Partida Rol por web

Castillos de arena

Tinta tus sueños

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01/03/2016, 22:56
Nicole Nazar

Niego a su primera pregunta, pero antes de acabar el movimiento lo detengo y me encojo de hombros. 

—Creo que no. De Cécile hay un montón, pero es que ella lo hizo muchos años. Creo que de mí no les dio tiempo de hacer ninguna, pero a saber. Mi madre tiene millones de álbumes viejos. 

Y después asiento, estirando la mano para estrechar la suya y luego sin querer frunzo el ceño, preguntándome si en eso de la danza será como esto de los cuadros. ¿También será famoso y todo eso? ¿Cuántos miles de dólares perderá por enseñarme eso en privado en lugar de cobrar entrada en un teatro?

Acerco las tazas a la barra antes de que nos vayamos y aprovecho para pagar los dos chocolates. Aunque me pregunto qué pasaría si le explicase al camarero quién es Austin. ¿Le invitarían a todo? A lo mejor le organizaban una rueda de prensa en cinco minutos o algo así...

Ya frente al cuadro ladeo la cabeza, contemplándolo. Es muy raro saber que soy yo. Ni siquiera soy capaz de decidir si me gusta o me horroriza. ¿Y entonces todos los demás también son personas de verdad? Giro sobre mí misma al plantearme eso, observando en un barrido todas las piezas sin llegar a ninguna conclusión. También me abruma un poco pensar que soy tan importante como para tener un cuadro. O bueno, sé que no lo soy, pero no encuentro una forma de explicármelo mejor. 

Sus primeras palabras me provocan una risita nerviosa, pero las siguientes se ganan una mirada de incredulidad. No puede ser que pusiera eso en el cuadro. Pero viendo su cara cualquiera diría que sí, que puede ser. 

Entonces miro alrededor y doy un par de pasos atrás mientras saco el móvil para hacerle una foto. Han dicho que nada de flashes, pero creo que con la luz que hay será suficiente y joder. Estoy en un cuadro, esto se lo tengo que enseñar a June para que flipe. Sin embargo, cuando ya tengo la cámara encendida y el móvil levantado, se me ocurre que tal vez no le parezca bien y dudo, mirando a Austin con un interrogante en la mirada.

—¿Puedo? —pregunto, señalando el móvil y esperando su respuesta para hacer o no hacer la foto.

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01/03/2016, 23:12
Austin Garret-Jolley

Me mantengo ahí, esperando mientras ambos observamos la pintura. Mis ojos también están pendientes de ella, pero trato de no agobiarla. La verdad es que no tengo muy claro cómo se debe sentir al respecto.

Ante su mirada de incredulidad yo simplemente asiento. Y es que el asunto del título es totalmente cierto. Acto seguido veo que saca el móvil y demás, y al pedirme permiso respondo la única opción posible.

—Claro —le digo antes de apartarme un par de pasos para dejar espacio. Después espero a que termine para volver a acercarme y extiendo la mano sin cortarme por estar en una galería, llegando a tocar el lienzo. Lo hago sólo un instante, como queriendo comprobar algo, y un momento más tarde busco a mi amiga con la mirada.

—Te confesaré que ahora creo que le falta algo —digo mirándolo de nuevo—. Cuando me dé cuenta de qué es, quizá me ponga.

Y dichas esas palabras elevo la vista hacia el cabello.

—¿Sabes lo que dice?

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01/03/2016, 23:28
Nicole Nazar

Hago la foto en cuanto me da permiso y la guardo en la memoria del teléfono. A lo mejor me la pongo de fondo de pantalla o algo si consigo reconciliar las emociones encontradas que me produce su existencia.

Después lo miro con curiosidad cuando dice que falta algo y ladeo la cabeza estudiando el cuadro. Aunque no tardo en ponerla otra vez normal. No tengo ni idea de qué podría faltar. 

—Qué va —respondo a su pregunta, acercándome de nuevo para intentar pillar alguna palabra—. No se entiende nada.

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01/03/2016, 23:43
Austin Garret-Jolley

Es inevitable reír en cuanto ella responde con esa naturalidad, diciendo que no se entiende nada.

—Es español —explico antes de formar una media sonrisa—. El muy maldito se cuela hasta en las cenas francesas.

Dicho eso llevo mi vista al cuadro, buscando el punto por el que el texto empieza. Leerlo y traducir simultáneamente se me haría complicado de no ser porque conozco de sobra el texto. Y más aún tras releerlo en varias ocasiones mientras pintaba, en versión anglosajona y original.

Tomo aire entonces, intentando cambiar el chip para recitarlo en inglés.

—Tocas mi boca —enuncio con voz grave y directa, formando una pequeña sonrisa y desviando mis ojos sin pensarlo hacia sus labios. En su momento cambié la persona, pues la original no era la adecuada aquí, aunque sí lo sea ahora. Sin querer esta vez voy haciendo algún cambio a mayores al traducir, pero espero que el mensaje se entienda lo suficiente—, con un dedo tocas el borde de mi boca, vas dibujándola como si saliera de tu mano, como si por primera vez mi boca se entreabriera. Te veo cerrar los ojos, deshaciéndolo todo y recomenzar.

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01/03/2016, 23:53
Nicole Nazar

No tardo ni dos frases en reconocer el texto y de inmediato mis ojos brillan buscando los de Austin. Recuerdo, entre la nebulosa que los coulants dejaron en mi cabeza, que era exactamente eso en lo que pensaba aquella noche. Y por un instante anhelo saberme el texto de memoria para poder continuarlo cuando él hace una pausa. 

Sin embargo, arrugo un poco la nariz. No lo está diciendo bien, no... —No, espera. No es así —me quejo, parpadeando, para después corregir cual Hermione que no tiene ni puta idea del arte y sus licencias, con un impulso que probablemente sea deformación profesional—. No es «tocas», es «toco». 

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02/03/2016, 00:03
Austin Garret-Jolley

Al ver los ojos de Nicole reaccionar a aquel texto mi sonrisa se amplía y mis pupilas conectan más profundamente con ella. Es inevitable. En cuanto me pide esperar, sin embargo, me siento un poco confuso y me detengo, dejando el texto a medias. La miro por un momento, esperando que se explique, y cuando sus siguientes palabras llegan la miro por un instante antes de reír. Que conozca el fragmento sólo es un indicativo más de que era el acertado.

—Tienes razón —admito entonces, empezando a entender lo que falta en ese cuadro, cómo no habla sólo de aquella noche y lo que antes era falso ahora es cierto. Y si mi voz y mi mirada hace un momento eran directas ahora lo son mucho más, vibrantes hasta el punto de pretender taladrar sus ojos y oídos y alcanzar el lugar compartido entonces al fondo de su pecho.

Doy un paso en su dirección lentamente, mirándola, y sin que mi mente se plantee hacer una cosa extiendo una mano hacia su rostro.

—Toco tu boca —me corrijo al mismo tiempo que hago caso de mis propias palabras—, con un dedo toco el borde de tu boca,  voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera —continúo con seguridad. Por un momento deseo acercarme un poco más a Nicole, pero ni siquiera lo pienso demasiado antes de que mis pies hagan ese trabajo. Voy hablando amparado y guiado por el silencio que nos rodea, entendiendo que es el universo el que nos regala este momento a solas, y dejando que mis dedos cumplan las promesas de esas palabras prestadas—, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Para cuando termino con ese fragmento me encuentro con los ojos más brillantes que antes y una enorme sonrisa en los labios. No soy consciente de cuándo la mano que no estaba repasando su boca ha buscado sus dedos y me tomo un instante para observarla y coger aire, dudando sobre si continuar.

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02/03/2016, 01:55
Nicole Nazar

Ya me estaba arrepintiendo por haberle corregido así, diciéndome mentalmente que quién soy yo para decirle a un artista que ha escrito mal el texto de otro artista en su cuadro, cuando se ríe y lo miro confundida en un primer momento. Aunque después sonrío como respuesta a su risa, sin estar muy segura de por qué. 

—Perdona —murmuro al mismo tiempo que él me da la razón haciendo que mi sonrisa se amplíe. 

Sus ojos me atrapan en su intensidad mientras empiezo a intuir que está a punto de hacerlo otra vez y cargar el aire con una trascendencia imposible. Ni siquiera estoy segura de si llegan antes sus dedos o sus palabras, tal vez están sincronizadas con exactitud. 

Tampoco se me pasa por la cabeza moverme o apartarme, aunque sí que tomo conciencia del lugar donde estamos y de que en cualquier momento podría salir uno de los chavales para ir al baño, o podría pasar alguien de la galería, o podría entrar algún cliente, o... 

Con el tacto de sus dedos buscando los míos, esas ideas se esfuman en jirones de niebla. No sé en qué momento he contenido la respiración, pero en ese instante se escapa de mis labios en forma de suspiro entrecortado. Cada vez está más cerca y yo cada vez estoy más enredada en su mirada. Me hundo en sus ojos sin intentar siquiera resistirme. Cuando se detiene, sé lo que viene después. No con las palabras exactas, pero lo sé. Mis ojos están deseando fundirse en uno solo y mi estómago rebulle de expectación. No sé si quiero que siga o que se detenga, pero tampoco importa lo más mínimo porque sé que no voy a moverme mientras él no libere mis pupilas dilatadas de las suyas. 

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02/03/2016, 02:27
Austin Garret-Jolley

La actitud de Nicole es suficiente para hacerme entender que debo continuar. No es sólo que yo quiera, es que ella parece querer beber de ello. Contengo la respiración durante un par de segundos desde detrás de mi sonrisa, y para cuando los ecos de su suspiro contra mi dedo terminan de apagarse ya estoy terminando de acercarme, poniendo una vez más frente contra frente.

—Me miras —le digo en un susurro mientras nuestros cuatro ojos se convierten en sólo dos—, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, —Me habría gustado que esa palabra pronunciada por vez primera, «cíclope», coincidiera con el momento en que nuestros ojos cambiasen, pero no ha habido ensayos con los que tomar medidas. Mejor así— nos miramos cada vez más de cerca —continúo con una sonrisa tan grande que casi no me cabe en la cara. Mientras tanto mis dedos juegan en los suyos, acariciándolos, enredándose y enraizándose en ellos— y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, —enuncio antes de detenerme para emitir un suspiro contra sus labios que es casi un jadeo, sabiendo lo que viene ahora. Me contengo un instante alimentando ese momento, creyéndome conscientes de lo que Cortázar quiso decir en su día y llevándolo a cabo. Y antes de darme cuenta estoy rozando su boca con la mía, con las siguientes palabras en la cabeza y una sed infinita en la garganta. El susurro de mis siguientes palabras es casi inaudible, pero ahora que sé que ella conoce el texto como para corregirlo sé que no necesitará más para distinguirlas — las bocas se encuentran —digo, enredando la mano que antes estaba con sus labios en su nuca y encajando mi boca y la suya abiertas por un momento sin llegar a besarla. Me muevo entonces, encajándolas de nuevo como si eso fuera necesario para continuar, y luego otra vez más — y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios.

Para ese momento me doy cuenta de que mi respiración se va volviendo entrecortada y de que mis dedos han reptado por su brazo hasta agarrar primero su codo y luego su cintura. Poco a poco me doy cuenta de que este puede ser el mejor momento y lugar para empezar ese texto, pero desde luego no para acabarlo. Aún así respiro un aliento que ya empiezo a conocer tras encontrarlo tantas veces en un par de semanas que uno se preguntaría qué deseamos respirar realmente. Me quedo ahí, quieto mientras los segundos se deslizan por nuestra piel, hasta que empieza a hacerse evidente que continuaría recitando ese texto sin utilizar las palabras.

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02/03/2016, 03:10
Nicole Nazar

Su voz me transporta y sus ojos me mantienen hipnotizada y clavada en el sitio. Hay un momento de lucidez, en el que me pregunto por qué se molesta en hacer esto conmigo cuando seguramente podría tener a sus pies a multitud de fans enloquecidas, pero se desvanece por completo en cuanto sus labios rozan los míos. Siento miedo de estropearlo todo si me muevo, así que durante varios segundos me quedo quieta, participando apenas de ese juego en el que nos ha convertido en una representación de sus palabras que no son suyas, pero que casi parecen nuestras. 

La expectación despereza algo en mi sangre lentamente y un latido denso se extiende por mis brazos y por mis piernas hasta llegar a mi vientre. Contengo el aliento, perdida en sus pupilas que ahora son una sola, decidida a no moverme para no quebrar el momento. Sin embargo, llega un momento en que mi autocontrol no es suficiente y cedo a la tentación. Un momento en que cierro los ojos mientras mi mano busca su cintura primero y su nuca después. Uno en el que mis labios empiezan a moverse al ritmo que marca el palpitar de mi sangre, continuando con las palabras que deberían seguir a las anteriores, pero sin que sean pronunciadas. Uno en el que las ganas pueden a la razón.

Pero hay un lugar de mi mente que todavía no se ha desligado de la realidad y que lucha por abrirse camino en la nebulosa que hay ahora en mi cabeza. Tira de mi conciencia y me recuerda que soy una adulta responsable, que debo dar ejemplo, que estoy en un lugar público.

Tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para separarme unos centímetros, soltando la piel de su cuello y lamentando abandonar sus labios. Y cuando nuestros ojos se cruzan de nuevo los míos están oscurecidos y brillantes y mis mejillas sonrosadas. Mi respiración está agitada y me repaso los labios con la lengua, humedeciéndolos y recogiendo un sabor que ya me es familiar. 

No digo nada, porque tengo la sensación de que si intento hablar va a ser para arrastrar a Austin a los baños. Y sé que a partir de ahí perdería por completo el control de la situación. Elevo despacio mi mano hasta acariciar mis propios labios con la punta de los dedos, en un completo silencio que no me siento capaz de romper.

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02/03/2016, 03:56
Austin Garret-Jolley

Siento un elástico entre nosotros tensándose con cada segundo que pasa, aunque no sé si es el que nos une o el que nos separa. Siento esa misma tensión aumentar mientras la mano de Nicole me roza, erizando mi piel y mi alma. Y siento ese mismo elástico romperse en el momento en que ambos continuamos dando sentido a las palabras.

En el momento en que ella se separa me quedo mirándola unos segundos, palpitante. No tengo ni las más mínimas ganas de soltarla. Una vez más, como tras su clase, lo inesperado ha sucedido. Y una vez más al igual que entonces ha acabado con nuestras bocas encontrándose como si fueran oleaje.

Al encontrarme con sus ojos así, tan oscurecidos de repente, ese elástico que creía roto vuelve a tensarse dentro de mí. Ya no noto su mano, pero sí su ausencia acariciándome. La forma que tiene de humedecerse los labios es tentadora, y por un momento debo recordarme cuándo y dónde estamos para no morder esa lengua que los repasa. O ese dedo que hace lo mismo después. O el otro. O cualquiera de los cien que parece poseer.

Tardo varios segundos en hablar. Segundos eternos, en los que ni la expectación ni las ganas decrecen lo más mínimo. Mis ojos bailan entre sus dedos, sus ojos y sus labios y mi respiración alterada quiere acariciarlos todos.

—¿Ahora mejor? —consigo decir al final sin soltar su mirada, dando por hecho que esta vez le habrá gustado más el texto.

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02/03/2016, 04:18
Nicole Nazar

Tomo aire al sentir su mirada intensa sobre mí y me obligo a dar un pequeño paso en el sentido inverso al que me piden mis labios. Su susurro llega entonces y una sonrisa se ladea en mi boca, divertida. 

Mucho mejor —respondo, en un tono tan bajo como el suyo, todavía con la respiración alterada y los ojos brillantes—. Ni punto de comparación. 

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02/03/2016, 04:25
Austin Garret-Jolley

Una versión fantasma de mí mismo avanza en la dirección de Nicole en el mismo momento en que ella se aleja. La sonrisa de mi boca se ladea entonces, colocándose paralela a la suya, y al escuchar sus palabras siento ganas de mostrarle hasta qué punto puede ser mejor esta forma. Hilos plateados me traen imágenes de futuros posibles, y en muy pocos de ellos los chavales salen demasiado pronto de hacer sus cosas. Siendo sinceros para mí tampoco sería un problema que nos vieran, pero seguro que eso es algo a lo que ella da importancia.

—Si no fueras la responsable de la excursión... —murmuro sin soltar su mirada con un tono grave, aún recuperando mi respiración y volviendo a meterla dentro de mis pulmones—. Entonces te diría que hasta ahora nos hemos tomado siempre nuestro tiempo cada vez que nos hemos encontrado, pero que va siendo momento de comprobar cómo de rápido podemos hacerlo —le digo sin pensar demasiado, sufriendo o disfrutando una vez más de que mi lengua vaya por delante—. Y luego además te preguntaría si eres «Cap», o «Pas Cap», y sólo habría una respuesta posible.

—Por eso es una suerte que tú seas la responsable —afirmo vibrante—. Porque si no no sé dónde acabaríamos.

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02/03/2016, 04:42
Nicole Nazar

Un escalofrío recorre mis hombros y siento cómo cada centímetro se eriza al arrullo de su voz, capaz de cortarme el aliento con apenas un par de frases. Mi sangre parece latir en una dirección y el aire abandona mis pulmones de una forma errática. Sigo en silencio, temerosa de que mis palabras, de haberlas, tan sólo tuvieran como objetivo convertir en futuro ese condicional.

Pero con las últimas que él pronuncia mis ojos se mueven sin pedir permiso, escapando a duras penas de la prisión cálida y confortable que son las pupilas de Austin. Buscan la puerta de esos baños que podrían ser un refugio si yo no fuera la responsable de la excursión y Austin hubiera pronunciado esas palabras que no va a pronunciar a pesar de haberlas dicho.

Trago saliva despacio cuando vuelvo a mirarlo. Y cuando por fin hablo, mi voz es más ronca de lo que esperaba. 

—Supongo entonces —empiezo despacio— que tendré que agradecerle al director Higgins el dudoso honor de ser la maldita responsable. 

Y cuando termino, sonrío de medio lado con cierta complicidad, haciendo un esfuerzo por apaciguar mi respiración y mis ánimos. 

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02/03/2016, 05:08
Austin Garret-Jolley

Durante los segundos que pasan desde que mis palabras abandonan mis labios hasta que sus ojos hacen lo propio con los míos toda mi tensión se mantiene constante y a punto de estallar. Pero más aún lo hace cuando me doy cuenta de que adonde ha mirado es al cuarto de baño, dándome una serie de ideas que no había valorado o querido valorar.

Escucho entonces su voz y observo su sonrisa, ladeada y cómplice, y aunque no llego a calmarme todavía sí que logro empezar a encauzarme.

—Sí, tendrás que hacerlo —respondo—. De hecho te invito a que lo hagas cuando volvamos, y conmigo delante —le propongo antes de hacer un gesto cómplice—. Será divertido.

Dicho eso emito un largo suspiro y empiezo a relajar un poco mis hombros. De manera consciente decido entrelazar mis dedos y estirarme, intentando cortar el momento para no arrastrarla hasta el baño que sus ojos —o su alma, según se mire— me han señalado. Aún así en mi mente esto no es más que un aplazamiento.

—¿Quieres ir a ver qué hacen? —propongo entonces, consciente de que como sigamos a solas es sólo cuestión de minutos que mi lengua acabe en su garganta.

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02/03/2016, 05:24
Nicole Nazar

Una risa suave abandona mi garganta con su petición de estar presente ante el director Higgins, pero todavía siento la tensión latente en el ambiente, pendiente toda mi atención de su mirada y sus palabras. 

Cuando hace esa propuesta, me apresuro a asentir con la cabeza. No se me ocurre una forma mejor de despejar la expectante lujuria que amenaza con supurar de mis poros para impregnarse a mi piel. 

—Claro, vamos . A lo mejor están haciendo actividades sobre ti y te lo estás perdiendo —digo con aire divertido, empezando a poner mi cuerpo en movimiento, pero dejándome atrás el pensamiento.

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02/03/2016, 13:35
Austin Garret-Jolley

Al ver que la situación parece perder densidad dedico a Nicole una sonrisa. Las ganas se concentran en un punto de mi estómago, como una pastilla concentrada de esas con las que comen los astronautas una comida entera, y así las cosas vuelven a fluir, dejando sólo la complicidad tras ellas.

La respuesta de Nicole me arranca una mueca divertida. Eso sí sería un poco raro. Aunque no puedo evitar que me haga gracia la idea de que les pregunten cosas de mí y ellos, conociéndome, sorprendan a la guía.

—Uf, espero que no —le digo entonces, empezando a caminar con ella. Mis pasos son igual de vaporosos que de costumbre, pero mucho más lentos, como si realmente no quisiera separarme mucho de los fantasmas con nuestras formas que, tras nosotros, siguen besándose —. Eso sí sería un poco raro aseguro. Antes de seguir encaminándonos a la sala de actividades, sin embargo, llevo mi mano un instante a la cintura de Nicole, como si la rodease por la espalda, y dejo un mordisco amistoso en un punto entre su hombro y su cuello. No deja de ser una réplica inconsciente de lo que hice días atrás, al irme de su clase, como si al menos esa despedida fuera merecida y necesaria.

En cuanto entramos en la sala y vemos que están casi a oscuras, proyectando obras de distintos autores, camino en silencio en busca de un sitio libre. Parecen estar debatiendo sobre la calidad de distintas obras y lo que transmiten a unos y otros, y eso es genial. Tras un gesto de saludo a los críos hago otro a Nicole para que se siente conmigo y permanezco atento, con la clara intención de aprender de los chavales.

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02/03/2016, 15:30
Nicole Nazar

Mi cuello reacciona a ese mordisco, creando pequeños escalofríos que se extienden en todas las direcciones. Y no digo nada al respecto, pero sí le dedico a Austin-dientes-flojos una mirada que todavía no se ha librado del todo de la intensidad de unos minutos atrás.

Entro en la sala en silencio, barriendo con la mirada y sintiéndome orgullosa al ver que todos están comportándose tan bien. Son geniales. Y los profesores que dicen que no es porque no tienen ni idea. Saco el móvil y desde la pared hago un par de fotos sin flash, de sus caras iluminadas por la luz del proyector. 

Después busco a Austin con la mirada y, al ver su gesto, camino hacia él con intención de sentarme a su lado y escuchar con interés lo que todos dicen, aunque no me entere de mucho. 

Sin embargo, la mente se me va enseguida y paso a darle vueltas a todas las cosas raras e intensas que están pasando hoy en lo que yo habría esperado que fuese una excursión normal. Dedico entonces un vistazo de reojo a Austin, estudiando su perfil en la penumbra. De alguna manera, parece que con este chico las cosas nunca son normales. 

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02/03/2016, 15:48
Austin Garret-Jolley

Con los ojos brillantes y una sonrisa perenne voy escuchando las opiniones de los chicos mientras pasan por diferentes obras, desde las más clásicas a las más modernas. Me gusta ver que la mayoría no están atados a la concepción de que lo realista es lo mejor, aunque supongo que tiene que ver con la exposición que acaban de ver. Al final, conforme pasan los minutos, acabo por meter baza alguna vez, dando mi opinión, y lo hago como si fuera uno más de ellos y mis palabras no fueran más valiosas ni más llenas de razón. Además, en estas cosas al final hay que tener criterio, sí, pero el gusto y la sensibilidad de cada uno influye mucho.

De vez en cuando desvío mis ojos hacia Nicole, y cuando la pillo mirándome le dedico una sonrisa. Alguna vez, incluso, un empujón amistoso.

Para cuando un rato más tarde la guía resume las conclusiones del grupo en que todos los estilos son válidos y que lo que es necesario para acabar pintando algo de calidad es trabajo duro asiento con una sonrisa, satisfecho.

Al final, cuando los chicos empiezan a ponerse en pie y la guía anuncia que tienen aún un pequeño rato para echar un segundo vistazo a las partes que más les hayan gustado de la exposición, ahora por libre, yo me acerco a ella con los ojos brillantes. La conversación dura apenas unos minutos que empleo en felicitarla y agradecerle lo que ha hecho. Río dando otro nombre cuando me pregunta por mi visión de la exposición y qué autor me ha gustado más, y al final acabo por despedirme de ella y salir de la sala.

—Dicen por ahí que es el mejor grupo que han recibido en meses —comento sonriente al reunirme con Nicole más tarde, dando por hecho que la guía lo ha dicho en serio, y no por peloteo o algo parecido.

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02/03/2016, 16:07
Nicole Nazar

Cuando el debate termina salgo con los chicos, escuchando lo que algunos me comentan y vigilando que se mantengan dentro de la galería en este rato libre. Por mi parte, aprovecho para dar otra vuelta rápida por la exposición haciendo fotos de los chicos mirando las obras. Para el archivo del instituto. Y al final no lo puedo evitar y termino mirando de lejos otra vez ese cuadro, fijándome en quién lo mira y esperando que nadie se ilumine y me reconozca. 

Al sentir la presencia de Austin cerca, me giro hacia él con una sonrisa y me hincho de satisfacción con lo que dice.

—Es que son los mejores —aseguro con lo más parecido a un orgullo maternal que espero tener jamás. Entonces miro mi reloj para informar—. Dentro de quince minutos estará el autocar en la puerta. Así que si quieres ver algo otra vez, no te lo pienses mucho. 

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02/03/2016, 16:34
Austin Garret-Jolley

Asiento con las primeras palabras de Nicole. He coincidido lo suficiente con estos chavales para saber que hoy, aquí y ahora, es verdad: son los mejores. Sin embargo con sus siguientes palabras ladeo un poco la cabeza mientras me hago consciente de que en quince minutos podría resolver algo pendiente.

—Mmmmm... —murmuro sin disimular que algo me está rondando—. No tendrás cosas de maquillaje en el bolso, ¿verdad? —pregunto.