Partida Rol por web

El Templo de Sarenrae es una pequeña iglesia con boveda. Yasmina os cuenta que aquí se celebran oficios religiosos y se atiende a enfermos y heridos. Aunque la mayoría de veces prefieren quedarse en su casa y ellas se encargan de visitarles. Su parroquia la forman toda clase de gentes, aunque la fe está mal vista en esos tiempos, porque se la asocia con el reino enemigo de Qadira (aunque en realidad Sarenrae es neutral en el conflicto). A veces encuentran pintadas ofensivas o arrojan piedras por las ventanas durante las ceremonias.

Os llevan a la parte de atrás, que es donde viven las clérigas (Nerisgwen, Yasmina y Zoria). Yasmina abre con la llave.

- Hola, ¿Zoria? No te creerás lo que ha pasado...- pero empieza a toser al poco. Nada más abrirse la puerta sale un humo espeso... ¡Fuego!

-Rápido dime donde está el fuego, no hay ni un segundo que perder, si los planos están conmigo lo podré apagar rápidamente en cuanto me lleves hasta él. Aún con lo desesperante de la situación, el mago está totalmente calmado, como si no le preocupase demasiado.

Anuruk al ver el humo salir de la puerta de la habitaciones del templo deja el cadaver veloz como el rayo, acostumbrado por muchos años vocacion a reaccionar ante los incendios en zonas naturales.

Adelantandose al grupo y sin mediar palabra, fue hacia la puerta con toda la intencion de atravezarla. Alli dentro ya empezaria a ver el panorama para hacer un pedido a los espiritus del fuego para que se retiraran

Entrais en las habitaciones y seguís el humo hasta llegar a la biblioteca, donde están en llamas las estanterías con todos los volúmenes y pergaminos. Hay también en el suelo una clériga inconsciente y sangrando.

Dejo que el druida use sus poderes, no hace falta que use los míos de momento, así que intento mirar cual es la fuente del fuego, si hay demonios, puede haber elementales y eso es muy peligroso.

Ulfgar se acerca rápidamente a la cleriga inconsciente y usa su magia para curar sus heridas, cuando menos en parte para evitar que el desangramiento haga peligrar su vida. No obstante trata de fijarse en el tipo de herida: quemadura, corte de arma, garra, etc. Para tener una idea de a que pueden estar enfrentandose si es que esto a sido un incendio provocado y no un mero accidente.

- Buscad a los heridos, averiguad si alguien ha provocado esto, quizás siga aquí. Y por Abadar, apagad el fuego o si no sois capaces, evacuad el lugar. - tan pronto como ve personas que necesitan de sus cuidados, le sale la vena mandona. Suele pasar que la gente reacciona más rapido así y no en pocas ocasiones eso puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de sus pacientes.

Anuruk entrando primero, se dirige junto al enano hasta la sacerdotisa tirada en el suelo. Pero se queda a un lado, dejando que el enano haga lo suyo. Mientras el mira detenidamente el fuego.

-Yo me encargo de las llamas, Ulfgar, sacala de aquí-

Piensa detenidamente sabiendo que la invocación de los espíritus del agua provocarían mas caos y desorden que tranquilidad a la situación.
Con lo cual empieza a mover sus brazos en rítmicos movimientos que parecen casi una danza mientras mira detenidamente a las llamas, hablándoles en secretos idiomas llamándoles a calmarse y retirarse del lugar.

Nerisgwen se queda atónita mirando. Parece que el fuego le ha pillado por sorpresa. Sus acompañantes actúan rápidamente y parecen tener todo bajo control, pero los nervios la dejan fría y sin opción ha hacer nada... ¿Cómo? Esto no es una casualidad...

Al ver el fuego en el templo me quedo atónito unos instantes. Pero luego no dudo en meterme dentro del edificio para buscar heridos y ayudar a apagar el incendio.

Al entrar veo que Anuruk-te ya tiene controlado el fuego y me dirijo hacia la mujer que se encuentra en el suelo.

Ulfgar, llevémosla con cuidado hacia afuera. Será mejor si la revisas fuera de la humareda, no?

Digo agachándome al lado de la clériga para sacarla de allí.

El dominio del viento de Anuruk apaga las llamas de la librería, aunque ya se han perdido la mayor parte de los tomos.

Sandru y Ulfgar evacúan a la clériga al exterior. Allí la atendéis y veis que tiene una puñalada en la espalda. Aunque está grave, aún no ha cruzado las puertas de la muerte y la magia de Ulfgar consigue estabilizarla.

- ¡Oh, diosa!- exclama al recuperar la consciencia.- ¿Qué ha pasado?- le contáis lo que habéis visto al encontrarla.- Ha sido todo muy rápido. Estaba en la biblioteca examinando unos pergaminos cuando he oído que se abría la ventana, pero no había viento. Me he girado y en ese instante he sentido un golpe en la espalda y he perdido los sentidos.

Ulfgar está satisfecho con que sea capaz de recordar su nombre y lo que ha pasado, aunque albergaba esperanzas de que hubiera visto a su atacante, parece que no ha habido suerte. En fin, al menos la perdida de consciencia no parece haberle ocasionado daños permanentes ni perdida de memoria. Por si acaso hace algunas pruebas de rutina - Sigue mi dedo - dice moviendolo de izquierda a derecha frente a su cabeza mientras le examina los ojos y trata de averiguar más información - ¿Había alguien más contigo en la biblioteca? ¿Sabes como ha podido empezar el fuego? ¿quizás se cayó algún tipo de lampara en la refriega?

Zoria piensa unos instantes:

- Estaba sola. Nerisgwen y Yasmina se habían ido. Yo tenía el quinqué encima de mi escritorio cuando me atacaron. De haberse caído entonces, se habría pegado fuego a mi mesa y no fue así. Creo que más bien tiraron el quinqué contra la librería, al otro lado de la habitación, para quemarlo todo.

¿Qué guardáis en esta biblioteca que valga la pena quemar? ¿Quizás algún texto antiguo, alguna procefía? -El mago tiene otras preocupaciones ahora mismo, la señorita está sana, así que ahora quiere saber si hay algún conocimiento que pueda haber estado descansando en esas estanterías.

Oh Zoria, estáis bien? acudió con premura a atenderla. No tenía que haberme marchado, tenía que haberme quedado contigo... decía disgustada. Tras escuchar a Sylpher una mirada llena de ira fue hacia él. Todo templo guarda un valor incalculable para un erudito, pero nada que puedan querer esos necios!!

- No es culpa tuya, Neris. - responde Zoria.- Por cierto cómo ha ido con esa mujer herida que has ido a atender?

En ese momento recuerda algo.

- Tenía las Premoniciones desde el Hades en la mesa cuando me atacaron...

Cojeando por la herida, vuelve a dentro del templo.

- ¡No está! Lo echaron al fuego con los demás libros.

O lo echaron al fuego, o se lo llevaron. Que tan importante es ese libro?

Digo revisando el lugar del incendio

En ese momento oís unos cascos y se aproximan unos soldados a caballo. Llevan el escudo del Reino de Taldor.

Uno de ello desmonta y se dirige a la puerta delantera del templo, donde clava un cartel.

Otro empieza a sonar redobles de tambor para congregar a la gente. Tras lo cual pregona con voz fuere:

- Por orden de su Majestad, el Rey de Taldor, Stavian I, Padre del Reino, Escudo de los Justos, se hace saber en todas las ciudades, villas y feudos del Reino.

"Que la Fe de Sarenrae es considerada rea de alta traición, por su crimen de auxiliar al vil reino de Qadira en la guerra que Su Majestad sostiene contra ella.

"Que todos sus sacerdotes, fieles y acólitos, son considerados cómplices de tal crimen de lesa gravedad.

"QUe por ello queda prohibido el ejercicio de tal culto, la celebración de ceremonias, el uso de su magia a partir del primer día del mes siguiente.

"Que todos sus templos serán cerrados y sus riquezas confiscadas.

"Que los dichos sacerdotes, fieles y acólitos quedan confinados en sus ciudades, villas o feudos de residencia hasta que Su Majestad decida su justo castigo.

"Aquel que incumpla este Real Mandato será condenado a muerte por traición, con corte de la barba y confiscación de todos sus bienes".

En el cartel que han colgado en la puerta pone: "Antro de traidores cerrado por orden del Rey".

Zoria se ha quedado pálida con esa noticia, responde a Sandru:

- Es las Premoniciones desde el Hades, fue escrito por Halyn el Ciego.