se mordió el labio y se llevó el pelo tras las orejas. Las palabras de Eva le habían puesto muy nerviosa.

- Tía, le pediré al Iker que me diga lo que puede hacer y - Apartó la mirada, bajándola al suelo y un suspiro salió de lo más profundo de su pecho. - Te diré lo que me diga, sea lo que sea - Le prometió, volviendo a levantar la mirada y centrándola en la de su amiga. 

Cargando editor
24/09/2014, 21:48
Sara López

Un rato más tarde, Sara regresó al almacén con los ojos hinchados de haber estado llorando. Respiró profundamente, llenando sus pulmones de esa esencia a yerba que llenaba toda la estancia y miró a su amiga. 

Joder, tía, tenías razón - . Torció los labios en una mueca y se sentó sobre una caja, abrazando sus propias piernas. - El Iker sí que es un infiltrado. Necesitaba el dinero porque no podía tirar adelante - . Le explicó, justificándole. - Tía, no puedo dejarlo en la estacada, es mi amigo y, joder, sé que me necesita - . Miró a su amiga y restregó con fuerza sus ojos, evitando que las lágrimas que se estaban acumulando en sus pestañas llegaran a desprenderse. 

Cargando editor
24/09/2014, 22:57
Eva Sánchez Banderas

Asentí a las palabras de mi amiga cuando me dijo que le preguntaría a Iker, y decidí dejarle algo de tiempo para que lo hiciera. De todas formas... ¿Que era infiltrado? Bueno, mientras a Sara le pareciera bien, por mí estupendo. Era fácil asimilar las cosas con este colocón encima. Y también olvidar que estábamos encerrados por culpa del Bulldog. Sin duda estar empollada era una de las mejores cosas que había hecho últimamente.

Cuando se fue a hablar con él me quedé unos segundos pensativa antes de que la situación me recordara no sabía muy bien por qué a un chiste de Eugenio, y a partir de ahí empecé a pasar el tiempo que ella estuvo fuera repasando todos los chistes de él que me sabía de memoria e intentando imitarle en voz alta sólo para romper en carcajadas una y otra vez, olvidando por unos minutos el asunto de los infiltrados.

Sara abrió la puerta y me tapé la boca de inmediato al verla volver con los ojos llorosos. Me temí lo peor, y no tardó en confirmar mis sospechas. Entonces me acerqué despacio a ella antes de rodearla con mis brazos y tratar de hacer que apoyara su cabeza en mi pecho para reconfortarla. Ahora era difícil que no me entrara la risa con la voz de Eugenio en mi cabeza, pero conseguí aguantar como una campeona. Tal como haría Klara.

- Bueno, no pasa nada. - Le dije sin poder evitar una sonrisa que por suerte ella no podía ver. - ¡Culo, hijo! ¡Dije culo! - ¿Qué vamos a hacer, echarle una mano? ¿Te ha dicho quiénes son sus compañeros?

Cargando editor
25/09/2014, 13:58
Sara López

- Tía, creo que la vieja esa ha hecho algo para que el Iker confesara. Está too rallao, él no quería hacerlo - . Sara rebuscó en el almacén hasta encontrar una botella whisky, de las caras. La abrió, quitándole todos los precintos que tenía y se la llevó a los labios. 

Ella no sabía diferenciar entre un whisky bueno y uno malo. Decían que al que le gustaba notaba muchísimo esa diferencia, pero para ella, si no estaba mezclado con coca-cola, todos sabían horriblemente mal. Tras darle un buen trago, bajó la botella con una mueca y se la ofreció a Eva.

- No sé qué vamos a hacer, tía. Hostia, me jode meterte en este rollo - Se sentía culpable, Eva era una tía de puta madre y podía salir salpicada de toda esa mierda. 

Cargando editor
25/09/2014, 14:06
Eva Sánchez Banderas

Cuando Sara me tendió la botella la tomé y pegué un trago que rascó mi garganta con fuerza. Una vez lo noté la bajé rápido, evitando poner una cara que reflejase todo el asco que sentía. Acto seguido miré a mi amiga un poco confusa.

- Ostia. - Dije, mirándola durante unos segundos. - ¿Iker ha confesado? ¿Fue eso que dijo en vasco? - Pregunté mientras las cosas empezaban a cuadrar en mi mente.

- Por mí no te preocupes. - Respondí luego negando con la cabeza. - Yo ni siquiera necesito el curro. Me molaría que lo mantuviéramos porque me caes de puta madre, pero nada más. Aunque organizarnos estaría guay, la verdad. Si quedan tres hay otro de quien no sabemos nada. ¿Va a echarnos un cable, no?