Partida Rol por web

A la sencilla luz de la luna (llena, por cierto), la casa, con sus paredes blancas, relumbra rodeada del frondoso jardín en el que se podría esconder a una legión de personas sólo tras los setos que se pegan a las vallas o detrás de la caseta de madera del mismo.

La entrada de la casa, antes de acceder al jardín, justo en el espacio de tierra donde ahora tenéis aparcada la furgoneta ha tenido hace poco otro coche aparcado y por lo que puedes ver, se ha marchado de aquí con cierta prisa, derrapando sobre la arena.

La entrada de la casa, antes de acceder al jardín, justo en el espacio de tierra donde ahora tenéis aparcada la furgoneta ha tenido hace poco otro coche aparcado y por lo que puedes ver, se ha marchado de aquí con cierta prisa, derrapando sobre la arena.

La entrada de la casa, antes de acceder al jardín, justo en el espacio de tierra donde ahora tenéis aparcada la furgoneta ha tenido hace poco otro coche aparcado y por lo que puedes ver, se ha marchado de aquí con cierta prisa, derrapando sobre la arena.

Camestres toma nota de las marcas en la tierra, pero por el momento no hace ningún comentario. A esta altura de los acontecimientos, siente que hay varias cosas que no cierran, pero no confía aún en sus camaradas. Tal vez si pudiera hablar algunos minutos a solas con Ernesto… parece ser el único que suele tomarlo en serio.

Me bajo y observo la iluminación natural que otorga la luna, enciendo la cámara y hago un plano general de la casa y la luna, para luego hacer un plano de las ventanas de esta asta llegar a la puerta principal y dejar de grabar.

-Podemos ir entrando o tenemos que esperar a alguien??

- Esperar, no se... pero quisiera saber quien dejó esas huellas - comenta el locutor señalando el piso donde, al mirar con atención se ven unas huellas - Parece que alguien salió "arando" del lugar - agrega con una sonrisa - Habrá sido la dueña? Si es así, parece que estaba apurada -

Ernesto, una vez fuera de la furgoneta, se había parado en el mismo lugar donde Facundo está señalando. Mira las huellas e intenta recordar si ése era el sitio donde había estacionado antes; cree que su molestia por la situación puede jugarle una mala pasada. Con el ceño fruncido levanta la cabeza, y mira directamente hacia la parte de arriba de la casa, encontrando que ya no hay luz allí.

- ¿Te acordás de lo del pendejo? - dice, dirigiéndose a Facundo aunque sin mirarlo - Me parece que se lo llevaron.

Mira a sus subalternos, sobre todo a Diego, y hace un gesto.

- No creo que tengamos que esperar a nadie. Vení conmigo y hacemos para tenerlo un plano de la puerta donde ustedes encontraron... - se interrumpe por un momento, recordando que el hueso sigue en la camioneta - Facundo, vos y los demás entren y vayan viendo cómo está la cosa adentro. Sobre todo vos, Frantisek.

Sin más, Ernesto empieza a caminar rodeando la casa para buscar la puerta al sótano.

- Uhm... entonces quizás luego podamos hacer una entrevista a... como se llamaba... Henar, no? No me gusta sorprender a los entrevistados, pero un comentario por sorpresa, ante las cámaras, puede ser interesante. Quizás no sirve de mucho, pero dará credibilidad al documental - contesta, sin reconocer que el hecho de que Ernesto se lo lleve a Diego le da algo de tranquilidad -

Dirigiéndose a los restantes indica - Bueno, vamos. Veamos si la puerta está abierta. Hay luz, así que seguro que el lugar ya está disponible. Quizás podamos hacernos una idea de la distribución antes de que lleguen todos -

Con firmeza se dirige a la puerta principal e intenta abrirla.

Os acercáis al lateral derecho de la casa, donde está la entrada al sótano de la misma. La puerta ahora no está abierta, sino cerrada con un pasador. Un pasador que por cierto está por fuera, permitiéndoos a vosotros abrirla de ser necesario, pero impidiendo a cualquiera que estuviese dentro salir.

Desde la esquina norte de esta pared podéis ver discretamente el jardín trasero, donde Henar, que no se ha apercibido de vuestra presencia, está preparando sobre una gran mesa de plástico rodeada de sillas un montónd e comida. También hay una barbacoa portátil cerca de la emsa, dodne se están cocinando algunas piezas de carne. Un olor delicioso.

Entráis en la casa, directamente al salón, donde no se ve a nadie. Las puertas de cristal del fondo están entreabiertas y se ve luz fuera, en el jardín trasero. A la derecha sigue un pasillo por el que Facundo se asoma, viendo varias puertas cerradas a izquierda y derecha.

El salón por otra parte está lleno de cachivaches decorativos, dándole un toque demasiado personal para el gusto de casi cualquiera, pero también la impresión de estar en hogar de alguien y no en un chalet de alquiler.

Ernesto mira lo que cierra la puerta sin asombro. Sin embargo, la idea de que eso no se pueda abrir desde adentro, asociada con la falta de luz en la parte de arriba de la casa y el mensaje de Facundo del hijo de Henar, le hacen tener todo tipo de fantasías y pensamientos delirantes. Pasa de imaginar al muchacho como un psicótico destructivo no entregado por su madre a las autoridades, a visualizar una imagen de Anthony Hopkins enchalecado pidiendo carne a los gritos. Alarmado por llegar a semejantes conclusiones, una más estúpida que la otra, Ernesto hace una seña a Diego y señala la puerta.

- Hacete un plano de esta parte, y hacé hincapié en lo que traba la puerta. Si vamos a incluir el hueso, sin comentar que ustedes violaron propiedad privada en un país extranjero, va a ser un buen detalle que ahora esté así cerrado. Hasta quizás alguien cree que ahí abajo tienen encerrado a algo o a alguien.

Ernesto se encoge de hombros, pero no está tan tranquilo como aparenta. Apenas termina de decir eso, y con la excusa implícita de preparar el cuadro, se acerca a la puerta mirando atentamente el suelo a los alrededores, y se inclina a ver si oye algo a través de ella. Desde la posición de Diego, parece que el redactor sólo está mirando las características del pasador.

Vuelve a montar la cámara en mi hombro y el led rojo de esta se vuelve a encender, hace un recorrido por todo el costado de la casa y este termina en la puerta del sótano cerrada
-Che... sigo teniendo una de esa estúpida cosa en mi cabeza llamada sentido común que me alerta... porque puta no llevamos el hueso a la policía o a algún hospital para que confirmen que es humano si tenias dudas... sabes que esto nos puede terminar explotando en la cara, no??

- Me encantaría llevar el hueso a la policía y entrar diciendo cómo lo encontramos, y tener que buscar de urgencia al consulado argentino para que nos ponga un abogado y les ruegue a los gallegos que no nos procesen - Ernesto sigue mirando al suelo - O mejor todavía, llevar el hueso a un hospital para que me pregunten de dónde lo saqué si es humano, que caigan los policías a la casa, la clausuren para investigación y nos tengamos que volver a decirle a la productora: "No, mirá, pasa que encontramos algo que no le gustó nada a la policía y después no pudimos pasar más a la casa. Y de yapa, tenemos un juicio allá en España" - mira a Diego, y toma aire pesadamente - Mirá, tenés razón, y a mí tampoco me gusta nada todo esto. Lo del hueso es cualquier cosa, y me parece que esto va a terminar en cualquiera. Además...

Ahí es cuando Ernesto se da cuenta que Diego no sabe nada de lo del hijo de Henar. Se lo queda mirando, y le hace un gesto de que espere un momento, que ahora siguen hablando. En el repentino silencio, Ernesto vuelve a poner atención en lo que estaba haciendo.

Mira hacia atrás tratando de ver a donde mira Ernesto, no le da mayor importancia cuando este vuelve a verlo
-La venta de almas al diablo primero antes que al cielo... esta bien, no lo veo muy ético al trabajo de reportaje antes que a la justicia... pero quiero un bono de 1000 mangos* por encontrar el hueso y no me niegues que mi hallazgo no realza el misterio al lugar...
Bajando la cámara de su hombro y mirando a Erensto con una sobria sonrisa de negociante Turko

- Hola! Hay alguien aquí! - la voz de Facundo se eleva cuando, educado, intenta averiguar si se encuentra presente la dueña de casa - Eh... Henar? - llama nuevamente mirando a su alrededor, algo asqueado por la decoración del lugar pero tratando de no demostrarlo - Somos los de la tele! - informa - Podemos pasar? -

Sus ojos recorren el lugar mientras habla analizando los volúmenes de las paredes y el estado general de la edificación como ha hecho tantas veces antes de comenzar su carrera de locutor. Ya es un acto reflejo, no lo piensa, simplemente mira e intenta ubicarse

Camestres deambuló con aire distraído por la habitación, observando adornitos aquí y allá. Cada tanto, le dedicaba alguna mirada al profesor, tratando de adivinar a través de los gestos del anciano que pasaba por esa cabeza hermética. Finalmente, se acercó a los ventanales del fondo, procurando ver si había alguien en el patio posterior.

El suelo de delante de la puerta, de cemento, no revela detale alguno y la hierba tampoco. Quien haya cerrado la puerta, lo hizo hace ya un rato y no ha dejado rastro al doblar las briznas de cesped que podáis seguir.

Vaya, hay una gotera en la esquina tras de la puerta princial. Por supuesto, no gotea, debió salir el pasado invierno o primavera, pero si lloviese.. bien está justo encima del cuadro de luces de la casa. Sin tomar precauciones, podría cortocircuitarse si lloviera. Pero claro, pocas precauciones más que reparar el tejado se pueden tomar.