Tras descubrir el acceso secreto en el pasillo del hall, descendisteis hasta llegar a otra sección del castillo. Se trataba de la capilla; pensasteis que probablemente estaríais en el sitio más hermoso de todo el castillo. Todo bien iluminado, con enormes estatuas de vírgenes, vidrieras que representaban pasajes de la biblia y alfombras rojas que adornaban el suelo. Sin embargo, según avanzabais por los distintos pasillos de la capilla os dabais cuenta que siempre volvéis al mismo sitio ¿se trata de un laberinto? Además, el ambiente se vuelve cada vez más angustioso, como si os faltase el aire... ¿habíais caído en una trampa del señor de las tinieblas? para colmo en el momento que atravesasteis el cristal, éste se volvió opaco imposibilitando dar marcha atrás.
Comenzasteis a notar vuestro corazón latir a gran velocidad.
No sabéis si es por el estrés de la situación, pero comenzáis a notar que os comienza a faltar el aire. A medida que vais andando por las galerías os dais cuenta que estáis absolutamente perdidos en aquella capilla. Quizás el mayor peligro del castillo de dracula no sean sus monstruos, sino el castillo en sí.
Narrad vuestras impresiones y haced una tirada de percepción ()
Finalmente avanzamos hacia el interior de la Capilla, curiosamente aquel lugar me da menos paz que cualquier otro. No sé, casi que prefiero ver algún bicho de Drácula y no aquel silencio agobiante que te mantiene en la incertidumbre. Ya muy orgulloso de la valentía que tienen las Señoritas, camino por aquel lugar y noto que me falta el aire. No me da buen rollo esto.
- Soy yo con falta de ejercicio o aquí pasa algo. - comento y desvío la mirada hacia ellas. - Este lugar puede ser una trampa en si, no toquen nada y alerta.
Tras aquel consejo, noto que de alguna manera, siempre volvemos al mismo lugar. Lo cual no es nada bueno. Así que hago una marca en el vidrio para reconocer si ya estuve por ahí.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d6
Resultado: 4 [4]
El camino hasta la especie de capilla transcurre en silencio y sin sobresaltos. Pero hay un problema; un gran problema más bien. Pese a que la decoración del lugar es bonita y desde luego me siento más cómoda entre estatuas de vírgenes o escenas de la Biblia, parece que siempre volvemos al mismo punto tras caminar un rato. "¿Será un espejismo?" -me pregunto mirando a mi alrededor, por si veo algo que no encaje. Este castillo esconde toda clase de sorpresas y en este caso no está siendo distinto.
-C-creo que... nos hemos... perdido -respiro dificultosamente-. Si no averiguamos el modo de orientarnos... nos... nos quedaremos sin aire -trato de inhalar una nueva bocanada de oxígeno que me permita sentirme mejor, pero la sensación ahí es extraña y me empiezo a desconcentrar.
Motivo: Percepción
Tirada: 3d6
Resultado: 1, 3, 6 (Suma: 10)
Buenas noches Dedrith. Necesito saber si realmente tienes tiempo para seguir con la partida. Sé que andas liada por el trabajo, pero hay situaciones donde puedo saltarte el turno sin que "afecte", y otras donde tu participación es más crítica.
Si tienes algún problema me lo comentas, que hay confianza. Pero es como lo decía en las normas, ya no es por mi, es por los compañeros.
Ya me vas comentando
¡Un beso y ánimo!
Buenas, agradezco vuestra paciencia.
Ando hablando con Dedrith para saber si va bien de tiempo. No quiero que penséis que estoy dejando de lado la partida, pero estaba esperando a que ella postease y no sé realmente si le está siendo complicado a nuestra compañera.
Gracias por la comprensión.
Camina despacio por la capilla, ciertamente no es un lugar que tranquilice, aunque igual debería serlo, quizás en otras circunstancias y en otro lugar que no fuese ese maldito castillo. Por mas que caminaban, no parecía cambiar nada, casi como si no avanzasen, como si volviesen siempre al punto de partida, y había algo más.... les faltaba el aire, parecía como si estuviesen bajando y según bajaban escaseaba el aire, pero no llegaban a ningún sitio nuevo.
Se apoyo en una pared para intentar respirar -Respirad despacio....- dijo intentando tomar una bocanada de aire que nunca llego.
Motivo: Percepción
Tirada: 3d6
Resultado: 2, 1, 6 (Suma: 9)
Siguiendo las indicaciones de Crysta el grupo continuó avanzando por la capilla usando como brújula unas pequeñas corrientes de aire que se encontraban entre muros ilusorios.
Parecía que a cada paso que dabais todo se volvía más normal. ¿Habíais superado una trampa mortal? Era posible, pero no todo había acabado allí ya que todavía se necesitaba encontrar una nueva salida para dar con el responsable de la aparición del castillo.
Pocos minutos más tarde descubristeis dentro de la capilla una sala donde había un gigantesco crucifijo dorado con la imagen de Jesucristo ya muerto tras la sagrada lanzada. Bajo la cruz, un elaborado y espléndido órgano con su teclado al descubierto y un libro de partituras abierto sobre él.
En la partitura venía el nombre de la pieza para tocar en el órgano, el nombre era "Tocata y Fuga" por M. Cronqvist.
¡Habéis conseguido avanzar por la trampa de la capilla a la primera!
Ahora debéis narrar vuestras impresiones y como llegáis a la sala del órgano.
¿Qué opciones tenéis?
Ignorar el órgano y dar marcha atrás para intentar buscar el espejo que os devuelva al camino principal
Intentar tocar el órgano, de forma lenta y pausada con tal de no cometer ningún error de la partitura
Intentar tocar la partitura, dejándose llevar por la emoción y la pasión y sin seguir la partitura
Tras superar aquella trampa, respiro profundo y me rasco la cabeza un tanto pensativo. Esto no para, recién comenzamos en este Castillo y no quiero imaginar todo lo que podemos encontrarnos. Así que con mi látigo enrollado en la mano, decido avanzar a paso tranquilo luego de haber recuperado el aire.
- Gracias. - digo a Crysta.
Una vez avanzamos, tenemos delante aquel sector donde un órgano se encuentra allí. No tengo mucho conocimiento en el instrumento, ni puta idea de cómo son los compases y como ejecutar algo semejante sin que se convierta en la melodía del infierno y avive tantos demonios como suelo tener en mi interior.
- ¿Alguna tiene un poco de mano con esto? - pregunto. - Yo no tengo problema, lo intento ahora pero ya les digo que soy un desastre...
Tras aclarar aquello, me dispongo a tomar asiento y colocar las manos sobre las teclas.
Intentar tocar el órgano, de forma lenta y pausada con tal de no cometer ningún error de la partitura -> esa opción elijo.
A cada paso que dábamos notaba que me costaba cada vez más respirar y el pensamiento de que desfallecería en cualquier momento rondaba mi cabeza. En un atisbo de lucidez, Crysta encontró una senda con unas suaves corrientes de aire; a medida que las seguíamos, recuperaba el oxígeno perdido y me encontraba mejor. Menos mal que la hechicera había sabido orientarse, de lo contrario no lo hubiésemos contado. Me santiguo ante la enorme efigie de Jesucristo, pensando que la fe es una de las pocas cosas que me quedan en esta dura situación y que me empujan a continuar en este viaje. Miro el imponente órgano mordiendo mi labio inferior, qué lástima no saber tocarlo...
-Habiendo vivido la mayor parte de mi vida en el bosque y alejada de la aldea, no he podido aprender sobre muchos aspectos y costumbres cotidianas -confieso con una tímida sonrisa-. Probad vos, la música es medicina para el alma... si está bien ejecutada.
Alegre de haber encontrado una salida aquel laberinto y por fin aire, siguieron avanzando y... ¿un órgano? y una cruz, todo allí era bastante raro, demasiadas cosas santas había allí y sabía que todo podía ser allí menos santo -Estad alerta, esto no me gusta- miro el órgano, no era el primero que veía pero tocarlo.... era otra cosa. Miro a Trevor y asintió -adelante, tu mismo- le animo a tocar el instrumento, no tenían mucho más que hacer allí y sin duda estaba para eso.
De repente pasó algo con lo que no contabais, la imagen del órgano con la partitura comenzó a moverse... a parpadear; era como si se tratara de una especie de espejismo o algo similar...
En un abrir y cerrar de ojos el órgano desapareció y en su lugar visteis a un hombre tendido en el suelo con los ojos cerrados. No sabías si estaba inconsciente, dormido o muerto. Desde vuestra posición no pudisteis verle bien el rostro, pero sus ropajes eran sencillos, como los de cualquier hombre de pueblo...
Pocos segundos más tarde, el hombre reaccionó ante la presencia de Alexandra, lentamente comenzó a abrir los ojos y a tragar saliva
- Do... ¿dónde estoy? - comentó aún confuso
Los ojos del hombre se abrieron de par en par en cuanto vio a su mujer.
- ¿Alexandra? ¿Estás aquí? - de repente comenzó a llorar.
- Yo... yo... estaba en casa...y... y de repente... fue... fue horrible - sus lágrimas no paraban de brotar, parecía que llevaba en su interior una gran angustia.
El hombre aún se encontraba muy nervioso por lo sucedido, no sabía exactamente donde estaba pero tenía una cosa clara, confiaba en ustedes.
- Amor... de no ser por ti ahora estaría muerto - comentó mientras le dedicaba una sonrisa a su esposa.
- Por favor, quiero regresar a nuestro hogar... y si habéis venido para acabar con el mal de este castillo me marcharé solo, lo entenderé. Nada me detendrá ahora que soy libre - después cogió aire y comenzó a levantarse.
Debéis narrar vuestras impresiones, pero Alexandra tendrá que tomar una difícil decisión:
Abandonar el castillo junto a Alphonse, su marido.
Dejar que Alphonse regrese por su cuenta y continuar con Crysta y Trevor
Jamás hubiera imaginado que detrás de mi horrible ejecución, se encuentra el esposo de aquella mujer. Si bien uno debe creer en el destino y sus vicisitudes, esta vez me ha sorprendido en demasía. Más allá de lo perturbador que me suena todo esto, considerando lo que es estar en terreno de Drácula.
Ya dejando a la pareja que se reencuentre porque vamos no quiero meterme en donde no me llaman, desvío la mirada a Crysta, pensando en todo esto. Más que nada porque yo quiero seguir, si bien Alexandra ya cumplió su objetivo y puede retirarse en paz si le apetece, en mi caso estoy recién comenzando todo.
- A tu rollo mujer, yo seguiré. - digo sincero.
No sirvo para estas cosas, menos para las despedidas o los reencuentros románticos.
Yo continúo. :)
Sonrió alegremente cuando vio que Alexandra se encontraba con su marido finalmente, le producía alegría porque no las tenia todas consigo cuando dijeron de encontrarlo y con vida, pero se alegraba muchisimo por ambos, ahora podrían volver a casa, sanos y salvos.
Miro a Trevor -no te dejare solo, a ver como podrías salir de aquí sin mi- le guiño. Miro a Alexandra -no tienes ningún tipo de acuerdo, ni deuda con nosotros, si quieres volver con tu marido, te apoyamos en ello, de hecho lo recomendaría, lo has encontrado, no es lo más sabio dejarlo solo nuevamente- le sonrió sincera a ambos.
Voy con Trevor
Realmente la pregunta va por Alexandra, es evidente que los dos mejores cazavampiros van a seguir hasta el final jaja
¿Si me voy con Alphonse se acaba mi participación en la partida? :/
Aunque me encantaría, no puedo responder a esa pregunta XD
Toma la decisión que tomaría tu personaje, es el único consejo que puedo darte.
Cuando Trevor empieza a tocar la partitura de forma precisa pero lenta, supongo que no sucederá nada relevante. Pero de repente es como si el órgano se tratase de otra ilusión y desaparece misteriosamente, dejando ver tras ese rastro borroso a un hombre que yace en el suelo, de espaldas y acurrucado. Sus ropajes son como... como los de mi marido. El corazón comienza a palpitarme con más fuerza y el pulso se me acelera, mientras un par de lágrimas brotan de mis ojos. Y entonces se gira. Está aquí, no lo puedo creer... ¡Hemos encontrado a Alphonse! Corro a su encuentro, fundiéndome en un cálido abrazo con él. Lloro sobre su hombro; son lágrimas de pura alegría.
-Cariño, no podía dejar que te sucediera nada... ¿Estás bien? -pregunto aferrándome con vigor a su cuerpo, deseando que se congele el tiempo ahora mismo. Trato de calmar su llanto con palabras alentadoras-. Tranquilo amor, ya estamos juntos. No dejaré que te vuelvan a hacer daño -le doy un tierno beso en los labios antes de girarme hacia los dos aventureros que me han ayudado a reunirme de nuevo con mi cónyuge-. Gracias por todo, estimados. No olvidaré nunca que me brindárais vuestro apoyo. Espero que tengáis suerte en vuestra misión y que, si nuestros caminos se vuelven a cruzar, sea para prepararos un rico estofado de venado característico de la región -dibujo una sonrisa de alivio en mi rostro.
Alzo una mano despidiéndome de Trevor y Crysta, inmensamente agradecida por su ayuda. Nunca hubiese llegado hasta aquí de no ser por ellos. El dolor del brazo parece que ha remitido por la felicidad que me embarga; así que cargo una flecha en el arco y le cedo el hacha a Alphonse mientras me preparo para retornar a casa. Es la hora de volver a nuestro hogar.
Me da pena separarme, pero es lo más lógico si me pongo en la piel de mi personaje :_)
Parece que Alexandra se separará del grupo para regresar con su marido ¿queréis decirle algo antes de la despedida?
- El amor... - digo al sonreír. - Disfruta de tu esposo y me alegro de que todo haya salido bien. Ahora nos toca seguir jugando en el Castillo.
Me despido de Alexandra y en un descuido de Crysta, la cojo de la mano para que a través de un tirón termine muy cerca mío.
- ¿Decías? Ahora solos, puedo darte todos los besos que me apetece. - bromeo y le guiño un ojo.
Tras soltarla, hago una reverencia hacia la mujer y su esposo, ya dispuesto a continuar aquel camino junto a la pequeña oradora. Si bien nuestras familias siempre han estado unidas de alguna manera, no puedo negar el atractivos de la mujer y también lo peligrosa que puede ser.
El impulso de Trevor la cogió totalmente desprevenida y su cercanía la puso nerviosa, hasta que escucho sus palabras y pudo responder -En tus sueños...-dijo intentando apartarse de él pero sin mucho ímpetu. No podía negar ahora que estaba cerca de él, que algo tenia.... no sabia que pero algo atrayente tenia, no era solo su físico, que no era para nada desagradable, era algo en su forma de ser.... meneo la cabeza para dejar de pensar en eso, que no era para nada apropiado en es momento, ni lugar.
Miro a la pareja -tened mucho cuidado y si nos necesitéis, gritad- les sonrió a ambos -iría con vosotros por su necesitáis ayuda, pero este cabeza hueca no sabría sobrevivir sin mi- dijo riendo suavemente.