Partida Rol por web

Como un codicioso enano tras una mina de oro, Zeraphas se aproxima nuevamente a la biblioteca ...

Al volver del templo junto a Johansson Galen entró en la Kendra y saludó a sus amigos.- Muy buenas- saludo.

Luego, al ver que Zepharas subía de nuevo a la biblioteca, el clérigo le dijo.- Te acompaño que me gustan los libros y encontrar cosas nuevas en los mismos... quizás entre los dos... o entre todos encontremos algo interesante.

Dicho esto subió junto al mago a la biblioteca del profesor.

Johansson fue junto con sus compañeros tras la velada invitación de Galen aunque su mirada se entretuvo en el exterior de la vivienda, que podía ver a través del cristal.

Sin mucho ánimo, ojeó los libros que le iban pasando, sabedor que no era un terreno en el que se desenvolviese con fluidez.

Mientras mis compañeros van a mostrar sus respetos en la iglesia. Me dedico a inspeccionar los alrededores de la casa de Kendra, sigo estando intranquilo.....no creo que los pueblerinos alborotadores se acerquen, pero...nunca se sabe.....

Una vez llegan a casa me dirijo con ellos hasta la biblioteca -Buenos días, bien con el padre...estará contento de veros por allí ¿no? . Visto que soy un zote entre libros, paso mi tiempo inspeccionando todos los recovecos de esta.

Tras unas horas buscando, desististeis en la idea de seguir. No conseguiais encontrar nada claro, habíais puesto la biblioteca patas arriba un par de veces con excaso resultado. Quizás el hecho de trabajar y buscar cada uno por su cuenta, os hacía mirar los mismos libros que otro ya había cogido. Sería buena idea trabajar juntos para conseguir mejores resultados en el futuro.

Al bajar, bien entrada la tarde, Kendra os miró con mala cara. Os regañó, pues aseguraba que habíais tardado tiempo en bajar, que la comida estaba fría y que, aunque agradecía el esfuerzo que estabais haciendo, teníais que cuidar de vuestra propia salud.

La hora de comer, había pasado ya hacía tiempo. La investigación en la biblioteca os había absorbido por completo y ahora el sol empezaba a caer hacia el horizonte. Tendríais poco tiempo por la tarde, pero algo teniais que hacer.

Zeraphas estaba frustrado, y eso se le notaba.

- Perdona Kendra. Pense que encontraríamos alguna pista en la biblioteca, pero parece que nos esquiva.

Tal vez deberíamos salir y preguntar al sheriff como va su investigación. Puede estar relacionado con nuestras preocupaciones. 

Quizá estemos obcecándonos demasiado en la biblioteca y no sea ahí donde vayamos a encontrar algo que nos indique qué estaba haciendo el Profesor... - baja unos segundos la vista al darse cuenta que quizá sus palabras puedan afectar a Kendra.

Deberíamos dejar que Zeraphas, quizá más entendido en el tema, nos guíe en la búsqueda durante el día de mañana y, si no, suponer que no hay nada más que encontrar. - añadió.

Miro a Kendra mientras nos regaña, pongo cara de quien nunca haber roto un plato antes de empezar a hablar.

- Pero si la culpa es de Zherapas, que me tiene esclavizado en la biblioteca.

Cuando Kendra no mire le guiño un ojo al mago y le saco la lengua....maldito explotador... Empiezo a comer mientras los demás hablan. - Esta bueno esto,....Creo que Zherapas tiene razón deberíamos ir a hablar con el sheriff. Si no a descubierto nada, al menos podemos salir a estirar las piernas.

- Mil disculpas, mi bella dama- responde Galen a la regañina bien merecida de Kendra.

Sentándose en la mesa el clérigo se frota los ojos que le escocían despues de tanto ojear libros. Mientras sus compañeros opinaban, Galen les escucha y asiente.- Es buena idea, después de cenar salgamos a ver que ha ocurrido con la ivestigación del sheriff. Así nos despejaremos un poco y... quizás podamos tomarnos algo y entablar conversación con los oriundos- comenta Galen mientras le da un pescozón a Gríam y le mira reprobatoriamente para que les espera a comer.

Tras comer-cenar, ahora sí, tratando de relajaros un poco, decidisteis salir en dirección a la casa del Sheriff que conocíais gracias a Gríam. Al llegar a la plaza, los últimos rayos de la tarde iluminaban las baldosas con un color rojizo que os recordó la "V" que hubierais encontrado en el monumento el día antes.

Unas niñas saltaban a la comba cerca de la puerta del sheriff. Son niñas varisianas que se van alternando mientras saltan. Con cada turno, cantan dos nuevas estrofas.  Ésto, no os hubiera llamado la atención en circunstancias normales, pero al poder escuchar lo que cantaban:

- "... Pon su cuerpo en la cama a reposar.
toma un cuchillo y poda su cabeza.
Mira la sangre de los tubos manar.
Alimenta a la estirge, tan madura y agradable.
Gotas rojas, de un vivaracho brillar.
Salpicaduras que deletrean su nombre perfectamente.
Con un martillo mató a su mujer.
Ahora quiere tu vida clamar.
El astuto padre sabe mentir.
Escucha atenteamente o morirás..."

Zeraphas se estremece.

Tenemos un lugubre espiritu  en la Tierra Madre.

Un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Johansson.

Pintadas sangrientas y canciones infantiles espeluznantes... sí que sabéis tener ambiente en Ravengro. - dijo el joven a Gríam, el único oriundo de los cuatro.

Después, meneando los hombros como para quitarse una mala sensació, continuó andando hacia la puerta del sheriff.

Galen miró a las niñas sonriente pues no había nada más bonito que unos alegres e inocentes niños jugando en un lugar, y más cuando este ha sido usado de malas formas.

Pero la expresión de la cara le cambió por completo cuando escuchó la canción que estaban cantando. negando con la cabeza, el clérigo se dirigió a ellas.

- Hola chicas. ¡Que divertido es jugar en la plaza!- comenzó pra entablar conversación.- Oye ¿os puedo hacer una pregunta? ¿dónde está la oficina del sheriff?- dijo para que no se sintieran incómodas.

La canción de las niñas me recordaba mi mas tierna infancia,...que recuerdos.... Miro al rostro del paladín cuando me habla, saliendo un segundo después de mi ensoñación.

- Ahhh, si bueno. Digamos que en estas tierras tenemos una gran cantidad de costumbres marcadas con cierto humor negro. Y suerte que no estamos de fiestas que sino huís despavoridos.

Continuo como si nada hacia la casa del sheriff, mientras voy andando intento recordar si alguna vez yo canté esa canción y que significado tenía.

Zer espera unos instantes junto a Galen mientras sigue con la mirada a Griam.

- Creo que maese Maturín conoce bien el camino.

Los niños señalan la puerta a la que Gríam se estaba dirigiendo.

- Es allí, señor. - dijeron sin más. Algunos reían entre dientes, otros parecían asustados.

- Muchas gracias- dijo el clérigo sonriendoles.

Girándose, Garum hace un amago de ir en esa dirección, pero luego rectifica y les dice como si nada.- Por cierto ¿quién os ha enseñado esas canciones para saltar?- pregunta.

- Son canciones que se cantan desde tiempos para siempre - respondió uno de los niños - La cantaban nuestros padres, y sus padres, ¡y sus abuelos! - parecía contento de poder ayudar.