Partida Rol por web

Mientras te apresuras a recargar ves como en la mano de la criatura se forma un disco metálico, como un abanico letal que se extiende, y cuando está formado lo lanza a tremenda velocidad hacia ti.

Pero, por suerte para ti, la criatura no ha medido bien el parapeto con el que te refugias un poco, el disco se clava con tremenda fuerza en el terreno a apenas unos centímetros de ti, viendo como se ha hundido en la tierra no te cabe duda de que habría cortado carne y hueso con espantosa facilidad

Molly abandona lo que estaba haciendo y corre hasta Jim intentando vendarle la herida, pese a ser muy profunda, de hecho le atraviesa, hay dos cosas que parecen haberle salvado, la primera la suerte al no haber acertado ningún órgano interno, la segunda que el propio rayo que le atravesó ha cauterizado la mayor parte de la herida

Molly consigue así estabilizar minimamente a Jim, pero necesitará atención medica mucho mas profesional o morirá

Por su parte Lady Cottonwell ha llegado junto a Rumbidzai y los niños, estos tienen las caras enterradas en las faldas de la anciana, pero ella ve llegar a la señora

-el señor de la caza viene a por nosotros, conozco las historias de sus cacerías, pero esperaba no encontrarlo nunca en persona-

Mientras tanto, sobre el terraplén Maurice ha disparado de nuevo y cuando se prepara para un nuevo intercambio a su lado la tierra parece saltar, solo podéis suponer que el siguiente disparo de Chango ha fallado, impactando en la escasa cobertura que ofrece el terraplén a Maurice, que se ha tumbado muy sabiamente

Lady Cottonwell reacciona rápido y piensa que tal vez... ¿Recuerda si en esas historias dicen algo de cómo se puede herir o alejar al Señor de la caza? Seguro que hay algo que podamos hacer para ayudar a los hombres que nos están defendiendo, dijo Dorothy asustada por los gritos de Molly y los disparos de Boring.

Trata de no agobiar a la mujer, pero la apremia en su respuesta, además, acaricia las cabezas de los pequeños niños que la acompañan, tanto para tranquilizarles como para sentirse más segura ella misma.

- Pero...¿qué demonios?... - Fueron las únicas palabras que pudieron emerger de la boca de Maurice cuando vio lo que había hecho aquel ser. En aquel momento se negó a seguir llamándolo "animal". Ningún animal convertía su brazo en una sierra mortal y lo lanzaba contra el enemigo. Era hora de huir de allí lo más rápidamente posible. Le habían disparado y no parecía inmutarse. Necesitaban refuerzos o todos morirían allí ese día. Antes de levantarse para echar a correr, Maurice intentó coger el disco.

La mujer cabecea como pensando su respuesta, finalmente asiente

-Chango siempre ofrece la oportunidad de luchar, no caza a los débiles y los indefensos- al decir esto acaricia las cabezas de sus nietos que parecen tranquilizarse un poco -solo a los que son capaces de luchar, defenderse y esperar una oportunidad de victoria. Es muy difícil, pero otros han conseguido vencer, aunque no hay ninguna formula mágica, solo se puede vencer con habilidad y valor-

Cuando acaba te mira con escepticismo -nunca una mujer ha vencido a Chango, solo los mas fuertes guerreros-

Ves a Molly atendiendo a Jim, pero estas demasiado lejos y se ha levantado un viento bastante fuerte

Coges el disco metálico, es grande y esta profundamente clavado en la tierra a tu lado, por lo que te sorprendes cuando sale con gran facilidad, es muy ligero y esta algo caliente, además esta hecho para una mano mas grande que la humana por lo que esgrimirlo es algo dificil, lanzarlo como Chango es imposible. Al la escasa luz de los fuegos el filo reluce asesino, nada enturbia su brillo pese a que acabas de sacarlo de tierra.

Te das cuenta, un poco tarde, que el ensimismamiento con esta arma puede significar tu sentencia de muerte, pero Chango no ha aprovechado para atacarte, en vez de eso alcanzas a ver el aparato eléctrico en medio del que aparecio y tal vez una sombra de oscuridad que se mueve en la noche.

Chango se ha ido

Las vendas y cuidados de Molly permiten a Jim recuperarse minimamente, todo su cuerpo parece arder y responde con mucha dificultad. La herida es muy grave y va a necesitar los cuidados del doctor Bluisur

La sombra en la noche se aleja del campamento, ha perdido un arma pero lleva buenos trofeos

La caza continua, el primer grupo no fue un desafío, pero estos podrían ser buenas presas, es tiempo de recuperarse y prepararse

Moribundo, Jim se agita levemente, pero Molly lo sostiene para que no ensucie más su herida girando sobre la tierra.

- ¿Un guerrero eh? Dime anciana, ¿crees que si huimos irá a por nosotros por ser cobardes? ¿O sería mejor quedarnos y suplicarle que no nos haga daño????? Si era como decía aquella mujer, tal vez sería mejor quedarse escondidas en la tienda y suplicar porque pasara de largo y no las atacara. No sabía si era más arriesgado quedarse e intentarlo, o salir huyendo a la sabana sin provisiones y sin un guía.

Boring estaba intrigado con aquel disco. No había visto nada parecido en su vida y sabía de buena mano muchísima teoría sobre armamento militar. De hecho, no fue capaz de reconocer el metal del que estaba hecho. Solo sabía tras tocar su puntiagudo filo que de no haberse parapetado en la arena ahora estaría partido por la mitad. Desde su escondite ojeó rápidamente para ver al monstruo y preparar su escapatoria. Pero allí no había nada, la bestia se había ido dejando allí el singular artefacto. Pese a su marcha, Boring no se fiaba, así que tumbado como estaba, se colgó el rifle en el hombro y portó el disco en su mano derecha. Su intuición le decía que sería mucho más efectivo contra la bestia que su arma. Se alejó poco a poco de la escena en dirección al campamento. Tenía que ver si Jim estaba bien o por el contrario...

La anciana niega con la cabeza -si huis os perseguirá como simba a una presa herida, suplicar no servirá, si nos ha elegido como presa Chango solo acepta un resultado, la muerte-

La llegada de Boring interrumpe a la anciana que se queda en silencio contemplandole con curiosidad, no solo no esta herido sino que lleva un artefacto extraño en la mano, como un disco metálico de unos 30 centímetros de diámetro. Boring se dirige a donde Molly atiende a Jim, que parece emitir algún signo de vida en forma de dolorido gemido

Boring desciende del terraplén, aparentemente ileso y llevando en una mano un extraño artefacto, un disco metálico de unos 30 centímetros de diámetro con algunas aberturas que permiten sujetarlo.

Por su parte Jim emite un gemido de dolor conforme va recuperando la consciencia poco a poco, la herida es grave y va a necesitar atención médica mas profesional que la que puede proporcionarle Molly, pero de momento esta vivo y consciente

Apartada de los demás Lady Cottonwell conferencia con la anciana sacerdotisa entre susurros, es difícil saber lo que hablan

Boring descendió el terraplén sudoroso y con el corazón en un puño. Su experiencia a vida o muerte con Chango lo tenía congestionado y solo cuando estuvo al lado de las señoras y Jim recobró el aliento. - ¿Cómo está Molly? - Dijo señalando al guía. Parecía grave pero, al menos, tenía fuezas para moverse. El fotógrafo esperó la respuesta mientras apretaba con fuerza el disco.

Molly sujetaba el cuerpo de Jim en su regazo. El guía había despertado por fin de un sueño que había temido letal, y se preguntaba si podría moverlo para ponerlo más a salvo o si eso empeoraría su estado. Cuando Boring llegó junto a ellos, apenas se percató de que llevaba algo en las manos.

- Está mal, señor Boring. Necesitamos al Dr. Blusiur, yo no sé hacer más y con esa cosa ahí...- de pronto pensó algo y su cara expresó el súbito terror que ello le provocó-. Esa cosa...¿vendrá hacia aquí? ¡No podemos hacer nada contra ella! ¡Y no podemos huir así!

- Huir no servirá de nada, dijo seriamente mientras se acercaba a Molly, traía con ella a la anciana y a los niños. Todos asustados y temerosos.

Lady Cottonwell entristecida miró al guía, su rostro se endureció al ver la gravedad de las heridas. Su cuerpo tembló, pues sin guía en aquellas lejanas y peligrosas tierras, serían pasto de los depredadores, aunque ahora uno mayor y desconocido les acechaba. Miró al montículo... pero apartó rápidamente la mirada.

Después observó al Sr. Boring, se percató de lo que llevaba algo extraño en las manos. ¿Qué es eso?

Tomando bocanadas, Jim buscó hablar. Cada aspiración era un infierno, pero no podía evitar intentar juntar el aire como si fuera lo último que hiciera. Lentamente, con la ayuda de Molly, se incorporó sobre un codo. Calma... señor Boring, si tiene tanta calma usted... es porque ya no está... lo que sea, verdad?

Su mano buscó el rifle, en el suelo a unos pasos. No llegaba a él; y ya había caido dos veces. Pero el león viejo cuenta las batallas en cicatrices...