Partida Rol por web

Miro al grupo de elefantes maravillado por su grandeza… -Prefiero dejar al grupo recrearse con la majestuosidad de estas bestias, saquen algunas fotos y disfruten del entorno, no todos son cazadores y ya han tenido dos malas experiencias- …le comento a Bill.

Antes de volver con el grupo, puntualizo una última cosa… -además, el mayor interés de esta cacería, es cazar un león, no es que no pretenda cazar nada mas, pero como dije antes de salir esta mañana, admiraríamos a los elefantes y cazaríamos si algún otro animal se pusiera a tiro, creo que el rinoceronte era ese animal, aunque nunca se sabe que mas podemos encontrarnos- …dicho esto, vuelvo al lado de mi esposa a esperar que el guía y los porteadores dispongan un buen lugar para observar a los elefantes.

Bill asintió. Eso facilitaba las cosas. Aunque no quisiera confesarlo él ya había tenido bastantes emociones durante el día. Al menos el Lord era consecuente con los riesgos... quizás volvieran todos de una pieza.

- Bueno... Pues saquen las fotos desde la distancia y luego, si les parece bien, regresamos al campamento. Quizás mañana tengamos más suerte.

Durante la discusión anterior y viendo que los nobles no querían llevarse el magnífico trofeo que suponía la cabeza de rinoceronte Bill se había asignado la recompensa. Aquella cabeza de rinoceronte luciría imponente en su choza cuando volviesen, sin contar con el valor pecuniario de la misma, claro.

Aliviada la tensión de cazar al elefante los europeos tienen un rato para fotografiar y comentar el aspecto de los elefantes. Cuando se dan por satisfechos regresan al campamento

A Boring la idea de dejar vivir a aquellos mastodónticos animales le pareció fenomenal. Le gustaba la idea de poder fotografiarlos tranquilamente, sin la presión de la caza. Aunque había visto a varios en los circos de Londres, nunca eran tan grandes. Y verlos en cautiverio no tenía nada que ver con aquello. Hizo un montón con varias piedras planas y posó la cámara encima. No quería que el más leve movimiento pudiera estropearle aquel momento. Tras sacar varias decidió girar su cámara hacia otro objetivo.

Seguía con la mosca detrás de la oreja por la negativa de Bill a sacarse fotografías. Su mente de periodista comenzó a darle vueltas al asunto. No creía que fuese uno de aquellos ceporros a los que les daba miedo salir en las fotos por aquello de robarle el alma a los vivos. Boring más bien se decantaba por algún asunto que tuviera que ver con la justicia. Le sacaría un par de fotos e investigaría con ellas. Quizás en Scotland Yard supiesen algo. Pero para ello debía de sacar la fotografía con cautela cuando, a ser posible, nadie se fijara en él.

La tarde transcurre sin mas incidentes y se decide comer allí mismo, el grupo de elefantes próximo mantiene alejados a la mayoría de depredadores, o eso afirma Tembaqui

Mientras estáis allí tenéis oportunidad de ver algunos animales mas, gacelas, un grupo de girafas e incluso un escurridizo leopardo

Cuando dais por concluida la jornada los porteadores cargan todo y emprendéis el regreso al campamento bastante satisfechos de la jornada

Y Boring giró la máquina hacia Bill, cuando nadie lo veía, y pulsó el botón dos veces. La suerte estaba echada.

Lady Cottonwell se alegró mucho de no tener que matar más animales, aunque fueran fieros y peligrosos, aún así estaba cansada por hoy. La decisión de comer en aquel lugar con la magnífica vista de los elefantes, le pareció estupenda y la disfrutó mucho, olvidando el mal rato con el rinoceronte. Aprovechó para charlar con su primo y con su esposo, y también para observar la sabana y sus habitantes.

Haces la foto a Bill y este no parece darse cuenta de nada

Una vez mas salís del campamento. El rastro de sangre no tarda mucho en desaparecer, pero era recto lo que os da ciertas esperanzas.

Con vosotros van los dos soldados de Costigan y media docena de porteadores, por lo que pueda suceder.

No pasa mucho tiempo hasta que todo el mundo esta concentrado en encontrar algún rastro del fugitivo

Bill iba muy atento a cualquier rastro posible. Un hombre herido no debería ser difícil de encontrar pese a la espesura que les rodeaba.

No estaba tan acostumbrado a la exploración como los guías, pero eso no le impidió fijarse en cada paso que daba, fijándose en los detalles. Una zona desconocida podía esconder peligros extraños y él no quería desentrañar esos misterios con sus propias carnes, así que fue con cuidado.

Salimos del campamento y al poco tiempo ya tenemos que poner a prueba las aptitudes de rastreo del equipo.

- Veamos  donde nos conduce todo esto. - pienso a medida que avanzamos.

Seguís un lento avance tras el rastro del misterioso atacante. Teniendo en cuenta de que el atacante debe llevar con el a Doyle y el cocinero, debe ser un experto en ocultar el rastro. Tan solo Bill es capaz de seguir los sutiles indicios que marcan el paso de vuestra presa.

Os toca desandar vuestros pasos un par de veces, pero el veterano guía esta convencido de que seguís en el camino correcto.

Cuando el sol empieza a descender en el cielo distinguís en la lejanía algo que hace que vuestro estomago se retuerza, buitres volando en círculos

Por fin nos ponemos en movimiento siguiendo el rastro dejado por el supuesto agresor de Doyle y el cocinero. Nos cuesta seguir el rastro pero por fortuna contamos con la presencia Bill sin cuya labor no lo habríamos conseguido.

De repente algo en el cielo nos hace estremecer en mayor o menor medida.

- Maldición. - digo al ver a los buitres. Esto no me gusta. Aligeremos el paso. - añado aferrando el rifle con más fuerza.

Lord Cottonwell mira con expresión adusta los pajaros en el cielo "esperaba salvarles"

-si esos franceses han...- calla con una mueca y lanza una mirada a Bluisur como haciendole responsable de todo lo que hagan sus compatriotas

-demonos prisa-

Chasquea la lengua con el comentario de Cottonwell pero no dice nada. Solo sigue a Costigan que parece estar concentrado y preocupado por que se den prisa.

Blusiur sabía que los buitres avecinaban la muerte y que si rondaban en círculos es porque habían encontrado algo. No hacía falta ser un genio para saber que era una mala señal, pero nuevamente aligeró el paso sin decir nada de lo que pensaba. Confiaba en que Costigan los guiara correctamente.

Bill hizo un gesto a los demás y se adelantó sigilosamente. Los buitres no eran una buena señal y no quería darles más alimento.