La Tertulia

Tras expulsar a Àlex de la Academia lo llevaron a un plató... Al principio parecía que era para hacerle una entrevista como el primer expulsado, con la sorpresa de lo sucedido y todo lo demás... Pero pronto se dio cuenta de que era más que eso.

El plató era un lugar con varias sillas y sofás vacíos. También había una enorme pantalla a través de la que se veía la sala principal de la Academia... Y una mesa de escritorio, como de presentadora, donde estaba sentada Rosa López. Parecía que aquel fuese su sitio. 

Al orientarse un poco Àlex se dio cuenta de que el plató debía estar pegado a la academia. Probablemente Rosa pudiera entrar y salir sin que nadie lo notase y conversar con él, con todos los expulsados tanto como quisieran.

Àlex se encontraba confuso, no entendía el porqué había sido elegido para abandonar el programa si ni siquiera se encontraba entre los candidatos a despedirse, y ya sin contar el hecho de tener un % de votos superior al 100%. Quizás hubiera algo ahí detrás que obligó al pobre de Álex retirarse.

Mirando a Rosa, como si de un cachorrito se tratara, Àlex imploró con la mirada algún tipo de explicación, tal y como puede ser un "¿Qué hago aquí?" "¿Por qué a mi?" "¿Hay Fuet?" "¿Y tú que haces aquí?". Pese a ello, no expresó nada que le estaba rondando la cabeza, sino que levemente suspiró, pues se encontraba de capa caída.

Cuando me pone cara de corderito degollao me acerco a darle un abrazo.

-¡Ay mi niño! ¿Pero qué ha pazao? -Le achucho fuerte. -Al meno ahora va a podé comé bien aquí fuera. Y ya que ehtá... me trae un bocadillito de argo ací, bien hermozo. ¿Vale?

Me ciento cehca de él en el plató y ehpero a que mihter zonricita hable. Tonce, en ece momento, me dirijo al público.

-¿Pero po qué le votatei? -Le atuso el pelo. -Ci no ce ha metío con nadie, ha cantao ma o meno, pero ahí ha tao... no ce, shiquillo... ¿Qué pobrecito? ¿Que penica me da?

Ce me zaltan un poco la lagrima.

En cuanto Rosa pidió aquel bocadillo alguien llegó de detrás de las cámaras. Era un técnico, con sus cascos y todo, pero que llevaba una bandeja como si fuera un camarero. En ella había un bocadillo de lomo, panceta y foie gras.

-Oyoyoyoyoyoyyyyyyyy, ¿Pero ehto que eh? -Cojo el plato y lo miro zorprendida. -¡Ay que rico! ¡Ole que arte tiene para pone bocadillo, guapo!

¡Me lo coloco en lo muhlo y le meto un güen bocao!

-¡Ay... mushasho... que ya no me cirve pa na! -Me río y le doy una parmaa en la ehpalda. -¡Que no, mi niño! Que era un bromita shica.

Vuelvo a reihme y miro al cámara que ha venío. 

-Guapetón, ¿me trae una servesita? -Miro al público pazándome la lengua por lo diente para recogé lo que ce quea der bocata en la dentadura. -Y no ce, dádle una servesita a lo del púbrico. ¡A mi zalú, guapo too!

Cigo con el bocata ehperando que digan argo.

-¡Pero capasao con la votacione ezaaaa! -Muevo la cabeza como una madre regañando. -Ciehque... montai un cihco y os zalen los enano ezo. -Me giro hacia el cámara. -¡Oye guapetón! El próhimo de lomo, beicon y quezo... er pan untao con tomatito, ¿vale zalao?

En cuanto fue expulsado de la Academia apenas pasaron unos minutos antes de que el silencioso Agoney apareciera en el plató, aparentemente con tan pocas ganas de intervenir como cuando estaba en el otro lado de la puerta.

Mirando entrar a Agoney no pudo negar una mirada, un gesto triste, a fin de cuentas, que ellos dos se encontrasen ahí no era más que culpa de la mala suerte, uno por votación y otro porque alguien movió los hilos de detrás de las cámaras. Sin lugar a dudas, no era algo ideal para estar, y aún menos viendo como Rosa devoraba la comida y no repartía con Àlex.

-Po-Podría tener yo un bocadillo, ¿Por favor?.

Tras expulsar a David Bisbal de la Academia lo llevaron a un plató... Al principio parecía que era para hacerle una entrevista como el primer expulsado, con la sorpresa de lo sucedido y todo lo demás... Pero pronto se dio cuenta de que era más que eso.

El plató era un lugar con varias sillas y sofás vacíos. También había una enorme pantalla a través de la que se veía la sala principal de la Academia... Y una mesa de escritorio, como de presentadora, donde estaba sentada Rosa López. Parecía que aquel fuese su sitio. 

Al orientarse un poco David Bisbal se dio cuenta de que el plató debía estar pegado a la academia. Probablemente Rosa pudiera entrar y salir sin que nadie lo notase y conversar con él, con todos los expulsados tanto como quisieran.

¡Ehto eh iiincreible!

Exclamó Bisbal indignado. No solo lo habían echado. Lo habían echado cuando estaba a puntito de pillar y cuando iban a volver a tener chuletones. Aquello era indignante.

¡Ea! Ya sabía yo que ehto me iba a pasar factura. ¡Rosita! ¡Rosa! ¡Rosa-rosae! Dileh a loh de dentro que mi jugada salió bien y que loh malajeh han ido a por mi pensando que yo era uno de la parejita. Ehtan nerviosoh con eso. Ponme de héroe, guapa. - A ver si así al salir el resto pillo el cacho que no pillé dentro

Eso último lo dijo en voz baja, pero con el micro de la Tertulia se oyó perfectamente.

-¡Ay, miarma! ¡Que man dejao cin mi Danié! ¡Cin mi bihbi!

Me llevo la manita a la cara pa tapá la lagrimita que me van zaliendo. Ay que pobrecito, ojú, que penita ma grande. Me acehco a darle un abrazo too fuete. pa que cepa que me da toa la pena der mundo. 

-Ay mi mushashote... ¡Peo no o preocupei! ¡Que he he esho con uno amiguito aquí y vamo a celebrá lo que no ce a celebrao ahí dentro! -Miro a Ale. -¿Un bocata? ¡No miarma! ¡Amo a metenno uno bueno shuletone pal cuerpo! ¡Ole, ole y ole!

Hago una ceña pa que entren los cámara, que ce me han ofrecío pa ce uno camarero, y montan una bahbacoa en el plató. ¡Con un pa de cohone! Canne frehca y reshién esha. Ole, ole, ole y ole. 

-Dale ahí a la bracita, que va a sabé ehto mejó que la miedda eza der tofu. ¡Que me cagonto zu muehto del degrashiao que no ha robao el bocao! -Miro a Bihbi. -¡Bihbi! ¿Tu zabe de hacé la canne? -Luego miro a Blazquez. -En toa tu vía te han ezo un shuletón en er plató, ven aquí guapetón, que man disho que te va musho la canne.

Miro a Anguhtia, no zabía po qué tenía ece nombre to raro, que era de mujé, pero weno, eh lo que hay, que tipo tan callaito. En zu caza no le esharán musho la bronca. 

Bisbal ajustó su pinganillo y miró a Rosa desconcertado.

Juraría que me he perdido algo, pero en fin. Rosa, Rosita, Rosae, ¡que yo no defendí a Chenoa! Ehtán todos diciendo que ella es inocente porque yo la defendí pero no fue así. Yo dije que tanto si es culpable como inocente habrá acusado a alguien culpable para no ser dehcubierta. Pero no tengo ni idea de si Chenoa eh inocente. Ni idea.

-Ay, mi Bihbi... ci eh que era la alegría dahí dentro y tan eshao pa fuera. ¡No puee ce, no puee ce! -Dije completamente azorada. (que ece tipo de palabra la digo toita bien).

-Shiquillo mío, pedimme lo que querai que yo su lo consigo too. Ale, miarma ¿Tú quiere er bocadillo? Que te lo traigo ¡cohone!. -Miro la babacoa que tamo preparando mientra lo cámara tan ahí, ashando la shuletada, con musho arte too. Su morshillita, su shorishillo, la pancetita y la careta de cehdo. -Que tetoy preparando la shuletada der año y ta to muhtio ahí con er bocata. -Niego con la cabeza, era incompencible. -Ojo ehh, ¡quer morro el puehco eh mío! -Ceñalo poniéndole nombre a la mejó pate. 

Arguno tenía que zabé argo, taba claro. No me mintai, que su lo veo en toa la cara que tenei. 

-Ale, Bihbi... po favó lo pido. Que ehto... ehto tiene que ce limpio. -Añado con cara de pena. -Amo a ve, ci arguno zabe quién eh el liante de too, va, decímelo en confianza. Po que... ceamo cincero. Bihbi, tie una carita de pillín que ojú. Tu zabe, tu zabe. -Le ceñalo con er deo. -Angutia no ce lo que eh, pero me da que él no zabe tampoco que eh lo que eh. Angutia, mushasho, vení a un corcurzo de cantá pa no abrí la boca eh... pa mi ehh, pa mi eh demaciao vanguandinta.

Miro a Bihbi.

-Va, venga... ehtirate...

Rosita, Rosa, Rosae. Yo cuando ehtaba dentro, te decía que había que sacar a todoh loh hombreh menoh Busti y yo. Ahora que ehtoy fuera, empieza a sacarme mujereh que ehto eh mu soso. Pero saber no sé nada.

De repente la puerta de aquel plató se abrió y aparecieron tres nuevas personas... Juan Antonio, que caminó como si estuviera catatónico para reunirse con Agoney, Carlos Right y Aitana. Al principio parecía que era para hacerles una entrevista... Pero pronto se dieron cuenta de que era más que eso.

El plató era un lugar con varias sillas y sofás vacíos. También había una enorme pantalla a través de la que se veía la sala principal de la Academia... Y una mesa de escritorio, como de presentadora, donde estaba sentada Rosa López. Parecía que aquel fuese su sitio. 

Al orientarse un poco se dieron cuenta de que el plató debía estar pegado a la academia. Probablemente Rosa pudiera entrar y salir sin que nadie lo notase y conversar con ellos, con todos los expulsados tanto como quisieran.

En la mesa de Rosa había un plato con restos de comida y apartados a un lado unos cámaras estaban preparando una barbacoa para todos.

-Jo, tío, y tú que decías que yo parecía sospechosa por ir contando mis teorías y al final te han votado a ti por no relacionarte. Claro si es que tenías que haberte unido más al grupo, componer la canción con nosotros... Hacer amigos. Pero bueno, da igual. Tú no te vayas a rayar que no pasa nada. Al menos nos tenemos el uno al otro como ha dicho ese señor... Es el que te dijo lo de la pasión después de la gala 0, ¿verdad?

Voy parloteando bajito a Carlos sin soltarle la mano, mientras nos van llevando de un lado a otro, pero es que estoy muy nerviosa, con las emociones así, a flor de piel. Y triste, muy triste. Por mí y por Carlos también. Que todos mis sueños de llegar a la final del programa juntos y luego ir a Eurovisión a cantar en pareja se han ido por el garete. Al final voy a tener que ir a la universidad en lugar de pasar un año cantando y aprendiendo sin parar. 

Noto que los ojos se me empañan otra vez. Jo, tío, ya estoy empezando a llorar. Pero entonces me paro y miro alrededor. Ay. Que estamos en un plató y están todos los que han expulsado... ¡Y Rosa! Pestañeo confusa a tope mientras giro sobre mí misma mirándolo todo. 

-Buah. ¿Y esto qué es? ¿Rosa? ¿Qué haces aquí fuera? ¿Es una entrevista? -Miro en busca de cámaras, que a lo mejor estas no son ocultas.

En el momento en que Aitana miró alrededor pudo darse cuenta de que estaba en un plató no sólo lleno de cámaras, sino incluso con público. La gente aplaudió y vitoreó, algunos se pusieron en pie... Incluso había una pancarta diciendo:

Rosa, te queremos, coño.
^{_{Vendo Opel Corsa.}}

David Bisbal había presenciado lo ocurrido en la pantallita, así que no dudo en acercarse a la parejita y el silencioso, pero sobre todo a la parejita, y en especial a Aitana.

¡Muchacha! Déjame que te abrace. - Dice intentando meter mano de paso - Que sepah que siento mucho que te echasen así. Teniah que haber elegido pareja mejor, guapa. Aún estáh a tiempo. Si hubierah elegido mejor ehte pobrecico Koldo Raiz no te habría arrastrado con él y ahora ehtaríah triunfando - Por supuesto, se refería a él mismo como posible pareja y parecía olvidar que él había durado menos que Carlos

-¡Ay, Bisbal! Jo, tío, qué mal que te echasen, fue un palo -le devuelvo el abrazo, pero yo sin meter mano, que para eso ya tengo a mi Carlos-. No me arrepiento de nada, ¿eh? Que lo que yo tengo con Carlos vale más que cualquier concurso. Jo y cuánta gente hay aquí, qué fuerte todo, ¿no? ¿Lleváis aquí desde que salisteis? 

Pero en esas que oigo la voz de Manu y me doy la vuelta para observar la enorme pantalla que nos muestra el interior de la academia. Pero que cuanto más lo oigo más se me frunce el ceño. Pongo los brazos en jarras y lo miro mal así a través de la pantalla. Que no se va a dar cuenta, claro, pero a lo mejor siente mis malas vibraciones despeinándolo.

-Buah, tío. Si es que cada vez estoy más convencida de que ese es el más saboteador de todos. Que lleva desde que echamos a Agoney malmetiendo y tratando de manipular a todos. -Que de repente me doy cuenta de que Agoney está aquí también, aunque parece que está colocado o algo-. Tío, siento lo de votarte y eso. Es que como Chenoa dijo que eras un saboteador... Pero sin mal rollo ni nada, ¿eh?

Me encojo de hombros y le cojo la mano a Carlos otra vez. Así, apoyo la cabeza en su hombro, y es más fácil sonreír. Aunque tenga que estar viendo cómo el idiota de Manu intenta poner a la gente en mi contra sólo por ser más lista que él.

Salimos de la Academia, y pude ver todo aquel panorama nuevo que se presentaba ante nosotros. Notaba como Aitana miraba de un lado a otro, pero yo me limitaba a pensar con la mirada perdida en el suelo... Menudo cabrón el Tenorio, con que iba a votar a Juan Antonio... Sin hablar del Camus y el Alfred, menudo par de falsos, con que se iban a votar a sí mismos...

Me sentía como si me hubieran apuñalado por la espalda, pero al final no era eso lo que más me molestaba. Aitana no había recibido ni un solo voto, y ahora la habían expulsado por mi culpa, no podía dejar de pensar que la había robado su futuro como cantante.

Casi sin darme cuenta, veo como David Bisbal se acerca a Aitana. ¿David Bisbal?, ¿y este qué hace aquí?, en fin, al levantar un poco la cabeza veo al resto de los expulsados... ¿y ahora qué?

Suelto la mano de Aitana y continuo andando hacia el grupo de expulsados, mientras Bisbal la abraza y se pone a despotricar de mí. En fin, a estas alturas solo quería dejar todo eso atrás e irme a mi casa a ver a mis padres.

Al llegar, Aitana se volvió a acercar a mí, me cogió la mano y apoyó la cabeza sobre mi pecho. Me sentía algo incómodo, con toda esa gente ahí mirándonos y yo no paraba de darle vueltas a las frases de Aitana, "por no relacionarte", "haberte unido más al grupo", "hacer amigos", la habían expulsado porque no metí baza en la caza de brujas de la Academia y porque no fui un falso que decía lo primero que se le venía a la cabeza. Ella había hablado con la gente y precisamente por eso el Tenorio la había señalado, la realidad era que hiciera lo que hiciera, hubiéramos acabado igual.

- ¡Qué hay chicos!, - desvío mi mirada hacia Rosa, - ¿Qué se siente al haberme votado y como consecuencia, se haya expulsado a dos inocentes?