Partida Rol por web

Esto parece una mala pelicula de terror, digo sin reservas, ¿han venido ha  decirnos que nos van a matar?. Digo con rabia. ¿esto es un juego?, perdón, pero esto raya en lo ridiculo, sí quieren matarnos, deberian hacerlo ya. Digo indispuesta, ya hemos visto muchas cosas raras, y en parte, parece como si este jueguito ya lo tuvieran programado...

Estoy en un maldito juego, y esto, no tiene sentido. Esto se esta tornando demaciado irreal para mi.

-Quizás simplemente no tenga el poder para hacer más de lo que hicieron. Sólo así se explica esta situación tan absurda- dijo dirigiéndose a Nicole intentando no se note su estado de ánimo. -Cómo dije- agregó volteándose hacia el demonio -Hay otras formas mucho más placenteras de divertirse que este patético juego. En lo que a mi respecta me rindo, llevenme con Gouchet y listo. Según dijiste estaba ansioso por conocerme-

Juliette puso uno de sus dedos frente a su rostro y lo movió en forma negativa mientras chasqueaba la lengua.

- Ustedes no comprenden, ¿verdad?, que para ver al gran Alexandre Gouchet se ha de estar preparado. Frente a ustedes tienen a Carnival, que gustosamente está esperando que paseen por él y que cumplan su misión. Si sobreviven a él, estarán aptos para conocer a mi padre, no cuando ustedes digan - y esto último lo dijo mirando fijamente a Leonard.

- Hechas las aclaraciones - continuó la mujer. - No veo porque están ahí parados sin hacer nada, con cara de estúpidos. ¿Tienen el mapa, no? Entonces pueden trabajar sin nuestra ayuda... y no - y en esto miró a Susan, que a su vez era observada por Scarlett con una mirada extrañada - ella no es mi hermana. Me refiero a Cécile, a la que el rubio ese acaba de disparar... por cierto, que desperdicio de bala...

_Ah, no supe que haya ofrecido a ningún Tour. Pero tú sí ofreciste pistas, y cuando te las pedí no me las distes.

Volvi a tomar mi arma y la recargue. 

No te precupes Tengo muchas mas. Me guardare algunas para ti.. Les dije mientras ponia otra bala en la recamara de mi arma.  

Bien.. Para adonde vamos?.. exclame. 

Lo mas seguro es alejarnos de esas ninfomanas lesbianas. dije con calma

Scarlett miró a Susan como si le faltara un tornillo o fuera francamente estúpida, pero haciendo un esfuerzo - en el que creyó no soltar ningún sarcasmo, contestó:

- Siento si no te he respondido, pero si no lo he hecho ha sido primero porque este hombre - y señaló a Ian con un dedo - nos acusó de ser las hermanas oscuras, casi mata a Leonard y cuando parece que las cosas vuelven a su cauce Juliette y Cécile aparecen en escena.

Al ser nombradas, todos pudieron ver como las dos mujeres de cabellera negra inclinaban la cabeza a forma de reverencia. Scarlett, de no muy buen humor, apuntó su arma a Juliette, a pesar de la advertencia de ésta de que no desperdiciaran sus balas sobre ella o su hermana.

- O se van de aquí y nos dejan en paz o les juro a ustedes dos que les dispararé hasta que se conviertan en coladores. ¡Y lo digo en serio!

Juliette sonrió sarcastica ante las amenazas de Scarlett.

- ¿Nos estás amenazando, querida? Vaya, como que la muerte de tus padres no te ha enseñado nada. ¡Pero tranquila! Cécile y yo ya nos íbamos. Tenemos asiento en primera fila para ver como salen de aquí vivos, por lo que no queremos distraerlos. ¡Qué comience el show!

Dicho aquello, todos pudieron ver como debajo de los pies de ambas hermanas se abrieron dos huecos gigantes negros. Juliette y Cécile desaparecieron por ellos como si de magia se tratara, no sin antes la primera lanzara a los pies de Ian el arma que le había extraído momentos antes.

El viento golpeó rudamente sus caras y se sintió cierto temblor en la estructura segundos después de que las hermanas desaparecieran. Se escuchó el deslizar de pesadas piezas, que terminaron por convertirse en madera y escrombos que cayeron aparatosa y fuertemente sobre la trampilla por la que Leonard y Scarlett habían llegado hasta allí.

Después de aquello no pasó nada más. Sólo se extendía la sensación de aprehensión, quizá de miedo, pero seguramente la de encontrarse en un lugar hostil donde sólo sus propias habilidades y suerte podrían ayudarlos a salir vivos.

Con aspecto cansado Leonard clavó su mirada en Ian y con un tono totalmente tranquilo dijo.

-La próxima vez que apuntes un arma sobre mi asegúrate de matarme porque sino lo haré yo-

Luego se encamino hacia una de las puertas, la del teatro de marionetas, y la traspuso

_La sala de juegos está aquí nomás -dijo Susan señalando una de las puertas-. No creo que Peter esté allí, sería demasiado fácil, pero podemos revisarla si quieren. Yo iría al circo. Quizás sea una estupidez, pero hace poco soñé con un circo y tengo el pálpito de que puede estar allí. ¿Vamos?

Si hubiese querido matarte lo hubiese hecho.

Recogi mi arma. Y deje a leonard adelante. Preferi ir en el medio del grupo.

Mientras que Susan ya había tomado su decisión de ir al circo y Leonard el de dirigir sus pasos hacia el Teatro de Marionetas, Nicole y Scarlett no estaban muy seguras de que decisión tomar. La primera tal vez estaba aún tan nerviosa por las experiencias vividas que no acertaba si lo mejor era quedarse allí y esperar un posible rescate - que seguramente no llegaría - y Scarlett, mientras tanto, no estaba muy segura de si seguir las indicaciones de Juliette y su hermana era la mejor opción.

- Iré al circo con ustedes, pero primero quisiera revisar un poco por aquí y eso. No me gusta la idea de dejar estas habitaciones sin revisar. Si tienen algún problema, sólo griten, que iré a ayudarles - dijo Scarlett, mirando a Susan y a Ian* mientras fruncía las cejas ante las habitaciones que se podían ver desde allí, como si contuvieran trampas dentro de todas ellas.

Mientras sus compañeros se cuestionan a qué lugar ir, Leonard, caracterizado por su espíritu curioso y aventurero, fue el primero en tomar una línea de acción, dirigiéndose a un par de puertas que, para su suerte o desgracia, ya el policía había tenido oportunidad de ver de primera mano.

Estas puertas eran dos bloques macizos de metal con hermosos ornamentos, labrados directamente en el material, y que le daban, a pesar del tiempo y de los pesares sufridos en aquella estructura, cierto encanto. Las puertas estaban solidamente unidas, como si fueran una sola. Leonard no necesitaba ser herrero ni un experto en aquella área para darse cuenta que éstas estaban pegadas, como si el fuego las hubiera cocido entre sí.

Decidido a abrir aquella puerta y entrar en el Teatro de Marionetas, Leonard puso sus manos sobre el metal y empujó con todas sus fuerzas. A los pocos segundos retiró ambas, sintiéndolas arden. Estaban rojas, y en algunas partes el pellejo había desaparecido para dejar la carne expuesta.

¡Aquellas puertas estaban tan calientes como si el incendio hubiera ocurrido ayer, y no hace doscientos años!

Leonard volvió a intentar empujar las puertas, sin éxito y sintiendo nuevamente la sensación lacerante de estar quemándose. Si no sacaba las manos de allí rápido, se le irían a producir feas heridas.

Sabía que aquella habítación era importante para Gouchet. La misma Samantha le había pedido que construyera aquel teatro y el hecho de que las puertas se encontrasen cerradas a cal y canto le indicó que se hallaba en la dirección correcta.
El contacto ardiente de aquellas placas metálicas le hizo retirar las manos, sin embargo comenzó a buscar la forma de entrar en aquella habitación. Estudió las bisagras y paredes en busca de un punto débil que pudiese explotar en su favor

-Ian, echame una mano con estas puertas. Yo no pude abrirlas pero quizás tu puedas- gritó mientras estudiaba aquel lugar