Día 3:Los expulsados han decidido...

Aquella era la tercera gala de Operación Triunfo y los índices de audiencia habían subido más de lo que se creía posible. El fanatismo era tal que en calle la gente llegaba a enfrentarse por discusiones sobre la identidad de los saboteadores, algunos jefes habían despedido a trabajadores por meterse con esta o el otro triunfito, e incluso había donantes de órganos que ponían como condición que el receptor no podía ser defensor de determinado concursante. El nivel de hacerse camisetas ya se había rebasado, y había muchas personas que se habían tatuado la cara de los cantantes en el hombro, en el brazo, en el pecho... Y alguno incluso en la propia cara.

Pero nada de esto lo sabían los concursantes, claro. Ellos sólo veían un público embravecido en la gala, dándolo todo a gritos y con pancartas. Y frente a todos ellos, entre triunfitos y el público, Jesús Blázquez.

—¡Buenas noches noche y bienvenidos una semana más a Operación Triunfo! —dice con esa sonrisa capaz de provocar amor y deseo incluso en las piedras—. Iba a hacerles un resumen de lo sucedido desde la última gala, pero ya me han informado de que sus televisores han estado encendidos durante toda la semana. Así que en primer lugar quiero agradecerles su fidelidad y en segundo lugar... ¡Escuchemos a nuestros concursantes!

Con esas palabras dio comienzo la primera de las actuaciones. Y una tras otra todas fueron sobresaliendo por algún motivo. Algunas canciones eran casi irreconocibles, a otras les habían cambiado el idioma, en otras lo habían hecho sólo en un trozo... Pero no había nada mejor que ver sobre el escenario a todos los triunfitos. Incluso a los que intentaban bailar.

Y finalmente llegó el momento de la expulsión. Jesús Blázquez pidió que se pusieran en pie los cuatro nominados —a pesar de que sólo quedaban tres— y volvió a hacer uno de sus juegos de aguantar la tensión el máximo tiempo posible.

—Con un menos tres —Por primera vez debió darse cuenta de que allí había algo raro teniendo en cuenta cómo alzó la ceja— por ciento de los votos, el expulsado en esta gala de Operación Triunfo es... ¡Ainhoa Cantalapiedra!

Gritos en el público, desmayos. A los pies de la expulsada cayó un sujetador al grito de ¡Guapo! que parecía preparado para cualquiera de los nominados. Y en medio de ese revuelo, los perfectos pómulos de Jesús Blázquez.

—Se que ha sido una conmoción —dijo a la nominada antes de señalar a un lateral del plató—. Por favor, sal por esa puerta. Y mientras tanto... Una sorpresa. Con todos ustedes un mensaje de mi predecesor: Carlos Pozano.

En ese punto la imagen pasó a mostrar a otra persona... Una difícilmente reconocible. Su cara estaba estirada más de lo que parecía posible en un ser humano y tan tirante que no podía ni cerrar los ojos. La transmisión llegó antes de tiempo, y le encontró poniéndose colirio precisamente por eso. Al darse cuenta hizo el intento de sonreír... Pero su boca apenas se movió.

—Hola a todos, concursantes y concursantas —dijo. Parecía que efectivamente hablaba con la gente de la Academia más que con la que estaba en sus casas—. Disculpad que no acudiese la semana a la gala, pero como veis estaba reformando mi imagen —Realmente parecía orgulloso de su nuevo aspecto.

—En cualquier caso, como ahora tenéis un nuevo presentador, yo me siento más cerca que nunca de los expulsados... Y le he propuesto a la cadena una cosa. ¿Por qué no escucharlos también a ellos? Así pues, me han permitido transmitiros la noticia de que ¡esta semana habrá dos votaciones! —El hombre parecía entusiasmado—. Una dentro de la casa... ¡Y otra fuera, presentada por mí! ¡Sé que lo estáis deseando!

Para cuando la intervención del nuevo Carlos Pozano terminó los concursantes fueron conducidos directamente a la Academia. Los instrumentos seguían sin aparecer, aunque al menos la comida seguía en su siito.

—Ay... no... a...— dice Encarna —¿Ainhoa? ¿Ha ganado? ¿Ha perdido? ¿Con un porcentaje negativo? Vamos ya... que ni siquiera se están molestando en hacerlo parecer honesto. Que esto no es justo. Ay, ay, ¡qué fuerte! la pobre debía estar acercándose mucho. Mira tú, ¿cómo era la cosa? Que a Ainhoa la había votado Juan Camus una vez, y ella ha votado a Vicente. ¡qué fuerte! Ay yo no quiero miraros mal chicos, pero mira, no sé si canta mucho o canta poco esto, pero ciertamente creo que están yendo a por quienes son los listos. No que no sea lista, pero es que no me entero de mucho, ¿sabéis? es muy difícil todo esto.— dice con vehemencia.

—Ay, tengo la impresión de que alguien conocía a Amaia de antes. ¿Me pueden decir si sí? porque no quiero votarla de nuevo, no sin razones. Pero que lo diga en alto, que no me he enterado. Porque entonces tengo que pensar bien a quien votar, que mira, esto es difícil, y luego hay resentimientos entre el elenco, y encima sin instrumentos ni micrófonos. Esto es como Gran Hermano ya, ¿no? Ay no, que fuerte, yo no sé que dicen. ¿Quién está cantando? Esto sin alguien que te haga los gestos es tan difícil...— dice con tristeza.

-¿Van a ejpurzá a lo ejpurzao? -Dije cin zabé muy bien qué era ezo de la gala de los ejpurzao... no tenía centío arguno. ¿Cómo iban a ejpurzá ar que ya taba ejpurzao? ¿Qué locura era eza?

Pero no podía decí má coza, po que taba mu trite de que habían eshao a Aroa, y de mu mala manera, no zabía que pocentaje labían votao, pero ni quitándole ece tre que había que qitale zabía zarbao. Ehto era obra de lo maleshore y malaje. Que lo habían, y eran musho. Taba to clarinete. Me aceco a Juanca, con cara de no habé comío en tre día. 

-Tu ya zabe lo que voy a hace. Que no te pille de nueva, zalao. -Acentí con la cabeza. -No eh una amenaza, pero tengo do ocione, A y B, y voy a ih a po la A. -No iba a dejá pazá ni un cegundo má, que aquí iban tirándo a la gente buena, a la gente bonita, y dejaban dentro a lo peó de lo peó, a lo malaje, a la gente cin zombra, a to lo malo. Y ezo me mataba po dentro. Miro po última ve a Juanca. No le iba a pillá de nueva po que ce lo dije también en er Bó.

Durante la gala Miguel se había intentado olvidar de todo y hacer lo que más le gustaba y por lo que estaba allí, a pesar de su inglés de Cadiz la canción había salido muy bien y Natalia lo había hecho genial. La expulsión de Ainhoa le fastidió pues a pesar de que apenas la había tratado le parecía una chica muy sensata y estaba claro que había sido expulsada injustamente. Una vez de regreso abrazó a Amaia, Natalia y Alfred, sus excompañeros de box y con los que tenía más relación, se alegraba que al menos ellos siguieran allí.

-Pues otra expulsió injusta. -Si había albergado la pequeña esperanza que entre los tres expulsados entre semana estuvieran los malhechores ahora ya estaba claro que seguían dentro.- Y no tengo ni idea de que é eso de la segunda votación. Iguá entre los que han eshao injustamente les dejan votá para que expulsen a los malos y así ayudarnos. -Porque estaba claro que una ayuda no les vendría nada mal. El ambiente era cada vez peor y comenzaban a haber reproches y acusaciones firmes, poco a poco parecía que se formaban algunos grupos.- Yo no conocía a Amaia de ná hasta que la vi aquí dentro. -Respondió a Encarna con la esperanza de que la muchacha se enterase. Ni siquiera conocía a Natalia y eran de la misma ciudad.- Está claro que siguen quedando saboteadores aquí. Pues no penséi que se os va a salir con la vuestra malajes, ademá que nadie le va a queré comprar un disco a un tramposo.

Manu Tenorio observó la grotesca apariencia que ahora tenía Carlos Pozano y murmuró para sus adentros, hablando en un perfecto castellano sin ceceos:

-Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

Tras aquellas palabras, el joven sevillano, abrazado a su guitarra, sintió que debía soltar todo lo que pensaba, lo que le salía de dentro.

-A mí me empieza a olé malamente que toavía no ze hayan dezecho de Chenoa zi ze zupone que ella puede zaber cozaz. Me rezurta mu curiozo que ze hayan cargao a la Ainhoa. Ez decí, ¿qué hizo de malo la Ainhoa? Zi la han expursao ez que la conzideraban peligroza. Y ahora zolo queamoz trece, mar número eze. Popongo que digamoz to' lo que tengamoz que decí. Pue' que pronto loz boicoteadorez zean máz que nozotroz.

Juan Camus llegó a la academia con el estómago algo revuelto. La nueva cara de Pozano no le había sentado bien a sus ojos ni a su sistema digestivo. Y luego estaba la nueva expulsión, con un -3%. Al principio, Juan Camus puso cara de esperanza porque si Ainhoa tenía un -3% y la expulsión era algo negativo, menos por menos es más, lo cual en la mente de Juan Camus quería decir que Ainhoa se quedaba. Pero la mente de Juan Camus trabajaba demasiado, había mucha información, muchas teorías y se acababa aturullando. Eso debió de pasar, porque efectivamente Ainhoa acabó fuera y a Juan Camus se le volvió a poner cara tristona y de frustración.

- ¿Qué me decís? El -3%, antes el 300% y el 2%, es que… O sea, mirad, quien sea que lo esté haciendo es un poco cutre, ¿sabéis? –afirmó Juan Camus-. ¿Y qué querrá decir eso de que habrá una votación fuera? Es decir… ¿los expulsados van a votar a uno de nosotros para que sea expulsado o…? O sea, es que no nos explican nada y yo…

Juan Camus estaba ofuscado porque quería enterarse de todo y, como era costumbre, no se enteraba de nada. Pero, por primera vez, fue capaz de comprender a la primera lo que Rosa le estaba contando. Asintió con la cabeza varias veces antes de hablar, como dándole la razón.

- Lo sé, Rosa, lo sé. Conozco tus opiniones y... Mira, yo en mis votaciones anteriores me dejé llevar por mi intuición, fallida o no, así que por supuesto te animo a que tú te dejes llevar por la tuya –concedió Juan Camus a Rosa. Junto a Jorge, habían hecho una actuación mejor que cualquiera de Café Quijano, a pesar de sus diferencias durante la última semana.

- Yo a A-ma-ia no la co-no-cí-a de na-da, En-car-na –dijo Juan Camus poniéndose delante de Encarna y pronunciando la frase sílaba a sílaba y de forma muy exagerada. Es que esa chica no se enteraba de nada, si no. Y que no se dijera, Juan Camus se preocupaba porque todos lo escucharan-. Mira, Manu, yo no sé muy bien qué lealtad tiene Chenoa. Antes confiaba en ella al 85%. Ahora no dice nada y no sé si… O sea, puede que no haya podido descubrir más o que sea una saboteadora o cualquier cosa, ¿no? Digamos que estoy al 50%. O sea, que no tengo ni idea de nada en absoluto sobre ella. Por eso yo la dejo a un lado por ahora.

David estuvo nervioso toda la gala. La canción le encantaba, pero sabía que de esa melodía dependía su expulsión… aunque al final, tal y como parecía que iba a ser todo el concurso, acabó fuera quien menos se lo esperaba. Cuando escuchó el nombre de Ainhoa le dedicó una mirada cargada de lágrimas y pasiones. ¡Ella no! Se derrumbó, teniendo que refugiarse en Tenorio para no desmayarse allí mismo.  Desde ese mismo momento se quedó en un completo silencio, como si viviera en un estado de shock perpetuo.

-¡Hay que hacer justicia!- dijo alzando la voz, mucho tiempo después, cuando todos se encontraban de nuevo en la academia. De hecho su hermano Juan Camus había hablado antes y Bustamante acudió raudo a él para abrazarlo.

-¡Rosa, eso sí que no! Juan es mi hermano y palabrita de que no es un mal tío. Ha querido ayudar desde el primer momento, se ofrece para todo y tiene unas grandes ideas. ¿No crees que te habría expulsado a ti de haber podido a sabiendas de que habías dicho que no te fiabas de él? Para evitar que convencieras a otros con mentiras.

Eso era demasiado. Ya le habían quitado a su hermano Agoney y a su querida  Ainhoa, no podían echar también a Juan.  Yo lo siento, pero si tengo que ir a por alguien…- le costaba decir esas palabras porque se llevaba bien con esa persona, pero tenía que ajusticiar a su modo de chico sencillo. Esta vez voy a votar a Vicente, creo yo. En el box de los nominados nos dijo primero que no se fiaba de Ainhoa y luego empezó a decir que sí y que no. Y ella desconfiaba de él, así que por ella voy a hacer justicia.  Que me perdonen si eres un buen tío, pero si la buena de Ainhoa veía algo malo en ti tenía que ser por algo.

-Por otro lado... no han dicho nominados esta semana, ¿o sí?- quizá en medio de su llanto interno se había perdido esa parte. 

Como ya empezaba a ser costumbre, Mina apareció al día siguiente de la gala dispuesta a asignar las canciones a todos los participantes.

Cada vez quedaban menos. En el box 8, que sólo había sido usado la primera semana, ya empezaban a acumularse las telarañas... Y ese paso no sería el único en que eso sucediera.

Cuando la directora llegó no tardó en reunirlos a todos.

—A ver, chicos... Estoy aquí no sólo para deciros qué prepararéis para la gala —Sonrisa—, sino también para resolver vuestras dudas. Ha llegado a mis oídos —Sonrisa— que algunos no tenéis claro qué ha dicho Carlos. Bueno, pues —Sonrisa mirando a todos uno a uno—... Lo que ha dicho es sencillo: los expulsados elegirán a alguien que los acompañe. Pero no os preocupéis... Estoy segura de que lo harán sabiamente. Bueno, si sois de los saboteadores entonces sí —Sonrisa. En ese momento todos y cada uno tuvieron la impresión de que Mina los miraba fijamente a pesar de lo imposible que era hacerlo con todos al tiempo—, podéis preocuparos.

Hizo una breve pausa, carraspeando antes de continuar.

—Como recoger votos en dos lugares es demasiado trabajo para una sola persona, esta semana se encargarán los Pavis, uno dentro y otro fuera de la Academia. Os diría cuál hará cada cosa, pero... —Mina dejó aquella frase a medias. Todo el mundo, los concursantes y la gente de sus casas, se dio cuenta de que era porque no sabia diferenciarlos.

—Y ahora, las canciones. En primer lugar tenemos a Alfred y a Chenoa interpretando con voz y piano que espero que sepan tocar... «City of Stars», de la película Lalaland. 

—Por su parte David Bustamante y Luis Mas nos demostrarán lo que pueden hacer con unas maracas al ritmo de «Corazón espinado», de Santana y Mana.

—Además Natalia, Rosa y Vicente Seguí van a cantar «It's raining men», de The Weather Girls. 

—Y Manu Tenorio y Encarna Navarro van a subirse al escenario con Gloria Estefan, pero no literalmente, con... «Tengo algo que decirte».

—Por último, los nominados. Creo que a Jesús se le ha olvidado decir quiénes eran, pero tampoco pasa nada porque os enteréis por mí —En esa ocasión su sonrisa se volvió ligeramente bobalicona, como si a Jesús pudiera perdonársele cualquier fallo.

—Amaia Romero, Jorge González, Juan Camus y Miguel Nández van a luchar por su permanencia en la Academia de Operación Triunfo con «Robarte un beso», de Carlos Vives y Sebastian Yatra.

—Y ya está, chicos, ahora... ¡A trabajar!

Joooooooo que fuerte que este nominada! - dije con cara triste.

¡Y que quede claro, yo no conocía a nadie de antes!

-JO que gente, ya ni se esfuerzan en ocultarlo, me pregunto que pensara el publico de toda esa charada. -Comento no tan alegre como siempre al escuchar el nivel de porcentaje de la expulsada.

-¡P$%& madre! -Dijo aun flipando porque había sido elegido aun sin saber como si el era perfecto, tanto que el espejo siempre le devolvía una mirada de confianza:

-Perdón que ma'podio la sorpresa. -Comento sin apartar la mirada del espejo que había sacado de su bolsillo.

Luego se percato que los de fuera votarían por expulsar a otro mas. -Que lastima, este programa cada vez es mas cruel... yo pensaba que era momento de la repesca, esperaba volver a ver al bueno de Bisbal. -Comento ya prestando atención al resto de la gente. -Por cierto, a mi que me expliquen como la gente confía tanto en los otros, a tanto como para considerarlos inocentes... porque no se. A mi me gustaría que todos lo fueran, pero no tengo pruebas de la inocencia de ninguno y quiero saber como lo hace caray, que una alegría lo quiere todo el mundo, poder llamar amigo a alguien y que este no te apuñale. ¡OLE! Eso también lo quiero yo. -Dijo recuperando su buen rollo casi olvidando su condición de nominado.

-No preocuparse gente, que la próxima lo hacemos de P$%& madre. -Si dos veces en menos de diez minutos, a veces pasa. -Y nos quedamos otra semanita mas. Ademas que por lo que se ve esto apenas parece que estar nominado no significa demasiado. ¡ANIMO! -Sabia como estaban las cosas, pero no podía evitar ser el mismo. Un chico de 18 años en la flor de la vida, haciendo su sueño realidad de cantar para la tele y con suerte conocer a gente influyente, mientras intentaba sobrevivir en el mundo de la música, sin que alguien lo echara por que si.

—¿Qué dice la Tina? ¿Qué cocotero? ¿Me toca con manu? ¿Despedirte? ¿Y qué canción es esa?— dice con su habitual sarta de preguntas, tomándose la cabeza. —Yo es que voy a denunciar esto al defensor del espectador o algo, que mira que mis fans seguro están como yo...—

Miguel y Juan le dicen cosas y Encarna se sonroja, intenta leerles los labios y luego hace un gesto de molestia. —¿Quién ha venido para el centro Miguel? ¿La uña se te encarna Juan? Ah no, que es mi nombre...— dice rascándose la cabeza. —Esto no me lo aguanto. ¿Ahora nadie conoce a Amaia? ¿Qué es esto? Mira que aquí hay cosa rara. Todos miráis raros a Vicente y ya os digo, tampoco me agrada mucho, ¿eh? Ay, canto mi voto, y ya está. Yo o voto por Vicente o por Amaia, el primero porque es rarito, ¿sabes? es como, tira la piedra y esconde la mano. Y Amaia, porque llega, lanza sus arengas, que no entiendo ni lo que dice, y se va a su rincón a mirar la pared y parece política en tiempo de elecciones y tiene cara...¿eh? ¿Qué ha dicho no conocer a nadie? ¿Pero no hacéis cara de conocerla? Mira, yo una de dos. O se conoce de antes con alguien, o está trabajando con alguien y acá los que trabajan juntos también pueden estar saboteando por detrás todo el concurso, para que ganen. Y si nadie me dice que pasa con Amaia, que no me entero, pues tampoco confío en ella— hablaba y hablaba.

—Y eso es todo. Me iré por uno o por el otro. Que todos se ponen serios, y cada cual dice una cosa y dice otra y así no hay quien os siga. Yo sospecho de ambos y acá todos meten la mano al fuego por todos sin que yo lo sepa y al momento de la verdad, nadie sabe nada de nada y mira, eso es tan raro como saber demasiado. Y yo no es que me entere de mucho...— va todavía refunfuñando y de mal humor.

Por mucho que se divirtió cantando aquella balada clásica en inglés y los estribillos en catalán, el estómago se le hizo un nudo al recordar que alguien saldría de la competencia por mano de los saboteadores. Cerró los ojos y cruzó los dedos, esperando que el sistema se hubiera arreglado y ya no hubiese más malhechores, pero fue cosa de oír el porcentaje para que un suspiro de decepción abandonara sus labios. Aún quedaban tramposos en la competencia, y alguien inocente la dejaba por culpa de personas malintencionadas. Ya no sabía que tanto estaría dispuesto a perdonar si confesaran luego de verlos romper los sueños de tanta gente. 

Por lo menos, al volver a la academia, encontró algo de consuelo en el abrazo de un amigo. Eran momentos difíciles, el jugarse la vida en una competencia todas las semanas y saber que si lo expulsaban ni siquiera sería su error. Pero no podía darse por vencido. Debía pensar positivo. Cada semana que seguía ahí esforzándose y dando todo de sí era una oportunidad más de que algún productor famoso lo viera y le ofreciera un contrato, incluso si acababa fuera eventualmente y no ganaba el concurso. 

Intentando pasar el mal trago, se acercó a la nevera y sacó una botella de agua para beber un poco y así mojarse la garganta, no fuera a ser cosa de que se desgarrara por ponerse a ensayar la siguiente canción y luego no pudiese cantarla en la gala. 

Pero lo de la votación de los expulsados es algo bueno, ¿no? Si siguen habiendo tramposos aquí, habrá al menos un par de personas buenas que nos ayuden ahí - o al menos eso esperaba, porque si votaban pero no se podían poner de acuerdo quizás uno de los buenos acabaría fuera. Que lío. Entonces escuchó la pregunta de Encarna y negó con la cabeza como apoyo visual por si la chica no le entendía - Yo tampoco la conocía, lo siento - se encogió de hombros. Le hubiese gustado, porque la chica era un poco adorable, pero no era el caso. 

De Chenoa o Vicente no tenía mucho que aportar, porque no había tenido oportunidad de hablar a solas con ellos, pero escuchó atentamente lo que todos decían. Entonces le dieron la buena noticia de la maravillosa y romántica canción de ensueño que cantaría, una que hasta si lo echaban estaría más que feliz de interpretar, y una sonrisa enorme se dibujó en su rostro, entusiasmado. Dado que se votaban mutuamente quizás costaría un poco actuar un amor creíble con su compañera, pero Alfred era un optimista.

Entonces escuchó que Miguel estaba nominado y por un segundo se le detuvo el corazón, pero enseguida se relajó al recordar que las nominaciones no valían de nada. De todas maneras, fue hacia él y le dio un par de golpecitos en la espalda - Seguro lo haces genial, tú ni te preocupes - le dedicó una sonrisa cálida en apoyo. 

Si tenía que ser sincero la nominación no le preocupó mucho, pero agradeció el apoyo que le brindaba Alfred, siempre dispuesto a ayudar. 

-No pasa nada quillo. ¿Arguna vé ha eshao a uno de los nominados? Vamos a seguir dando guerra pisha.

Que él recordara no, lo que tampoco significaba que estuviera a salvo porque allí todo se realizaba mediante las trampas de los saboteadores. Por otro lado le alegró saber que volvería a compartir box con Amaia.

-No pasa ná miarma, ¿No vé que todo esto está amañao? ¡Quilla, que vorvemo a sé compañeros! ¡Y esta vé no va a tené que esforzarte con el inglé!

La verdad es que tanto Amaia como Natalia se habían esforzado mucho durante los ensayos para intentar que Miguel pronunciara bien y él se lo agradecía. También era interesante compartir el box con Jorge y Juan, con los que nunca había coincidido.

-Shicos, vamo a hasé una canción tremenda, que va a quitá el sentío.

Además la entrada de Mina no solo había dejado el reparto de canciones, si no también les había explicado en que consistía la segunda votación. Miguel se quedó más tranquilo.

-¡Eso está mejó! Seguro que nuestros compañeros expulsados injustamente sabrán impartir justicia. ¡Ya se pueden poné a temblar los malos!

Se acercó a Encarna, que como siempre y por mucho que lo intentara acababa confundiendo todo lo que decía.

-Miarma, que no conocía a Amaia hasta la primera gala. ¿Pero porqué te preocupas por eso shiquilla? Yo seguro que me crucé con Natalia en los castings pero había musha gente y tampoco la conocí hasta que entró.

Las sospechas iban y venían y poco se podía hacer, la mayoría, a falta de verdaderas pruebas, hacía caso a lo que le dictaba su corazón y su conciencia.

Juan Camus se puso firme cuando llegó Mina. Quería mostrarse serio ante ella, que ella supiera que le ponía toda la pasión y esfuerzo a lo que hacía. Esa mujer sonreía siempre, daba igual las tormentas que cayeran sobre ellos. Qué poeta era Juan Camus, tendría que apuntar esa última frase para una de sus canciones antes de que se le olvidara.

La frase se le olvidó cuando escuchó su nombre entre los nominados. Abrió la boca y puso ojitos de gato de Shrek, pero entonces recordó que estaban las cámaras grabándolo, así que volvió a su cara seria de total aceptación. Cuando Mina se fue, escuchó al resto decir que no pasaba nada y él se encogió de hombros.

- No, si a mí el miedo de la nominación, no… O sea, no me preocupa que por estar nominado me expulsen porque está claro que aquí se echa a cualquiera, ¿no? Lo que me preocupa es que los jueces han considerado que no he cantado bien, ¿sabéis? –Juan Camus echaba su pie hacia delante y hacia atrás, con las manos en los bolsillos, transmitiendo pena total-. Y yo, a mí, o sea eso me sienta mal, ¿no? Saber que he defraudado a mi público. Tal vez sea la canción, porque Jorge también está nominado. Creo que no era de nuestro registro, ¿sabéis? O tal vez estaba preocupado por los roces con Rosa la semana pasada y eso no les ha molado a los jueces…

Respecto a la explicación de las votaciones desde fuera, Juan Camus estuvo de acuerdo con Miguel y Alfred.

- Eso es una buena noticia, sin duda. Porque ellos quizá tengan más información, ¿no? Si han estado viendo todo lo que pasaba aquí y en los boxes, yo creo que ellos, en fin, podrán llegar incluso a mejores conclusiones que nosotros.

Osea no lo entiendo y se supone que yo soy optimista pero hoy están muy locos.

Hago señales a Encarna para que me mire y mientras hablo gesticulo para señalarme, señalarla y conectar nuestras cabezas.

— Me ha llegado lo que has dicho. Osea pienso que sí, que lo que crees tiene mucho sentido.

Levanto el pulgar y luego le hablo a Miguel.

— A mi no me da ese feeling, osea valos a ver, centremonos, expulsados hay dos saboteadores ¡Mínimo! Se van a llevar a alguien buenorro, digo, profesional.¡ Esto es de locos!

- Alfred, nos ha salido de pelotas. ¡Ven aquí! - Saltó hacia su compañero de tema y le pegó un abrazo tan fuerte que el pobre puso la misma cara que... bueno, la cara rara de Alfred. Como si le estuviesen exprimiendo el bazo. - Ya verás el impacto de esos estribillos. ¡Las campanadas en TV3 vamos a dar este año!. ¡Feliç any nou!

Pero no todo era alegría. Cuando Mina les leyó los temas se le vino otra vez el mundo abajo. Detestaba Maná. Y esa canción en particular le aburría como una ostra. Miró a Bustamante y se dio cuenta de que se había relacionado bastante poco con él hasta el momento así que le pareció una buena oportunidad. - Bah, Este chico es todo emoción. Seguro que algo se nos ocurre para mejorar este coñazo.

Escuchó al resto hablar. El tema del día era quién conocía a quién desde cuándo y las votaciones desde el exterior.  

- Yo sigo en mis trece de que Ago era un saboteador y que Carlos Right probablemente también. Así que más nos vale vigilar bien a quien vuelva a entrar y no dar nada por sentado. ¿Han aclarado si cualquiera puede volver? Quiero decir, ¿tanto los expulsados por los "votos del público" como los expulsados por nuestras decisiones pueden volver? ¿Y lo van a decidir entre todos ellos también? En fin, ya lo veremos cuando entre alguien seguro.  Busta, ¿nos vemos en el box en un ratín o qué? Voy a ver cómo se me dan las maracas...

De repente y sin previo aviso un flequillo conocido asomó por detrás de una puerta. Sin que ninguno de los concursantes supiera cómo, alguien se había colado de vuelta a la Academia. Era Aitana... Y no veía sola: traía una bandeja entera de sanjacobos debajo del brazo.