Partida Rol por web

En ese momento, la puerta principal del local se abre y entra por ella Facundo, buscando con la mirada. Observa el lugar, una sala cuadrada, amplia, decorada con madera; las mesas y barra también son de este material. Tres camareros, dos hombres y una mujer, limpian el local, barriendo las servilletas y los restos de comida y recogiendo los vasos sucios. Un par de ancianos se terminan una combinación de café y brandy en la barra y un grupo de clientes terminan su comida en una mesa del fondo.

Estos últimos son una decena de personas, nueve de ellos, frente a vasos de un licor de color entre miel y naranja, todos con aspecto informal e incluso rockero, deben ser los miembros de las bandas. Uno de ellos es Ramón Nieto, el frontman de los Cianuro. Otro al que reconoce es el décimo miembro sentado a la mesa con una copa de brandy, Ernesto.

Facu ingresa en la sala y observa la situación, una sonrisa se dibuja en su rostro Bueno... asi vale la pena investigar se dice a si mismo mientras se acerca unos pasos y espera que Ernesto lo observe para levantar levemente las cejas.

No está seguro si puede incorporarse a la mesa, por lo que espera la reacción del redactor... y que este sea capaz de interpretar lo que le está indicando con sus gestos.

Mientras bebe pega una mirada por el bar buscando algo interesante, pero solo encuentra a la camarera que llama su atención, le hace un gesto cortes con la mano para que se acerque a el

- Ya veo - Ernesto toma su copa entre los dedos, sin levantarla, y la mueve un poco - Pensaba que iba a ser más masivo. Hay bastante gente interesada en la fiesta, y en lo que han dejado ustedes circular que harían en ella - toma un pequeño sorbo, mirando a Ramón - O al menos circulan todo tipo de rumores. ¿Piensan en verdad intentar una invocación, o algo así?

František, desde que partieron de la casa ha estado ausente. Jugando en su mano derecha con el cristal que sostiene la cadenita de plata. Mientras su mente se perdía en teorías sin fundamento y recursos de casos similares, todos sus intentos de concentrarse son infructuosos.

Las continuas patadas de Diego al asiento de Ernesto le impedían concentrarse en lo importante del caso y de su posible importante hallazgo.

Cerrando su mente a lo básico de su estudio y presencia en España, trató de ignorar las palabras de todos, en especial las de Raúl, cuando bajaron de la combi. Estuvo tentado de responderle, pero afortunadamente partió hacia el bar. Provocando un singular suspiro en el parapsicólogo.

Observó al llegar a la plaza el ambiente que los jóvenes formaban en el centro. Buscando extrañas vestimentas o actitudes. Hasta que se topó con la forma sobre el pedestal. Un aborto de cisne que clamaba los ancestros del arte. Eso fue lo que le hizo despertar.

En ese momento se percató de la situación de sus tres compañeros, sobre el pódium populární como él lo conocía. Se acercó para ver que hacían. Bajándose del quiosco, fue cuando hablaron de Videla, en una broma que a él no le hizo ninguna gracia. Posiblemente menos que a Ernesto.

Frunció el ceño y miró a Diego, como el anciano enojado con los jóvenes, en un claro gesto de desaprobación.

Al ver como la situación se calmaba. Alzó algo la voz mientras sus compañeros se iban y quedaba con la compañía del maleducado Diego.

¿Nos vémos acquí entonses?

Dejó de jugar con el cristal y sacó sus manos de los bolsillos. Las necesitaba para otros menesteres.

¡Hloupé zkažené! - Grita al camarógrafo. Mientras se dirigen al bar. - ¡No siabes ni lo quie dises! Videla fue un auténtico parchant, aniquiló a miles die piersonas antes de que tú nasieras. Nesio. Yo te hubiera partido mi bastón en esa cabezota nada mias diesirlo.

Acto seguido, Diego se va al bar dejando al anciano en el medio de plaza.

Cuando la puerta se abre, Ernesto tarda en desviar la mirada. Facundo aprecia que, a pesar de que su lenguaje corporal es distendido como en una charla trivial y cercana, se encuentra concentrado en ella. Finalmente lo hace, y sus ojos claros encuentran al locutor de pie en el marco, observando cómo sus cejas se levantan en ese leve arco siempre tan sutil. No esperaba menos reacción, teniendo en cuenta que Facundo lo ha encontrado rodeado de los sujetos que son parte de su objeto de estudio. Lo que Ernesto aún no tiene claro es cuánto podría forzar la amabilidad de Ramón: le queda poco por averiguarlo.

Asegurándose que Facundo lo mira, aunque Ernesto deja de mirarle a él, levanta su copa unos centímetros de la mesa. La hace girar apenas, como si estuviera tratando de llamar su atención sobre el contenido. Quizás le está diciendo que se pida algo de beber, o que espere en la barra. Quizás trata de decirle que él decida si quiere acercarse o no. El gesto es demasiado ambiguo, y Ernesto parece no darle mucha importancia a que lo interprete de una u otra manera. Lo que sí, Facundo se da cuenta que ha entendido bien su seña, puesto que de forma imperceptible, tan rápido como sólo alguien acostumbrado puede hacerlo, a su leve alzar de cejas Ernesto ha respondido con un guiño de su ojo derecho.

Vos el as de espadas, yo el as de bastos. Primero ver las cartas, después jugar la mano.

Tras esto, Ernesto sorbe un poco más de su bebida, y espera la respuesta de Ramón.

Se voltea ver al viejo y lo mira con los ojos entrecerrados tratando de entender porque lo putea, unas décimas de segundo luego mira al cielo negando con la cabeza
-Como le tarda de llegar el agua al tanque al viejo este, eso fue hace como 20 minutos y me viene a putear ahora
-La próxima ves voy a hacer chistes sobre las cruzada que parece que a nadie le importa en estos tiempos modernos... y dentro de unos cuantos décadas tal ves pueda hacer chistes de judíos y alemanes... y tal ves viva para hacer chistes de la dictadura Argentina sin que nadie te mire mal... entiendes mi punto viejo así es como veo al mundo yo no trates de comprenderlo si no quieres, pero trata de no tomarte todo lo que digo como si fuera algo personal

Había pasado su mensaje... bueno, la idea de que tenía un mensaje pero Ernesto parecía demasiado ocupado. Facundo miró alrededor y buscó una mesa. Quería estar cerca del grupo que integraba su jefe, pero tampoco ser demasiado obvio. Una mesa libre de por medio sería suficiente. Quizás escuchara algo... aunque no participara de la reunión

El locutor se sentó, intentando no mirar en dirección a los comensales y con un gesto desenvuelto llamó la atención de uno de los camareros - Una cerveza - comentó en voz baja cuando se este se le acercó, mientras sacaba la notebook de su mochila y la abría. Debería hacer tiempo hasta que Ernesto terminara y revisar correos era una tarea que llevaba tiempo... demasiado. Y aún no había tenido tiempo para hacerlo desde que habían subido al avión en Ezeiza.

Sin embargo, repentinamente tuvo una idea y, sin analizarla demasiado la llevó a la práctica. Sacando su celular de la funda que llevaba al cinto escribió un breve mensaje y, tras elegir el destinatario en su agenda... el propio Ernesto, con tranquilidad pulsó SEND

El SMS tenía pocas palabras. Mucha información, aunque confusa

HIJO HENAR ENCONTRÓ CUERPOS. PARECE QUEDO LOQUITO. ESTABA HOY EN CASA? JUNTA HUESOS?

-Bueno..- Ramón sonríe con cierta vergüenza, incluso mira la mesa y hace girar su copa cual niño cogido en falta. -..en realidad lo que vamos a hacer es un poco lo mismo que hicieron aquellos de hace diez años, ¿no? Una barbacoa en el jardín mientras escuchamos música que mucha gente considera satánica, ya sabes, pues de los Rolling, Judas, Motley Crue, etcétera. Y esperamos, no sé que ocurra algo. No sabemos qué. Algo especial.-

Mientras el joven músico termina su frase, notas la vibración de tu móvil, una única vez, indicando la llegada de un mensaje.

František, se calma un poco mientras ve alejarse a Diego.

En el centro de la plaza ve a grupos de personas, aunque no se siente con fuerzas de abordar a la gente, trata de encontrar a algún policía local de la población, sin duda sería una muy buena fuente información.

- La verdad es que no tengo mucha idea de lo que pasó hace diez años - los labios de Ernesto se curvan en una media sonrisa - Sólo sé que las cosas estaban normales, y de pronto, no lo estuvieron. No se me hubiera ocurrido relacionarlo así con la música - mantiene las manos lejos del bolsillo del teléfono, como si se resistiera a interrumpir la charla - ¿Crees que ésta tenga algo que ver? ¿Que de alguna forma prepare el ambiente para que pase algo?

Sorbe un poco de lo que queda en su copa. En el mismo movimiento, y con un gesto de disculpa, saca el teléfono móvil con la otra mano y con rapidez se fija qué dice el mensaje que le ha llegado. Pero en ningún momento le quita la atención mayor a Ramón, y sin lugar a dudas, parece muy interesado por su opinión.