Partida Rol por web

En tu forma de águila sobrevuelas la ciudad, por encima de los tejads y de las columnas de humo que brotan de las chimenas de los hogares. Hogares donde familias como la tuya deben estar preparando la cena. Eso te hace aletear con más furia. Pronto pasas las calles y llegas a la muralla. En la plaza de arma se están reuniendo caballeros con la insignia de Colsifar para ir al rescate, pero aún son pocos.

Sigues adelante hacia las llamas de Torre del Lince. De lo lejos divisas que muchas de las casas están en llamas, aunque la torre de defensa que da su nombre al pueblo sigue entera. Hay figuras de aspecto humano corriendo por las calles con antorchas, pegando fuego a los edificios.

(PARA LOS QUE SALÍS DE LA TAVERNA PARA TRATAR DE AYUDAR/AVERIGUAR ALGO DE LO DE TORRE DEL LINCE)

En medio del follón, os fijáis en un grupo de jinetes armados que se abren paso a gritos e imprecaciones. Les seguís hasta la Plaza de Armas, situada ante las murallas, donde se está reuniendo caballeros para ir al rescate de Torre del Lince. Algunos mercenarios y ciudadanos se están uniendo también. Al mando parece estar un paladín de Iomedae.

Ulfgar ve la escena e inmediatamente se acerca al paladín. - Paladín, deseo unirme a la expedición. Abadar ha tenido a bien canalizar su poder a traves de mi persona, por lo que podria curar a los herido, ademas el combate no me es ajeno. Lamentablemente no dispongo de caballo, si me pudierais prestar, alquilar o vender uno... os estaría muy agradecido.

- Traed un caballo a ese valeroso voluntario.- Ordena el paladín.

Tardan un poco pero traen un caballo con silla de montar adecuada al tamaño de Ulfgar.

Me acerco al paladín junto a Ulfgar

Yo también ayudare en lo que pueda a los acongojados habitantes de Torre de Lince; si tuviera la amabilidad de prestarme un caballo sería mejor.

Digo ajustandome el equipo al cuerpo con una sonrisa en el rostro.

Supongo que no está de más prestar un poco de ayuda. Dicho eso, invoco mi montura y me espero, no me fío de los animales normales... ya me han tirado de sus sillas alguna que otra vez.... Bueno, intentaré ayudar en lo que pueda.

- ¡Ja! No esperaba menos de ti Sylpher - dice el enano enfatizando sus palabras con una sonora palmada en el hombro del mago. Su cara tiene una sonrisa de oreja a oreja. A diferencia de la del mago, que... por que le mira así mientras se lleva la mano al hombro. Bah, nunca terminaré de entenderle.

Anuruk veía claramente a varias personas que están ocasionando el fuego y el caos, diseminando el fuego en todas las ocasiones. Una parte de ti busca el seguir hasta encontrar a su madre pasando por alto esto, pero su enojo al ver el atentado contra los hogares de las personas, y el uso indiscriminado del fuego provocan un sentimiento de ira natural, que desata en unos movimientos de sus garras y chillidos de águila, que reflejan su ira, y no solo eso, sino un llamado a la naturaleza. Mientra el avanza por los aires cada vez mas cerca de las calles. Esos humanos impertinentes, no sabrán que les golpeo, aunque la ira del cielo caerá sobre ellos. Siendo así que el empieza a sobrevolar a una distancia segura la calle donde mas hombres con antorchas hay, e invocando sin que estos se den cuenta un rayo que busca asestar al primer desgraciado que ve.

Una vez todos montados, el paladín da una orden estentórea:

- ABRID LAS PUERTAS!- se abren los portalones de la muralla y cruzáis el puente levadizo siguiendo los caballeros. Se oyen varios gritos de ánimo entre la multitud: "viva la Bandera Errante!".

Cabalgáis rápido siguiendo un camino que bordea una acequia en dirección a Torre del Lince, cuyas casas en llamas iluminan la noche a una milla de distancia.

SANDRU: te parecer ver a alguien asomando la cabeza detrás de un terraplén a 20 metros a vuestra derecha.

Golpeas a un incursor con tu rayo celestial, que cae fulminado. Los asaltantes quedan sorprendidos porque es una noches despejada y no aciertan a reaccionar.

La vista de las llamas hace estremecerse al enano - espero que estén bien, espero que no hayan afectado al templo de Abadar. Malditos perros, que osados se han vuelto - va mascullando mientras avanza por las calles algo incomodo en su caballo. Nunca le han gustado demasiado los caballos. Mira la distancia al suelo y aferra las riendas con más fuerza.

Miro al grupo, detengo el caballo y me bajo del mismo mientras lo ato a algún lugar cercano.

Ya vengo, creo haber visto algo...

Digo mientras saco mi arco y acomodo una flecha en el mismo. Luego comienzo a caminar hacia la derecha de la compañía

Anuruk se siente satisfecho al ver como ya empiezan a dudar ante sus acciones. El por su parte sigue volando y llama otro rayo para que caiga sobre otro de los hombres con antorcha, este un poco mas separado del anterior.

De detrás de un terraplén a 20 metros a vuestra derecha, salen de repente arqueros emboscados! Lanzan contra vosotros una lluvia de flechas.

Lanzas tu siguiente rayo, rematando a varios de los incursores.

Entonces te lanzan una flecha que falla de un kilómetro... Pero la siguiente te alcanza!