Partida Rol por web

Zaludo al pubrico, que ehtá entregao a la noce ehta, como nunca. Me hace muza ilución que hayan traio zu pancartita, zu cocita, zu lo too lo que han traío. -¡Gracia guapo, guapo too! -Digo motrando la mejó de mi zonriza. -Lo que querai, na ma tenéi que pedilo. En cerio ehh. ¡Guapo! ¡Ole, que arte!

-¿Inohente? ¡Inohente lo cohone! ¡Que bien que le ha dao pim, pam, trucu, trucu a la Tatiana! -Digo zortando to el aire que llevo dentro, a ve ci me va a tocá la morá má aquí fuera que dentro. -A ve disho que te la taba... -Hago er gehto con la mano de darle canela fina. -Y no hubieran eshao a Bihbi. Pero no... a la callaita, a ve ci ce ejcurre er burto. -Levanto la cabeza con aire artivo. -Y ademá, aquí nadie dice que ere inohente hata que se decubra too er pahtelaco. 

Que bonito, qué poco arte que tenemo, pero que poquito arte. Amay, amay... ¡Que poco arte! Y yo aquí hashiendo que preparen la shuletada padre pa too lo que zalen. Mu malamente todo, malaje, eh un malaje. 

-Ademá, qué cohone, ci canta como er gato atropellao no e mi curpa. -Doy una parmaa pa zanja too er temita ehte que me ta tocando la zanta morá y no tengo gana. -Er cazo eh que taquí, y hay que azumilo, azumilo y tirá palante. ¡Pa tu caza! -Y eh lo que hay, eh lo que hay y lo que ce tiene que azumí. -Pero no hata que acabe la tertulia. Que hay que vé quién má la ta liando en la cacita. Digo, en er programa. -Ci con tanto cambio ehto ya ce ni lo que era. -Zolo oh queda ce cincero y decí quien viene telahinco para reventá er programa. Decilo, y ya ta. Y ce tiene un concuzo como dio manda.

Me llevo la manita a la fente, como ci me diera cuenta de argo mu impotante. 

-¿U apetece argo pa tomá? Un cafecito, un cubatita, ací,¿Pa entoná? -Aciento con la cabeza, po lo meno pa que me traigan a mi un pelotasho. -Ci querei un bocatita, o pillá un shuletón, una morcillita o shorishillo.. .pancetita, lo que querái, cervío lo que querai, que corre de mi cuenta... de mi cuenta der programa. 

-¡Hala, Rosa, tía! -Me sonrojo un poco y me tapo la boca con la mano cuando se pone explícita-. Que no, ¿eh? Que lo mío con Carlos no es una cosa así física y ya está, a ver qué te estás imaginando. ¡Que es amor verdadero! Como el de las canciones viejas.

Mierda, que esto sale en la tele, ¿no? Al menos hay cámaras. Miro hacia ellas y me pongo más roja. Ay, mi madre. ¿Y si lo está viendo mi novio, bueno, mi exnovio ya?

-Oye, Rosa, ¿esto se emite? ¿Nos ve la gente? -Por si acaso miro a una cámara y me pongo seria-. Vicente, tenemos que hablar. Lo siento mucho, no quería que te enteraras así... En cuanto lleguemos a Barna hablamos los tres si no me odias para siempre. 

Buah, tío. Qué mal todo. Aunque algo de lo que dice Rosa sí que me despierta del todo.

-¿Te podemos pedir cualquier cosa? ¿Lo que sea? ¿Unos sanjacobos? -No, si al final no va a estar tan mal esto de estar aquí fuera, al menos no nos roban nada y nos dan de comer a la carta-. ¿Y un vaso de leche?

Luego busco algún sitio para sentarme y le hago un gesto así con la mano tap tap y poniéndole ojitos a Carlos para que se siente conmigo. Y ya suspiro, asimilando todo lo que me está pasando, que vaya tela.

-A ver, Rosa. ¿No puedes decirles a los de la academia que se han equivocado? Carlos no es un boicoteador. A él un señor le dijo después de la gala 0 que le faltaba salsita a su vida, porque es un poco tímido, que eso ya lo sabes porque le habéis votado por callado... Pero luego en la intimidad se suelta más, es sólo que se corta un poco cuando hay tanta gente. Pero total, que después de que ese señor le dijese eso Carlos se pasó el rato buscando el amor y se fijó en mí. Y tanto me miraba que al final caí rendida a sus pies. -Y lo miro con esa sonrisilla fácil que se me pone sólo de pensar en los ratos que hemos pasado juntos-. No ha saboteado nada, no le habría dado tiempo porque estaba ocupado haciendo que me enamorase de él. Además, él estaba con este programa a muerte y yo también.

Jo, tío. Qué gente más callada en la tertulia esta, que más que tertulia parece un cine, porque todos mirando a la pantallita y sin comentar las jugadas.

-Ay, mira qué maja Amaia -Ver que me defiende me saca una sonrisa. Habla poco y raro, pero qué mona-. En el box congeniamos bien y hasta empezamos a componerle una canción a los sanjacobos. Si se pudiera la votaría de favorita... Ohhh, mira Busta, qué majo también. ¡Por ti, Busta! -Agito la mano así saludando a la pantalla aunque no me vean y luego me quedo pensando-. Jo, los voy a echar de menos, tengo que hablar con Risto.

Pero se me tuerce el morro otra vez cuando habla Manu para meterse conmigo. Y cuando Natalia le sigue, alzo un poco las cejas y miro a Carlos.

-Mira, ¿ves? Por eso te dije que me da mal rollo Natalia. Siempre intenta apoyar a Manu, pero sin que se note mucho, a lo disimulado. Y fíjate en otra cosa -sigo diciendo, sacudiendo el flequillo-. Manu siempre acusa a la gente después de las votaciones, no antes. Y eso es raro porque antes de las votaciones se está calladito y en cambio después de ellas la lía. Como si le diera más miedo llamar la atención antes de las votaciones que después de ellas. Claro que, ¿por qué iba a tener miedo de la gala si es uno de los saboteadores? -Jo, tío, me siento como Agatha Christie deduciendo cosas así que pongo cara así como de detective y me doy unos toquecitos en la frente como el negro del meme*.

Luego miro fascinada cómo Rosa intenta poner orden en la academia, pero me da a mí que ahí dentro... La verdad es que sí que dan ganas de tener palomitas aquí para ir comiendo mientras se pelean. Al final sí que se va a parecer a Gran Hermano, vaya movida. 

-Oye, Rosa -le hago gestos cuando vuelva a entrar al plató-. ¿Se pueden los sanjacobos al final? ¿Y en la tertulia esta no tertuliamos nada? Que aquí hablo yo sola. ¿Y los del jurado no están por aquí?

Me sienté al lado de Aitana, y mientras ella hablaba, yo no pude dejar de pensar en la expulsión, no la mía sino la suya, y en la posibilidad de repescar que se escuchaba decir a Amaia por una de las televisiones con imágenes de la Academia. Al mismo tiempo que aumentaba mi cabreo al escuchar hablar a Tenorio... solo me sacaba de mi enfado las palabras de Aitana, hablando de amor verdadero, y yo no podía evitar pensar, "¿estarán viendo esto mis padres y mis amigos?", sería divertido que se enteraran por un programa de televisión, aunque me gustaría que fuera en persona, ya que en los programas de televisión suele haber más mentira que realidad.

Vuelví a torcer el gesto cuando Aitana nombró al que aún era su novio... Tal vez, este programa me abriría muchas puertas en un futuro, pero de momento, cada decisión que tomaba parecía tener un montón de pegas por todas partes. Ya se me había olvidado por completo el tal Vicente. Parecía que Aitana se trababa un poco cuando intentaba mandarle un mensaje a Vicente, rápidamente cogí su mano y la aprieté levemente, sin hacerla daño, para que supiera que pasara lo que pasara, yo seguiría allí con ella.

- Yo estoy bien, gracias. Aunque no le diría que no a una CocaCola. - dije a la nada, esperando que alguien, el responsable, me hubiera escuchado.

Me giré hacia Aitana y acercándome a su oreja, para que nadie más nos escuchara, - Siento mucho que te eliminaran por mi culpa. - al acabar, miré la pantalla, - esto parece un cine, solo falta el refresco y las palomitas. Bueno Aitana, esta es como nuestra primera cita, como si fuéramos al cine a ver una película, de alguna tenemos que empezar nuestra vida juntos fuera de la Academia. - dije dedicándola una sonrisa y mirándola a los ojos.

- Pero bueno, ahora en serio. Tienes razón, Tenorio era uno de los más sospechosos, pero ya poco podemos hacer, se me queda esa espinita clavada, si me hubiera enterado de sus intenciones un día antes podrías haberlo largado. Y en cuando a Natalia, en fin, es cierto que parece defender a Tenorio pero no la conozco demasiado. De todos modos, me gustaría que los dos siguientes expulsados fueran el Tenorio y el Alfred, el primero por razones evidentes ya a estas alturas, y el segundo por falso asqueroso. Dijo que no le gustaba la idea de votarse a sí mismo pero que le gustaba menos votar a un inocente, y aún así me votó. Se puede ser muchas cosas en esta vida, pero falso nunca, siempre honesto con uno mismo y con sus decisiones.

Traté de tranquilizarme un poco, respiré hondo y miré a los lados, - Cielo, parece que no te han oído lo de los sanjacobos. O eso, o han empalmado con el programa de Pesadilla en la Cocina de Alberto Chicote, y está por ahí atrás dando gritos al cocinero hasta que saque las comandas.

-¡Rajai demaciao! -Dije viendo que hablaban hata po lo coo. -Tú, Calo, musho incite en que ere inohente, y ezo me da mala epina, no lo voy a negá.

Yo ya no ce ni lo que penzá ni nah de nah. Pa mi, ahora too zon uno maleshore y uno malaje que piensan zolo mu malamente en hacé too er ma pocible en poco tiempo. Pero arguno tenía que ce buena gente, cohone, arguno tenía que selo. Pero qué le vamo a hacé, yo no controlaba naa, bueno ci, la tehtulia ehta, y la voy a aproveshá a tope.

-Eza fuente que viene po ahí, zon too los zanjacobo  y que pueda llegá a queré, ací que ataca cuando quiera, bonita. Pero joé, cenme cincero... que o toy tratando mu bien, ¿No? Y tú, Calo Rai, que aunque tenga cara de malaje... no quiero que te muera de cé. ¡Traele una cocalita frequita! -Niego con la cabeza. -A mi ya me dan too malaspina, pero tengo un plan

Me río cuando Carlos dice lo del cine. Jo, si es que tenemos las mismas ideas a la vez, es tan bonito que me hacen brillitos los ojos. Me apoyo en su hombro y froto la mejilla porque en realidad querría darle un beso pero me da algo de vergüenza con tanta gente aquí mirando y las cámaras y todo. 

-Te lo acepto como primera cita -le sigo la broma susurrando y con una sonrisa de lado a lado-, pero prométeme que cuando salgamos tendremos otra más... con menos... sin gente, vaya. Y no te culpes, ¿eh? Todo esto no es culpa tuya ni mía, es de los malditos del boicot que lo han enredado todo.

Luego escucho lo que dice sobre los de dentro y asiento. 

-Sí, fue una pena. Por eso quiero hablar con Risto, a ver si puedo usar la tarjeta o no, que te dije que no, pero no lo tengo claro del todo. Y como la pueda usar Manu se va a ir a la calle. Por saboteador malaje, como diría Rosa. 

Y mira, la susodicha por ahí viene, así que la miro y me río. 

-¡Pero, Rosa, tía! ¿Cómo va a parecerte sospechoso que alguien diga que es inocente? ¿No has pensado que a lo mejor es porque lo es? ¿Tú no lo dirías si estuvieras en su lugar? -Pero mira, que de repente eso me parece lo de menos porque... BUAH. ¡Traen sanjacobos!-. ¡Sanjacobos! ¡Jo, tía! ¡Te quiero!

Ahí que me voy a por la fuente y me pillo un sanjacobo y un vasito de leche, que es lo que mejor combina. Pongo los ojos en blanco de placer al pegar el primer bocado. Y no vuelvo a decir nada hasta que no le he dado el tercero. 

-Qué ganas tenía de sanjacobos, jolín. Gracias, tía, qué buenos. Y mira, seguro que ahí en la academia hay alguno que pueda ir a la habitación de Carlos y revisar sus cosas. -Doy un bocado y hago un gesto con la mano-. Diles que las revisen y ya veréis que no encuentran nada de boicot ni nada. Si ya te he dicho lo que ha estado haciendo. Y que revisen las mías también si quieren. ¿Y qué plan tienes? -Eso, que hable ella, que así yo sigo dándole al sanjacobo.

Poh yo creo en la parejita, pero también en el Tenorio, de momento. A mi me dan mala espina el Venancio* y alguno más que calla mucho y mete dobladah en cuanto puede. También el Albert** y el Manuel*** a igual nivel. Pintan todos una panda de falsoh.

Se queda mirando a la pantalla y frunce el ceño.

Oye. ¿Y ese Albert Casatarradellas no fue el primero al que echaron? Joe si es que son todos iguales, como clones. Como chinos.

Tengo que parar de comer el sanja para mirar a Bisbal y reírme antes de mirarlo con pillería. 

-Claro, ¿pero a que a las chicas no te las confundes? -No va de mal rollo, pero es que me lo ha dejado tan a huevo que lo tenía que decir-. Pues mira de esos tres que dices yo ni me fío ni no, la verdad. No sé, Alfred y Miguel no me han dado mal rollo, ni bueno, por ahora. Aunque Vicente no me gusta nada, con esas cosas franquistas que canta y esa cara de mal bicho que pone a veces que da hasta miedito. 

Luego sigo mirando hacia la pantalla mientras me acabo el sanjacobo y me bebo un buen trago de leche. Jo, tío, lo de tener comida buena es brutal. Pero qué mal el lío que tienen ahí en la academia con Carlos y conmigo. Y que si Rosa transmitiera lo que le decimos a lo mejor las cosas se aclaraban un poquitín o algo. Frunzo la nariz con fastidio.

-Rosa, tía, ¿no puedes decirles lo que te he explicado de Carlos? Y pídeles que revisen sus cosas y así lo comprueben, jolín. Que no se fíen de nuestra palabra, pues vale, pero que lo comprueben. Que así verán que ni él ni yo estamos en el boicot.

Bisbal se acercó a Aitana, se inclinó junto a ella y en un movimiento fluido, hizo aparecer una perfumada flor en sus manos.

Cada mujer eh una flor bella, única e inconfundible. No hay doh mujereh igualeh coml tampoco hay doh copoh de nieve idénticoh. Son todoh una exquisita obra de arte de la naturaleza con un sello y una impronta propia. Sin embargo, ehtoh tíoh son como setah. Fotocopiah de baja calidad. Excepto, el Buhti, que eh inimitable y único. ¡Eh iiincreible!, ¿no?

Luego empezó a dar giros y piruetas sobre su propio eje volviendo a su actividad habitual: el baile.

Escuché las opiniones de Bisbal sobre los concursantes, - ¡Por fin! - dije casi como si se me escara, - Por fin alguien que desconfía del falso de Alfred. 

No había tenido demasiadas oportunidades de hablar con Bisbal dentro de la academia, pero lo cierto era que me caía bien.

Tras mi comentario volvimos a fijarnos en la pantalla y escuché hablar a Luis sobre nosotros, - ¿Por qué todo el mundo está tan convencido de que soy de los malos?, no lo entiendo. Y sin embargo parece que todos allí dentro confían en Alfred. Si este concurso fuera justo, él y Tenorio serían los dos siguientes en ser echados, seguidos de Vicente.

El cabreo parecía volver a apoderarse de mí, pero Bisbal, en un arrebato, se puso en pie, se arrodillo ante Aitana y empezó a contar una metáfora de plantas y setas. No pude sino reírme disimuladamente ante la escena, - ¡que grande eres, tio!, pero siendo honestos, ¿esas cosas que dices y el bailecito y demás te funciona para ligar con chicas?, quizás debería haber probado alguna de tus piruetas y giros con Aitana en su momento.

Bisbal frena de golpe a medio giro. Todo él excepto sus rizos, que siguen su propio bucle formando un bucle haciendo bucles en bucle. O lo que es lo mismo, un bucle al cubo.

¿Para ligar? ¿Que diceh, Koldo? Todo lo que veh eh natural. Los ligueh vienen soloh despueh. Lo primero la naturalidad.

Se acerca a Rosa.

Mira, te lo demohtraré. Si quisiera ligar, solo tendría que acercarme al oído a una mujer y decirle lo que más está deseando oir.

Se acerca un poco más a Rosa hasta casi rozar su oreja con la nariz y le susurra algo inaudible para el resto destinado a hacerla rendirse a sus pies.

Tú. Yo. Velas y costillas barbacoa

Ahora solo quedaba esperar.

Por su parte Álex estaba dudando acerca de lo que significaba que tantos se encontraban pululando por este lugar; por un lado era un placer que hubiera más gente a parte de Rosa y él, pero por otro lado, esto significaba que más inocentes eran injustamente expulsados de la Academia.

-Por cierto... ¿Alguno de ustedes fue el que manipuló los porcentajes?.

¡Leche! ¡Que suhto! ¡Si habla! Joe, perdona Albert Casatarradellas. Estaba convencío de que eras ese de ahí.

Dice señalando a la pantalla que en ese momento enfocaba a Miguel.

Ah, no. Espera. Que ese no era. Bueno. Tú ya mentiendes. Uno de loh que anda por ah... ¡Ese! ¡Ese! ¡Ese icía!

Dice señalando de nuevo cuando, esta vez, aparecía Alfred.

Joe. Que lío.

-Amo a poné la coza en ohden, que me ce está llenado la cabeza con too. No pueo decí too de ceguido. O me la van a lia. Er cazo eh... ¿Qué tengo que decí de lo que ha ejplicao Calito Braun? -Me rajco la acbeza. -¿Lo der Juan Tenorio ece y la Matilda? ¿Que le paece shopeshosho?

Er plan era cimple, agitá el arbolito y a ve que cae. Apuntá y dihpará, como ce hacía en la peli. Er cazo era ve lo que pazaba, ve quiene ce protegían y ve la reaccione con lo que me taban contando de aquí dentro. 

-A ve, ci confío en vohotro, que ce zupone que voy a hacelo, apunto a uno que yo creo que cerían shopeshosho. La idea e ve ci er ta Benito y er ta Arfondo me ciguen er juego. Tengo de tiempo hata er miecole pa cambiá y apuntá a arguno de ezo do. Eza eh la idea. Voy a habla con Juanca que er pobre ta trihte. -Me encojo de hombro. -Lo que voy a decí ahora na má, es que miren zu cocita para ve ci decubren arguito.

-¡Y excepto mi Carlos! -apostillo a las palabras de Bisbal mientras empieza a girar. Y es que como mi Carlos no hay ninguno. Los que dicen que tiene cara de malo es porque serán unos envidiosos, porque de largo es el más guapo de toda la academia. 

Ay, ya me he quedado otra vez mirándolo con cara de boba. Si es que con esa sonrisa podría derretir un iceberg. Ya me están dando ganas de cantar la canción de Titanic y todo, pero veo que le afecta lo que dice Luis y pestañeo antes de volver a mirar la pantalla. 

-A ver, lo que les pasa es que prefieren pensar que han acertado contigo para no sentirse culpables por haber sido los culpables de haber echado a dos inocentes. -Asiento bastante convencida de lo que digo, que a mí me suena totalmente lógico-. Pero ya se demostrará que eres inocente y tendrán que pedirte perdón.

Bueno, la cosa ha cogido más ambiente y aparte del disgusto porque nos hayan echado no se está mal aquí en el plató comentando las jugadas. Y ya cuando habla Alex mola más, porque ya sólo quedan los dos que parecen catatónicos.

-Mira, yo creo que de este plató el único del boicot es ese -Señalo a Agoney-. Pero se ha quedado como en shock y no habla. 

Pero entonces me esfuerzo para atender a Rosa y enterarme de todo lo que dice, mirándola a ella y la pantalla alternativamente. Aunque cuando acaba miro primero a Bisbal con una sonrisilla divertida, que es que la granadina no le ha hecho ni caso a su intento de seducción.

-Creo que Rosa es inmune a ti y a todos, Casanova. 

Y ya luego le hablo a ella.

-Ya... Tu plan mola. Creo. O sea... dices lanzar acusaciones así al aire y al azar para ver quién apoya a quién, ¿no? Es buena idea y podemos ir fijándonos aquí en todas las reacciones entre todos. -Asiento con la cabeza, me gusta la idea-. Yo estaba también intentando un plan con Ainhoa en el box, pero me echaron antes de que llegase a nada, así que ya nada con eso.

Me quedo pensando un momento, mirando hacia la tele gigante.

-Te decía que les dijeras lo que te conté de Carlos, lo que estuvo haciendo. Para que vean que no es del boicot y que la han cagado con él. Pero si les vas a decir lo de que miren sus cosas también vale, porque así lo verán con sus propios ojos. Y mejor lo otro se lo dices cuando haya pasado la gala y así no corres peligro tú. ¿Y quién es Matilda?

-Cohone, pue Matilda eh Matilda...

Bisbal se queda sorprendido sin entender qué ha podido fallar. Finalmemte se da cuenta.

¡Tate! Que ehta eh sorda de una oreja.

Rodea a Rosa y se acerca a su otra oreja repitiendo acto seductor.

Tú. Yo. Velas y costillas barbacoa

De repente la puerta de aquel plató se abrió y apareció la expulsada... Ainhoa. Al principio parecía que era para hacerle una entrevista... Pero pronto se dio cuenta de que era más que eso.

El plató era un lugar con varias sillas y sofás vacíos. También había una enorme pantalla a través de la que se veía la sala principal de la Academia... Y una mesa de escritorio, como de presentadora, donde estaba sentada Rosa López. Parecía que aquel fuese su sitio. 

Al orientarse un poco se dio cuenta de que el plató debía estar pegado a la academia. Probablemente Rosa podía entrar y salir sin que nadie lo notase y conversar con ellos, con todos los expulsados tanto como quisieran.

En la mesa de Rosa había un plato con restos de comida y apartados a un lado unos cámaras estaban preparando una barbacoa para todos. Cerca de donde estaba sentada Aitana, además, una enorme fuente de sanjacobos y un vaso de leche.

Hostia tú. Vaya palo. Comentó Ainhoa, entrando en la sala y mirando a sus compañeros expulsados. Aún estaba en shock, no se esperaba ser expulsada, mucho menos por un porcentaje negativo. Yo ya no sé qué más podía hacer. He trabajado súper duro para llegar hasta aquí y... Se calló, al darse cuenta de que todos los demás habían pasado por lo mismo. Todos, menos Rosa.

¿Qué narices haces tú aquí? ¿Te han expulsado también? O tal vez no. No, se habría enterado. Rosa seguía dentro. Un alivio, así podrían entararse de lo que pasaba dentro de la academia. Bueno, da igual. Supongo que éste es nuestro sitio ahora. ¿Sabéis si esto se emite? Preguntó, con curiosidad. Es un placer volver a veros, por cierto, aunque sea en estas circunstancias.Miró sobre todo a Bisbal y a Aitana, ya que eran las personas con las que había tenido mayor contacto.

En cuanto Ainhoa hizo aquellas preguntas el propio público le respondió. No sólo se emitía, sino que la estaban viendo en aquellos momentos. Gritos de ánimo, abucheos y otro sujetador cayendo a sus pies le dieron la bienvenida.