Partida Rol por web

El anciano paladín se te queda mirando unos instantes, anonanado ante este espectro del pasado.

- Anuruk-te! Han pasado muchos años, pero reconozco al hombre en que se ha convertido el niño. - se acerca a ti.- Estás herido. Deja que te ayude.

Llega otra andanada de flechas, pero todos salvo Sandru (que recibe un arañazo) salís indemnes. Aunque uno de los soldados de Colsifar cae muerto, con un ojo traspasado. El paladín da una orden y vuestro lado lanza una réplica con sus ballestas, que deja algún enemigo herido.

- Tras la siguiente andanada cargaremos a por ellos!- ordena el paladín, desenvainando su espada.

Anuruk se sorprende a si mismo dándose cuenta que se alegra ante el reconocimiento del hombre mayor. -Parece que algunas cosas nunca cambian- Dice mientras el hombre le cura, rememorando una situación similar en donde este le curo un brazo fisurado el cual se había lastimado siendo mas osado que los otros jóvenes.

Una vez que sus heridas sanan gracias al calor de la nueva diosa prohibida, y una vez acabada la adrenalina del momento. Sus pensamientos vuelven a la realidad del momento y situación en la que se encuentra junto a su padrastro. -Rogen, hay mucho para hablar, pero no creo que sea el lugar ni el momento... ¿Donde esta mi madre?- Consulta mientras el ansias y miedo de volver a ver a su madre le oprimen el pecho del mismo modo que cuando estaba en el pueblo. Parecía que siempre el estaba cerca y lejos a la vez de su reencuentro, y el mundo se ocupaba de ser lo suficientemente peligroso y caótico para postergar su reencuentro.

Ulfgar entona unas palabras y hace gestos con sus manos. - Abadar, dios del viaje, da alas a tu siervo - inmediatamente tiene la sensación de pesar menos, sus botas se levantan unos centímetros del suelo. Está volando.

- Vamos muchachos, Abadar nos guía - ruge mientras se pone a volar en dirección a los arqueros de forma un tanto inestable.

Más seguro desde detrás de la montura Sylpher planea su próxima jugada, decidiendo que lo mejor usar los poderes de su anillo para conferir a sus aliados el movimiento acelerado del que disfrutan lo combatientes.

- Anuruk... Tu madre falleció hace dos años de una fiebre maligna. En sus últimos momentos se acordó de ti.- te dice el anciano paladín con gran pesar.- Pero ahora hay un problema más grave. Tu hermana Layra, hija mía y de tu madre. No la hemos visto des de que empezó el ataque. ¿No la abrás visto? una muchacha gallarda de piel oscura. La acompaña siempre un gran perro rojo.

A el druida se le encogio de tal modo el corazon ante la abrumadora noticia del ya antiguo desceso de su madre, el cual contrastaba con la imagen que habia ideado de volverla a ver que se tradujo en un dolor insoportable.

Dio un paso atras como queriendo esquivar la noticia, no pudiendo aguantar su golpe, su respiracion se agito por un momento, mientras que en su cabeza las palabras de Rogen se repetian como un eco distante. 

Por su parte Anuruk intentaba acompasar su respiracion como una accion que el realizara, respirando fuerte mientras el apretaba fuertemente sus parpados. Su madre ya no estaba, y no volveria a verla, aun cuando el habia vuelto era tarde, y ella lo habia rememorado al fina. Un gran dolor se iba posando en su corazon, uno que al menos ahora controlaba de a poco, pero que no se iria.

Ahora debia atenerse al presente, un presente que le reclamaba, y apenas mirando a su padrastro, este extendio su mano en señal que callara cualquier palabra sobre su madre o que intentara confortarlo.

-¿Dices que tengo una hermana? No, no la he visto, pero la buscare... tu escondete Rogen, ya no es seguro esta ciudad para un adorador de Sarenrae y no se olvidaran de ti, sin importar a cuantos hayas salvado hoy-

-Yo buscare a Layra, ire primero a lo que quedo de la granja y luego por donde detuve a los atacantes... No te preocupes, siento que no podamos encontrarnos en mejores situaciones- Le comenta mientras se da vuelta y emprende a un buen trote camino hasta la granja.

El paladín Joram Lesken dirige la carga de sus hombres por el terraplén. Los arqueros enemigos, más ligeramente armados, no se quedan a pelear cuerpo a cuerpo, sino que huyen hacia unos caballos que tenían escondidos tras unos árboles.

- Es mi hija, y un paladí no se esconde. Voy contigo.

-Esto no se trata de una aventura en el exterior en la selva, Rogen, no es como siempre en donde hay un sirviente del mal y tú tienes que ir a derrotarlo, esto es política, sucia política, y es tu deber para con tu Diosa permanecer vivo para que los fieles puedan seguir teniendo a quien recurrir!- Le objeta antes de salir en la búsqueda. -Acaban de atacar a la villa, y aun cuando tu protegiste el lugar, los guardias van a venir a arrestarte inculpándote, y los ignorantes del pueblo te repudiaran igual- Era rara el escuchándose con locuacidad en una discusión con Rogen. Pero era el problema como con todo fanático, y cosa que siempre le había exasperado, era un ferviente fanático de su diosa, y no había ninguna lógica que pudiera convencerlo de nada.

-Solo espero que Nerisgwen y Zoria estén bien- Suelta mientras sabiendo que nada podrá darle el brazo a torcer, tiene que comenzar a mirar el suelo y hasta olfatear el aire.

Lanzo dos flechazos intentando detener a los atacantes antes de que lleguen a sus caballos

La flecha de Sandru alcanza a un asaltante en el hombro y cae de su montura. Grita pidiendo ayuda, pero sus compañeros le abandonan y se alejan galopando.
 

-No puedes impedir a un padre buscar a su hija.

Encuentras un rastro de caballos que se dirije al sur.

Ulfgar se acerca volando, sin mucha gracia la verdad, y al llegar alza su hacha mientras dice con voz profunda tratando de imitar a su sargento - tira ese arco y quedate quieto si no quieres que te parta en dos. - aferra su hacha para llevar a cabo su amenaza si trata de huir.

El arquero calcula mentalmente lo que tardará en cargar y apuntar el arco y en recibir un hachazo en el cráneo, así que suelta el arma.

Entre el paladín, vosotros y el resto de la partida, habéis puesto en fuga a los enemigos. El paladín ordena ir al pueblo a salvar a los lugareños que puedan quedar.

- Has tomado la decisión mas sabia. O cuando menos la más saludable - dice al prisionero atado aliviado por no tener que sesgar una nueva vida - Espero que el resto del viaje transcurra sin sobresaltos - dice echándole una mirada retadora a su caballo antes de montar, como advirtiendo a la bestia.

Anuruk movio la cabeza en forma de un lado a otro, ante la necedad del hombre. 

-Solo reza a tu dama porque no nos topemos con nadie que nos de problemas- Dijo mientras se aboco a su trabajo. Luego de inspeccionar el terreno un tiempo, Anuruk noto unas pisadas de caballos las cuales iban hacia el sur, lo cual era raro debido a que hasta el momento todos los asaltantes de la villa que habia visto iban a pie, y todos quienes se habian refugiado en la torre igual.

-Hay un rastro de jinetes, se dirigen hacia el sur, y es nuestra mejor pista de momento- Le comenta a Rogen, mientras comienza a caminar en esa direccion a un paso ligero.