Partida Rol por web

Día de la Estrella, 7 del Serenith del 4711 AR

El grupo por fin pudo descansar tras su llegada a la pequeña localidad de Ravengro. Cuando llegaron a casa, la mesa no estaba a punto, y Kendra se encontraba en su habitación indispuesta. No permitió que pasara nadie, ni tan siquiera al siempre afable y presto para ayudar Ishaya. A pesar de este detalle, en la cocina había suficiente comida como para salir al paso de tal inconveniente.

Los rayos de un brillante sol, acompañado de los acompasados cánticos de los gallos, fueron suficientes para despertar a os diferentes integrantes de lo Vengadores. El olor de café, tostadas, huevos y tocino torrado, golpeó con fuerza a la puerta del estómago de los héroes...

Lyria se apresuró a preparar la mesa para sus hermanos. Era evidente que había pasado algo entre Sic y Kendra, pero parecía evidente que ninguno de los dos iba a querer hablar, y el día anterior había sido muy largo, cansado y ajetreado como para provocar alguna discusión.

Cuando tuvo la mesa lista, empezó a servir al resto de sus hermanos:

- Bien. Hay muchas cosas que contar, y no sabría muy bien cómo empezar. - Dijo esto mirando alternativamente a Ishaya y a Erodel.

Erodel, o mejor dicho Erszen, había sufrido mucho, y no sabía si estaba en disposición de hablar.

Que había pasado la noche anterior? Era como sí no recordase nada desde la salida del templo. El cansancio gastaba esas jugarretas. Aún así, con todo lo que pasaba en ese pueblo, mejor no descartar nada... Se puso a ayudar a su hermana mientras pensaba que Sic se había vuelto a pasar... Antes o después alguien le partiría la cara.... Y Erodel? Cómo estaría después del día extraño que sufrió ayer... Todo eran problemas personales, y tenían una invasión de fantasmas encima...

Erzsen bajó las escaleras que llevaban al comedor con una expresión...diferente. Aún se apreciaban los efectos de una noche de sueño profundo, sin sueños y enormente reparador. El pelo rojo revuelto...si, rojo de nuevo. El brillo había vuelto tanto a sus cabellos como a sus ojos. La camisa blanca aparecía a medio meter entre sus pantalones, y su holgura...pues no se sabía el como, pero aquella prenda parecía haber crecido...o quizás aquel sobrepeso suyo había desaparecido de la noche al dia. En resumen, algo había pasado aquella noche, pero Erzsen era otro...o mejor dicho, Erodel era otro...ahora era Erzsen, por siempre jamás.

Al llegar a la mesa, al principio, no reparó en que no estaba solo, y se dedicó a atacar con ansia el tocino y los huevos... hasta que la voz de Lyria lo sacó de su fragor alimenticio.

- Oh... lo siento - sonrió al acabar de tragar - ... estaba famélico. ¿Qué maleducado no? Jejeje! Buenos días hermanos ¿Qué tal habéis dormido?

Luego, reparó en lo que su hermana había dicho. Se limpió con una servilleta, carraspeó, y habló:

- Si no te importa, Lyria, empezaré yo - se dirigió a la chica con una arrebatadora sonrisa, que, aunque en nada habían cambiado sus rasgos, si parecía que su cara era otra - ... Sic... amigo... hermano, si así me lo permites. Dentro de la biblioteca del padre Grimburrow, además de información sobre lo que en Ravengro acontece, algunos hemos hallado... otras cosas. Algunos, digo, cuando quiero decir YO. Lyria, con su enorme conocimiento y su pericia con los libros - otra sonrisa de infarto - descubrió de dónde procede ESTE medallón - y sacó el colgante del Lobo de entre su camisa - ... y este descubrimiento, digamos que... avivó mi moribunda memoria. Así hemos podido saber cuáles son mis origenes... y el porqué de... mi... - aquí, Erzsen mudó su rostro a una expresión apesadumbrada - ... locura... - y comenzó a relatar lo que Ishaya, Lyria y Jarik ya sabían, aunque de modo más personal, y no tan... sobrenatural.

Cuando Erodel, mejor dicho Erzsen, acabó de contar su fabulosa historia, Sicarius, que estaba sumergido en la panceta de su plato, levantó la vista y miró al joven pelirrojo con cara de estupefacto, después miró con unos bruscos giros de su cabeza al resto de la mesa como preguntando si eso iba con él. Tras esto soltó de entre sus dientes un trozaco de tocino y aun con los carrillos llenos esputó mientras aplaudía de forma sarcástica:

Bravo, bravo.

Luego, mientras tornaba a la faena de saciar el apetito que solo un hombre de su tamaño y energía puede tener, se dirigió a sus hermanos, Erzsen incluido:

Bueno, me parece fantástico Malaka. Eres hijo de un tarado suicida y de una tarada psicópata que se convirtió en espectro y te consumió. Resultado: un tarado de pelo rojo.

Engulló con fuerza lo que tenía en la boca y sorbió de forma sonora un buen trago de vino.

Total, a lo que iba, ¿habeis averiguado algo de interés que arroje algo de luz a la muerte de Petros o sobre la Senda o sobre el espiritu de las rimas?

Entonces eruptó con fuerza mientras se reclinaba de brazos cruzados y veía la cara estupefacta de sus hermanos.

Oh, perdón... 

Pareció que el bruto se había dado cuenta de que no se estaba comportando como una persona. Entonces se levantó e hizo una burlona reverencia al muchacho pelirrojo.

Lo siento señor conde si le he ofendido...

Ishaya estaba estupefacto. ¿Qué le pasaba a aquel hombre? Estaba resentido con la vida y lo pagaba con quien no tenía culpa alguna, sin provocación, sin medida y sin control.... El clérigo empezaba a hartarse de aquel comportamiento injusto para con el resto de miembros de la familia y su primer impulso fue lanzarle una bravata admonitoria en la que descargar toda la ira que aquellos momentos le invadía pero se detuvo y un pensamiento le llegó de repente... las palabras ya habían intentando modificar los patrones de conducta del arisco humano. A partir de ahora silencio e indiferencia serían las armas que utilizaría, a ver si así se daba cuenta del error que cometía con sus desaforados comentarios...

Gracias Erzsen por volver a relatarnos tu historia, debe de ser duro volverlo a contar tan pronto... Haz oidos sordos a los desagradecidos.

En la biblioteca hallé un pergamino en el que se relataba la localización exacta...-con esto miró a Jarik y responder así a sus dudas de ayer-. Se trata de una falsa cripta que unos inquisidores de Pharasma, llamados los Cazadores de la Capilla de los Culpables y que se consideraban las armas de la Dama de las Tumbas en el mundo, utilizaron hace más de setenta años para el almacenamiento de objetos adecuados para la lucha contra la oscuridad. En las Restlands, entre la Carretera de Sueñoeterno y el Camino Negro encontraremos una construcción marcada con el dibujo de un rostro sin orejas, de párpados y labios cosidos, la marca de estos inquisidores definidos como los seguidores más radicales de los principios de Pharasma. Un detalle del pergamino, en una de las esquinas se puede leer el nombre de Anvus de la familia Redge, al aparecer uno de los inquisidores

Creo que ese es nuestro primer objetivo... los objetos nos vendrán muy bien en nuestra visita a la prisión de Harrowstone.... ya que no hay duda de que esa visita la tendremos que hacer... Ahora bien, debemos decidir si hacer participe de nuestros hallazgos a alguien más en Ravengro, como el alguacil o el padre Grimburrow, o por contra vamos nosotros por nuestra cuenta y riesgo...

Un aviso para navegantes.... En esta "familia" se entra de forma voluntaria, si alguien no se encuentra a gusto no está obligado a permanecer en ella, somos libres de decidir nuestro rumbo sin atenernos a ataduras ni servidumbres mal entendidas...

No pudo evitar realizar el último comentario que tenía un objetivo muy concreto, no tenía esperanza de que sirviera de mucho pero el hartazgo pudo más que su nueva estrategia de obviar al rancio.

Lyria estuvo atenta al relato específico de Ishaya, y añadió acto seguido:

 - Esa familia de inquisidores a la que haces referencia, pueden estar todavía en Ravengro, no? Sería cuestión de informarse, vía el alguacil Caeller o el padre Grimburrow, o mejor aún, podríamos visitar al amigo de padre, Zolkar Elkarid, - y con cara jovial añadió - así podemos volver a probar alguna de sus esquisiteces.

Sin embargo, la jovialidad se borró rápidamente del rostro de la muchacha, y pasó a relatar los acontecimientos descubiertos en la biblioteca a Sic.

Tras la parrafada de sus hermanos, Sicarius pareció volver a ser persona, todo esto si le era de gran interés, sobretodo lo dicho por Lyria. Así que apoyó con fuerza sus manos sobre la mesa y alentó la ira que ardía dentro de él.

Bien, eso si que práctico. Yo estoy listo para la acción, de hecho necesito desquitarme.

Se sentó de nuevo, cogió una hogaza de pan con una mano y con la otra más tocino.

Pero primero hay que acabar con esto, no se puede ir por ahí con el estomago vacío, Padre siempre decía que esta es la comida más importante del día.

Entonces de reojo miró hacia donde se supone que se ocultaba Kendra, con el rostro sombrío y con una forzada sonrisa de satisfacción.

Joder, es que está buenísimo!

- ¿Tal vez os refiráis al viejo Victori Redge?- Interrumpió la voz clara y musical de Kendra al entrar en la cocina. Su rostro ampliamente maquillado mostraba los restos de una noche no muy reposada. A pesar de eso, la moza mostraba gran jovialidad en su rostro, mostrando su enorme y bella sonrisa matinal.

- Los Redge, son una de las familias más antiguas de Ravengro. Jamás han estado interesados en la dirección de la vecindad, y aunque se cuenta que durante años fueron prestigiosos herreros forjadores, actualmente se dedican a la creación de adornos de orfebrería...- afirmó la muchacha mientras uno a uno, fue besando a sus "hermanos" en la mejilla. Todos si excepción.

Su rostros y sus formas eran las de siempre, aunque el tiempo pareció congelarse cuando llegó el turno de Sicarius. Sus miradas se cruzaron en un impás que logró asemejarse a todo un día, pero nada hizó vacilar a la hija de Lorrimor. Besó el rostro de hosco guerrero, al tiempo que le golpeaba el ala de su gran sombrero, en un gesto que recordaba los últimos años que Kendra pasó en Ardis junto a sus queridos amigos, cuando quizás en el mundo no hubiera sitio para el desasosiego. 

Otra prueba de que algo había pasado entre Kendra y Sic, y por el aspecto de Kendra intuía que Sic le habría dicho algo con sus característicos modales que como summun de la correctitud sólo llegaban a la escala de rudo. Sin embargo no era momento de tocar el tema, con lo que contagiada por el fingido aire de jovialidad de Kendra comentó:

 - Pues entonces creo que va siendo hora de que conozcamos a esa familia distinguida de Ravengro, les comentemos la situación y les pidamos permiso para abrir la cripta para poder ir a Harrowstone y conocer el alcance del problema al que nos enfrentamos, no os parece?

Erzsen Bathory, decimocuarto conde de Anactoria, se mantuvo varios minutos ausente, sin probar bocado siquiera, y oyendo a medias los que en la mesa se hablaba. Dolor. Aquella sensación volvía a el, aunque esta vez era de una índole diferente. Un dolor sordo, en el interior de su renovado corazón, fruto del desprecio de los que él quería considerar HERMANOS. No todos, por supuesto, pero si de algunos. Cuando se hubo acostumbrado a esa punzada, terminó de comer, ya con menos ansia. Al acabar, retiró la silla, felicitó con cortesia a Kendra por el desayuno y dijo:

- Iré a vestirme y a prepararme para visitar a esos Redge. Os esperaré afuera.

Y se encaminó a las escaleras que conducían a sus habitaciones...

Tras la ronda de besos de Kendra Sicarius estaba más callado y cabizbajo que nunca, todos conocían de su valor y su resistencia al dolor causada por las heridas, pero esta vez parecía que palos y piedras no podían dañarle pero lo que había pasado entre la grácil muchacha y él si.

Apartó el plato de delante suyo en señal de que había perdido el apetito. se caló su sombrero con fuerza y se levantó de la mesa, reajustó su cinto y cinchas y se pronunció:

Bueno, yo ya estoy listo para lo que sea, os espero fuera.

Dio media vuelta y sin más se marchó a que le diera el aire. Su paso parecía cansado y una estela de desasosiego manifiesto le acompañó en su marcha.

Menuda mañana... Si que empezaba bien!

Erzsen tenso por como lo trataba Sic. Sic Tenso por algo que solo él sabía. Kendra tensa por algo de ayer  ( tendría que ver con Sic ?). Ishaya molesto con Sic ( normal... el día que se calle subiría el pan ). Es decir, Sic haciendo que toda la gente esté alterada y molesta... Había visto la reacción de Ishaya. Intentaba ignorarlo. No serviría.  Eso es lo que llevaba haciendo Jarick todo el tiempo...salvo contadas ocasiones... y no funcionaba.

Por qué entonces estaba tan enfadado esta vez? Por la suposición de que había pasado algo con Kendra? Tendría que analizar estos sentimientos. Pero, había llegado a una conclusión. Sicarius Vanhunter había dejado de ser su hermano. Él había perdido ese derecho hacía mucho, pero el aprecio había nublado la visión de Jarik.

Jarik miró a Ishaya, a Lyria y a kendra. Antes de que Sicarius abandonase la sala dijo:

Ésta es la última vez que esta persona dice lo que quiere, sin que tenga replica por mi parte. Es más fuerte que nosotros, pero eso no le da derecho a maltratarnos. Ni es más listo, ni ha sufrido más. Era uno de nosotros. Por mi parte ya no. Ese derecho se lo ha de volver a ganar. Lo ha perdido con sus palabras y acciones.

Y así, continuó con el desayuno. Sabe que sus palabras no harán cambiar a Sic. Eso sólo puede hacerlo él mismo, y en todas las ocasiones había preferido pavonearse y meterse con los que lo apreciaban...

Kendra vio como el bien avenido grupo, la única familia que conocía y le quedaba sobre la faz de la tierra, se desmoronaba ante sus ojos sin que nada pudiera hacer. Tal vez debería haber callado o congelado su corazón, pero era humana y tenía necesidades...

- Por el amor de mi padre... ¡¡No peleéis más!!- Exclamó la bella muchacha mientras las lágrimas se amontonaban en las angulaciones de sus ojos. - No luchéis más entre vosotros... gnneanaaahh- espetó con pena al tiempo que el llanto estallaba sin que nada pudiera detenerlo o tan siquiera controlarlo - Por los dioses... No peleéis máaass...-

Nada podía romperos más el corazón que ver a la persona que debíais proteger, querer y cuidar, rota y consumida como un pergamino que se quema al pronunciar las palabras que desatan su poder... ¿Qué sucedía en ese maldito lugar? ¿Qué hados tejían sus hilos para que el destino os enfrentara?... Quizás no fueran duendes... A lo mejor, simplemente eran fantasmas...

Ishaya podría esperar una declaración tan tajante y negativa de Sic....pero Jarik? Le sorprendió la virulencia del ataque a Sic, no el ataque en sí, ya que era consciente de que la actitud socarrona del gigantón humano tarde o temprano acabaría con el férreo dominio que el pistolero pretendía mantener sobre sus sentimientos... Pero no era el momento ni el lugar para aquello, estaban en peligro y ellos se dedicaban a riñas familiares...

Chicos por favor, mantengamos la calma... Esto no es el patio de la catedral de Ardis, aquí los peligros son reales y letales. No podemos distraernos ni un ápice de los objetivos que nos hemos autoimpuesto al decidir continuar con la labor de padre... Además de esclarecer los motivos de su muerte también buscamos la seguridad de las buenas gentes de Ravengro... Jarik, deja tus juicios para cuando esté concluida la misión, una disensión en la familia puede conducirnos al desastre y no nos podemos permitir fracasar...

Hizo una pausa para que cada uno sacara sus propias conclusiones. Él ya había decidido que aparcaría el tema Sic hasta otra ocasión menos peligrosa, ahora lo prioritario era ocuparse de aquellas entidades que campaban a sus anchas por Ravengro y poseyendo inocentes labriegos para entorpecer su investigación....

Podría ser una buena idea ir a ver a esta familia, pero recordad que hay posibilidades de que cualquiera en Ravengro esté poseído por algún fantasma y no es conveniente ir pregonando por ahí cuales van a ser nuestros movimientos....

Jarik? Lyria?

Lyria se apresuró a dirigirse rápidamente hasta su hermana consolándola en la medida de lo posible. Mientras de reojo lanzaba una gélida mirada a los implicados como queriendo decir: "veis lo que habéis conseguido! Vergüenza de no saber comportaros os tendría que dar!".

Aunque después de la intevención de Ishaya, casi siempre con una templanza admirable, dedicó un gesto afirmativo con la cabeza para indicarle que estaba de acuerdo con su postura, y acto seguido se volvió a Kendra para abrazarla y comentarle:

 - Quieres tomar algo? - dijo intentando desviar el mal momento hacia otro tema.

Jarik miro a Kendra. En sus ojos, normalmente fríos, asomaron lágrimas de pena por la situación que él mismo había ayudado a crear.

Kendra, Ishaya... no estoy diciendo que me vaya a pelear con Sic. No estoy diciendo que lo odie... ni nada parecido. Pero llegado este momento y vista su conducta con todos nosotros, pienso que debo ser firme. No le dejaré que nos pisotee. Tienes razón en que puede que la cohesión del grupo sea lo más importante en estos momentos... ¿Pero no es la conducta de Sic uno de los problemas más grandes con los que nos enfrentamos cada día? En una situación como ésta su brazo es útil. Pero no puedo confiar en él. La confianza es algo que se ha de trabajar... es algo que se tiene que mimar... confío en todos vosotros... Incluso aún confío en Sic. Pero tengo dudas. Lo quiero, pero no estoy dispuesto a perderos a ninguno por que él quiera ser el más duro, el más gallito del corral. ¡¡¡NO!!! Le diré lo que crea que le tenga que decir siempre que se comporte como el bruto que le gusta interpretar.

Os quiero a todos, entiendo que es duro en la situación en la que nos encontramos, pero....

Mirando a Kendra, una lágrima escapa de sus ojos. Sabe que esto le duele...No entienden que a el le duele aún más?

Ishaya debe entender ... Lyria debe entender... Alguien debe mostarle a Sic que su conducta no es la mejor para con la gente que te quiere. Por la amistad y el compañerismo que les une, alguien tiene que mostrarle como duelen sus pullas y sus insultos...

La discusión pareció perder intensidad al igual que una ola se apacigua tras chocar contra la roca. Estaba siendo una mañana dura de reproches, malos gestos y nervios, muchos nervios. El siempre frío Jarik había estallado, había perdido el autocontrol fugazmente durante unos minutos demasiado tristes y crueles para ser recordados, mientras Sicarius seguía enfrascado en una cruzada sin sentido ni tierra en la que desembarcar. Por suerte, Erzsen había aparecido para paliar la enfermiza locura, que había arraigado con fuerza en el seno de lo que hacía unos días era una familia quese respetaba y amaba... ¿Qué había sucedido?... Sería el destino marcado por Pharasma, el que se enroscaba como una serpiente de forma críptica, o tal vez era la caprichosa Desna, la que estaba sembarndo luces y sombras a lo largo del camino...

Ishaya salió de la mansión. Allí se encontraban Erzsen y Sicarius. Ambos llevaban demasiado tiempo esperando, en silencio, sin dirigirse ni tan siquiera una mirada. El pícaro rebuscando en su mochila, comprobando que todo estuviera en orden, mientras que el guerrero apoyaba su espalda contar una pared como ya era habitual.

El sacerdote enano reparó en que Erzsen había cambiado. No únicamente en su forma de pensar o dirigirse a ellos, sino que podía ver el alivio en sus ojos y...¡Cómo decirlo?! También en las proporciones de sus brazos, espalda, torso,etc... Parecía como si su cuerpo estuviera mutando, como si su cuerpo fuera una flor congelada que se abriera ante la llegada de los primeros rayos de sol de la primavera.

Sin embargo, Sicarius estaba muy cambiado. No físicamente. Seguía siendo tan imponente, musculoso y robusto como siempre, pero la sombra que propinaba el ala de su sombrero, se hacía cada vez más grande e incierta. Ya nó sólo la usaba para esconder las expresiones de su rostro, ahora también la usaba para enterrar los sentimientos de su corazón...

Tras el sacerdote, apareció Jarik. Callado y sereno. El pistolero quería evitar confrontaciones inútiles, con lo que se echó la bolsa al hombro y miró hacia el camino que conducía al centro del pueblo. Estaba deseoso por averiguar qué demonios sucedía en ese lugar y cómo podría arreglarlo. Tan deseoso como de que Sicarius, volviera a ser el hombre de siempre...

Pasaban los minutos, y Lyria, la hechicera cambiante no asomaba por la puerta... ¿Dónde se habría metido?