Partida Rol por web

Ante la visión del cadáver, las mujeres se echaron para atrás, una más asustada que otra. Susan, quien ya había pasado por una experiencia aterradora horas antes, sintió hondo en su pecho el terror y cómo éste la consumía. Sus manos se dirigieron a sus mejillas, apretando con sus filosas uñas la delicada piel de la zona. Mientras tanto, Nicole abrió y cerró la boca varias veces, como un tic. Un sudor frío recorría su frente y espalda; y en su nerviosismo hubiera podido jurar fácilmente que las palabras escritas en aquel cartel eran tan rojas como la sangre.

Pero Ian era otra historia. Acostumbrado a ver la peor cara del mundo, sintió apenas un nudo en la garganta - que se le pasó tan rápidamente como había llegado - cuando el cuerpo se deslizó. Con ágil movimiento, sacó el puñal que llevaba y cortó la soga con que el cadáver se mantenía en el aire. El muerto, al tocar el suelo en un golpe brusco - levantando así polvo y cenizas -, se vio de repente sin cabeza. Ésta rodó un poco más lejos, hasta donde se divisaban otro par de puertas. Se vio como un gusano salía libre de aquel y desaparecía bajo los escombros del teatro incendiado.

Scarlett asintió firmemente con la cabeza y así, conducido por la joven, Leonard se vio minutos más tarde sobre un piso firme de nuevo. Aún sentía sobre su cabeza la presión de estar bajo tierra, pero mientras sus pies se paraban sobre un duro suelo de concreto el aire allí se hizo más fresco.

Scarlett sacó de un bolsillo a su costado una pequeña linterna. A pesar de su tamaño, ésta les iluminó perfectamente; por lo que pronto dejaron el concreto por un piso de losas blancas que resonaban bajo sus pies como si estuvieran huecas. A cada paso que daban la tensión parecía incrementarse, y no era para menos. Ambos podían sentir, aunque no lo vieran, que Gouchet estaba allí, cerca, vigilando sus pasos y riéndose de ustedes con maquivelica risa.

- Debemos estar cerca del laboratorio... - susurró Scarlett, haciendo con la mano un gesto de que le siguiera.

Un par de minutos después de sus palabras la pareja llegó a un pasillo levemente iluminado. Scarlett apagó su linterna y avanzaron por él, viendo asombrados como al final del camino se extendía una larga sala protegida por paneles de plástico. Detrás de aquellos se veían varias y variadas máquinarias, así como tubos que se extendían por aquí y por allá, de los cuales muchos de dirigían a varias camas metálicas, en diagonal, donde abrazaderas abiertas brillaban con tenacidad. En el aire había un perenne olor a desinfectante; pero también a algo que ambos conocían bien, un olor que era difícil de quitar de un recinto o de incluso de una persona. Aquel lugar olía a muerte.

Leonard observó como Scarlett tragaba saliva y dirigía su mirada a otro lugar. ¿Qué experimentos llevaba Gouchet allá dentro? ¿Es que era allí donde Samantha era "alimentada"?

Viendo la incómodidad de su compañera, Archer continuó derecho, camino que le llevó a un punto muerto.

Scarlett miraba hacia arriba, y cuando el policía alzó la cabeza observó que aquello que la muchacha veía con tanto interés tenía bordes donde finos hilos grises se deslizaban tal cual agua.

- Allí arriba, una trampilla. Lleva al hall de Carnival. Ayúdame a empujar.

Me acerco al cadaver. Y me arranco parte de el pantalon. Y usandola como si fuese un trapo intento buscar en sus bolsillos o en los lugares donde podria guardar algo. Comienzo a buscar para ver si encuentro algo de utilidad tratando de no hacercarme mucho a las zonas donde hay mas sangre..

El cadaver apareció y Susan sintió paralizarse de nuevo. Eran demasiadas emociones juntas en tan poco tiempo. Ella había visto cadáveres ya, incluso por su trabajo, pero toda esa situación la tenía nerviosa. ¿Por qué había soñado con ese circo además?

Susan miró hacia otro lado cuando la cabeza rodó, aunque no pudo resistir la tentación de mirar de costado. Si algo le faltaba era reconocer la cara del muerto.

Toda su vida había luchado y siempre se consideró una aventurera, por lo cual no podía permitir que el terror la venciera. Se encontró de rodillas (sin recordar haberse arrodillando en ningún momento), de modo que se puso de pie para ir a registrar el cadáver. Sabía que eso podía ayudarla a recobrarse o terminar de volverla loca, pero debía arriesgarse. Sin embargo, afortunadamente para ella, Ian se le adelantó.

_¿Encuentras algo... ahí? -dijo intentando disimular el terror que la embargaba-.

Cuando la vi amagar para venir. Dije.. 

No te preocupes.. yo puedo.. Tu solo quedate alli... 

Dije, la preocupacion se situo en mi rostro mientras te miraba.. Parecia que yo tenia la situacion controlada y no queria que ella sufriera mas de lo necesario.. Era extraño verlo actuar asi. Sin temor. Tal vez el ya habia hecho esto antes..

No puedo creerlo, un cadaver, comienzo a temblar como una hoja mientras veo que Ian se acerca al hombre muerto,  ¿qué demonios?... ¿es el policia?.  No se porque pienso que puede ser Leonard,  me alejo un poco mientras pienso, ¿tiene algún documento?, me pongo a temblar, mientras veo que la otra mujer esta peor, no puedo dejar que por mi mente se dibuje el cuerpo cortado de mi hijo.

- A la cuenta de tres. Uno… dos… ¡tres! – dijo Scarlett mientras ella y el policía presionaban sus manos contra la trampilla.

Cuando finalizó la cuenta, Scarlett y Leonard empujaron con todas las fuerzas de los músculos de sus brazos. Primero no ocurrió nada, mas al pasar varios segundos los hilillos de polvo y cenizas se fueron incrementando mientras se sentía que la compuerta que los separaba de Carnival iba subiendo lentamente.

Faltaron unos empujones más para que la trampilla se abriera, liberando hacia las dos personas que la habían forzado montones de escombros y cenizas. Viéndose de repente grisáceos, Leonard y Scarlett sortearon sin mayor esfuerzo el pequeño muro que les separaba del primer piso del teatro, posicionándose lo mejor que pudieron sobre el suelo inestable.

Delante de ellos un haz de luz producido por una linterna les iluminaba el camino para ver tres figuras que Leonard ya conocía. Una era la de Ian Brown, quien parecía inspeccionar algo que estaba en el suelo. Detrás de él, Susan Fox y Nicole Johnson parecían ser víctimas del miedo.

Y entonces cuando Scarlett dio un paso adelante para presentarse se escuchó el clic que produce un interruptor al ser accionado. A los pocos segundos se hizo la luz, bañando con su amarillenta iluminación cada rincón de aquella sala.

Las figuras de sus tres compañeros de desgracias se hicieron más visibles, así como la decoración del salón, que, a pesar del tiempo y de la inclemencia del fuego, se encontraba en muy buen estado.

Pero eso no fue sólo lo que apareció iluminado, sino también el cadáver de un hombre sin cabeza, que, como pudieron ver Scarlett y Leonard se encontraba metros más allá, grotesca y podrida.

Pasado el susto, el grupo – sobre todo Ian – observan aquel cuerpo muerto como si fuese un posible cofre del tesoro. Había algo en él que resultaba misterioso. Era casi como si fuera a debelar una información importante, una pista que le permitiera seguir adelante.

Ian hurgó en los bolsillos de la víctima con movimientos expertos, hallando en su estudio una llave oxidada y un carnet con un membrete particular, que no había tenido la oportunidad de ver antes a lo largo de su vida. Aparecía en él un nombre: William Ferguson; así como dos fechas. La primera era 12-06-1779 y la segunda 1-04-1797.

Sorprendido por el hallazgo, iba a levantarse para mostrarles a sus compañeras la tarjeta, cuando se oyó un golpe fuerte a sus pies. El evento se sucedió varias veces, poniendo en alerta al grupo.

¿Quién era? ¿Sería uno de los secuestradores que les tendía una trampa?

Y entonces mientras una trampilla se abría – aquella que aparecía con una “X” en el mapa mostrado por el abogado – se hizo la luz. Una luz amarilla y mortecina baño en lugar, mostrando la exquisita decoración del salón, que a pesar del fuego y de la inclemencia del tiempo se mantenía brillante y llamativa. A la vez salieron dos personas de la puertecilla abierta. Una era el policía y la otra una muchacha de cabellos rojizos, bastante bonita a pesar de su agresivo aspecto.

Una extraña sensación invadió el lugar mientras Leonard y la muchacha de cabello rojo miraban a Susan, Nicole e Ian, e inversamente. Parecía como si todos estuvieran demasiado nerviosos para dirigirse la palabra.

Fue la pelirroja la primera en acercarse. Extendiendo su mano hacia Ian, quien estaba más cerca, dijo:

- Me llamo Scarlett Blake, y me he encargado de traerles a su amigo el policía sano y salvo. – Dirigió una mirada burlona a Leonard antes de proseguir. – Vine aquí para ayudarles, si aceptan mi ayuda, claro está.

Saque la tarjeta y lei el nombre en voz alta. 

William Ferguson..12-06-1779 al 1-04-1797.. 18 años..

Mire a los personajes que entraban por la puerta trampa. Y le estreche la mano a Scarlett. 

Esta bien. Me gustaria saber quien eres..  dije aceptando su ayuda y preguntando. 

La llave oxidada me la puse en el bolsillo.

Luego me acerque a Susan e indagando preocupado. 

Estas bien?..

Y tu Nicole?.. 

Miro a la peliroja con desconfianza, ¿quien era?, ¿ayuda?, de donde salio esa mujer. Mi expresión de desconcierto se nota... ¿trajo a Leonar de donde?... ¿ y quien es usted?,disculpe, la pregunta... Miro a los compañeros totalmente tensionada ante el cuerpo muerto de aquel hombre que quien sabe quien era.

_Sí, estoy bien, gracias.

Con esfuerzo, ya que su estado no estaba para sonrisas, Susan sonrió a Ian al responderle. Estaba sorprendida por el cambio de actitud del muchacho. Desde que habían llegado al lugar se mostraba interesado por ellas, casi como se sintiera responsable. Había dejado esa actitud de adolescente galán con la que lo había conocido. ¿O sería todo una actuación?

_Soy Susan.

La periodista se limitó a responder eso, pues seguía en shock y su cabeza no estaba trabajando a la velocidad habitual. Además sus compañeros ya habían preguntado lo que estaba interesada en saber.

-Scarlett ellos son el grupo de rescate que conformó Adolf. Ella es Nicole, ella Susan y el es Ian Brown, asesino de profesión. ¿Menudo grupo para tratar con demonios no te parece? Ya que se hicieron las presentaciones que les parece si salimos de aquí y pedimos refuerzos-

Rebuscó en su bolsillo el teléfono celular y comprobó si ya tenía señal.

- Como ya dije - comenzó la mujer, mirando a Ian. - Me llamo Scarlett Blake. Estoy aquí por un asunto personal que me atañe con el dueño de este lugar; un ser muy poderoso, que, si no tenemos cuidado, podría matarnos antes de ni que lo vean. Por eso estoy aquí - y esto lo dijo mirando a Nicole. - Señora, le entiendo que no me crea de confianza, pero le juro por lo más sagrado que sólo quiero ayudarles. Encontré a Leonard en el subterráneo, un lugar excavado bajo este mismo suelo y que se extiende hasta dentro de la tierra como un área del Infierno. Si quieren escapar puedo guiarles, pero como sé que están aquí para rescatar al pequeño Peter Von Hausen lo mejor será que ustedes y yo comencemos a indagar por estas habitaciones.

Con un movimiento de su mano, Scarlett mostró las cuatro puertas que se extendían ante ustedes, donde, según el mapa, se encontraban la sala de juegos, la feria de comida, el show de mimos y el pequeño teatro. Éstas estaba cerradas, esperando que alguien las abriera y viera lo que hay dentro.

- Será mejor que trabajemos en grupo si queremos sobrevivir, a pesar de nuestras desaveniencias. Y no, no creo que haya señal - continuó Scarlett, observando a Leonard. - Estamos por nuestra cuenta. ¿Crees que nuestro amigo en común nos dejaría comunicarnos con el exterior? También las puertas de entrada deben estar cerradas. Tengo razón, ¿no?

Efectivamente, como puede comprobar Leonard, o cualquiera de los otros tres que agarra su celular en aquel momento, la señal allí dentro era nula; y es más, hasta el aparato mostraba una luz tenúe, como la que empiezan a emitir los aparatos electrónicos cuando están por pasar a mejor vida.

Como decía Scarlett, se las tenían que ver solos con aquel monstruo que había ideado toda aquella recepción.

-¿Alguno de ustedes sabe algo de demonios? Por es eso lo que hay aquí debajo. Gouchet y su familia tienen como cuatrocientos años sino más. Juliett, una de sus hijas, mató a Elena y adquirió su forma. De hecho estuvo con nosotros mientras se presentó el abogador de Adolf. Scarlett le disparó, le acertó y ni siquiera le produjo daño alguno. Creo que lo mejor es buscar la salida pedir refuerzos y volver cuando tengamos alguna posibilidad de éxito. Según me dijiste hoy se puede entrar y salir por la tumba vacía del francés-