Partida Rol por web

Y para terminar, me ha parecido muy sospechosa la actitud del capitán, mi viejo compañero de melopeas. Apenas ha intervenido y lo ha hecho para defender a don Belmonte y atacar a don Miguel, siempre de forma soterrada.

Creo que cuando sepamos por seguro si don Belmonte y don Miguel son inocentes o culpables podremos atar muchos cabos.

Si don Miguel fuese inocente, la agresividad de Mireille bien podría estar dirigida a cobrarse otra vida inocente. Sería algo demasiado evidente, sería mucho más propio de un lobo atacar de forma discreta, como ha hecho el capitán... pero hablamos de la misma persona que ha propuesto algo tan poco discreto como que la alcaldesa vote la primera, lo que pone en peligro a los aldeanos y especialmente al anciano, quien morirá de darse otro empate que así podría forzarse.

Por otro lado, si Miguel escondiese un ser vil dentro de él, sus infames aliados podrían querer protegerse a través de su sacrificio. Especialmente al principio del día de hoy, donde nadie daba un real por su supervivencia...

Me gustaría recordar lo dicho por Serafín: resulta extraño que Catalina se haya sentido indispuesta precisamente esta noche. Catalina que tampoco se significa... aunque podría ser porque se esté todavía reponiendo.

Me inclino por votar a don Francisco; aunque Mireille ha hecho muchos más méritos, la actitud del capitán es mucho más propia de la que yo esperaría de un lobo. Además, de lo contrario Mireille sería ajusticiada por demasiada ventaja y no habría una deliberación real en donde se pueda discernir humano de lobo.

No se lo tome a mal, don Francisco... vos sabéis que no es nada personal.

Escuchó todas las intervenciones, en especial a Diego y Rodrigo Belmonte.

-No sé muy bien de qué va la cosa, Miguel, pero si necesita que varios aldeanos le demos nuestra aprovación para decir algo que ayude a los aldeanos en vez de a los lobos, cuente conmigo también.

- Don Diego, entiendo de su desconfianza completamenten. Si pudiera hacer algo para probarme inocente ante el pueblo, cualesquiera idea, estaré encantado de poner mi empeño en ello. Yo a usted le tengo confianza pues habla en pro del pueblo creo... Demasiado cariño le tengo como para pensar que fuera lobo, pues recuerdo sus muchas historias para instruirnos a mi y otros pueblerinos analfabetos... su matemática y su oratoria, sus intructivas lecciones de reyes y reinas, como Carlos II que le decían el Malo o su hija Juana que nos salió consorte sajona. Bien Malo debió de ser tal padre para que se fuera de este país, como dijísteis, - rie a carcajadas por breves momentos- o sus épicas historias del Cid Campeador. Por cosas así de verdad que espero que no seais can mi buen Diego, y que podamos trabajar juntos, vos, yo y todos los buenos de este pueblo, en salvarlo.

Yo miraba con expectación todo lo que ocurría. De nuevo el sol empezaba a ponerse... quedaba poco tiempo y la mitad de un pueblo más en guerra que nunca faltaba por emitir su miga de pan... 

​

Don Miguel, opino que si decide revelar a quién admira debería hacerlo antes de que caiga la noche. Me pregunto también por qué hay gente que, aunque aparentemente tiene claro su voto, aún no lo emite. Como garantía ya tenemos a nuestra alcaldesa, así que no veo razón para esperar a última hora.

Hago recuento.

5- Mireille de Remu: Miguel de León (4), Adela Lastra (6), Lázaro (9), Rodrigo de Pies Oscuros (10), Pedro Montes (12)

2- Ramiro Benavente: Fray Olegario (1), Mireille de Remu (3)

2- Fco. Fdez. de Córdoba: María de Vellí (5), Mª Lucrecia Comares (11)

2- Fray Olegario: Ramiro Benavente (7), Rodrigo Belmonte (8)

1- Rodrigo Belmonte: Bartolomé de Castro (2)

Faltan 6: *Inés de Suárez (x2), Catalina Rodríguez, Diego de Narváez, Fco. Fdez. de Córdoba y Serafín Grimón.

Tras pensarlo, tanto me da doña Mireille como don Francisco, los dos son sospechosos... pero como si votase ahora a Mireille estaría sentenciando prácticamente la votación, votaré a nuestro capitán.

Quedamos Catalina, Francisco, Serafín y servidora... si no nos fallan las cuentas.

El recuento está así:

5 - Mireille de Remu: Miguel de León (4), Adela Lastra (6), Lázaro (9), Rodrigo de pies Oscuros (10), Pedro Montes (12)
3 - Francisco Fernández de Córdoba: María de Vellí (5), María Lucrecia (11), Diego de Narváez (13)
2 - Ramiro Benavente: Fray Olegario (1), Mireille de Remu (3)
2 - Fray Olegario: Ramiro Benavente (7), Rodrigo Belmonte (8)
1 - Rodrigo Belmonte: Bartolomé (2)

Señores, les estamos esperando...

Doña Adela, si fuera por mi no lo revelaría, y le explico las razones.

Si la persona a la que admiro fuera lobo, lo mas probable es que no me devoren por el hecho de tener un suplente y llegado el caso de descubrirlo sería linchado de seguro, con lo que ganarían una ronda o la bruja debería usar su poción para compensar.

Ahora, si fuera aldeano común puede que los lobos, al tener la certeza de que no tratan con la bruja ni el cazador, me consideren una presa segura, y un aldeano menos. Aunque es cierto también que por otro lado quieran elegir eliminar a una presa mas suculenta, como la adivina, teniendome por seguro.

Si aquella persona tuviera facultades extraordinarias quedaría muy expuesto, desnudo casi.

Así que ya ves, mis expectativas de vida no parecen muy grandes si lo revelo, pero por otro lado, y al haber sobre mi tantas miradas, perdería la poca credibilidad que me podido construir a base (a mi humilde entender) de exponer todos mis pensamientos y aún de revelar mis conocimientos. No decirlo, creo, también me perjudicaría.

Y es por eso que apelé a que un grupo lo suficientemente grande de vecinos avale la medida. En primer lugar, para que con su decisión se hagan responsables de haberme expuesto de tal forma, y en segundo, con la sospecha de que si no es así se tengan mas datos a la hora de buscar lupinos, ya que conocer identidades ocultas, a mi entender, los favorece mas a ellos que a las gentes de bien. Y esto es porque ellos ya se conocen entre ellos, y aportarles mas información los haría mas fuertes.

Dicho esto, pido a los demás que sopesen bien las consecuencias de pedirme tal revelación.

Don Miguel. Yo no he dicho nada al respecto porque no estaba muy segura de qué decirle. Pero tras escuchar sus palabras opino que teniendo la posibilidad, por remota que sea, de que usted haya admirado a alguien con un papel beneficioso para los aldeanos, no creo que deba revelar nada. Cierto es que puede haber admirado a un lobo sin saberlo, pero en mi opinión es un riesgo que podríamos asumir a cambio de una pequeñísima posibilidad de ampliar la vida de la vidente, la bruja, o cualquier otra persona con facultades positivas en caso de que sean asesinados.

Lo que sí le pido es que, si decide revelarlo, lo haga hoy y no mañana por las razones que ya he explicado antes.

Doña Adela, he buscado en actas y no encuentro tales razones, le pido me disculpe.

La única posible razón que ahora se me ocurre podría ser, o bien que fuera uno de los señalados en las votaciones, o, en mucha menor medida pues no tendría consecuencias, en el comentario de doña Mireille de que la siga adonde va, y si se llegara a dar que fuera lupina, eso sería una clara señal para sus posibles compañeros.

La joven viuda se debatía consigo misma todo el tiempo, escuchando todas las palabras de la gente con suma atención, especialmente las breves pero mordaces intervenciones del pequeño pies negros, que le hacía asomar un atisbo de sonrisa que bien venía en esas horas tan aciagas. Dispuesta a hacer todo lo posible por elegir la mejor opción. Tanto le daba vueltas, que de pronto se percató de que se le había pasado el tiempo y de que incluso algunos de sus conciudadanos mencionaban ya su nombre para apremiarla.

-Está bien, vecinos… -suspiró al final, aún dubitativa- si os soy sincera, aún no me encuentro bien del todo y tantas palabras, rodeos y devaneos me abruman. He de decir que nunca había conocido personas capaces de hablar tanto como algunos de mis vecinos… diciendo tan poco. Y tampoco personas capaces de hablar tan poco, diciendo realmente tanto. Ahora mismo, mis sospechas reposan en los hombros de tres de nuestros vecinos, así que me decantaré por uno de los tres, en este caso, Mireille de Remu, cuyas palabras, decisiones, apoyos y desacuerdos me han chocado, por resultarme repentinos… cuando menos, curiosos.

Don Miguel, es que es a los demás a quienes nos conviene que confiese, no a vos. Mírelo así:

Si usted se convierte en lobo, NECESITAMOS detectarle y eliminarle en seguida.

Si usted hereda un poder valioso (bruja, adivina, puta) será malo que lo sepan los lobos y en tal caso no conviene que se revele, pero (probablemente) podamos protegerle hasta tres turnos (puta-pócima de salvación-puta).

Al contrario que Adela, sopesando los posibles riesgos y beneficios, me parece conveniente para los demás que vos os reveléis. Aunque, claro está, puede salir mal.

Si vos admiráis a un aldeano, tenemos un inocente fijo a quien no votar. Esto aumenta la probabilidad de que demos con un lobo en las votaciones. Los lobos pueden devorarle para acabar con esto o intentar acabar con otro personaje más importante si creen saber quién es. Las cosas no cambian demasiado. En el peor de los casos, vos habríais conseguido un día más de vida para alguien con un don de utilidad.

En cambio, si vos no se revela, a no ser que herede un don especial, jamás podremos darle como inocente. Esto puede salirnos muy caro hacia el final de esta contienda.

Si usted admira a un inocente le conviene confesar, puesto que aumenta las probabilidades de que ganen los aldeanos y usted pierde o gana con nosotros. Si su admirado resulta ser un lobo, entonces no le conviene, porque usted ganará o perderá con ellos.

Señores, como he dicho mi voto estaría entre 3 personas y viendo cómo están las cosas me decantaré por la señorita Mireille. Sin embargo, sigo teniendo mis sospechas sobre mis otros dos mencionados. Veremos si el resultado de estas votaciones nos esclarecen algo más para el día de mañana.

Pues don Diego, en un gran aprieto me ha puesto.

Si admiro a un inocente, no se sabrá hasta que este muera, sabiendo los lobos que esa persona tiene reemplazo. Y esta última frase vale para todos, en realidad.

Comprendo la necesidad de que adviertan si me convierto en lobo, y ahí quiero apuntar y a eso apunta el compromiso que estoy dispuesto a asumir.

Pero esto se complica mas, lamentablemente para mi. Si yo admirara a alguien, a usted, por poner un ejemplo, y usted muere y resulta ser el adivino, ¿que seguridad tienen el resto de los vecinos en que he dicho la verdad cuando he revelado mis facultades? Ni así se aseguraría mi inocencia, y por el contrario, tal vez sumaría la complicación de que si se sigue sospechando de mi, unos pensarán y soy el adivino y otros que soy un farsante y el adivino es otro.

Lo que podríamos discutir, aunque preferiría no apurar la decisión, es que diga un gran número de vecinos a los que NO admiro, o un grupo pequeño entre los que SI está esa persona.

Y aparte, pues no sé si podré si de sobrevivir a la noche podré participar del debate de la forma de votación*, así que llegado el caso yo continuaría con las votaciones públicas, ya que una moción de confianza, como ha sugerido doña Inés, creo que beneficiaría a los lobos ya que de organizarse tendrían al menos un voto cada uno, y hay mas probabilidades de que caiga un aldeano. Creo que el voto de confianza serviría si se diera el caso de que queden pocas personas. El resto de las opciones de votación también, a mi entender, acarrean beneficios a nuestros peludos enemigos.

Don Diego de Narváez, encuentro que tiene usted razón también. No termino de posicionarme en cuanto a este tema (el de la revelación de don Miguel de León), por lo que no quisiera ser responsable de su decisión. En cualquier caso, hasta el momento casi nadie se ha pronunciado al respecto y quedan pocos minutos para que termine de caer el sol, así que no creo que vayamos a llegar a tiempo a ninguna conclusión...

Pues ya hay sentencia... Yo he de decir que estoy entre Mireille, el fraile o Don Francisco... Pero votaré por la señorita ya que es la que más cosas en contra le encuentro y poca defensa hoy...

Con respecto a lo que se está comentando de Don Miguel, no lo tengo del todo claro aunque lo que propone Narváez me parece que tiene mucho sentido... Hay ventajas e inconvenientes pero creó que haciendo balance el pueblo se beneficiaria más si lo supiese... Pero esta es mi opinión personal, no como alcaldesa. Si alguien más se quiere pronunciar que lo haga antes de que llegue la noche para darle margen a hablar...

Llegó y miró atónito como una buena parte del pueblo decidía condenarle.

Es cierto que soy parco en palabras, y que mi ausencia en estas últimas horas ha podido hacer que sospechen de mi persona. Encontrándome en las letrinas, poco podía hacer para defenderme. Pero eso no significa que sea lobo.

Han caído acusaciones sobre mí diciendo que "paso de puntillas" (no me atrevo a citar, pero la idea era esa) cuando lo único que decía era exponer mis pequeñas teorías y pensamientos que, parece ser que para vosotros, si no son dichas con contundencia y convencimiento, algo de lo que ahora mismo carezco, igual que de pruebas, para ustedes supone un motivo suficiente para condenarle. No me atrevo a acusar directamente a nadie, y pregunto sobre las razones que llevan a hacer algo a ciertas personas, pero por lo visto ha quedado bastante claro el papel de aquellos a quienes mis palabras iban dirigidas.

Sin embargo, hay otros que tampoco tienen intervenciones especialmente provechosas cuyos nombres han salido a la palestra mucho menos que el mío, nombres como el de Rodrigo, el niño que se hace llamar de los pies oscuros. No estoy diciendo que sospeche de él, solo que no busquen actitudes licántropas donde solo hay voluntad de reflexión, desorientación, indisposición, y, por que no decirlo, despiste, pues no puedo responder individualmente a todos mis acusadores.

Para terminar, me gustaría tener más información, pero hasta que no pasen unos días, carezco de información que a mi juicio sea útil. Por lo tanto, me dispongo a votar por Mireille de Remu, no porque me parezca especialmente sospechosa, porque por más que busco y rebusco en las actas encuentro más bien pocas razones para ajusticiarla, si no porque solo estoy seguro de la inocencia de tan solo unos pocos en esta aldea además de la mía propia, y Mireille no es una de ellas, y siendo su vida contra la mía, pues así son las cosas. Ruego no se lo tome como algo personal

Aún no se había cumplido el plazo cuando todos emitieron su voto. Lo sé porque desde la torre vi la luz moribunda del atardecer en los campos tan lejanos ahora de mis pies y aún no estaba tan oscura la plaza cuando vi el rostro de la elegida: Mireille de Remu

Diez votos tuvo la viajera foránea frente a

los tres de Francisco Fernández de Córdoba
los dos de Ramiro Benavente y los dos de Fray Olegario:
y el voto a Rodrigo Belmonte: Bartolomé

¿Qué identidad tendría la bella muchacha? ¡Ay, creyó recordar cómo el chaval Pablo la amaba en silencio! ¿Se reuniría ahora con él bajo tierra? ¿Haría un trío con la difunta Beatriz? 

El galope del caballo del Capitán me sacó de mi inadecuada curiosidad. Parecía complacido de que esta vez todo el pueblo hubiera participado y se hubiera emitido de manera tan rápida un veredicto.